Paco Jones

(los míos) en busca de la

Puta de Baxtos

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Terminada en el glorioso año de Nuestro Señor 1996. Todos los derechos reservados. De libre distribución, pero está prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio impreso, magnético, electrónico o telepático con fines lucrativos. He dicho.

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P R O L O G O

En todas las familias hay una "oveja negra". Y la saga del famoso arqueólogo y aventurero Indiana Jones tampoco iba a ser menos. El personajillo en cuestión es Paco Jones, primo segundo del que encontró el Arca Perdida. Este tipejo se ganó a cinquillo "raspao" el título de Doctor en Historia y Arqueología en la Universidad de Peralbillo, aunque no recibió en su momento el diploma por haberse quedado "sobao" a la sombra de un algarrobo antes de ir a la fiesta de graduación, víctima de una tremenda resaca ocasionada por una fiestorra que se montó mientras su primo se hinchaba de tragar quina en el Templo Maldito. Pero, un año después, recibió su merecido título de manos de su tutor, el Profesor Mochi, y comenzó su carrera limpiando los retretes del Museo Nacional de Tomelloxo.

 

Tras limpiar muchos retretes y tomar mucho Zumosol, Paco se instaló como arqueólogo de alquiler. No tuvo mucho éxito, pero algo es algo. Pero una noche, de ésas que no había nada en la tele ni marcha en la calle, mientras nuestro amigo Jones estaba en posición horizontal en su cama de agua, llegó su oportunidad. Había sido ascendido a Jefe de Investigación Arqueológica del Museo de Villaberzas (toma ya!), pues el anterior falleció en una operación de cambio de sexo. Su nuevo trabajo en la famosa ciudad de Estados Juntitos sin duda le iba a proporcionar grandes aventuras. Llegó la hora de Paco Jones...(los míos).

 

Pero no vamos a empezar la aventura sin conocer un poco a nuestro personaje. Paco Jones es un hombre castaño, de ojos azules y penetrante mirada, casi idéntico a su primo, aunque de complexión mucho más musculosa, debido en parte a la gran cantidad de veces que tuvo que limpiar los retretes de aquel museo perdido de la mano de Dios. En el aspecto psicológico, Jones era el perfecto pasota. No le importan los acontecimientos históricos, ni los descubrimientos arqueológicos; sólo hace su trabajo para salir del paso y sacar unas pesetillas; desconoce casi absolutamente la Historia de las civilizaciones humanas (aunque es una autoridad en la historia del oficio más viejo del mundo) y no ha usado un látigo en su vida, pero él es noble, valeroso, amable y, por encima de todo, un tío cachondo.

 

En fin, que Paco Jones y un servidor esperamos que todos los lectores disfruten de esta tremenda (y cachonda) aventura titulada....

 

 

PACO JONES...(los míos) EN BUSCA DE LA PUTA DE BAXTOS.

 

C A P I T U L O - 1

En la clase se respiraba un ambiente distendido y dicharachero cuando el Doctor Paco Jones aparecía por la puerta y se disponía a soltar un discurso sobre la vida de los Mayas en la ciudad de Grihan-De-More. Muchos bostezaban, otros hacían chistes y cuatro de los alumnos juntaron dos mesas y se pusieron a jugar al mus. A Jones le daba todo exactamente igual, pues él sabía que no tenía puñetera idea del tema sobre el que estaba disertando, y acabó juntándose con tres alumnos y echándose unas vacas. Al sonar el timbre de fin de clase, el Doctor se quedó solo, abrió una bolsa de papel de estraza que llevaba en su maletín, sacó un bocadillo de chorizo y empezó a almorzar, tan a gusto consigo mismo y con su bocata, mirando los gorriones.

En el colegio de EGB de Villaberzas, donde nuestro Doctor impartía sus clases, no había cafetería, por lo que éste tenía que llevarse la comida de la cafetería del Museo a las siete y media de la mañana. Pero esta vez la hora del bocadillo iba a ser algo diferente. El Director del susodicho Museo llegaba corriendo y sudando tinta al aula donde se hallaba Jones, que se había quedado dormido. Abrió la puerta y contempló en vivo lo que es la famosa Siesta del Carnero.

 

"¡Doctor Jones! ¡Doctor Jones! ¡¡¡¡¡DOCTOR JONEEEEES!!!!!"

"¡Vengaaa, mamáá, cinco minutitos mááás!" -susurró Paco, medio "sobao"-

"Soy Marcus Borde, tu querido jefe, ¡y como no te despiertes de una puñetera vez, te mando otra vez a Tomelloxo a fregar retretes!" -bromeó el director-

"¿Marcus? ¿Para qué has venido a verme aquí, hombre? ¿Tienes algún trabajito "de campo" para mí?"

"No exactamente, al menos, AÚN no." -La expresión en el rostro de Marcus se tornó algo más seria, y prosiguió- "Unas personas del Servicio Secreto de Estados Juntitos y Villaconejos quieren verte, amigo. Y me temo que son ELLOS los que quieren que hagas el trabajito".

"¡Tiene güevos la cosa! En fin, vamos para allá, Marcus. A ver qué tripa se les ha "rompido" ".

 

Marcus y Paco se encaminaron hacia el Museo, sorteando a los miles y miles de "estudiantas" locas por las cachas del Doctor, y entraron en la Sala de Actos después de haber llamado a la puerta, como buenos caballeros. Allí había tres trajeados agentes del Servicio Secreto sentados en las mesas y una de las mujeres de la limpieza diciéndoles que levanten los pies para que ella pueda fregar bien el suelo. Cuando la mujer se retiró, después de haberlo limpiado todo bien con Ajax, los hombres expusieron a Jones la razón de su estancia en aquella sala:

 

"Doctor Jones, le necesitamos. Nuestro servicio de inteligencia en España, la T.I.A., donde trabajan los afamados Mortadelo y Filemón, ha descubierto una excavación secreta en la ciudad de Las Casas, en Ciudad Real. Sospechamos que está siendo llevada a cabo por agentes nazis. ¿Se imagina usted por qué Hitler puede estar interesado en Las Casas?" -El agente calló para dar paso a Jones-

 

(¿¿Pero qué coj.... está diciendo?? ¿Y a mí que güevos me importa si el pedazo de ... de Hitler se hace un chalé en Las Casas... Mierda de ... ¡GRFTJX!) -esto es lo que Jones pensaba mientras el agente hablaba, pero su respuesta fué muy distinta-

"Eso significa que los nazis flipan... o que han descubierto la ciudad perdida de Baxtos... Problemas, ¡y gordos! Parece que esta ciudad estuvo en el pasado exactamente en el lugar donde ahora se encuentra la ciudad de Las Casas. Y también se rumorea que allí fue llevada la estatuílla que le regaló el Faraón Chi-Ki-To Sam a su hijo Mikael Akitepillo-Akitemato como dote de bodas... la famosa Puta de Akenakis".

