oesía |
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Serpientes estáticas y erectas que cuentan los vestigios de cordura de un Ser que trata de morir en paz en una vida impía. |
El cronista se despertó. Auguró su sueño de gloria, se limpió el rostro y salió a saludar al sol. Embutido en la cosmopolita ciudad pensaba en la longevidad; seguía creyendo que podía continuar así... viviendo su sueño de gloria. Creía que alguien lo entendería. A pesar de ser “el cronista”; patriota, redentor, viajero de antaño, cuidador de la cordura citadina. Nadie lo entendía. Ni la sociedad exigua. Conocedor del mundo, le ha llegado la hora, la hora de dudar. Los recuerdos comenzaron a llegar uno tras otro. Como zamuros a la carroña; y se aglutinaron. De sudor se le cubrió el rostro, tartamudeaba su nombre. Nombre conocido por otros. Nombre de sed de venganza, de asesinatos. Claro que conocía bien la cuidad, la conocía bien, a ella y a sus moradores. Desde el bar hasta el hospital. Ciudad pequeña y sobria, elegante y a la vez desdeñada; pero ciudad al fin. Rica en historia, cuna de virtuosos. Él la conocía, y a las víctimas. Desde el bar hasta el hospital. Siete demonios festejaban. Un ángel lloraba. La redención no está lejos, sólo a 20 esquinas. Carácter febril, mirada perdida. Voz de ultratumba, gritos salvajes -PIEDAD AUSENCIA-. Recuerdos fogosos pero monstruosos. La cama y la sangre. La cuna y el cadáver. Salió el sol y la paz se escondió. No era como antes. Aquí, el amanecer no trajo consigo paz, al contrario, trajo peste y soledad. Ahora no puedes dormir piensas que ya lo superaste, pero no es así. Elaboras muchos planes, tramas cientos de soluciones y otros escapes. Con la luz apagada y un poco de hachís, las puertas se abren; Newton te acompaña. Caleidoscopio profundo. El cuarto se llena de peste y de bruma. Triana anuncia la América India. Colón te saluda. El dragón se empeña en olerte la hiel. Piensas que tu suerte puede cambiar. Piensas que te puedes curar y a tu familia recuperar, y es entonces cuando una bala, dibuja el final. Como un amigo dijo: “Soñar no cuesta nada, pero a veces duele”. |
RELATO EFÍMERO |
Me devuelvo otra vez por tu cabello formando las siluetas del camino pensando en la tangente que lleva con mi mano y las formas de los lirios Se desliza por tu nuca sin saber en qué sentido hace formas hace rizos hago todo escondido |
LAS FORMAS DE LOS LIRIOS |
Te vi llegar Te vi correr Te vi hablar Y fue suficiente Para darle a la belleza El rumbo de tus ojos En el ancho mar que se Reflejaban en tus lentes Te escuché Te hablé Y fue suficiente Para que fueras El centro de mi universo En un instante El brillo del sol Que se reflejaba en las nubes No se compara Con el cabello que llevas Amarrado y enredado en mi corazón Ni a tu tez Tostada por el sol Que deja asomar tus lindos ojos A la inconmensurable faz De la galaxia Te vi pararte Te vi salir Te pregunté tu nombre ¡Sólo tu nombre! Y nada más El cerebro no me daba más Sino para preguntarte Tu nombre Te vi ahí Ahí parada Te vi salir Pero no irte Te fuiste Y no dijiste Cuándo regresabas Y sin querer O queriendo No lo sé Te llevaste mi ser Entero. |
REINA DEL MAR |
Me siento solo Ahogado en el ruido de la nada Lacerándome con las alas de la gaviota Alimentada por el agua mística Del mar del olvido, Del olvidado mar Salado con las lágrimas de Atenea Que lloró por mí en el firmamento. |
Y EN LA INMENSIDAD DEL TODO |
Me deshice del disfraz Accedí a conspirar La mujer fría Silbó la amistad Alfombras tejidas Borlas de piedra Ojos dormidos Confianza siniestra Vino y cerveza Marihuana y jalea Lautrec y Picasso Nietzche y Séneca Lecho áureo Cortinas de seda Satén ceñido Satán no sueña |
SATÁN NO SUEÑA |
Otro día más aquí Buscando, Odiando En la plácida ensenada No me encuentro Ni quiero que lo hagan Deseo un cenit Para ver un nadir Busco salidas En discursos celestes Que enmudecen Aves silentes Abajo; Me toman, Me hunden, En miseria humana Aquí en la ensenada Vago a veces Para volar Y callar Ver mi sangre Fluir errante Sin sumideros Que aprovechen Ecos místicos Resuenan Mientras el corazón Se detiene |
VACUO |
Te olvido Y te encuentro De soslayo deseo Tu cuerpo Brota la leche De cúneos antiguos En tu pecho Clavados Bebo sediento De tu manar dérmico Hasta la inconciencia Bebo |
BEBO |
Fuertemente me desahogo Bebo de la caña su brebaje Bebo el vino añejo y sutil Fuertemente me deprimo Caen las hojas rojizas Se fermentan los albures Me divorcio del ánimo heril Para casarme con la selva febril |
CASAMIENTO |
Félix Alejos©2000 Félix Alejos©2001 Félix Alejos©2002 Todos los derechos reservados Producciones Vacuas©2002 |
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MÚSICA (Puedes pulsar la tecla Esc. para detener la reproducción MIDI, sin embargo, los formatos de imagen de intercambio gráfico GIF, se detendrán igualmente) |
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La pieza musical que escuchas es Toccata et Fuga in Dm (BWV 565) del compositor Johann Sebastian Bach |