“GILBERT KEITH CHESTERTON (1874-1936) fue no solo el creador del Padre Brown y un elocuente defensor de la fe católica, sino un ensayista, un autor de admirables biografías, un historiador y un poeta.

 

Dos autorretratos:"Tal y como soy y

 

 

 

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            .Estudió dibujo y pintura y llegó a ilustrar algunos de los libros de su amigo Hillaire Belloc. Luego se consagró a la literatura, pero hay en sus libros mucho de pictórico. Sus personajes entran en escena como actores, sus vívidos e irreales paisajes perduran en nuestra memoria. Chesterton vivió los años que melancólicamente se denominaban fin de siglo ; en un poema dedicado a Edmund Bentley declara “El mundo era en verdad muy viejo cuando nosotros éramos muy jóvenes”. De ese obligado abatimiento inicial le salvaron Whitman y Stevenson. Al go quedo en él, sin embargo, que propendía la lo horrible; la más famosa de sus novelas, el hombre que fue Jueves, se subtitula Pesadilla.  Hubiera podido ser un Egdar Allan Poe o un Kafka ; prefirió –debemos agradecérselo- ser Chesterton. En 1.919 publicó un poema épico, la balada del caballo blanco, sobre las guerras de Alfredo el grande con  los daneses, ahí hallamos la extraordinaria comparación : “Mármol como luz de luna maciza, oro como un fuego congelado”. Otro poema define así la noche: “Una nube mayor que el mundo y un monstruo hecho de ojos”. No menos admirable es su Balada de Lepanto, en la última estrofa el capitán Cervantes envaina la espada y sonríe pensando en un caballero que recorre los infinitos  caminos de Castilla. Su obra más famosa la constituyen los cuentos del Padre Brown. Cada uno de ellos sugiere un hecho fantástico, que luego se resuelve racionalmente. En el siglo XVII, la paradoja y el ingenio habían sido empleados contra la religión; Chesterton los usó para su defensa. Su apología de la fe cristiana, Ortodoxia (1908), ha sido vertida admirablemente al español por  Alfonso Reyes. En 1922 pasó de la Iglesia Anglicana al catolicismo. Entre sus estudios críticos citaremos los dedicados a San  Francisco, a Santo Tomás, a Chaucer, a Blake, a Dickens, a Browning , a Stevenson y a Bernard Shaw. Escribió asimismo

una espléndida historia universal, cuyo título es El hombre eterno.Su obra total supera la cifra de cien volúmenes. Bajo sus bromas hay una profunda sabiduría. Su corpulencia era famosa; se cuenta que en un  ómnibus ofreció su asiento a tres damas. Chesterton, el escritor más popular de su tiempo, es una de las figuras más simpáticas de la literatura”

(Jorge Luis Borges con Maria Esther Vazquez “ Introducción a la literatura inglesa”)

             

 

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