Los agentes secretos no pudieron reprimir su curiosidad: "¿La Puta de Akenakis? ¿Y por qué se interesa en ella el ejército nazi?" -como si supieran lo que era eso-.

Jones, respirando profundamente, y haciendo gala de sus vastos conocimientos sobre el tema, añadió: "El hijo del Faraón era sumamente impotente, y éste le regaló la estatuilla para que el pobre pudiera funcionar en la cama. Según los escritos, la Puta tiene grandes poderes afrodisíacos, y puede poner a mil a cualquiera que la mire, tenga la edad que tenga. Seguramente los nazis la andan buscando por este extraño poder. Al año siguente, hubo un saqueo en Akenakis por parte de indigentes Baxtianos, y se cree que se llevaron la estatuilla como parte del botín a su capital, la ciudad de Baxtos, y comenzaron a llamarla "la Puta de Baxtos". Los que allí habitaron fueron los más machos de la Tierra durante siglos. Hasta que hubo un gran terremoto una noche de sábado, y la estatuilla quedó sepultada para siempre en la Sala del Polvo Máximo. Si los nazis han encontrado los restos de Baxtos, deberán buscar la Sala del Mapa de la Ciudad y hacer algo en ella con el Bastón de Ansielmux, no se sabe con certeza lo que hay que hacer con él, pero NO SEAN MAL PENSADOS, por favor".

 

Los agentes y el propio Marcus enmudecieron atónitos ante los conocimientos de Paco Jones sobre el tema, y preguntaron acto seguido: "¿Cómo es la estatuilla ésa y el bastón aquél? ¿Cómoooor?" Paco echó un gran trago de Aquarius y contestó: "La Puta de Baxtos es una estatua de esmeralda y zafiro con la figura de una mujer de vida alegre casi desnuda, con un bolso de rubí y un diamante oculto en el interior de su anatomía (se puede suponer dónde). Mide sobre medio metro de altura y pesa unos 38 Kilos. El bastón de Ansielmux es un bate de béisbol a lo bestia que se usaba en Baxtos como defensa o para su uso deportivo, propiedad de aquel gran bateador, y seguro que puede abrir o indicar dónde se halla la Sala del Polvo Máximo".

 

"Pero, entonces, si sólo es un vulgar afrodisíaco lo que busca Hilter, no merece la pena molestarse ni siquiera en estorbar un poco" -inquirió uno de los agentes-. Jones respondió: "Esa estatuilla puede subir la líbido de ejércitos enteros hasta límites insospechados. Es mucho más fácil combatir contra un ejército si éste está sumido en un tremendo e incontrolable orgasmo. Así, las huestes de Hitler podrían llegar a... ¡¡¡dominar el mundo entero!!!" (tiene güevos la cosa).

 

Había que entrar en acción y evitar esta catástrofe. Paco Jones se dirigió a su casa, se pegó una buena ducha y disfrutó de su último descansillo antes de afrontar la gran búsqueda. Por fin, nuestro buen amigo tenía la oportunidad de ser algo más que un profesorcillo pasota que jugaba al mus con los alumnos. ¡¡Vamos, tío!! ¡¡Tú también eres un Jones!! ¡¡Demuéstralo ya!!

 

 

C A P I T U L O - 2

Paco Jones se encaminó hacia el inhóspito Tibet en busca de alguna pista que le permitiera hallar el Bastón de Ansielmux, ya que el Servicio Secreto le informó antes de partir (sin que estuviera yo presente) que los nazis aún no lo tienen en su poder y están excavando al azar, dejando Las Casas como un queso suizo. El informe decía que los espías Anacleto y James Pond descubrieron el jueves pasado que los arios habían descubierto y desenterrado la Sala del Mapa de Baxtos, pero que aún no saben dónde narices está la Sala del Polvo Máximo. (de lo que se tiene que enterar uno deprisa y corriendo. Suerte que mi amigo Paco me lo cuenta todo, si no no hubiera podido escribir esta aventura). Concretamente, la "pista" que buscaba era una atractiva novia de Indy que estuvo en la excavación de la que procedía dicho bastón. Si había suerte, además de pillar el bastón Jones podría comerse la rosca del siglo...

 

El avión se escacharró antes de aterrizar, y los pasajeros, incluído Paco, tuvieron que saltar en paracaídas. Pero el Doctor tuvo la mala suerte de coger un paracaídas medio podrido, y se pegó un sonoro trastazo contra un alcornoque tibetano. Después de una media hora, nuestro aventurero recobró la consciencia. Había "aterrizado" cerca del famoso bar tibetano "El Amarraco Gris", donde servía la bella Sharon López, arqueóloga en paro y profesora de puenting, 90-60-90, pelo rubio, ojos verdes, piel bronceada, en fin, la leshe. Ella era aquel antiguo amor de Indiana Jones, pero, sin saberlo aún, su primo segundo era su verdadero hombre. Pero, en cuanto le echó la vista encima, le saludó "amablemente":

 

"¿Dónde te habías metido, pedazo de &##@!"%? ¡Dándote la gran vida, seguro! ¡Y yo aquí sola en el Tibet, muerta de asco y pasando frío! "Me voy a buscar el Arca, me voy a buscar el Arca..." ¡Una puñetera mierda habrás encontrado, seguro! ¡O otra chica! ¡Mecagüen tus muegrfss... ...joer, pero si no eres Indy... Perdona, Paco, tío. Te había confundido con el &##@!"% de tu primo. Siéntate y tómate algo, ¡que invito yo!".

 

Jones se sentó en una sucia y carcomida butaca de madera, y Sharon le sirvió una copa de Salobreña fresquita, sacó un tablero de parchís y empezaron una partida. Paco, interesado por las relaciones de la López con su primo Indy, le soltó:

"No ha estado mal tu "saludito". ¿Por qué estás tan cabreada con el otro Jones, tia güe.. esto, Sharon?" -la chica se mosqueó ligeramente, y contestó- "Porque el muy cerdo me dejó tirada en este país después de llevarse una pieza de no se qué grftjx de bastón para buscar el Arca Perdida de los coj..., ¿entiendes? ¡Ni siquiera me dió un mal beso de despedida! ¡Vaya un fistro pecador! Oye, Paco... ¿sabes si la encontró?". Jones echó otro trago de Salo y repuso: "Sí, la encontró, pero el muy pardillo, en lugar de venderla y sacar una pasta gansa... Pero eso es otra historia. No he venido para relatarte las aventuras de Indiana Jones, sino para que me ayudes en MI propia aventura, ¡que ya va siendo hora, joder!"

