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EDICIONES DE FILOSOFIA APLICADA
REVISTA PERUANA DE FILOSOFIA APLICADA # 14
¿¿SOMOS TODOS MIGRANTES??
¿WE
ARE ALL MIGRANTES?
Ps. Gloria Tobón Vásquez
Universidad Católica de Manizales
El presente Ensayo ofrece una reflexión sobre el tiempo regulado y
el modo como las prácticas educativas y laborales lo condensan y convierten en
tiempo acumulable, en tiempo calendario, opuesto al "tiempo vivido"
se trata de captar toda la riqueza y productividad de los tiempo policrónicos
donde el asombro y la sensibilidad del ser humano son atizados en el fuego de
la creación en devenir. Se trata de poner en reflexión un tema que siempre está
de actualidad.
The
present essay gives a reflection on the regulated time and the way as the
educative and labor practices condense it and turn into accumulateable time, in
time calendar, opposed to the " lived time " it is to catch all the wealth
and productivity of the policrónicos times where the astonishment and the
sensitivity of the human being are stoked in the fire of the creation in
happening. One is to put in reflection a subject that always is of the present
time.
¿¿SOMOS TODOS MIGRANTES??
Sobre el tiempo que se repliega... se condensa
en calendario
La concepción moderna del trabajo y la educación no tiene espacio
para un tiempo vagabundo que altere la ideología productiva y el orden establecido.
La disciplina como estandarte temporal Hostiga el Ocio Subversivo y es acosado
por los administradores temporales, extrañando el Gozo Creativo, las ideas
gestadas en la atemporalidad, la productividad atizada por la imaginación, el
ímpetu transformador de los espíritus Ociosos Que Viven Inconscientes Tiempos
Policrónicos.
La percepción de un tiempo racional que se instala sometiendo el
lado sensible del pensamiento, normaliza la acción del individuo, conduciéndolo
a la repetición maquínica donde nada sorprende: los productos terminados son
copias repetidas de un original irreconocible, los movimientos autómatas del
hombre en turno laborioso desgarran necesidades y sentires, la mano creadora se
contrae en la pérdida de la gesta, la mente ideadora se aquieta y el espíritu
ausente espera.
Monocronismo infatigable de un tiempo laborioso que sólo puede
avisorar “progreso" colonizando en su paso los mundos sociales, culturales
y existenciales. Tiempo metódico controlado y disciplinado por las organizaciones
e instituciones, rigurosamente administrado por los hombres grises, hecho
cronómetro calendario por el Hombre de la calle.
El presente se condensa, se instrumentaliza en un espacio unidimensional
donde la naturaleza óntica reprime su fluido vital expansivo. “Una vez que la
temporalidad hegemónica se constituyó en una sucesión de horas y minutos y no
de experiencias, una vez que el trabajo y el saber se descompusieron en una
serie de destrezas parceladas... se institucionalizaron como espacios cerrados,
homogéneos y estandarizables, pudieron acumularse” (Terren, 1999, P. 74)
La modernidad ilustrada marcó su sentido histórico del tiempo: la
linealidad económico-racional, las élites sociales y económicas las
institucionalizaron, supuso una comprensión de la vida basada en la acumulación
para el futuro, el agenciamiento de formas de regulación social, que mostraban
la relación costo-beneficio de la
mayoría de edad, un desarrollo paradójico del hombre hacia la libertad
encadenado a la relación deteriorada con la naturaleza, las prácticas sociales
y con su propia subjetividad.
Los adelantos ingenieriles técnico - industriales, la vida
ordenada, la herencia modelativa monástica y militar, permitieron la eficacia
por su uniformidad, programación y aprecio de un tiempo legitimado y valorado
por el capitalismo pre y pos industrial. "Una minuciosa maniobra de
dominación por la que el tiempo unidimensional y acumulable colonizó la vida social
en general y la práctica educativa en particular" (Terren, 1999, p. 75).
Una educación rentable es aquella que sabe distribuir las potencialidades y
cualidades del individuo desde ritmos y latidos foráneos a su sentir.
La escuela legislada por las políticas sociales, legisla a su vez,
el tiempo del conocimiento: cronogramas, horarios, diario de actividades,
permiten entrar al redil los espíritus domesticados y vigilar el tiempo ocioso.
