Allegrovivace

Un poco de historia

De pronto descubrí la necesidad de acercarme a la música, pero luego supe que no sería mi fuerte, siempre quise cantar pero no resultó, ni siquiera en la ducha...! , hasta que un día escuche por primera vez el hermoso y cautivador sonido de un solo de violín. ¡Eureka...! me dije; pero, inmediatamente tomé conciencia que no tocaría jamás como Paganini, el problema estaba en el instrumento que tenía en mis manos (mi primer intento amorfo e ingenuo de lo que podría haber sido algo parecido a un violín). Recuerdo que recorte una fotografía muy pequeña de una revista, y sin tener la más mínima idea, hice mi primer violincito con tres cuerdas de nylon de pezca y además entrastadura... increíble.

Empecinado por imitar aquel sonido mágico que quedó grabado en mi mente, comencé a investigar hasta que después de varios intentos llega a mis manos un auténtico instrumento, un violín de fábrica con todas sus piezas. Entonces me convertiría en un destripador en busca del gran secreto que hasta el día de hoy persigo afanosamente.

Hacia el año 1994, conozco a W.K, dueño de I violini, quien me da la oportunidad de iniciarme profesionalmente en la luthería. Comienzo mi aprendizaje con el maestro argentino Gustavo Acosta y posteriormente con el luthier Pedro López Seco, quien me da las primeras instrucciones en materia de retoque de barnices. Luego llegaría desde Alemania Baerbel Bellinhausen con quien tomo mi primer curso de construcción y algunos meses después Tobías Hep, también alemán a quién le debo gran parte de mis conocimientos de las técnicas de restauración. Algunos años más tarde tengo la gran oportunidad de trabajar en uno de los talleres más prestigiosos del mundo, rodeado de Estradivarius, Guarniereis y Amatis. Un paraíso para un luthier latinoamericano. Me refiero al taller del maestro Hieronimus Kostler, en la ciudad de Stuttgart, Alemania. Es aquí donde más que aprender técnicas, adquiero una filosofía de trabajo, un concepto que mis profesores ya me habían inculcado. Todo el respeto hacia los maestros de antaño, quienes nos legaron sus obras.

Allegro Vivace

Sin duda el nombre de mi taller obedece a una emoción, la alegría de lograr una meta, ya sea esta la recuperación de un viejo instrumento dañado por los años o el logro de un buen ejemplar de concierto que permite a un instrumentista trasmitir variadas sensaciones.

Por otro lado la coincidencia de las abreviaciones de Vi. para violín, Va. para viola y Ce. para cello que usáramos en la empresa donde comencé mi carrera, son el complemento perfecto para formar el nombre de un taller que nace más que como un negocio, como un refugio para los músicos cuerdistas

Hacia mediados del año 2001, comienza a funcionar el taller de luthería enfocado al los músicos profesionales sin dejar de lado a quienes están comenzando, pero que buscan llegar a un nivel destacado dentro del ambiente musical. En una primera etapa solamente con finas restauraciones y reparaciones menores y posteriormente con la construcción de instrumentos de primer nivel para músicos exigentes, Allegrovivace está en condiciones de ofrecer un servicio integral al instrumentista con todo el asesoramiento técnico necesario para sacar el máximo provecho a sus instrumentos. Ahora con nuestro sitio Web podrá conocer a fondo como se restaura o construye un violín, una viola o un violoncello. Podrá disipar sus dudas con respecto al los estándares que se manejan en el taller y con el apoyo de interesantes fotografías que ilustran paso a paso cada técnica. En Allegrovivace los secretos se comparten...

La segunda etapa la constituye el servicio de arriendo de instrumentos de autor y de finos trabajos de taller de principios de siglo con excelentes cualidades acústicas, seleccionados para eventos especiales que ya se encuentra a su entera disposición.

Hernán Dávila Hernández
Luthier