Indicadores Laborales

 

Se desdibuja la reforma laboral

Juan Luis Bour

En el mes de enero la nueva Administración sorprendió a los escépticos que creían que todo el esfuerzo reformista del gobierno nacional se concentraría en mejorar la situación fiscal. Se enviaron al Congreso dos poryectos, uno de reforma laboral y otro de "emergencia económica", que incorporaron propuestas de flexibilización de las relaciones laborales, tanto en el sector privado como en el público. ¿En dónde estamos hoy, a fines de marzo, en estas materias?

La propuesta de reforma para el empleo privado fue modificada en Diputados en diversos aspectos. Un simple repaso de los cambios principales incluye los siguientes puntos:

Período de prueba. Por la negociación con la CGT, se excluyó de las ventajas del período de prueba al contrato por temporada.

Duración de los convenios. En la propuesta inicial, si no había acuerdo caía el convenio y regía la Ley de Contrato de Trabajo. En la versión aprobada, la duración se determina por acuerdo de partes, venciendo a los dos años. Si no hay acuerdo, se somete a un arbitraje, pero siempre rige un convenio.

Cuota sindical. Por el proyecto inicial, los trabajadores debían aportar la cuota sindical al sindicato que los representara en la negociación (regional, comisión interna, etc.); la versión aprobada mantiene el aporte al sindicato nacional.

Representación y actuación. En el proyecto inicial, quedaba a cargo del sindicato con personería gremial en el ámbito del convenio. En la versión aprobada se redujo el tamaño de empresa (de 300 a 200 trabajadores) para el cual es obligatoria también la integración de delegados de la empresa.

Actualmente el proyecto se encuentra demorado en la consideración del Senado, ya que se propone por parte de la mayoría (justicialismo) cambiar los artículos 24 y 25 que establecen la preminencia de los convenios de ámbito menor por los de ámbito superior. En caso de introducirse tal cambio, todo el capítulo de negociación colectiva pierde sentido, pues básicamente la ley ratificaría el sistema de negociación centralizado que ha prevalecido desde la década de 1940 en la Argentina, La "ley de reforma laboral" quedaría limitada a la ampliación del período de prueba, y a la reducción de los aportes patronales para nuevos trabajadores (algo para lo cual basta un decreto del Poder Ejecutivo).

El debilitamiento del proyecto de reforma laboral no es probablemente un hecho aislado. En la Cámara de Diputados ha retomado estado parlamentario un proyecto de miembros de la Alianza de reforma de la legislación de accidentes del trabajo, que vuelve incierto el cálculo de las primas al habilitar la acción civil (más allá del resarcimiento por el sistema). En caso de aprobarse reformas en esta dirección, no sólo se elevaría sustancialmente la prima promedio por el evento de accidentes y enfermedades, sino que el aumento en el riesgo relacionado con inversiones trabajo-intensivas, derivaría en una reducción de la inversión y en particular de la demanda de trabajo.

Por otra parte, la ANSES ha anunciado propuestas de reforma en materia previsional que implican básicamente un intento por reestatizar el sistema. De acuerdo con los anuncios formulados, se establecería un incremento en las prestaciones del sistema de reparto, se elevaría la imposición al trabajo sobre la población activa con mayores ingresos, y se permitiría a los afiliados al sistema de capitalización a retornar al sistema de reparto. Se destinarían asimismo fondos públicos a financiar una campaña para restar afiliados a las AFJPs.

Finalmente en el proyecto de ley de emrgencia económica aprobado en Diputados, el Ejecutivo resignó la posbilidad de introducir reformas en materia de la legislación sobre empleo público, eliminando el mecanismo de estabilidad, para dejar paso a una profunda reestructuración y determinación de un nuevo esquema de incentivos para mejorar el rendimiento del sector. Un mes atrás, el Ejecutivo había anticipado el fracaso de su gestión, al disponer que la reforma en el sector público tendría lugar por el ineficiente mecanismo del "retiro voluntario".

A poco que se consideran conjuntamente estas diversas propuestas, se observa que el Ejecutivo está perdiendo fuerzas rápidamente en materia de introducir reformas en el mercado de trabajo, pues en suma:

· Envió un proyecto débil de reforma laboral (excluyó el caso de los Estatutos Profesionales, mantuvo el privilegio de negociación por parte de los Sindicatos, no introdujo cambios en el régimen de indemnización).

· Carece de estrategia para aprobar lo que quedó del proyecto de reforma laboral, en el Senado.

· No desreguló el sistema de obras sociales, a pesar de que no se requiere ley del Congreso para ello.

· El Ejecutivo ha propuesto una contrareforma del sistema de pensiones.

· Parte del oficialismo en el Congreso propuso una contrareforma en accidentes de trabajo.

· El Ejecutivo no logró imponer a sus diputados una reforma laboral en el sector público.

Es probable que a menos que la economía enfrente nuevos desafíos (shocks externos, que eleven la tasa de desempleo y disparen nuevamente el desequilibrio fiscal), no se observe mucha inquietud por parte del Ejecutivo por cambiar este estado de cosas. La experiencia internacional, por otra parte, muestra que a menos que aumente la competencia en el mercado de productos (léase, hasta tanto no se reduzan drásticamente los aranceles externos, y aumente la competencia en servicios en el mercado doméstico), la presión por parte del sector empresario por introducir reformas en el mercado laboral privado será débil. Dicha presión tiene una directa relación con la que se presenta en el mercado de productos, cuando la competencia se hace presente. Por lo tanto es probable que, en un contexto externo relativamente favorable, y sin cambios apreciables a la vista en materia de aranceles externos, la Argentina mantenga por algún tiempo las características actuales del mercado de trabajo. Del mismo modo, el desempleo no ofrecerá mucha tregua, a no ser por la salida de la recesión del 99. En suma, con políticas mediocres, no puede esperarse mucho más que un resultado mediocre.

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