ENSAYO SOBRE LA EXCELENCIA Y LA CALIDAD

NO PUEDO
Es cierto que vivimos en un mundo negativo donde constantemente nos dicen “que no lo podemos hacer”, que hablar de excelencia es una utopía, que esto es imposible que estaríamos hablando de la perfección y éste es un ámbito que sólo le pertenece a Dios.

Me surge entonces la pregunta: ¿Quién dice que no podemos ser perfectos? ¿Quién se encargó de “correr” éste rumor?. De algo estoy seguro, no fue Dios, Él nos creó a imagen y semejanza suya, somos la obra perfecta de Él, entonces porque creer que somos imperfectos.

¡Vivir sin errores!, Sí. Claro que no es fácil por eso es que se ha difundido éste rumor. Pero está en nuestra naturaleza esa sublime expresión humana que revela que somos perfectibles, nuestra potencialidad es infinita. Tenemos la capacidad de equivocarnos, para nunca dejar de aprender, tenemos la opción de sufrir injusticias para que ofendidos nos levantemos y luchemos por un espíritu superior forjando un mundo mejor.

Vivimos en un país maravilloso en donde la verdadera riqueza no es ni el petróleo, ni los extensos litorales, ni su increíble geografía, ni la gran cantidad de recursos, la verdadera y maravillosa riqueza somos nosotros los mexicanos, porque en nuestras manos esta la decisión de vivir en la excelencia, que no es otra cosa, sino la  calidad de nuestra actitud, calidad que define a los que trascienden a su tiempo. El hombre es un ser de realización diaria, en constante evolución.

Este mensaje tiene la finalidad de despertar en los jóvenes estudiantes la inquietud necesaria, para que se den cuenta que para lograr un México de calidad, se requiere desarrollar mexicanos de alta calidad.

“Si alguna vez has caminado por el Paseo de la Reforma, esa preciosa avenida de la Ciudad de México, habrás admirado las estatuas de personajes, que en su tiempo fueron criticados y que a pesar de ello lucharon por su ideal para darnos un México mejor, en cambio estoy seguro que nunca has visto un monumento a un criticón”.

La crítica y los rumores mal intencionados sólo sirven para obstaculizar el esfuerzo, de aquellos que intentan alcanzar la calidad total. No debemos ser de los que se atemorizan ante la adversidad y el fracaso, de los que nunca intentan nada, aquellos que siempre tienen pretextos y excusas, que se sientan pasivamente en el balcón a contemplar el desfile de los triunfadores. Ahora más que nunca se requieren seres humanos de calidad que estén por encima de es caos, son los indispensables para construir una sociedad de Calidad, seres que no se limiten nada más a criticar lo que esta mal, sino seres que marquen senderos, que encausen el logro de ideales. México ha podido avanzar gracias a los pocos que han entendido su compromiso histórico.

México ya no es el México de hace 20 años, ni el de hace 5, ni el de hace 1, es el de ahora, hoy es nuestro turno, nos urge líderes de calidad que no se vendan al poderoso, ni trafiquen con sus valores, hombres y mujeres dispuestos a morir de pie en defensa de sus ideales, y que estén dispuestos a heredar un México mejor. Recordemos que México es nuestro trabajo, la educación recibida, son nuestros padres, son nuestros hijos, son los alimentos de todos los días, son nuestros amigos, es la libertad, es nuestro hogar. México también es de los niños de la calle, de los indígenas que deambulan por la ciudad, de los marginados sin futuro, México también es el lugar donde de cada 10 niños 7 no terminan la primaria y 1 de cada 200 llega a cursar estudios profesionales, esto nos debe mover a la acción para abatir la pobreza, para erradicar la injusticia que explota al desamparado, luchar contra una autoridad que no ha entendido en muchos años su función.

De un grupo de 100 personas de 25 años de edad con características similares, dispuestos a afrontar, el futuro con el entusiasmo y fe que da la juventud, lo más lógico es pensar que con ese empuje el éxito está asegurado, pero ¿sabes lo que pasa con éstas 100 personas 40 años después?:

+ 1 de ellos habrá logrado riqueza en todos los aspectos.
+ 4 tendrán resuelto satisfactoriamente el problema económico.
+ 5 tendrán que trabajar a los 65 años de edad para sostenerse.
+ 36 por ley natural estarán muertos, y
+ 54 (la mayoría) se encontrarán en la quiebra total o dependiendo de terceras 
  personas.

Es decir, serán miembros del club de los “40-40-40” (que trabajaron 40 horas a la semana durante 40 años y se jubilaron percibiendo el 40% de su sueldo).

De modo que, físicamente estarán vivas pero moralmente muertos, es decir, sólo el 55 de ellos habrá tenido éxito y el 95% restante habrá fracasado.

La mayoría de la gente actúa por inercia siguiendo la pauta que le marcan los demás, sin saber exactamente lo que pretende ni como lograrlo, a otros les afecta el que dirán. El problema radica en que son conformistas, en que su manera de vivir se basa en “irla pasando más o menos”.

La realidad es que desde que somos pequeños fuimos educados de una forma negativa, porque nuestros padres no nos demostraron con hechos lo que nos exigían con palabras.

Es por eso, que la inmensa mayoría de la gente, le echa la culpa a las circunstancias y en algunos casos llega al extremo de creer que todo se debe a su mala suerte.

Cuando éramos bebes no existían los imposibles, nuestra curiosidad no tenía límites, si nos proponíamos alcanzar un objeto que aparentemente estaba fuera de nuestro alcance, lo intentábamos una y otra vez, sin importar cuantas caídas sufriéramos para lograr nuestro objetivo. Nuestra mente no estaba contaminada por el NO PUEDO, éramos entusiastas, alegres y optimistas, llevábamos implícita la calidad.

La realización es la expresión plena de nuestras potencialidades, y el único cambio para lograr la calidad es tener el valor y el coraje de extraer lo mejor de nosotros mismos, el fracaso asimilado hace el éxito, los triunfadores saben que es el camino más seguro para lograr la calidad total. La madurez es la gran capacidad del ser humano de cambiar, para ser mejor.

Que no nos suceda lo que a mucha gente, que quiere tiempo cuando éste se la ha acabado. ¿Cuál sería el ultimo deseo de un moribundo?, seguramente pediría una semana más para hacer todo lo que no hizo en su vida.

No necesitamos estar en un lecho de muerte para tomar la decisión de hacer todas aquellas cosas que no nos hemos atrevido a realizar. Lo único que necesitamos es valor para intentar ser mejores. “Tu eres lo que piensas que puedes ser”, recuerda que “el éxito comienza con la voluntad del hombre”.

Debemos ver el amanecer de cada día, pensando en la interesante aventura que está a punto de iniciar.

Todos los días son diferentes y debemos incorporar a nuestra filosofía el deseo de vivir el día de hoy intensamente, dando lo mejor de nosotros mismos y buscando siempre la excelencia.