Sus logros

"En tu muerte y por tu nombre,

lloraron hasta los hombres 

que lloran sólo una vez."

 

(Fragmento de "Carlos Gardel", recitado por Héctor Gagliardi)

 


Carlos Gardel fue un artista moderno, perfeccionista, exigente consigo mismo, creador e innovador, adelantado varios años a su tiempo, y aquí hay varios ejemplos de ello. Mérito que se acrecienta sobremanera, si tenemos en cuenta las precarias condiciones técnicas con las que grabó, y el rudimentario sistema publicitario y de marketing de la época.

Interpretó treinta géneros musicales*, y llegó a grabar en cuatro lenguas (además del español): francés, inglés, dialecto napolitano y hasta guaraní. 

 

Fue el primero en grabar a dúo consigo mismo, en 1933, y el primero en cantar por radio en dúplex, en vivo. Lo hizo desde Estados Unidos, mientras sus guitarristas lo acompañaban en Buenos Aires. Una hazaña tecnológica y humana, debido al lógico desfasaje de sonido.

 

Sus cualidades vocales eran excelentes: tenía registro de barítono, con extensión de dos octavas (para tener una idea, Frank Sinatra, que es indiscutible, alcanzaba a una octava y media), además de una amplia caja torácica y capacidad pulmonar de siete litros, condiciones que le hubieran permitido incursionar en el canto lírico a la perfección, según lo elogió Enrico Caruso, a quien Gardel conoció en un viaje a Río de Janeiro, en 1915.

 

Poseía una privilegiada combinación de tórax, laringe y cuerdas vocales, que sólo tuvieron en el siglo XX (además de Gardel) Enrico Caruso, Frank Sinatra y María Callas.

 

Grabó cerca de 770 temas, a los cuales, sumándoles las diversas repeticiones que generalmente realizaba de cada uno (demostrando su perfeccionismo), alcanzan una cifra superior a los 1.400 registros o tomas de sonido (¡todo un récord!), llamadas matrices, que en muchos casos son lanzadas a la venta en la actualidad, tras haber permanecido inéditas durante décadas.

Ese impresionante promedio de grabaciones, equivaldría hoy, aproximadamente, a cuatro CDs por año.

 

Debido a esa amplia gama y a que su repertorio abarca todas las temáticas y a todos les cantó, los gardelianos decimos que "Hay un tema de Gardel para cada hora del día y para cada estado de ánimo" (frase original del dramaturgo uruguayo Prof. Dr. Juan Carlos Patrón, a quien Gardel le grabó dos temas).

 

Grabó un vals llamado "Las campanas", en el cual "no se sabe dónde respira", debido a los sostenidos que exige el tema, los altos y bajos, y la continuidad de la música.

En su época no había amplificación en los teatros, valiéndose Gardel solamente de la acústica de los mismos, pudiendo el público escucharlo desde todas las localidades, gracias al hábil manejo de su potencial, sin esforzar la garganta. Una noche de octubre de 1933, en el Teatro 18 de Julio de Montevideo, cantó con disfonía que el público no notó, ya que "fraseó" las canciones.

 

El cambio de sonido que efectuaba de la letra "R" por la "N", tan clásico en él y utilizado también por los grandes cantantes líricos, tenía una explicación técnica. La "R" le permitía no cortar la frase y le evitaba una nueva aspiración, aplicando una apoyatura vocal especial, que mejoraba notoriamente la potencia del sonido.

 

Asimismo, otra característica suya fue la de abrir los ojos grandes en momentos claves de su canto. Esa técnica también se practica en el canto lírico, y permite que el aire corra en forma fluida entre pulmones, tórax, laringe y parte superior de la nariz, en provecho de mayor potencia vocal. Además, le da mayor expresión visual a la interpretación.

 

Otra virtud a la hora de transmitir emociones, fue que supo transformar algunos temas de no muy buena calidad en verdaderos éxitos, gracias a su particular manera de interpretar, que le permitía, además,  contar una historia en algo más de dos minutos (duración promedio de las grabaciones de Gardel), porque le daba continuidad a sus interpretaciones y hacía sólo las pausas necesarias para remarcar expresiones y palabras, e inflexionar su voz en momentos claves del tema. Un maestro.

 

Sabía llegar al público como cantante e intérprete, y prueba de ello es esta afirmación que le pronunció en una oportunidad a su novia Isabel del Valle: "Hay que interpretar cada tema con el alma, como si fuera algo propio que uno está cantando. Y hay que poner el corazón, cuando no se pone el corazón, no se puede cantar". Todo dicho.

 

En cuanto a su etapa discográfica, desde 1912 hasta 1926 debió registrar su voz mediante el llamado sistema acústico (sin micrófono). Se utilizaba una bocina o corneta, similar a las de los antiguos fonógrafos, pero de entrada de sonido. Allí debía prácticamente introducir su cabeza para que la voz quedara grabada, junto al acompañamiento musical de guitarras u orquesta, según el caso. Recién en 1926, luego de varias pruebas, se comenzó a grabar en el llamado sistema eléctrico (con micrófono), el cual se afianzó totalmente en 1927.

Imaginamos lo que hubiera sido Gardel grabando con las técnicas actuales... aunque quizás está allí el enorme mérito, de haber hecho su obra en las precarias condiciones de la época.

