PLANTANDO EL ÁRBOL

Abramos la dulce tierra 
con amor, con mucho amor; 
es éste un acto que encierra, 
de misterios, el mayor.

Cantemos, mientras el tallo 
toca el seno maternal. 
Bautismo de luz da un rayo 
al cono piramidal.

Le entregaremos ahora 
a la buena agua, y a vos, 
noble sol; a vos, señora tierra, 
y al buen Padre Dios.

El Señor le hará tan bueno 
como un buen hombre o mejor; 
en la tempestad, sereno, 
y en toda hora, amparador.

Te dejo en pie. Ya eres mío,
y te juro protección,
contra el hacha, contra el frío,
y el insecto y el turbión.

A tu vida me consagro; 
descansarás en mi amor. 
¿Qué haré que valga el milagro 
de tu fruto y de tu flor?

Gabriela Mistral