Jones bebió de nuevo y continuó. "Voy al grano. Necesito conseguir el Bastón de Ansielmux. Es una de las piezas de la excavación de Akenakis, y seguro que tú sabes dónde la puso o a quién se la vendió tu hermano Agustín, el arqueólogo jefe de la susodicha excavación. Si los p.... nazis se hacen con él lo vamos a pasar muy mal". La chica frunció el ceño al oír la palabra nazis y ofreció su ayuda a Jones: "El bastón ése es una de las piezas que no pudimos vender a ningún museo, ¡es un simple palo de madera! Creímos que no tenía el mínimo valor, pero, mirándolo más detenidamente, ¡observamos que era de la época de Baxtos!" "¿Cómo puede saberse?" -se interesó Jones- "¿La prueba del carbono 14? ¿estudiando la evolución de la madera por ordenador? ¿preguntándole a la carcoma cuántos años tiene?" "¡Nada de eso!" -respondió ella- "Vimos que en un lateral del bastón ponía: "A la ciudad de Baxtos de su mejor bateador, Ansielmux". La deducción es fácil". "Tiene güevos la cosa" -concluyó Jones-

 

Después de haberse tomado el Salobreña, Jones pidió otro. Después hizo a Sharon la pregunta del millón: "¿Dónde está el bastón?", a la que la joven dió una respuesta no menos sonada: "No tengo ni puñetera idea. Mi hermano me dijo que lo había escondido en el bar, pero nunca me dijo dónde. Si lo encuentro, te avisaré por fax. Si no, estará seguro, y los fachas ésos nunca darán con él". Justo cuando Sharon pronunció la palabra fachas apareció por la puerta un extraño tipo de baja estatura con cara de pocos amigos, acompañado de cuatro hombres armados.

A Jones, para despistar, sólo se le ocurrió soltar: "Oye, Sharon, ¿te cuento otro? Esto es uno que va a confesar y le dice al cura: 'Padre, me acuso de que me gustan los hombres' y el cura le dice..." -El hombre bajito carraspea para callar la soberana estupidez de Jones y comienza a hablar con un acento extraño- "Doctor Jones, deje los chistes para 'Genio y Figura' y atienda, por favor. Sabemos que está buscando el Bastón de Ansielmux. Nuestro Führer es fan de aquel famoso bateador, y le interesa mucho tenerlo en su colección". "¡Hombre, pero si está aquí el famoso Martínez el Facha, mi personaje favorito de 'El Jueves'! ¿Y qué le hace suponer que un pasota como yo tiene el fistro de bastón ése, muestra de nazi?" -replicó Jones ligeramente mosqueado- "Es usted muy gracioso, Jones. Quizá usted no sepa nada, pero creo que esta bella señorita tiene algo que decirnos, ¿verdad, tia güe... esto, Doctora López?"

"La verdad es que pierde el tiempo aquí, enano saltarín. No tengo ningún bate de béisbol antiguo, pero sí una pelota firmada por Lou Gherig. Si la quiere comprar, le hago descuento. Si no, ¡lárguese de una vez, que me está contaminando el bar!". "¡Se acabó!" -dijo muy exasperado el "pequeño" agente alemán- "¡Si no tienen el bastón, no son útiles para nosotros! ¡¡Matadlos a los dos!!". Jones soltó un "¡¡Miau!!" y se ocultó tras la barra del bar con Sharon. Los cuatro hombres comenzaron a agujerear el bar. Paco comenzó a tirarles botellas de whisky, sin demasiado acierto. El espía incendió el bar de madera con una tea, y una botella de ésas que tiraba Jones cayó allí y extendió el fuego. Uno de los hombres resultó quemado y muerto. El calor asfixiante arrinconaba a Jones y Sharon. Se les terminaron las municiones a los tres que quedaban, y comenzó la lucha cuerpo a cuerpo en la barra del bar. El "cachas" de Paco Jones llevaba las de ganar. El primero y el segundo cayeron rápido, ¡pero el tercero sabía karate y sevillanas! Jones recibió palos de éste hasta en el carnet de identidad, pero un oportuno botellazo por parte de su compañera acabó con "Bruce Lee" en el suelo de madera, con la cara como un mapa. Mientras, el agente nazi consiguió escapar de allí, con un cabreo "olímpico". Jones y Sharon corrieron hacia la salida del bar, libres ya de oposición, pero al Doctor le cayó un trozo de madera desprendido en la cabeza, que le hizo ver las estrellas. La chica lo sacó de allí como pudo, y entró de nuevo en el bar. Salió con el mismo trozo de madera que dejó K.O. a Paco en la mano derecha momentos después, y se tumbó en el suelo junto a Jones a descansar un rato.

 

Paco despertó media hora después con un tremendo dolor de cabeza. Vió a Sharon a su lado en posición horizontal, mirando hacia el destrozado bar, con cara sonriente (¡lo que voy a cobrar del segurooo...!). "Lamento lo del bar. Ha sido por mi culpa; ese enano ha debido seguirme hasta aquí. Al menos, ya nunca encontrará lo que buscaba" -sentenció Jones- "No estés tan seguro, Paco. ¡He encontrado el Bastón! Bueno, más bien, lo encontraste primero (ja, ja, ja)". Jones se rascó el chichón de la cabeza y bromeó: "Habrás notado en esto que soy mucho mejor que Indy: ¡yo ni siquiera necesito buscar para descubrir las cosas!". "Bueno, ya está bien de cachondeo, Jones. El "gigante" ése podría volver. Es mejor largarse de aquí". Los dos se dirigieron al aeropuerto en el "600" de Sharon, y compraron dos billetes para Ciudad Real en clase turista.

