



El viento viaja por las
nubes
y me trae tu cariño.
Y la brisa me llega
cargada de besos.
Es como el filo de un
bisturí
que se me clava en mi alma,
recordando ese cariño
tan grande , que nació un
día.
Y que no terminará nunca.
Huellas en la playa
dejaste un día,
esas huellas imborrables,
que ni la furia del mar
logró borrarlas.
Quedarán en su dorada arena
como un recuerdo ,
como un lamento.
Como es ese cariño tan
grande
que vive en nuestro adentro.
Y que el viento no se lo
llevará nunca,
porque nace cada día
cuando llegan tus versos.
España-Granada- 16/04/03
María Cristina Galera







