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H.R. Giger
oesía
P
Serpientes estáticas y erectas que cuentan
los vestigios de cordura de un Ser que trata de morir en paz en una vida impía.
El cronista se despertó. Auguró su sueño de gloria, se limpió el rostro y salió a saludar al sol. Embutido en la cosmopolita ciudad pensaba en la longevidad; seguía creyendo que podía continuar así... viviendo su sueño de gloria. Creía que alguien lo entendería. A pesar de ser “el cronista”; patriota, redentor, viajero de antaño, cuidador de la cordura citadina. Nadie lo entendía. Ni la sociedad exigua.
Conocedor del mundo, le ha llegado la hora, la hora de dudar. Los recuerdos comenzaron a llegar uno tras otro. Como zamuros a la carroña; y se aglutinaron. De sudor se le cubrió el rostro, tartamudeaba su nombre. Nombre conocido por otros. Nombre de sed de venganza, de asesinatos.
Claro que conocía bien la cuidad, la conocía bien, a ella y a sus moradores. Desde el bar hasta el hospital. Ciudad pequeña y sobria, elegante y a la vez desdeñada; pero ciudad al fin. Rica en historia, cuna de virtuosos. Él la conocía, y a las víctimas. Desde el bar hasta el hospital.
Siete demonios festejaban. Un ángel lloraba. La redención no está lejos, sólo a 20 esquinas. Carácter febril, mirada perdida. Voz de ultratumba, gritos salvajes -PIEDAD AUSENCIA-. Recuerdos fogosos pero monstruosos. La cama y la sangre. La cuna y el cadáver. Salió el sol y la paz se escondió. No era como antes. Aquí, el amanecer no trajo consigo paz, al contrario, trajo peste y soledad.
Ahora no puedes dormir piensas que ya lo superaste, pero no es así. Elaboras muchos planes, tramas cientos de soluciones y otros escapes. Con la luz apagada y un poco de hachís, las puertas se abren; Newton te acompaña. Caleidoscopio profundo. El cuarto se llena de peste y de bruma. Triana anuncia la América India. Colón te saluda. El dragón se empeña en olerte la hiel. Piensas que tu suerte puede cambiar. Piensas que te puedes curar y a tu familia recuperar, y es entonces cuando una bala, dibuja el final.

Como un amigo dijo: “Soñar no cuesta nada, pero a veces duele”
.
RELATO EFÍMERO
Me devuelvo otra vez por tu cabello
formando las siluetas del camino
pensando en la tangente
que lleva con mi mano
y las formas de los lirios

Se desliza por tu nuca
sin saber en qué sentido
hace formas
hace rizos
hago todo
escondido
LAS FORMAS DE LOS LIRIOS
Te vi llegar
Te vi correr
Te vi hablar
Y fue suficiente
Para darle a la belleza
El rumbo de tus ojos
En el ancho mar que se
Reflejaban en tus lentes
Te escuché
Te hablé
Y fue suficiente
Para que fueras
El centro de mi universo
En un instante
El brillo del sol
Que se reflejaba en las nubes
No se compara
Con el cabello que llevas
Amarrado y enredado en mi corazón
Ni a tu tez
Tostada por el sol
Que deja asomar tus lindos ojos
A la inconmensurable faz
De la galaxia
Te vi pararte
Te vi salir
Te pregunté tu nombre
¡Sólo tu nombre!
Y nada más
El cerebro no me daba más
Sino para preguntarte
Tu nombre
Te vi ahí
Ahí parada
Te vi salir
Pero no irte
Te fuiste
Y no dijiste
Cuándo regresabas
Y sin querer
O queriendo
No lo sé
Te llevaste mi ser
Entero.
REINA DEL MAR
El Concejo Ecuménico - Salvador Dalí -
Me siento solo
Ahogado en el ruido de la nada
Lacerándome con las alas de la gaviota
Alimentada por el agua mística
Del mar del olvido,
Del olvidado mar
Salado con las lágrimas de Atenea
Que lloró por mí en el firmamento.
Y EN LA INMENSIDAD DEL TODO
Me deshice del disfraz
Accedí a conspirar
La mujer fría
Silbó la amistad

Alfombras tejidas
Borlas de piedra
Ojos dormidos
Confianza siniestra

Vino y cerveza
Marihuana y jalea
Lautrec y Picasso
Nietzche y Séneca

Lecho áureo
Cortinas de seda
Satén ceñido
Satán no sueña
SATÁN NO SUEÑA
Otro día más aquí
Buscando,
Odiando
En la plácida ensenada

No me encuentro
Ni quiero que lo hagan
Deseo un cenit
Para ver un nadir

Busco salidas
En discursos celestes
Que enmudecen
Aves silentes

Abajo;
Me toman,
Me hunden,
En miseria humana

Aquí en la ensenada
Vago a veces
Para volar
Y callar

Ver mi sangre
Fluir errante
Sin sumideros
Que aprovechen

Ecos místicos
Resuenan
Mientras el corazón
Se detiene
VACUO
Te olvido
Y te encuentro
De soslayo deseo
Tu cuerpo

Brota la leche
De cúneos antiguos
En tu pecho
Clavados

Bebo sediento
De tu manar dérmico
Hasta la inconciencia
Bebo
BEBO
Mujer Alada
Fuertemente me desahogo
Bebo de la caña su brebaje
Bebo el vino añejo y sutil
Fuertemente me deprimo
Caen las hojas rojizas
Se fermentan los albures
Me divorcio del ánimo heril
Para casarme con la selva febril
CASAMIENTO
Poesía del Vacuo Ser
Félix Alejos©2000
Félix Alejos©2001
Félix Alejos©2002
Todos los derechos reservados
Producciones Vacuas©2002
felixalejos@intercable.net.ve
opusculum@hotmail.com
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MÚSICA

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La pieza musical que escuchas es
Toccata et Fuga in Dm (BWV 565)
del compositor Johann Sebastian Bach