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         Muy pronto en fasenlinea Selección de pifias históricas en la sección Y demás 
         
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         Y
        demás / Experiencias Versión
        impresión
        
        
        
        
         50 años como sibarita La envidia es uno de los siete pecados capitales. Pero son pocos los hombres que no la experimentan al escuchar y oír mencionar a Hugh M. Hefner. Mr. Playboy, quien ya cumplió medio siglo con su fantasía adolescente hecha realidad 
        JUNIO,
        2005. Si a alguien le mencionamos la palabra Squire seguramente
        no le encontrará relación alguna con su vida. Pero si mencionamos Playboy
        la imagen es instantánea: bellísimas mujeres, lujo, fiestas que duran
        días y sexo, mucho sexo. La palabra playboy es parte de la cultura
        norteamericana como lo son otros términos igualmente universales como
        Coca Cola, Nike y Microsoft. Y todo ello es obra de un personaje que se
        propuso cambiar la rutina de su vida y transformarse en sibarita, esto
        es, dedicado al placer y por el placer, un bon vivant. Hugh
        Hefner ha logrado algo con lo que la mayoría sólo soñamos; hacer
        realidad nuestras fantasías, sobre todo las sexuales. ¿Y
        por qué la mención de Squire? Es la revista para la cual Hefner
        trabajó hasta 1953. Era un colaborador más, sumido en el tedio que le
        daba el seguir las órdenes de un editor, pero por otro lado no tenía
        más alternativa; su esposa esperaba su primer bebé y Hefner,
        desesperado, apenas podía completar gastos. Eran los prolegómenos de
        su adolescencia eterna. Playboy
        acaba de cumplir sus 50 años de existencia celebrándolo en una
        edición especial con una muestra de lo mejor que la especie humana ha
        aportado a la naturaleza, esto es, sus mujeres. Un ramillete sensual que
        incluye rubias, morenas, de color, 
        asiáticas, latinas, polinesias, pelirrojas, mulatas, 
        todas ellas con la característica de ser bellísimas... quien no
        sienta envidia hacia alguien como Hefner es porque habita el bosque de
        la amargura. Pero, por otro lado, ¿cómo no agradecerle que nos haya
        dado la oportunidad de reforzar nuestra fe en la humanidad con esas
        beldades presentadas como Playmates? (Nota: si usted 
        gusta de denunciar a  Playboy  como una muestra flagrante de la
        degradación femenina, creemos que se encuentra en el website
        equivocado). 
        Thanks,
        Mr, Hefner. 
        En
        la lista de playmates hay nombres que evocan suspiros, como Marilyn
        Monroe, Jenny McCarthy, Christina Santiago y Tia Carrere, otras que
        evocan el oportunismo, como la alguna vez despampanante Anne Nicole
        smith (chica que contrajo matrimonio con un archimillonario de 80 años
        y este murió un par de años más tarde), a tragedia (la malograda
        Dorothy Stratten) y maduras (Farrah Fawcett). Tras la caída del muro de
        Berlín gran cantidad de chicas polacas, rumanas y sobre todo rusas ha
        adornado con su soberbia presencia las páginas de Playboy aunque
        los porcentajes de chicas latinas, de color y asiáticas también ha
        aumentado lo cual viene a ser, sin duda, un reflejo del cambiante rostro
        étnico de Estados Unidos. 
        Pero Hefner prefiere a las rubias. "He cumplido mis fantasías con
        chicas de todas las razas imaginables", dice, "pero por ahora
        estoy en la etapa de las rubias", tanto así que sus siete novias
        --sí, siete-- tienen esa característica. Según la leyenda, dos rubias
        son las que más han impactado a Hefner aparte de las que han aparecido
        como playmates, y a saber son Jenny McCarthy (la misma que durante un
        tiempo condujo programas de concurso para MTV) a quien se le dio un
        privilegio que pocas modelos reciben, el aparecer dos veces en la
        portada de la revista. "Al contrario de lo que se piensa, que las
        rubias necesariamente son tontas, es falso, y quien conozca a Jenny lo
        sabe muy bien", agrega Hefner. Como dato adicional, McCarthy atrajo
        la atención de la cadena musical tras haber aparecido en una edición
        especial de música de Playboy. 
