CONSEJOS A PADRES

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LECTURA

Si tiene niños en edad preescolar, leales al menos 30 minutos diariamente y permítale ver lo que usted está leyendo.
Si tiene un hijo que está comenzando a leer, déjele notas pegadas en la nevera para que se de cuenta que la escritura es un medio de comunicación.
Escriba mensajes en frente del niño dirigidos a otros miembros de la familia o a los vecinos y pídale que los entregue. De este modo él comprenderá que la escritura es un medio de comunicación y sentirá interés por la lectura.
Identifique todos los objetos con los que el niño entre en contacto frecuentemente, pegándoles una etiqueta con el respectivo nombre. Con esto el niño irá asociando los objetos con las palabras.
Cuando lea hágalo en voz alta, esta actividad le permitirá compartir con su niño, mientras que él se siente el centro de interés de una actividad divertida; de este modo el niño comenzará a sentir curiosidad por la lectura.
Ponga expresión en su voz, eso despierta interés en el niño. Imite las voces de los personajes de los cuentos al mismo tiempo que invita a su hijo a que lo haga con usted.
Discuta con el niño sobre la lectura realizada. Demuestre lo importante que es comprender lo leído, al tiempo que es entretenido compartir las ideas con otra persona. Esto, además, le ayudará a aprender la manera de expresarse mejor. Pregúntele que fue lo que más le gustó, qué otro nombre le pondría al cuento, qué otro final inventaría, qué personajes incluiría, etc. Comente las imágenes del libro con el niño.

Léale las historias al niño tantas veces como él lo desee, esto hará la actividad más provechosa porque el niño está realmente interesado.

Asegúrese que su niño lo vea leer al menos 30 minutos al día. Recuerde que usted es un modelo a seguir.

Mantenga siempre a la mano, un diccionario. Demuestre la importancia de su uso.
Mantenga buenos libros, revistas y periódicos en la casa. Haga más fácil la tarea de conseguir algo bueno para leer.
Cómprele libros a su hijo que traten temas de interés para él.
 

TAREAS

Muestre interés hacia lo que su hijo/a está aprendiendo. Pregúntele sobre lo que trató la clase ese día y sobre las tareas y pruebas que tiene (no espere la libreta de notas para preguntarle cómo le está yendo). Esté disponible para ayudarlo/a con las instrucciones o para contestar sus preguntas. No le dé respuestas simples; en vez de eso, Ud. hágale preguntas que le permitan ver el problema de una manera diferente. Cuando su hijo/a esté atascado/a en algo, pregúntele qué es lo que está haciendo y qué preguntas le haría a la profesora. Revise las instrucciones y trabajen juntos en el primer problema. Luego deje que continúe solo/a con los problemas siguientes.

Sea un modelo para sus hijos. Aproveche la oportunidad mientras su hijo/a hace las tareas para leer un libro o el diario, o para hacer sus propias tareas (pagar cuentas, hacer la lista de las compras o hacer algo que dejó pendiente en su trabajo). Hable con su hijo de lo que Ud. está haciendo, leyendo o escribiendo. Cuéntele lo que Ud. hace en su trabajo. Todo esto ayuda a fomentar un ambiente de aprendizaje y responsabilidad en la casa, y motivan a los niños a estar más dispuestos a realizar sus tareas.
Enseñe a su hijo/a a ser organizado/a. Asegúrese de que tenga un cuaderno donde anote las tareas asignadas o un calendario diario o semanal con ese uso, para que ambos sepan qué es exactamente lo que debe ser realizado cada día (y cuál es la fecha en que debe ser entregada o mostrada la tarea a el/la profesor/a). Muéstrele cómo Ud. lleva anotadas las cosas en su agenda, como una forma de modelar una buena organización.

Elimine todas las distracciones posibles durante el tiempo de estudio.
Prohiba toda comunicación por teléfono que no esté relacionada con la tarea (a veces puede ser útil que su hijo/a se comunique con algún/a compañero/a de clase sobre la tarea).