 

C A P I T U L O - 3

Un pollo le cagó el traje a nuestro buen doctor mientras se dirigían a Royal City en un cochambroso trozo de avión que volaba casi de milagro. La López se había sumido en un profundo sueño, y roncaba como el Vesubio. En estas circunstancias, Jones se puso a leer el AS y se enteró de la expulsión de Robson del Barcelona, lo que le produjo una enorme tristeza, pues él era madridista de toda la vida... Se oyó un ruido como de madera podrida, el piloto dijo que se había caído otro cacho de ala derecha y el avión volaría torcido hasta llegar al aeropuerto de Las Casas, donde se descuajaringaría ya del todo. Jones passsaba del tema y se puso a resolver el crucigrama del AS y a mirar el horóscopo. -Po bueno, po fale, po me alegro- se oyó, la voz provenía de un asiento trasero donde iban dos conocidos personajillos del barrio chino; Jones, como buen lector de "El Jueves", se levantó y les sacó dos autógrafos, pero el Maki sacó la sirla y le sopló hasta los calzoncillos (porfa Maki, no le quites el bastón, que si no no puedo terminar la aventura... "Bueno, fale, tío, porquel palo éste no vale pa ná, ¿verdad Popi?"). Al Paco le daba igual, se sentía orgulloso de que el famoso Makinavaja le hubiera robado los cuarenta duros y los calzones podríos que llevaba... eso era un honor para él. La chaqueta con la cagada del pollo se la quedó, al Maki le daba asco.

 

Por fin, el "avión" se cayó en la pista 298-B del Aeropuerto Internacional de Las Casas; con salida precipitada de Paco y la López, después se oyó como un petardo: el depósito del avión había estallado. Pero nuestros protagonistas ya estaban a tres metros del cacharro, y no les afectó la explosión. Paco seguía llevando el Bastón de Ansielmux (hemos conseguido convencer al Maki) y la Sharon seguía estando muy buena... Los dos cogieron un taxi hasta el centro de la extensa metrópolis y se alojaron en Las Casas Hilton (seis estrellas y un cometa). Se ducharon, cenaron, descansaron, vieron Expediente X y la sobaron.

 

A la mañana siguiente Paco y Charito fueron por ahí a buscar información sobre la excavación secreta. Los folletos del hotel no decían nada (al chorra de Paco se le ocurrió ver si los nazis ofrecían excursiones), por lo que tuvieron que salir a informarse. Los guardias urbanos no tenían ni puñetera idea (lógico) y Paco Lobatón comunicaba. Sólo quedaba un recurso: los bajos fondos. Tras bajar siete escalones, nuestros aventureros (?) se internaron en los bajos fondos (pésimo chiste) y vieron de todo: banqueros, políticos, funcionarios, top-models... y al final, se decidieron por preguntar a un trilerillo que había en una esquina con un cartel pegado que decía: "No al trasvase Tajo-Segura" y debajo: "Triles: 1000 pts apuesta mínima, fondos en Banesto".

 

"Buenos días, tío. ¿Cómo va el negosio?" "¡Otia! ¡El famoso Paco Jones! ¿Quieres jugar unas manos? Si encuentras la patata, doblas la apuesta" "No me interesa" -dijo Paco- "pero sí te pagaría por una informacioncilla sobre una excavación o algo así que hay por aquí" "¿La de los nazis? Pero si eso está chupao, Paco... Tuerces a la derecha, luego a la izquierda, en la segunda bocacalle, a mano derecha, hay una puta, pues la pasas y giras a izquierda, sigues el camino de baldosas amarillas, verás un toro de esos de Osborne, le tocas la pata derecha superior, y se abrirá un camino secreto... ¡¡¡Ahí es!!!" -Paco sacó un billete de 10.500 y se lo dió al trilero- "Ya estás pagado, gracias tío!" "Placer hacer negocios contigo, Jones" (Paco tiene una imprenta de billetes falsos, pero le salieron de 10.500, aun así, hay gilipollas que todavía pican... est... ¡¡¡Paco, cabr...!!! ¡¡¡Pero si me ha pagado la redacción de sus aventuras con tres billetes de ésos!!! ..esto...je, je....dejémoslo correr....).

 

Sharon y Paco siguieron todas las indicaciones del trilero y llegaron al toro ése de las narices. Nuestro aventurero le soltó una "coz" bestial en la susodicha pata, y se abrió la tierra debajo de la pata... y se oyó una voz... ¡¡¡BESTIA!!! ¡¡¡ME HAS HECHO POLVOOO!!!... Paco no hizo mucho caso y se metió dentro junto con su compañera, llevando el Bastón, la pistola, una antorcha y un Super Humor de Mortadelo por si se aburre.

 

Aquel siniestro pasaje ponía los pelos de punta a Paquito, que tenía miedo a la oscuridad. A cada paso de nuestros chicos, se oía un extraño sonido... Paco decidió dirigir la antorcha al suelo... ¡¡Estaba lleno de serpientes!! Charito soltó un grito (rima consonante) y saltó en brazos de Paco que, como era un pasota, pasaba de serpientes y passsaba de tó. "Que les den polculo" soltó al verlas, y siguió avanzando, a cada paso pisando en el suelo con más fuerza y con más mala leche. "Paco, si llegas a ser tu primo, ya te habrías cagao" -bromeó la López-. Pero Paco Jones... los suyos!!! Al final, después de pisotear sopotocientas mil serpientes, Paco, con la Sharon a cuestas (que suerte tienes, mamón) llegó a un claro, de ésos donde no hay árboles ni grafos ni nada de eso, y vió casi un ejército de fachas de ésos que le traían negro excavando en el maltrecho campo de La Mancha. Se escondieron a observar, y observaron... hasta que se quedaron sobaos.

 

Llegó la noche. Todos los soldaditos nazis estaban mirando una gran pantalla donde estaba saliendo el Casimiro (el bicho ése naranja que salía para mandar a los niños a la cama... haced memoria), y después, se dirigieron todos a las tiendas de campaña a dormir y soñar con los angelitos. En ese momento Paco y Sharon cruzaron como una exhalación las dependencias de los soldados y se adentraron en la excavación. Encontraron en una duna abierta posiblemente a bombazo limpio una sala con una bonita maqueta con vías de tren, parecida a la estación del AVE de Ciudad Real, pero en antiguo, y una especie de tablero de ajedrez en cuyas casillas había agujeros.

