El insomnio puede traer consecuencias de leves a graves para la salud física y mental de una persona.  Pero más que las consecuencias posibles en el ámbito físico son particularmente muy molestas, causan gran incomodidad a quien lo padece.  No saber como va uno a pasar la noche.  Si se podrá o no dormir.  El permanecer como entre dos aguas, ni completamente dormido ni totalmente despierto. La angustia de saber que hay que trabajar o estudiar al día siguiente.  El encontrarse fatigado, sin poder concentrarse adecuadamente durante el día, son algunos de los elementos más irritantes para los insomnes.
Las consecuencias dependen básicamente del factor etiológico. Es importante entender que este es el trastorno de sueño más frecuente.  Compromete a alrededor de una cuarta parte de la población adulta. Es dos veces más frecuente en mujeres que en hombres, y un tanto más en los ancianos.  Si analizamos su etiología, es fácil darse cuenta, que alrededor del 50 al 60% de los casos corresponde a alteraciones psiquiátricas, donde el insomnio es parte del complejo sintomático.  Un  13% corresponde al Insomnio Psicofisiológico primario, un  7% al síndrome de piernas inquietas, un 5% a enfermedades neurológicas y el 22% restante a otras causas como se puede observar en la Tabla No. 1. Aclarando que estos datos corresponden a un estudio realizado por los Centros de Sueño Italianos durante un periodo de 12 meses donde investigaron 1627 casos de insomnio. 
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