PABLO NERUDA |
![]() |
Nació el 12 de Julio de 1904 en Parral, Chile y murió el 23 de Septiembre de 1973. Su vida estuvo marcada por tres actividades principales: la poesía, la política y los viajes y por medio de estos, conoció los sitios más pintorescos mientras se iba asentando la vocación literaria que arrancó con una clara influencia de Rubén Darío para pasar a compartir algunas preocupaciones de la corriente surrealista hasta alcanzar su lenguaje personal que con los años se hizo más simple, más rústico, más intimista. En 1971 ganó el Nobel. Entre sus libros se destacan “La canción de la fiesta”, “Confieso que he vivido”, “Crepusculario”, “El hombre entusiasta”, “Tentativa del hombre infinito”, “Residencia en la Tierra”, “Las furias y las penas”, “Canto general”, “Todo el amor”, “Las uvas y el viento”, “Odas elementales”, Estravagario”, Navegaciones y regresos”, “Memorial de la Isla Negra”, “Los versos del Capitán”, pero su obra más popular, la que garantiza que su nombre nunca será olvidado, en cualquier idioma, es la que está contenida en “Veinte poemas de amor y una carta desesperada, y Cien sonetos de amor” en los cuales la mujer, el amor, el pan, el vino, la naturaleza toda son mirados con ternura, con rabia y desesperación mientras el idioma castellano alcanza uno de sus mejores momentos. |
CUERPO DE MUJER, BLANCAS COLINAS, MUSLOS BLANCOS, te pareces al mundo en tu actitud de entrega. Mi cuerpo de labriego salvaje te socava y hace saltar el hijo del fondo de la tierra. Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros y en mí la noche entraba su ambición poderosa. Para sobrevivirme te forjé como un arma, como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda. Pero cae la hora de la venganza, y te amo. Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme. ¡Ah los vasos del pecho!, ¡Ah los ojos de ausencia! ¡Ah las rosas del pubis!, ¡Ah tu voz lenta y triste! Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia. ¡Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso! Oscuros cauces donde la sed eterna sigue, y la fatiga sigue, y el dolor infinito. |
1 |
EN SU LLAMA MORTAL LA LUZ TE ENVUELVE Absorta, pálida, doliente, así situada contra las viejas hélices del crepúsculo que en torno a ti da vueltas. Muda, mi amiga, sola en lo solitario de esta hora de muertes y llena de las vidas del fuego, pura heredera del día destruido. Del sol cae un racimo en tu vestido oscuro. De la noche las grandes raíces crecen de súbito desde tu alma, y a lo exterior regresan las cosas en ti ocultas, de modo que un pueblo pálido y azul de ti recién nacido se alimenta. Oh grandiosa y fecunda y magnética esclava del círculo que en negro y dorado sucede: erguida, trata y logra una creación tan viva que sucumben sus flores, y llena es de tristeza. |
2 |