Opinión

La siguiente es la opinión de este sitio, respecto a cómo se recuerda al "Morocho del Abasto" en Uruguay, más aún, teniendo en cuenta el alcance internacional de Internet y su particularidad como medio de comunicación libre y democrático.

Intentando ver las cosas sin apasionamiento, la tesis uruguaya no es nada convicente y posee varios puntos débiles.

En Uruguay, en los últimos años los homenajes al artista se han tornado puramente en una lucha por destacar exclusivamente su supuesto lugar de nacimiento, con visos de competencia contra Argentina, como si se tratáse de un partido de fútbol (donde existe desde siempre una profunda rivalidad, que debería ser sólo deportiva), lo que ha llevado a que la mayoría de los orientales se volcaran con pasión y vehemencia a defender a ultranza el supuesto origen uruguayo de Gardel.

La reivindicación de la posible nacionalidad uruguaya del cantante, ha superado los límites del hartazgo, llegando al punto de referirse los medios sólo a ese tema. Lo que, especialmente para muchos gardelianos que admiramos su impresionante obra, resulta tedioso.

También es cierto que muchos argentinos "prefieren" que Gardel sea francés y no uruguayo. Aunque a nuestro entender no se trata de "preferir", sino de analizar los hechos objetivamente, y Argentina es la patria artística y adoptiva del cantante, sin duda.

Si bien la defensa de la tesis uruguaya comenzó en los '60, tomó fuerza en los últimos años, coincidiendo (aunque no por casualidad) con la desaparición física de muchos amigos y compañeros de trabajo del cantante, que pensaban en forma opuesta a dicha tesis.

El común denominador de los homenajes a Gardel en Uruguay, ha sido el olvido o el "hacer a un lado" lo más importante del artista, o sea, su carrera artística, destacando sólo su posible lugar de nacimiento, como si eso hiciera más grande al Uruguay o al propio Gardel, sin tener en cuenta que él es grande por sí mismo, y sobre todo, que se formó como persona y artista en Argentina, pues allí eligió vivir y se nacionalizó. Se sintió siempre argentino, o más bien porteño, y era la bandera de ese país la que izaban en los territorios donde arribaba. Esto es objetivo e indiscutible.

La mayoría de los medios de comunicación uruguayos se ha sumado a esa ola de "uruguayez", y han surgido comunicadores que parecen "Gardelianos del 24 de junio", pues sólo hablan de Gardel ese día, y afirman con pasión que "Gardel es uruguayo", demostrando total desconocimiento de su vida y obra, y opinando "al barrer" sobre diversas áreas concernientes al cantante, y en muchos casos reconocen que ni siquiera les gusta. 

Ese destaque se produce exclusivamente los 24 de junio... luego lo olvidan, sin tener en cuenta que, como dijo el escritor uruguayo Juan Carlos Onetti: "Gardel es el hecho artístico más importante que dio el Río de la Plata" (donde hubo muchos grandes), y por nuestra parte agregamos que es también uno de los principales en el mundo, pues no hay artista popular en el orbe que tenga su vigencia a tantas décadas de su muerte.

Los canales uruguayos (sobre todo los privados) deberían emitir sus películas, porque hace décadas que no se ven en sus pantallas. El último antecedente data de 1996, mediante el canal oficial, sin  mayor repercusión. 

Argentina es quien va primero en cuanto a difusión televisiva de sus filmes, ya que no sólo los emite regularmente el canal oficial, sino también los canales para abonados "Volver" y "Sólo Tango", que realizan jornadas maratónicas los 24 de junio (todo el día) con sus películas y especiales, además de difundirlo el resto del año.

La difusión de las mismas (en horario central, por ejemplo) es una buena manera de acercar a Gardel a los jóvenes, para que lo conozcan, y sepan que es el acervo cultural y popular más grande de Uruguay y Argentina.

En últimas encuestas realizadas a adolescentes uruguayos, de entre 12 y 16 años, los resultados han sido "de temer", porque algunos ¡no tenían ningún conocimiento de quién era Gardel!  Y no lo tendrán, sino se lo difunde masivamente, por ejemplo, a través de sus películas. 

Para finalizar, la conclusión es que, plantear permanentemente la polémica de la nacionalidad del cantante es una pequeñez que reduce la figura de Gardel con respecto a su inmensa carrera artística. En su lugar, se podría hacer referencia a cuántos temas grabó (cantidad impresionante, incluso hasta hoy), los géneros que abarcó, los idiomas en que cantó, sus películas, sus temas inéditos que continúan apareciendo, y tantos aspectos más (ver sección Sus logros), que hacen ínfimo cualquier intento por preocuparse por su posible lugar de nacimiento.

La obra de Gardel está muy por encima de "dónde nació", y él lo demostró permanentemente con evasivas, dando a entender claramente que no le interesaba hablar del tema, pues quizás ya en esa época consideraría (íntimamente, claro), que su inmensa calidad artística hace pequeño cualquier interés por su lugar de nacimiento.

Como reza este sitio: Gardel es universal, y por ende, de todos.

Y como se menciona en la sección Nacionalidad, lo mejor de Gardel (además de cantar) fue haber nacido.

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