Con respecto a la televisión, prohíbala durante el tiempo designado para hacer las tareas. Además, negocie con su hijo/a y permítale ver uno o dos programas favoritos diarios. Esto requerirá mucha paciencia de su parte, porque su hijo/a intentará convencerlo/a para mirar más televisión; persista en su decisión.
Intente encontrar un espacio separado para cada uno de sus hijos, o establezca ratos de silencio en su hogar para hacer las tareas.
Trate de relacionar las tareas a la vida cotidiana de su hijo/a. Por ejemplo, las fracciones y las medidas pueden ser aprendidas cocinando con su hijo/a su comida favorita.

Algunos niños regresan del colegio listos para comenzar los deberes en sus casas; otros, sin embargo, necesitan de un tiempo para relajarse. De acuerdo a esto, aliente a su hijo/a a establecer una rutina para hacer las tareas, la que ojalá sea a la misma hora y en el mismo lugar todos los días. Su hijo/a no hará sus tareas ligeramente si es que sabe que hay un tiempo específico establecido para ellas. Hacer un horario, ponerlo por escrito y colocarlo donde esté a la vista del niño o niña, como por ejemplo en la puerta del refrigerador (en la parte inferior), puede ayudarle a evitar la pérdida del tiempo. Asegúrese de que esta rutina considere el tiempo libre. Si Ud. encuentra resistencias para llevar a cabo una rutina de estudios y tareas, realice un contrato por escrito con su hijo/a, que establezca condiciones y beneficios otorgados por su cumplimiento.
Asegúrese de que su hijo/a tiene un lugar específico para hacer las tareas, con una buena iluminación, poco ruido, un amplio espacio de trabajo y con los materiales necesarios para las tareas (una mesa, una silla, papel, lápices, libros, diccionarios, etc.).

Felicite a su hijo/a por haber terminado la tarea. Demuéstrele que Ud. está orgulloso por su esfuerzo. Exponga en alguna parte los buenos trabajos para que todos los vean. Recuerde que no hay nada más importante para la autoestima de los niños que las alabanzas de los padres y de las personas que los rodean.
Una vez terminadas las tareas del día, pregúnte a su hijo/a por ellas, revísenlas juntos y hágale sugerencias para mejorar, siempre de un modo positivo. Las tareas son una práctica y no tienen por qué ser perfectas. Recuerde que los padres no pueden convertirse en la "policía de las tareas", chequeando cada una de ellas hasta el último detalle para asegurarse que éstas fueron hechas perfecta y completamente.
Asegúrese de que su hijo/a colocó el trabajo terminado en la mochila, de manera de que no lo vaya a dejar olvidado en la casa.
Pregúnte al profesor o profesora de su hijo/a acerca del tipo de tareas asignadas y de la cantidad de tiempo que se espera que su hijo/a dedique a ellas. Asegúrese de hacerle saber si su hijo/a está teniendo dificultades o es incapaz de hacer la mayor parte de las tareas por sí solo/a.
Inculque en su hijo/a buenos hábitos de estudio.
Ayude a su hijo/a a estructurar el tiempo para poder terminar la tarea. Así, por ejemplo, si su hijo/a tiene que entregar un trabajo para la asignatura de Lenguaje y comunicación al cabo de tres semanas, comente con él todas las etapas necesarias para poder terminarlo a tiempo.
Incentive a su hijo/a a iniciar los trabajos de mucha investigación u otras tareas muy grandes con anterioridad. Anímelo a usar los recursos disponibles, como la biblioteca y el computador. Después de que su hijo termine de hacer las investigaciones, pídale una explicación de lo que piensa decir en el trabajo y préstele mucha atención.
Ayúdele a repasar la materia con pruebas de práctica, ya sea orales o escritas, creadas por Ud. Corregirlas juntos puede ser de gran utilidad.
Evite que su hijo/a se quede la noche anterior estudiando hasta tarde para una prueba. Incentívelo a prepararse mucho tiempo antes de darla, con una adecuada programación.
Explíque a su hijo/a cómo se rinde una prueba. Hágale comprender que es muy importante leer bien las instrucciones antes de empezar, prestar mucha atención durante la prueba para concentrarse y no dedicar demasiado tiempo a una sola pregunta.
 
 
 


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