La Bajada del Celedón Nuestro Emblema
Bajada Celedón

Miércoles, 5 de agosto de 1998
VITORIA / La Virgen Blanca

Cava y puros para Celedón

El chupinazo, seguido por 50.000 personas

Fue el chupinazo más emotivo. Celedón, el aldeano que simboliza el inicio de las fiestas de Vitoria, cedió parte de su protagonismo. José Angel Cuerda, 20 años seguidos como alcalde de la ciudad, accionó el sistema que impulsó su último chupinazo.
JOSEAN IZARRA,
Corresponsal

Una gran ola humana botaba continuamente con los brazos en alto para recibir al símbolo que garantiza la diversión hasta el próximo día 9. Vitoria volcó su alegría festiva en la plaza de su patrona, la Virgen Blanca. Los vitorianos madrugaron para esperar el descenso de Celedón y el asfalto, los jardines, el monumento a la Batalla de Vitoria, los balcones e, incluso, los tejados, quedaron colapsados con muchísima antelación.

El centro de la plaza fue tomado con tiempo y el desarrollo del acto festivo aclaró tanta premura. Desde allí se desplegaron sendas pancartas exigiendo en euskara Democracia para Euskal Herría y Presos vascos a casa. Su colocación provocó los silbidos de una parte importante de los más de 50.000 participantes en el estallido festivo.

Pero la fiesta discurrió ajena a las consignas de carácter político. Celedón inauguró paraguas para homenajear a los dos equipos alaveses de elite: el Deportivo Alavés y el Tau Baskonia.

En la balconada, el vicelehendakari, Juan José Ibarretxe, acompañó al alcalde vitoriano, José Angel Cuerda. Faltaban menos de 15 minutos para el inicio de las fiestas y el chupinazo, con sistema eléctrico de lanzamiento, descansaba en la balconada.

Abajo, el champán bañaba una multitud heterogénea en la que desaparecían las prendas con el transcurso de los minutos. Casi 20.000 puros y unas 30.000 botellas de cava entonaron las gargantas de los vitorianos mientras esperaban que Celedón abriera las fiestas vitorianas.

El símbolo vitoriano fue fiel a su repertorio. Lanzó vivas, en euskara y castellano, a la patrona de la ciudad, la Virgen Blanca, a la ciudad y a los vitorianos.

Cuerda reconoció que su participación en el chupinazo había sido la más emotiva. «Hechos son amores y los hechos demostrarán que éstas son mis últimas fiestas como alcalde», insistió.

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(Última actualización 03/03/2003)