Date: Tue, 16 Jul 2002 09:25:37 -0700 (PDT)
Subject: ¿Qué Es El Ascendente?
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¿Qué Es El Ascendente?
¿Qué Es El Ascendente?
por MSI
Cuando percibimos el mundo externo, vemos nuestras definiciones
de las formas y objetos, pero no el Campo Unificado subyacente en
el cual éstos aparecen. De manera similar, en nuestro mundo interno,
sentimientos y pensamientos abundan en nuestra conciencia, pero
la conciencia de la Conciencia en sí, es siempre desconocida. El
Ascendente es el espacio en el que todas las cosas existen; es la
esencia de la cual todo ha sido hecho: pensamientos, computadoras,
mi tía Flor.
Esto no es un vacío, como algunos lo han llamado no es una realidad
vacía o negativa. Al contrario, el Ascendente es un estado positivo
de plenitud, de Infinita energía potencial de la cual todo proviene.
Como el Ascendente sirve de base y penetra todo lo creado, le llamamos
Omnipresente. Todo viene de El y todo existe gracias a El. Nada
puede existir, o existe, aisladamente. Todo está formado por el
Ascendente, fluyendo continuamente, manifestándose.
El Ascendente no puede ser medido ni definido. Le podemos asignar
un nombre, como el Infinito, o Sin Fronteras, o el Absoluto, pero
todos estos nombres implican que es algo. Cualquier nombre que le
demos al Ascendente, o cualquier creencia acerca del Ascendente,
no es la experiencia del Ascendente. Es sólo cuando abandonamos
nuestra insistencia de intentar limitar lo Ilimitado, cuando abandonamos
nuestra insistencia de asignarle conceptos del estado despierto
de conciencia, que la Luz Infinita del Mundo Original comienza a
brillar dentro. Libre de las fabricaciones de la mente acerca de
la naturaleza de la Realidad, experimentamos la conciencia como
Absoluta e idéntica con todo lo que existe.
Al Ascendente no lo causa nada, es su propia causa; es siempre lo
mismo, nunca cambia. Al igual que el agua, no se la puede alterar
sin importar cuanta suciedad caiga en ella: solamente su claridad
se vela, mientras su naturaleza se mantiene igual. El Ascendente
es estabilidad perfecta – es el Fundamento de todos los principios.
En el Ascendente no se experimenta dualidad, no existe diferencia
entre el ser y el Ser. No existe separación. Se lo puede comparar
a una experiencia “cumbre” o “pico” mientras pintamos, escribimos,
o componemos música donde no existe la dualidad sujeto-objeto. No
hay ningún pensamiento en el Ascendente, no hay sentimientos, no
hay otra cosa más que Silencio: Eternidad, autosuficiencia.
El Ascendente es la Realidad Esencial de la cual todo se ha originado
y en la cual todo continúa existiendo por siempre. El experimentar
esto como nuestra Naturaleza Verdadera es la Iluminación. A través
de la Ascensión, el Ascendente se experimenta como nuestra naturaleza
esencial, como conciencia de la misma conciencia, como pura Conciencia
Ilimitada. Esta es la experiencia de la Libertad Infinita. Esto
es la liberación de las limitaciones del ego. Como el Ascendente
es la Fuente de todo, el reconocer que “Yo soy Eso” significa que
reconozco que soy capaz de extenderme por todas partes. Este es
el estado de Ser , libre de alguna y toda dualidad, liberado de
todo sentido de Mío o Soy. El Ascendente simplemente es. Y Eso yo soy.
Aún cuando la experiencia del Ascendente es imposible de expresar
con palabras, es una experiencia real. De hecho, la experiencia
del Ascendente es más real que cualquier experiencia del estado
despierto de conciencia. La experiencia del Infinito es infinitamente
abstracta y aún infinitamente concreta. Una vez que esto se saborea,
la vida no puede seguir igual. No existe un patrón de conducta previo,
hábito, juicio o creencia que pueda resisitir la fuerza de la Conciencia
Infinita, ya que el Ascendente es la raíz de todo.
Cuando la mente experimenta el silencio del Ascendente, los pensamientos
no se mueven. Como un lago cuyas aguas no las toca el viento, en
perfecta calma, sin olas, sin movimiento de ninguna clase, así nos
sentimos cuando la mente se abre a la experiencia del Ascendente.
Este estado se puede medir a través de electroencefalogramas: la
coherencia de las ondas cerebrales es el objetivo de la medida de
la experiencia subjetiva de Ascender.
La mente consume cantidades menores de energía cuando flota en el
Ascendente; por esta razón, el cuerpo logra entrar en el más profundo
nivel de reposo posible. En el estado perfecto de silencio Infinito,
no hay necesidad de respirar: el individuo retiene la vida reconociendo
que él o ella es parte de la Vida Universal, que no es diferente
ni está separado de la Existencia Divina. En otras palabras, la
vida continúa porque la vida es la esencia del Ascendente. En este
estado, no hay descomposición posible, no existe enfermedad, no
hay muerte, no hay sufrimiento, no existe dolor.