 

"La Sala del Mapa de Baxtos... ¿y ahora qué?" -dijo la chica- Paco comenzó a examinar el tablero y sacó el Bastón. "A ver, ¿esto cómo és? Será como lo hizo mi primo para encontrar el Arca ésa..." Y comenzó a meter el bastón en las sesenticuatro casillas del tablero... nada, ...nada, ...nada... ... ... pufff... nada... náaaa... Se acabó el tablero... "¡¡¡Estoy hasta las nariiiices!!!" "¿Cómo leches se hace ésto?" "¡¡MECAGOENGRFTJXXX!!" Paco, con un cabreo monumental, comenzó a pegar estacazos con el Bastón al mapa, al tablero, a la pared de la sala, al 486 con el que estoy escribiendo la aventura... "¡Tranquilo, hombre! ¡Ten pacienciaaaa! ¡Histérico, joder! ¡Tómate una tilaaaa!" "¡¡Que van a venir los fachaaaas!!" -le soltaba la Sharon intentando calmarle- Pero en seguida la habitación entera comenzó a vibrar.. y se abrió una puertecilla debajo de la maqueta, de la que salió un esqueletillo que comenzó a andar y dijo: "¡¡Quién es el hijod... que está dando golpes!! ¡¡¡Que estoy durmiendo, un respeto a los muertos, mecagoen...!!!" Jones dijo:"¿Quién es usted?" El esqueleto llevaba una sucia gorrilla y un guante de béisbol muy viejo, y tenía aspecto simpático.

 

"Soy lo que queda del gran Ansielmux, el mejor bateador de la historia del baseball. ¡¡Hombre, si tiene mi bate favorito!! ¿Me lo podría devolver? Lo echo de menos..." "Se lo devolveré si me firma un autógrafo... y me dice dónde echó su último caliqueño" "De acuerdo, si me deja una pluma... Ya está, de Ansielmux para su amigo Paco Jones (a nuestro Paco lo conocen hasta en el Más Allá). En cuanto a lo del polvete, fué aquí -señala un punto del mapa- en la Sala del Polvo Máximo o algo así, donde estaba la estatuílla ésa que nos ponía a cien..." "¡¡Muchas gracias!!" -dijo Paco- "De nada, pa eso estamos. Y ahora, a sobar otra vez.. ¡¡Hasta otra colegas!!" El esqueleto se metió con su bate en la puertecilla de donde salió, que se volvió a cerrar. La López se quedó medio flipada; y Paco también flipaba, pero no por el hecho de haber hablado con un muerto, sino porque tenía entre sus manos un autógrafo del mejor bateador de la Historia... ¡¡y sabía ya dónde estaba la Sala del Polvo Máximo!! El paso siguiente era dejar de flipar, salir de aquella habitación, cavar un poco, meterse en la sala ésa, coger la estatuílla y marica el último.

 

C A P I T U L O - 4

Las tres y media de la mañana. Con un frío de tres pares, Paco y su compañera de fatigas salieron de la sala del mapa y se pusieron a andar hacia el lugar que les había indicado el esqueleto de marras. Tras pisar tres catalinas y tropezar seis veces, llegaron al susodicho lugar, donde se alzaba una duna, a la cual subieron. Tras disfrutar de una magnífica vista de la ciudad de Las Casas, sacaron la pala que Dios sabe dónde han conseguido (?) y comenzaron a cavar sobre la X que había en la cima (je, je, la X de X-File). Tras varias horas cavando y sudando tinta, llegaron a una extraña cueva en la que hacía mucho calor, pero un señor muy rojo, con rabo y un tenedor a lo bestia los echó de allí, porque todavía no les tocaba, y tuvieron que subir 200 metros y girar un poco a la derecha en Alburquerque... por fin, tras cavar otro poquito más, cayeron en una sala roja con dos barras y ocho piedras rectangulares con ocho guardaespaldas PikoBaxtos del añolapera partidos en setentiocho trozos, con parejas de esqueletos encima; una pila de sábanas con, por lo menos, 2700 años de mierda encima, que, si se levantara, lo que habría debajo daría de sí para siete capítulos de Expediente X; sobre las barras había botellas de whisky Baxtiano (28 siglos), vodka ruso y agua de Valencia, pero vacías (me las he bebido yo. Lo siento Paco). "Creo que ésta es la Sala del Polvo Máximo... parece un puticlub del siglo 14 antes de Cristo". "¿Pero dónde narices está la estatua?" -inquirió Sharon-. "Parece que vamos a tener que buscarla en esta sala medio podrida... ¿tienes estómago suficiente?..."

 

Pero, casi al momento de comenzar a buscar entre toda aquella basura, a Paco le entró un "picorcillo" en las zonas bajas de su anatomía, y comenzó a acosar sexualmente a la Charito, que agarró un mosqueo de alivio y le pegó un "ostión" que se oyó en Sebastopol. "¿Qué narices me ha pasado? ¡Estaba más salío que la picha un preso!" (doy fe de que Paco nunca se había sentido tan "calentorro" en toda su vida). "Si, si... ¡seguro que lo llevas planeando todo el puñetero viaje! ¡Machista de los coj...!" "¡¡Un momento!!" -interrumpió Paco- "Seguro que me ha pasado esto por culpa de la estatua ésa, ¡¡por lo visto tiene poderes mágicos!!... Apuesto que si doy unas vueltas por la sala..." Paco comenzó a dar imaginarias por la habitación, cuando le dió de nuevo la "tontería". "¡¡Aquí es!!" "Pero si ahí solo hay una pared" -replicó Sharon-. Paco comenzó a golpear la pared con la pala, hasta que cedió completamente.

Tras aquella pared, en una mesa donde había una baraja y amarracos, se encontraba una estatuílla que representaba una "profesional", de casi medio metro de altura... ¡la Puta de Baxtos! (se la estarían jugando al mus). "¡Al fin, la encontramos! ¡Después de tantos años, Paco Jones encuentra algo decente! (no me lo creo... pellízcame)"... "Vale ya de cachondeooo... Sharon, tu ve primero y vigila la entraaadaa.. por si vieeenen los naa..naaa..naziiiis...aaa...aaaAAAAAaaaaAAA...(15 min)...Ya está, ya podemos irnos". "¿Por qué has tardado tanto, Paco?" "Motivos hormonales... je, je!" -respondió Paco-. Ambos salieron de la Sala del Polvo Máximo, aunque sin echarlo, y volvieron a llegar por error a la cueva del tío rojo, que esta vez se metió corriendo para adentro, con la mano en los bajos, soltando extraños alaridos (?). "Parece que lo de la Puta ésta es algo serio..." -afirmó Paco-. Por fin llegaron hasta arriba, a la duna de donde habían salido, quitaron la nota de "Somos Paco y Sharon, ahora no estamos, pero llegamos enseguida" y volvieron a esconderse en la Sala del Mapa, pues los soldados se iban despertando.

