I
-Nunca digas nunca...
- Es que yo creia que nunca iba a volver a enamorarme. Pero Santa...
- ¿Como explicartelo? Es...
-Es.maravillosa. Es lamas hermosa mujer que has conocido.
   Angel miro a Cesar, titubeando -¿Como sabes?
- Porque lo mismo dijiste de Crisis
Crisis...
Su rostro se confundia con el de Santa en la mente de Angel mientras conducia hacia su casa. En el fondo de sus pensamientos aun sonaba el eco de las palabras de Cesar.
Se estaciono en el lugar de siempre, junto al auto de los Torres.
Antes de entrar a su casa se detuvo a contemplar la fachada por unos momentos. Gris, alta, enorme. Las enredaderas abrazandola y el sol bañandola en luz, y a pesar del calor del sol era frio. Y demasiado grande para el solo, penso.
Abrio la puerta.
Un retrato le sonrio encima de la chimenea. Los ojos metalicos. Cabello oscuro. El vestido negro dibujaba el horizonte bajo los hombros desnudos. Angel dejo de mirarla e hizo funcionar el estereo. Se aflojo la corbata y se quito el saco. Camino hacia el bar y se sirvio una copa.
De pronto su vista se topo con una puerta angosta al final del pasillo.
Y casi sin darse cuenta se encontro frente a una silueta femenina en el sotano. La mujer permanecia quieta, callada, imperturbable. El sol y el polvo que se colaban por la ventana claroscuraban su figura.
Angel solto la copa, que se hizo añicos en el suelo.
Y cayo llorando a los pies de la estatua.
II
Santa habia conocido a Angel dos meses atras, un fin de semana en que, como todos los fines de semana desde hacia tres años, visito a Blanca, su mejor amiga, la hija de los Torres. Y se enamoro de el. El cabello rubio y los ojos verdes de Santa se reflejaban, brillantes, en una charolita de plata junto a la taza de cafe, mientras oia sin escuchar las historias sobre como Angel habia enloquecido despues de la muerte de su esposa. Pero su mente solo concebia a su amado como un hombre tierno, educado, cariñoso, que la llevaria consigo y la convertiria en la mujer mas feliz de la tierra.
- Santa... ¡Santa!
- ¿Perdon?
- No me estabas escuchando, ¿verdad?... ¡¿verdad?!
- Es que estaba pensando en otra cosa.
- Tienes razon. Tienes muchas otras cosas que pensar... y nada de lo que te digamos va a hacerte cambiar de opinion
- La boda es en un mes...
Santa pronuncio esto ultimo como un suspiro, y se imagino no estar ahi, en la sala de los Torres, en otra reunion de fin de semana, sino en la enorme casa gris que se podia ver a traves de la cortina que como un velo cubria el paisaje, haciendolo parecer entre nubes... o niebla?
Recargada contra el sillon junto a la ventana, Santa imaginaba. Imaginaba como habria sido el rostro de aquella mujer. El rostro de la mujer llamada Crisis.
III
Ella prometio que volveria, antes de estremecerse y mirarlo por ultima vez. Luego su rostro se contrajo, su boca se abrio y exhalo un gemido de dolor. Al final se quedo inmovil, tranquila, como dormida. Angel volvio al presente al oir la voz del sacerdote, y al volverse hacia su derecha vio el rostro radiante de Santa que sonreia, feliz. La beso, mientras los invitados se levantaban y aplaudian y la musica sacra se derramaba lentamente.
El resto del dia de su boda transcurrio como en un sueño.
Un sueño donde Angel habia cambiado el color de los ojos y el cabello de su esposa.
IIII
La noche era callada. Parecia muerta. No habia luna, ni nubes, ni tormenta.
La ventana de la habitacion nupcial estaba abierta, pero la pareja no podia sentir otra cosa mas que la piel de cada uno y el calor de sus cuerpos.
Santa se movio y puso su cuerpo sobre el de Angel. Su cabello rubio rozaba la cara de el. Santa cerraba los ojos y gemia, lo besaba y acariciaba fervorosamente, susurrando palabras ininteligibles. Angel se dejaba llevar. Tomo el rostro de Santa entre sus manos y la beso lenta y profundamente. Al separarse, ella sonrio, y comenzo a trazar un camino descendente con su lengua y sus labios, partiendo del cuello de su esposo.
La ventana y el cielo quedaron a la vista de Angel.
Y tambien la sombra que se recorto de pronto en la penumbra, y que el reconocio al instante. Sus pupilas se dilataron y trato de incorporarse, sorprendido.
Santa se levanto de un salto, asustada. Se dio cuenta de que la mujer oscura tenia un cuchillo. Pero no pudo gritar.
Angel aun tuvo tiempo para una ultima palabra, que pronuncio con una extraña mezcla de horror y alegria:
-¡Regresaste!
Luego todo quedo en silencio.
V
Aquella mañana era aun mas fria que la noche anterior. Habia niebla, rota bruscamente por las luces de ambulancias detenidas y autos de la policia que se agolpaban frente a la casa gris. Algunos hombres caminaban al rededor, los vecinos estiraban el cuello para ver por encima de las sirenas, trataban de escabullirse bajo las lineas de plastico amarillo que decian "PROHIBIDO EL PASO" Ademas de los policias habia  hombres y mujeres con batas y guantes de plastico. Estaban por toda la casa pero la mayoria contemplaba el cuadro de sangre en la recamara: La pareja desnuda, abrazada, la cara de ella convertida en una mascara roja e informe, el cuerpo de elgrotescamente decorado con arabescos rojos. Yaciendo frente a frente, parecian mirarse. Pero ya no tenian ojos para hacerlo. Uno de los policias, apoyando sus codos sobre la barra trataba de decidir cual de las botellas que habia en la cantina deberia probar. Otro hallo la pequeña puerta al final del pasillo y bajo las escaleras crujientes hasta el sotano. Pero, a pesar de los rumores y las historias que contaron temblorosos los vecinos, no encontro nada mas extraño que un enorme pedestal vacio.