 

Por otra parte, fue precursor del cine sonoro latinoamericano (desde Argentina, en 1930), y más tarde, ya como artista-empresario, de las co-producciones cinematográficas habladas en español en Estados Unidos, a través de su compañía "Exito's Spanish Pictures" (también conocida como "Exito Corporation Inc." o "Exito Productions"), en sociedad con Paramount Pictures y Western Electric. Esta etapa nos muestra a un Gardel desconocido para el público ajeno al tango, que aún ve al artista como un simple "cantante de tangos", sin tener en cuenta lo que llegó a ser más allá del canto, y lo que hubiera llegado a ser de no haber mediado la tragedia de Medellín.

 

También en cuanto al cine, en aquel tiempo no se doblaban las canciones de las películas, y los primeros intentos que hubo no conformaron al "Mago", por lo cual todas sus interpretaciones fueron realizadas al momento de filmarse.

 

En las salas de cine, el público aplaudía y ovacionaba a Gardel cuando cantaba; y por primera vez en la historia cinematográfica, los operadores se vieron obligados a rebobinar la cinta y emitir nuevamente la canción. 

Este peculiar hecho se produjo en vida de Gardel, varias veces, y el primer caso fue en 1931, en el filme "Las luces de Buenos Aires", con el tango "Tomo y obligo".

 

Jamás olvidó a la canción criolla, con la que comenzó su carrera. Y aún después de triunfar en el tango siempre tuvo en su repertorio canciones camperas, incluyendo su etapa cinematográfica, pues en todas sus películas sonoras interpretó la música de "tierra adentro", a veces hasta con números musicales (con ambientación, vestimenta típica, danzas, etc.).

 

En la actualidad, hay hechos que demuestran la vigencia de Gardel. Por ejemplo: las canciones de sus películas han sido colorizadas mediante computadora (en 1986), y su voz ha llegado a la Era de los CDs (desde 1991).

Además, muchos temas de su autoría han sido grabados por intérpretes de primer nivel internacional, como Plácido Domingo, Julio Iglesias, Roberto Carlos, Richard Clayderman, Luis Miguel, Amaya Uranga (ex Mocedades), etc., y algunos han sido incluidos en películas recientes, como el tango "Por una cabeza", en "Perfume de mujer", la versión de Al Pacino, y en "La lista de Schindler", de Steven Spielberg, entre muchas otras películas de los últimos años.

A nivel personal, una de sus mayores virtudes fue su constante afán de superación, que lo llevó desde el ambiente más humilde de la clase obrera bonaerense, hasta codearse con las personalidades más relevantes del ámbito mundial (políticos, reyes, artistas, etc.), y jamás perdió su humildad ni olvidó su origen. Por eso su estampa de ganador es tan admirada, porque todos quieren ser "Gardel", cada uno en su actividad, ser como aquel que surgió de la nada y se hizo a sí mismo, hasta llegar a lo más alto.

Otro ejemplo a destacar  fue su lucha contra el sobrepeso. Cuando filmó su primera película, "Flor de durazno" (muda) en 1917, superaba los 110 kilos.

Con los años logró ponerse en forma, y al llegar la etapa cinematográfica en Estados Unidos en 1934, con 43 años, se convirtió en un auténtico galán de cine, a la par de los grandes de Hollywood, tal cual se lo había propuesto.

 

Su atinada elección de vestuario reflejaban su elegancia y señorío. Generalmente lucía un impecable smoking o riguroso frac, pero a veces, en Europa se vestía de gaucho, cuando así lo requería el público y los empresarios, ávidos de conocer los atuendos típicos del Río de la Plata.

 

Su atractivo principal era su voz, pero también se destacaban su carisma y simpatía, denotados en su forma de ser espontánea y fresca, y en su sonrisa increíble, apreciable en decenas de fotografías. Como dijo el letrista uruguayo Carlos Lenzi (autor de la letra del tango "A media luz"): "Gardel encantaba antes de cantar".

 

No sólo su voz conquistaba, sino también, como hemos dicho, su expresividad en el rostro y en los ojos, y las inflexiones vocales que utilizaba. Todos esos factores aunados integraban sus presentaciones. La gente iba a los escenarios a verlo y escucharlo cantar; sólo a eso... y nada menos que a eso.

En octubre de 1997, bautizaron con su nombre a una plaza que se halla frente a las instalaciones de Paramount Pictures Corporation, en Los Ángeles, California.

También se ha divulgado la idea de que Carlos Gardel posea una estrella en el Paseo de la Fama, en Los Ángeles, lo cual nos parece de estricta justicia, hacia quien ha sido, es y será una verdadera estrella, de las más rutilantes de la música mundial.

Gardel hoy

Gardel es sinónimo de pueblo, y símbolo de vigencia y perpetuidad, porque tiene la virtud de trascender generaciones luego de fallecido, y de ser admirado por hombres y mujeres por igual. 

Además, países de América y Europa han erigido monumentos en su honor. 

Parafraseando al famoso tango, se puede decir que "no habrá ninguno igual, no habrá ninguno".

Por eso la frase premonitoria que ilustra la página principal de este sitio, y que se aplica perfectamente a lo que es Carlos Gardel actualmente:

"¡Carlitos... sos grande... te vas a morir, y vas a  seguir cantando...!"


*Estos son los treinta géneros musicales llevados al disco por Gardel: 

Balada rusa (1), Bambuco (2), Camel-trot (1), Canción (42), Canzonetta napolitana (1), Chacarera (4), Cifra (6), Cueca (2), Danza (1), Estilo (34), Fado (4), Fox-trot (8), Gato (4), Habanera (1), Jota (1), Marcha (1), Milonga (7), Pasillo colombiano (1), Pasodoble (5), Ranchera (5), Rumba (2), Serenata (1), Shimmy (12), Tango (516), Tonada (17), Triste (1), Triunfo (1), Vals (49), Vidalita (2), Zamba (33).

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