 

Eran las 8:00, hora a la que sonaba la trompeta de diana. Los soldaditos se levantaron, medio sobaos, y volvieron a sus posiciones para excavar. Pero los de alrededor de la Sala del Mapa empezaron a experimentar la misma calentura que Paco, y comenzaron a suspirar y hacer guarreridas propias de la película de los viernes de Canal Plus. El jefazo de la excavación, acompañado de sietentidoce soldados, se personó en el lugar... y, tras echarse una, ¡decidió entrar en la sala donde se escondían Paco y Sharon! (qué putada). Pero salió sin más. "¡Pero si aquí no hay nadie! ¡¡Vámonos!!" Se iban a marchar cuando Paco soltó un ¡¡AAATCHUAAARRRGGGFFFF!! que los hizo volver... "jodío costipao" -pensó Paco- "El señor Paco Jones, supongo". Paco y Sharon salieron del escondite frustrado. "PacoJones los míos...esto, sí, para servir a Dios y a usté" -respondió- "Creo que ya conoce a mi agente Struggen... yo soy el Coronel Bajjen, y estoy aquí en misión especial del Führer... podría estar en mi casa tocándome las narices, pero estoy aquí porque al cantamañanas de Hitler se le ha ocurrido mandarnos a Las Casas a perforar un poco para buscar una puñetera estatua con poderes sexuales o no se qué leche, pero ahora que está usted aquí, veo que el hijod..., digo, Adolfo tenía razón... ¡No veas cómo se han puesto los soldados y cómo me he puesto yo ahí fuera! Eso quiere decir que la tienes encima... ¡¡Dánosla ya!!".

 

El Struggen era el "enano saltarín" que Jones se encontró en el bar aquél del Tibet... "Señor Jones, nos volvemos a encontrar. En la anterior ocasión tuvieron mucha suerte, pero ahora..." Paco tragó saliva... "¿de qué me hablas tío? ¿Y a mí que narices me importa? Yo me he metido aquí para contemplar las antigüedadessss esss... (mierda, otra vez) ... soooy esstudiaaaantee de arqueoolooo... giaaAAAaaa aAAAaa ¡aaaAaAaA!" ... "¡¡La tiene la chica!!" -soltó un soldado de ésos que estaba registrando- En efecto, la llevaba escondida a la espalda (hay que joderse). Los fatxas sacaron a Paco y Sharon de la sala y los encerraron en una celda con Tele5 enchufada, y agarraron la estatuílla, la metieron en una caja de madera forrada con plomo (para aislar sus radiaciones "mortales") y la dejaron en una tienda con siete candados. Después se echaron dos más y se fueron a desayunar un vasito de leche para cargar la estilográfica.

 

La verdad, aquella celda era un poco incómoda, si bien permitía a Paco disfrutar de la proximidad de las potentes curvas de la Charito, que se desgañitaba intentando apagar la "tortura visual" a la que estaban sometidos (siete repeticiones del Telecupón). Era tan estrecha, que para poder meterlos, tuvieron que sacar un mosquito que había dentro. "Hay que salir de aquíigrfs..., ayúdame..., quita la pierna derecha... a ver, un poco más... ese brazo no me deja ver... ¡Sharon, que no soy de piedra, jodeeer!... pie derecho al rojo, pie izquierdo al amarillo, brazo derecho al verde... ¡menudo lío!..." La López se hartó del cachondeo y llamó al tío de guardia: "¡¡caboguardiaaaa!! ¡¡que tengo que cambiarme la compresaaaaa!! ¡¡abree, ostias!!" El guardia introdujo la llave en la cerradura, y, al abrir, los dos que había dentro salieron despedidos por la presión, y cayeron encima del pobre solado, que quedó K.O. de un tetazo de la Sharon. Paco agarró la ropa del soldado y se la puso, metiendo después a éste en la celda ésa de la señorita Pepis y cerrando la puerta a trastazos, pues apenas cabía dentro. "Quédate aquí, Sharon. Ahora iré a por la estatua y nos largaremos de aquí". Paco salió de la tienda y se dirigió hacia donde su instinto le llevaba, y acabó dando con la tienda de siete cerrojos. Es algo estúpido intentar abrir los siete cerrojos de una tienda de lona, por lo que Paco, con su navajilla multiuso, a lo McGyver, cortó la lona y agarró la caja donde iba la estatua (después de pensarlo mucho, no se vayan a creer, que el tío ya había sacado la ganzúa). Pero el Struggen lo clisó con la caja: "¿Hacia dónde te diriges, soldado?" "No soy un soldado, soy Paco Jones, y me llevo la estatua a mi casa, porque me gusta. Y ademas ¡YO LEO A KIRKEGAARD!". "¡Ah!, entonces, si es así, vale"... (hasta aquí llega la estupidez de los nazis). Paco pudo llegar sin mayor problema a la tienda donde estaba su compañera, y salir por pies de allí. Pero el enano comenzó a mosquearse...

 

C A P I T U L O - 5

...y colocó un control antes de llegar a la ciudad de Las Casas, por si las moscas, contra el cual se dieron de lleno Paco y Sharon, que iban cargados con la cajita de marras (bueno, el que iba cargado era el pobre Jones). "¿Y ahora qué? Me pregunto cómo narices vamos a pasar de aquí con el muerto éste a cuestas" "Déjame pensar...¡Ya sé! ¡Métete dentro!" "No pienso hacer eso, Sharon. Cualquiera sabe lo que podían haber metido antes de meter la estatua..." "Si te metes, quedamos después de terminar la aventurilla ésta para jugar al mus, con dos amiguitas mías que..." Paco abrió la caja y se metió dentro (joder, no se va a meter fuera), pero no contó con los apuros que iba a pasar, estando pegado a la Puta de Baxtos... Sharon se acercó al control arrastrando la caja. "Buenax tarden froilans" (alemán tipo Carrascal) "¿algo que declarar?" "Sí, esta vaca que llevo dentro de la caja, que voy al veterinario a ver si está loca". La caja comenzó a moverse de manera extraña, y los guardas comenzaron a sospechar... Uno de ellos golpeó la caja con la porra, y Paco intentó soltar un mugido, pero lo que soltó fué algo así como "¡¡MUUUAaaaAAAAaaaggffffquegustoo!!", abrió la caja de una patada y salió corriendo a lo Flash para meterse detrás de un árbol a hacer una artesanía española...

