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ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS

 

Cine

 

Un plan de perros


Después de una racha fílmica perdedora, Spike Lee consigue un filme medianamente comercial aunque tiene muchas coincidencias con una célebre cinta de 1975. Pero no hay objeción: estamos ante uno de los mejores trabajos de este cineasta

Inside Man
Denzel Washington, Clive Owen, Jodie Foster, Christoper Plummer
Dirigida por Spike Lee

Universal/2006


ABRIL, 2006. Spike Lee es uno de los cineastas más conocidos de Hollywood pero también uno de los menos financiables; prácticamente todas sus películas han perdido dinero, déficit que tampoco suele subsanarse una vez que entran al circuito DVD. Quizá ello se deba a lo calloso y áspero de sus temas --poco después de estrenada su Malcolm X, Lee expresó que le desilusionó ver que a la salida de los cines, la comunidad negra no gritara consignas a favor de la reivindicación social--, y poco favorables para una buena taquilla. Pero no parece importar a los estudios: Spike Lee es como aquel equipo de beisbol que pierde dinero pero sus dueños lo mantienen por mero sentimentalismo (o, más específicamente en este caso, una clara agenda política).

Tal suerte parece haber disminuido enormemente con este filme. No es casual que para ello se haya evitado poner el nombre de Lee en primer plano de las carteleras, que aparezcan aquí actores bastante reconocidos y que Lee haya bajado relativamente el tono de su discurso. El resultado no es malo: Spike Lee tiene oficio, qué duda cabe, aunque frecuentemente le ha dominado el sermoneo. Pero ya metidos de lleno en Un plan perfecto tenemos un producto cuyo tema viene a ser un interesante juego de ajedrez que empieza con un asalto bancario cometido por Dalton Rusell (Owen) y que más tarde se torna en secuestro. Minutos después Keith Frazier (un Denzel Washington, como siempre, magnífico) llega al lugar para tratar de dialogar con el secuestrador.

Si el lector lleva ya recorrido buen tramo de historia fílmica, se dará cuenta que tal descripción cuadra con una cinta filmada en 1975 estelarizada por Al Pacino y que se llamaba Tarde de Perros (de hecho en una escena tal cinta es mencionada) Hay similitudes, pero no tanto argumentales. Entre las coincidencias: las razones de los personajes de Pacino y Owen son similares --no son estrictamente criminales y en todo momento evitan el encasillamiento-- aunque la diferencia aquí radica en Madeline White, el personaje que encarna Jodie Foster, quien es enviada a dialogar con Russell por Mr. Case (Plummer), el dueño del banco quien le encarga una misión confidencial y en la que se basa la parte argumental más fuerte del filme.

Y al igual que Tarde de Perros (y si a esas vamos, con Munich, de spielberg), Lee juega contra las categorizaciones pues éste no es un asalto normal: cuando comenzamos a simpatizar con Washington, hace algo que nos obliga a dudar de su honestidad, al igual que Owen hasta que, exasperados, los espectadores preguntamos quién es finalmente el villano y quién el héroe.

 

De cualquier modo, es en ese momento cuando, sin duda, Spike Lee ha alcanzado su cometido.

El final es un tanto flojo y medio sensacionalista pese al desenlace del asalto perfectamente trazado. Pero que se trata de un trabajo notable de Lee es innegable. Y bueno, con tres excelentes actores --cuatro, si incluimos a Plummer, el capitán Von Trapp de La Novicia Rebelde-- y un director con recursos fílmicos notables, por lo menos aquí tenemos un elenco perfecto.