La disciplina estandarte del orden y control de la voluntad, regula desde su
interior la realización progresiva de una ideología educativa racionalista,
compartimentada y replegada en un tiempo Hechizado. Así duerme la modernidad
retardada... maldecida por otro siglo sin instantes.
Esta concepción del presente suspendido en la racionalidad
irreversible, da paso al pasado sólo como historia, para ser contada en el
futuro, no hay lugar para representaciones, sensaciones e intuiciones del
tiempo del inconsciente, del tiempo
cualidad (Minkowski, 1982, P. 21) así la siniestra rutina reduce al ser a
un inclemente repetir de acciones, discursos y comportamientos, expulsando la
originalidad, la aventura y la osadía, adjetivaciones sazonadoras del espíritu
ocioso del hombre. Así el ser sumido en la indiferente quietud, es conducido al
absurdo de mundo: Yalon citando a Camus, (1980, P. 510), sigue diciendo:
El
protagonista del extranjero, continuamente repite: "Todo me da lo
mismo". Asiste al funeral de su madre, copula, trabaja y mata a un árabe en
la playa, siempre sumido en el mismo estado de profunda indiferencia.
El tiempo suspendido se descompone en su repliegue y el humano que
depende de su medida, sucumbe en el aburrimiento, en el sinsentido: la
responsabilidad, la libertad, el significado de la vida y la acción... todo le
da lo mismo, indiferente al dolor y al sufrimiento, es ajeno a la oscuridad y a
la luz acontecimental, el ser apresado en la rutinaria seguridad de las horas
del reloj, se sume en un activismo sin significado, en un vacío de sentido que
lo conduce a la desesperación.
El individuo se sustrae de toda responsabilidad por el tiempo vivido, los sucesos del mundo no
le comprometen, son ajenos los males sociales que acosan con hambre, pobreza y
guerra, los desastres naturales provocados por el abrasivo desarrollo económico
y tecnológico, ajenos a la soledad y el aislamiento de las horas muertas, no
tiene decisiones que tomar en “el afuera” su subjetividad se ha “extrañado del
mundo”. Sobre esta situación escribe
Kurt Reinhardt (1952; p. 235):
“Algo
terriblemente misterioso se interpone entre él y los objetos familiares del
mundo, entre él y sus semejantes, entre él y todos sus “valores”. Todo lo que
había considerado suyo se apaga y se hunde, hasta que ya no le queda nada a lo
cual aferrarse. Lo que le amenaza es “la nada y se queda solo perdido en el
vacío”.
Las relaciones con la subjetividad, el entorno social y natural
tiende a “extrañarse" cada vez
más, Las acciones humanas son ciegas a las prácticas destructivas y parcializadas
de estos ámbitos de la vida. El absurdo se
ha instalado. Una oscura noche separa al hombre del mundo; transformado en
medusa, todo lo que desea y vive lo convierte en piedra y muerte.
Simultáneamente el hombre se resiste a la angustia que produce la
relación con el absurdo, el yo ocioso se levanta de su muerte, se opone al
mundo en un presente que vive su participación. Un presente continuo. de-viene
en: vida-muerte-renacimiento (Morín,
1999) sobre este fluir dialógico de la existencia en que es arrojado con un
grito de angustia y se afirma más allá de la muerte, nos conversa E. Morin:
(1999, P. 106), La muerte traduce la exigencia dialéctica de la individualidad:
salvarse de la destrucción al mismo tiempo que insertarse más íntimamente en el
mundo. Oponerse al mundo, a la vez que participar en él totalmente. Así ocurre
con la juvenilidad que insiste en permanecer en el itinerario de la vida,
mientras participa en las experiencias del mundo y se experimenta así misma.
Así Hablaba Zaratustra en el viajero:
“Yo soy
un viajero y un trepador de montañas dijo a su corazón; no me gustan las
llanuras y parece que no puedo estarme quieto mucho tiempo. Y sea que quiera mi
destino o la eventualidad no me aguarde, siempre será para mí un viaje y una
ascensión: a la postre se vive uno a sí propio solamente”.
BIBLIOGRAFÍA
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