 

Tras la tonterida sexual de Paco, que fué respetada con toda delicadeza por parte de los guardas, los dos casi-arqueólogos fueron llevados de nuevo al campamento con su amigo Struggen, que los saludó efusivamente: "¡¡Hombre, Dostor Jones!! ¡¡Cuánto tiempo sin verle...prfss..juaaa, juaaa!!" "Te vas a cachondear de tu p... madre, padrastro de Torrebruno...grftjxgrmblffjj" (malayo intraducible) "¡¡Lleváoslos al camión 37!! ¡En Berlín decidiremos qué narices hacer con ellos, si salchichas de Frankfurt o galletas de perro!". (en realidad había un solo camión, pero le llamaban "el 37" porque llevaba ya 37 años sin pasar la ITV). "Y meted la caja ésa en el maletero de la limusina del coronel, ¡¡que llegamos tarde y nos vamos a perder Expediente X, joder!!". El general de antes subió a la limusina con Struggen y ChuLin, el de Falcon Crest, que iba de chófer; y los sopotocientosmiltrece soldados desmontaron el chiringuito y se metieron todos en el 37.

 

Los dos vehículos arrancaron en dirección al aeropuerto. Pero nuestro amigo Paco no se lo iba a poner tan fácil... después de contar un pésimo chiste al soldado que llevaba las llaves de sus esposas, éste cayó fulminado, y lo que sigue no hay ni que decirlo (ni el chiste, que es realmente malo, y si lo pongo, seguro que el lector se pondría a hacer otra cosa, estudiar Sistemas Operativos, por ejemplo). Se lió una pelea barriobajera en el camión, con Paco repartiendo estopa a diestro y siniestro, puñetazos, coces, tiros, pistolazos en la cabeza, escupitajos, armas químicas gaseosas, suplex, DDTs, sho-ryu-kens, la patada aquella famosa de Chun Li, e incluso insultaba a los pobres soldados metiéndose con sus mamás. Después de toda esta borriquería sangrienta, quedó UN soldado nada más en el camión, que le costó bastante más a Jones que todos los demás, porque era el más besucón. Pero por fin, tras soltarle un fletanazo en el estómago (¿alguien sabe qué narices pinta un fletán en el camión 37 a esas horas?), cayó del camión y perdió el carnet de padre contra una roca afilada que había por allí (casualidades de la vida). "Perdona, tía, es que no tenía nada más a mano con lo que luchar, lo siento mucho". Había dejado a la pobre Sharon tirada en el suelo como un trapo, hecha polvo, después de usarla como "arma arrojadiza" sobre un soldado que se ponía pesao (lo siento por las feministas, pero es que Paco es un bestiajo... Le damos una patada en los mismísimos desde aquí por no saber tratar a una dama).

 

Por suerte, cuando se levantó, la pobre parecía no acordarse de nada... "¿qué ha pasado aquí?" "...estooo... un soldado, que creo que te ha caído encima... no lo sé, había muchos, pero ya me los he cargao" -Pacooo, eres la ostia...- "Bien, ahora hay que hacerse con el control del camión..." Los dos se miraron entre sí y asintieron. "Paco, mira en la cabina, a ver cuántos son..." Paco se acercó a la parte de delante del camión cuando recibió un tremendo empujón que le hizo atravesar la lona del camión, entrar de golpe en la cabina y propinar un fuerte trastazo en la chola al conductor, enviándolo al país de los sueños; por puñetera casualidad, de ésas que sólo pasan en el cine, el camión se paró. La López no tuvo más que entrar tranquilamente en la cabina, tirar al conductor, colocar a Paco, que estaba en "animación suspendida", en el asiento de la derecha, arrancar y tirar p'alante. "¿Te duele la cabeza, jodío? ¡Esa por la de antes, cacho bestia, insensible!" (¿qué, ya estamos en paz, no? ¡Pues sacabó la guerra de los sexos!).

 

Paco volvió al mundo de los despiertos con un dolorcillo de tarro que no tenía nada que envidiar al de sus más fuertes resacas. "¿Cómo has podido empujarme así? ¡Pero si me podía haber matao! ¡Gracias a que el escritor es un tío legal, que si no...!" "¡¡Calla ya, pesao!! Además, ya estamos en paz. Ahora tenemos que pillar al enano ése que va en la limusina.. ¡llevan la estatua!" "Sharon, ¿me puedo echar una siestecita en tus rodillas, como cuando era chiquitillo? vaa, porfaaa.." Paco la convenció y echó un sueñecito hasta la mitad del camino; luego, se lo echó Sharon, en la misma posición. Al llegar al aeropuerto (tardaron 6 horas en atravesar la vasta ciudad de Las Casas), encontraron una limusina con un chófer que esperaba a un tal Calisalvo... "¡La limusina del campamento! ¡Esos dos no deben andar lejos!" Los dos corrieron hacia el interior del aeropuerto... "Ultima llamada para el vuelo Las Casas-Berlín, en la pista 293-H" ...buscando la pista ésa se les hizo tarde, y no encontraron el avión, que despegó (mala suerte). Sin embargo, a Paco le entró un descansillo en las partes bajas que agradeció... seguramente por haberse distanciado de la Puta de Baxtos. Tuvieron que comprar otro billete para el vuelo "suplente" en un avión de la misma compañía que el que les había llevado desde el Tíbet. (je, je, hay que ver qué mala leche tengo...). "Que disfruten del vuelo...".

 

Otro pollo se cagó en las vestimentas de Paco, pero esta vez el Maki no estaba en el avión (no iba a ser igual que antes). Cuando éste fue al retrete a limpiarse un poco, en lugar de taza, había un agujero; no había jabón, en vez de lavabo había un barril oxidado lleno de... bueno, eso le toca a Fox Mulder...y allí se "limpió" como pudo. Sharon tenía una radio de ésas de bolsillo con auriculares, oía el Carrusel, y le iba cantando los goles a Paco (y a todo el avión). Toses estentóreas se oían desde el último asiento, lloros infantiles, rebuznos, tertulias radiofónicas, debates electorales... en el asiento de al lado iba Fernando Sánchez Dragó, contando las excelencias de su última obra; en fin, un gusto de viaje.

 

C A P I T U L O - 6

Por fin, el avión volvió a caer, ahora en la pista 0,1 del Aeropuerto de Berlín, pero esta vez no explotó, sino que sólo dió tres botes y se paró. Después el piloto le dió tres costurones al ala derecha, levantó el cacharro y se perdió de vista. Recurriendo de nuevo a preguntar por los barrios bajos, nuestros chicos obtuvieron la dirección secreta donde se iba a celebrar la demostración del poder de la estatua ante Adolfito, justo al lado del pub Arny-Berlín, a mano derecha. Para abreviar la cosa, supongamos que es de noche, en una explanada, con extravagacientos de soldados, furrieles, primeros y chusqueros, armados hasta los dientes, con faros que iluminaban como el mismo sol, y una gaviota que se había cagado en la esvástica de la gorra de Hitler, que tuvo que cambiarse (jódete mamón). El tiempo que tardó en cambiarse de gorra fue suficiente para que Paco y Sharon se ocultaran detrás de un árbol a observar.