        La otra rubia que ha impactado a Hefner es Anne Nicole Smith, la que,
        como mencionamos, casó con un magnate que murió poco después y quien
        lleva rato defendiéndose de las acusaciones de ser una cazafortunas
        aunque ella señala que "los hombres mayores tienen pláticas más
        interesantes" (olvidó decir que si tienen carteras abultadas, las
        charlas se tornan aún mejores) y que dejó a Hefner, digamos,
        anonadado. En aquel tiempó, allá por 1994, Hefner aún estaba casado
        con Carrie Leigh, la única explaymate que logró cazarlo y mantenerlo
        en la monogamia. Dado que el millonario heredó a Nicole Smith una
        fortuna estimada en 400 millones de dólares, uno de los hijos ha
        apelado la decisión de la corte lo cual ha impedido que la explaymate
        obtenga el dinero. Mientras tanto ella abrió y cerró un reality
        show de corta duración. 
        Pero para desgano de sus fans, Nicole Smith ha engordado una barbaridad
        por lo cual su exuberante atractivo físico se ha reducido (en su reality
        show no se veía muy inteligente, por cierto). 
        Obviamente que McCarthy y Nicole Smith recibieron espacio de privilegio
        en la edición del 50 aniversario de Playboy. 
        Hay una tercera rubia que causó efectos devastadores en Hefner y fue
        Dorothy Stratten, una de las playmates más bellas en la historia de la
        revista, lo cual ya es decir. Hefner se había embelesado con ella más
        allá de la pura atracción física, y para desazón suya, Stratten se
        relacionó con alguien con quien nada tenía en común. Poco después la
        Playmate fue asesinada por su novio que luego se pegó un tiro. Fue un
        golpe terrible para Hefner aunque, según el cineasta Peter Bogdanovich,
        en un libro aseguraba que la chica había confesado "estar
        terriblemente mortificada" ante el acoso sexual de Hefner y que
        éste incluso había abusado de ella. Bogdanovich había sido uno de los
        asiduos visitantes de la Mansión Playboy de modo que su dueño sintió
        directamente aquella traición máxime que nunca se le pudo probar nada. 
        "Lo más terrible es que algunos han querido lucrar con la muerte
        de Dorothy", dijo Hefner a Rolling Stone en 1986, "era
        una chica que no le haría daño a nadie, y que se hayan dicho esas
        cosas de ella... es deleznable". 
        Otro gran amor de Hefner fue Barbie Benton a quien incluso le grabó un
        álbum cuando Playboy tenía firma discográfica. La carrera
        artística de Benton tuvo mediano éxito en 1977 tras lo cual la
        playmate fue perdiendo popularidad y terminó participando en cintas de
        calidad B. "Ella quería un matrimonio pero yo decía que aquello
        no era para mí. Terminamos la relación pero seguimos nuestra
        amistad", dujo Hefner en la misma entrevista de 1986.  
        Hay quienes creen que Benton ha sido la mujer que sentimentalmente le ha
        llegado más a fondo a Mr. Playboy. 
        Pero también hay cosas que nadie envidiaría a Hefner: demandas
        judiciales, acoso constante de grupos moralistas y feministas así como
        una decadencia, lenta pero constante, del imperio que ha construido en
        este medio siglo. En 1972 Playboy vendía 10 millones de
        ejemplares en Estados Unidos, en el 2000 bajaron a dos millones y se
        estima que hoy apenas y rebasan el millón. Llegó un momento cuando
        cerraron los clubes Playboy en que había reales posibilidades de
        quiebra pero gracias a una estrategia de mercadotecnia el negocio pudo
        salvarse: en 1982 salió al aire The Playboy Channel con lo cual las
        finanzas comenzaron a recuperarse; más tarde salieron canales similares
        pero adaptados a Europa, Australia, Japón y, finalmente, América
        Latina y Brasil.  
        Asimismo Playboy fue de los primeros en detectar en poder del
        Internet pues desde 1994 tiene su sitio en la red. Hefner contrató a
        quien fuera editor de la revista HMS para gradualmente atraer a
        los jóvenes quienes prefieren consultar la red para encontrar chicas
        bellas. Hasta hoy ese es el reto personal de Hefner pues hace poco vio
        cómo su rival Bob Guccione tuvo que declararse en quiebra pues la red
        desplomó las ventas de Penthouse. El
        soñador puritano
        