 

"Este es el mayor descubrimiento de la Ciencia Arqueológica, que contribuirá al desarrollo de la raza blanca en todo el planeta... (me parece que me voy a ahorrar el discursillo del Bajjen, porque es muy pesao)...somos cojonudos, la otia...etc,etc...Nuestro Führer tendrá el honor de abrir la caja que porta la cumbre de nuestros anhelos de crear una raza superior..." (pero será pesao y repipi el tío.. ¡Ya tas callao, por mis santos coj...!) El Bajjen se calló, porque a mí me ha dao la gana, que pa eso soy el escritor, y dejó que su jefecito del alma abriera la caja... ¡pero la llave no funcionaba! Adolfo usó la cabeza...y consiguió abrirla (a cabezazos, vaya).

 

La imagen de la Puta de Baxtos presidía la reunión. La belleza de sus formas y diseños sólo era comparable a la fuerza de sus radiaciones... que se hicieron notar en todos los presentes en cuanto la sacaron de la caja. Los soldaditos, cabos, etcetc comenzaron a excitarse como salvajes, pegando tiros al aire, dejando caer los fusiles, y se tiraron todos al suelo, a hacer guarrerías. Incluso al Struggen, al Bajjen y al Adolf les entraron ganas de cachondeo, pero se reprimieron, que para algo son los jefes. Paco también pudo reprimirse, pues estaba muy lejos. Parecía que todo iba a quedar en una "paja" bajo las estrellas, cuando comenzaron a sonar truenos, que anunciaban tormenta, con más fiabilidad que cualquier meteorólogo. "Pos bueno, que llueva, que le hace falta al campo..." -dijo Paco en plan pasota, como siempre- Pero... ¡¡un rayo cayó sobre la estatua!! El color verde que tenía se convirtió en rojo, y empezó a desprender un calor sofocante... y su poder "sexual"... ¡¡se multiplicó por diez!! Los soldados comenzaban a quedarse secos, sin poder evitarlo... los jefes no podían contenerse más y empezaron a "encularse" unos a otros... Paco tampoco podía aguantar... "¡¡Sharon, me muerooo!! ¡¡No aguanto máaas!! ¡¡Necesito echar un destos o si no me voy a quedar en el sitioo!! ¡¡¡AAAARGGFFFSS!!!" A Sharon incluso le había empezado a dar calentura... "¡¡De acuerdo, pero sólo es para salvar la vida!!", y comenzaron a... bueno, a "eso". Los soldados y los jefes, por sí solos, no pudieron resistir las tremendas radiaciones, y se secaron todos... menos Adolf, que pudo escapar y sólo se echó una con un Playboy que había por allí.

 

Después de aquella masacre, la estatua se comenzó a resquebrajar, se partió en dos y se derritió toda la figura, se enfrió y volvió a su color verde original, pero convertida en una masa informe. Paco y Sharon consumaron el acto sexual tres veces, antes de que la estatua dejara de "ejercer". "Ya no se oye nada... ¿y si salimos?" "De acuerdo Paco, vamos a ver qué ha pasao aquí..." Salieron del árbol y vieron un espectáculo deplorable... nosecuantosmil soldados más secos quel Guadiana , tirados en el suelo, muertos, además de lo que quedaba del enano y del Bajjen. De la Puta poco había quedado, sólo una plasta de líquido verde que, a lo mejor, valía algo. Paco intentó meter la mano para ver si se podía llevar sin problemas... ¡¡y sacó un diamante como una naranja!! "¡¡Otia!! ¡Debe ser el que la estatua llevaba dentro... supongo que como decoración!". Paco y Sharon volvieron a Estados Juntitos con el diamantazo para guardarlo en el Museo en un avión... ¡¡de la misma compañía!!

 

E P I L O G O

 

El avión se cayó, como de costumbre, en la pista -2 del Aeropuerto de Villaberzas, en Estados Juntitos, y, después de que Paco se limpiara la cagada de pollo en el water, cogieron un taxi hacia el Museo. Allí les esperaban con impaciencia Marcus y los agentes secretos... "¡¡Jones, por fin has llegado!! ¡Enhorabuena, chato!" Tenían preparada una tarta, champán, serpentinas y globos para recibir a Paco. "Doctor Jones, nos hemos enterado del resultado de su "aventura" en Berlín; la misión del Führer ha fracasado, y el mundo se encuentra fuera de peligro, de momento." "Sí, pero es una pena que no hubiera podido recuperar la estatua para su análisis... quedó totalmente destruída" -Paco guiñó un ojo a Marcus-. "De acuerdo, Jones... tenemos que largarnos a Güasintons a informar. ¡Hasta otra!" Cuando los dos (o eran tres... no me acuerdo) agentes partieron, Marcus preguntó interesado: "Jones, ¿qué me has traído de Las Casaaas?" Jones sacó el cacho diamante aquél y se lo pasó. Marcus se desmayó... "Pero si sólo es un cristalillo de nada, hombre...no te pongas así..." El diamante fue colocado en una urna láser de máxima seguridad, y Jones fue recompensado con un viaje a las Bahamas por cuenta del Museo, para descansar. Nuestro Doctor salió del edificio, se metió en el taxi donde le esperaba Sharon, agarraron los pasajes y se corrieron una juerga alucinante... ¡¡y además vieron a Indiana Jones!!...

 

Pero aún quedaba un misterio... todas las noches, el diamante desaparecía del Museo. Después del viaje, al volver Jones al trabajo, se encargó de investigar en la sala por su cuenta, pues no le hacía la idea de que alguien chorizara el diamante que tanto le costó encontrar. Aquella noche no pasó nada, ni a la siguiente... Jones, mosqueado, decidió abrir la urna y examinar el diamante... nada por aquí... nada por allá... ¡pero comenzó a sentir la misma calentura que con la estatua! ..."Ya comprendo por qué pasa esto... ¡qué jodío!" Una noche, se escondió y vigiló después de cerrarse el museo... Un hombre encapuchado se acercó al diamante... abrió limpiamente la urna... ¡En ese momento Jones saltó hacia él! Le quitó la capucha... "¡¡¡Pero Marcus!!! Joder, a tu edad..." "Es que no me funciona como antes... ¡je, je, je!"

F I N

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