        Hugh Marston Hefner nació en una familia puritana de ascendencia
        alemana de Nebraska. A los pocos años el futuro editor se trasladó a
        Chicago donde estudió periodismo y sicología. Poco después consiguió
        un empleo en la revista Esquire. Mientras laboraba ahí contrajo
        matrimonio pero sus nuevas responsabilidades requerían mayores ingresos
        que Esquire no le podía proporcionar. En 1952 concibió la idea
        de publicar una revista que alabara a la anatomía femenina e incluyera
        artículos periodísticos de primera línea. 
        Hefner consiguió la foto inédita de una joven y entonces desconocida
        Marilyn Monroe desnuda y recostada sobre terciopelo rojo. A su revista
        le dio el nombre de Stag Party pero a tiempo supo que ya existía
        otra publicación llamada así; el nombre Playboy le llegó a la mente
        inesperadamente y alegremente comprobó que no estaba registrado. Así
        pues y con un préstamo de 10 mil dólares Hefner publicó el primer
        número en 1954. Para su sorpresa se vendieron 30 mil ejemplares seguido
        de una reimpresión. En cuestión de semanas Hefner había resuelto su
        situación económico pero tenía un nuevo reto: aumentar sus lectores
        mediante una publicación cada vez mejor; para 1960 Playboy
        vendía arriba del millón de copias mensuales. 
        Los ataques de los grupos ultraconservadores no cesaban al unísono que
        las demandas por obscenidad de modo que Hefner trató de verse como un
        hombre ordinario amante del jazz y cuyo único mea culpa, lo
        había dicho varias veces, ha sido admirar la belleza femenina. "Si
        vemos la historia del arte, los desnudos aparecen en obras de Miguel
        Angel. Botticelli y otros renacentistas. Ellos lo hacían con un pincel
        y yo lo hago con una cámara fotográfica”. Hefner también tuvo dos
        programas nocturnos de televisión. no con desnudos pero sí con
        variadas entrevistas. Los ratings de sus programas no fueron muy altos
        pero al final se impuso lo obvio: Hefner era un personaje interesante
        pero en realidad lo eran aún más sus modelos. 
        El negocio siguió diversificándose. Hefner abrió casinos y clubs
        Playboy atendidos por "bunnies" (conejitas) no sólo en
        Estados Unidos sino en Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, Australia
        y Japón. Eran los momentos cumbres de Hefner y sin embargo, en extraña
        coincidencia, tanto los ultraconservadores como las feministas atacaban
        a Hefner: Gloria Steinem, una de las más radicales, se hizo pasar por
        conejita para después denunciar el "maltrato psicológico" al
        que eran sometidas las chicas. Poco después otra conejita lo demandó
        por "daños y perjuicios" y de abuso sexual.
        "Posiblemente (la denunciante) estuvo conmigo pero no lo
        recuerdo", dijo Hefner a Rolling Stone, "pero si fue
        así fue por su propia decisión; muchísima gente quisiera poder
        tomar esas decisiones y estar donde ella estuvo". 
        En 1978 Hefner dejó la responsabilidad de la revista a su hija Christie
        aunque la retomó cuando las ventas comenzaron a bajar. Era el inicio de
        tiempos más difíciles que empezaron con la muerte de Stratton. Poco
        después el cineasta Peter Bogdanovich, autonombrado "feminista
        convertido" escribió un libro donde acusaba a Hefner de haber
        seducido a la playmate mientras que el experimentado bufete de
        abogados de Playboy acusó a Bogdanovich de abusar de la hermana
        de Dorothy y de una adolescente, El asunto fue arreglado
        extraoficialmente pero a Hefner le costó un aneurisma producto del
        estrés. Se recuperó y en 1988 casó con Carrie Leigh. El matrimonio
        duró hasta 1992 cuando Hefner anunció su regreso a la poligamia. 
        Durante los años noventa ocurrió lo antes inconcebible: Hugh Hefner ya
        era parte de la sociedad y nadie se escandalizaba; tanto David Letterman
        como Jay Leno hacían abiertas bromas de Hefner y tampoco sorprende que
        Hefner tenga siete novias. Y quizá esto resulte bueno en cuestión de
        ventas de Playboy. Pero Hefner ya ha dicho que si su revista
        cierra no será el fin del mundo: "Sé que esto terminará algún
        día, esté o no esté yo aquí. He logrado lo que muy pocos hombres
        consiguen, esto es, hacer realidad todas mis fantasías y acumular tanto
        dinero que no podría gastármelo en esta vida. Pero prefiero pensar
        como un adolescente; amen a las mujeres y verán que ustedes tampoco
        envejecerán". 
 
         
         
         
         
         
         
         
         
         
         
         
         
         
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