El Ascendente es la fuente de todo. Nada está fuera de Él; nada
está hecho de otra cosa que no sea Él; nada puede existir fuera
de Él, ni por la más mínima fracción de tiempo. Es la parte conciente
de la Conciencia; es la parte de la existencia que existe. Es todo
lo que siempre fue, todo lo que siempre será; tú, con tu sistema
nervioso humano has recibido al nacer el regalo más maravilloso
– una máquina que no solamente es capaz de experimentar el Ascendente,
sino que también lo dirige en cualquier forma que elijas.
En realidad tú ya estás dirigiendo el Ascendente todo el tiempo.
Pero si tu mente no se enfoca continuamente en un sólo deseo a la
vez, los otros pensamientos y deseos contradictorios que tenemos
se cancelan los unos a los otros. No totalmente, por supuesto, o
serías un esquizofrénico catatónico – no harías nada sino sentarte
y mirar al vacío. Desde el momento que tú estás leyendo esto, sería
seguro asumir que no te estás contradiciendo a ti mismo, que no
navegas en círculos sin sentido en el bote de tu mente.
La mente cuando está en contacto con el Ascendente es como una piscina
perfectamente tranquila. Pensamientos y deseos son como piedras
que arrojamos en ella. Si una sola piedra cae, bellísimas ondas
perfectamente concéntricas se propagan en el agua y llegan a la
orilla lejana. Si dos piedras caen se originarán picos y valles
que se cruzan los unos a los otros, unos haciéndose más grandes
y cancelando a otros. Si un puñado de piedras cae, el resultado
es caos, no hay nigún orden. El calmado reflejo del agua se parte
en una miríada de pedazos imperfectos. La luna puede estar brillando
serenamente arriba, pero el agua reflejará sólo un movimiento frenético.
En cualquier playa de arena, el tipo y la calidad de las olas determina
en gran manera la forma de la arena. Del mismo modo, el tipo y la
calidad de nuestros pensamientos determinan en gran manera nuestra
forma de pensar. Las olas que causan nuestros pensamientos y nuestros
deseos producen efectos inmediatos (en la superficie) y efectos
de largo plazo (más profundos), al mismo tiempo. Cuando la manera
de pensar y de desear es caótica, el resultado tendrá que ser necesariamente,
experiencias anormales- mentales, emocionales o físicas- y conducta
anormal. El grado de pensamiento caótico determina directamente
el grado de desorden en la vida. Cuando la forma de pensar y de
desear sigue un orden, el resultado es salud, felicidad, regocijo,
progreso, creatividad, cumplimiento.
Esto puede que sea fácil de entender intelectualmente: si mis pensamientos
están desordenados, mis acciones y mi vida estarán desordenados.
Pero como el Ascendente es la Fuente de todo, es cierto también
que mis pensamientos caóticos reaccionarán con todo el Universo
todo el tiempo y en todo lugar. Como el salmón que regresa a su
lugar de reproducción para poner sus huevos, no hay accidentes del
destino, simplemente son nuestros pensamientos regresando a su fuente en nuestras propias mentes.
Literalmente hablando no hay a quién culpar, nadie a quién condenar,
nadie a quién juzgar de ninguna manera. Mis propios deseos han creado
mi Universo, sólo para mí; tus deseos han creado tu Universo, só
lo para tí. El hecho de que tantos de nuestros Universos parezcan
similares y parezcan que tengan tantas cosas en común es una feliz
o útil coincidencia que define nuestra humanidad. (Aquellos cuyos
Universos están fuera de sincronización con la mayorá de la humanidad
acaban por terminar en hospitales mentales o prisiones.) Esto implica
que la mejor cura para todas las enfermedades, mentales o físicas,
es la misma, reconectar la mente del individuo concientemente con el Ascendente.
La mente humana es tan infinitamente flexible que puede expandirse
en su experiencia de lo más concreto a lo más abstracto- desde la
realidad física experimentada por nuestros sentidos hasta la abstracta
realidad interna de la misma Conciencia.
El hilo unificador de la vida es el Amor. Este fino hilo corre desde
lo más concreto hasta lo más abstracto, en cualquier nivel de existencia,
en cualquier nivel de experiencia. Este hilo parece delicado, una
cosa frágil, que se puede perder o romper fácilmente, pero no es
así. Es más duro que el granito; no se puede romper, no se puede
ignorar, no se puede perder. Crece siempre, especialmente cuando
lo damos. No nos podemos salir de él, aunque algunas veces erróneamente
creemos que podemos. Lo que sucede cuando creemos que nos hemos
salido del Amor es que nuestros mutuos y contradictorios deseos
proyectados han hecho imposible que nuestra relación provea un crecimiento
mayor. Esta es la descripción más suave y acertada.
Porque bajo todos nuestros deseos (esa mezcla de impulsos contradictorios
que lanzamos a las tranquilas aguas del Ascendente) allí yace por
siempre nuestra intención original, cristalina, sin imperfección,
pura, dirigiendo nuestro ser a través de situaciones, vida tras
vida, mundo tras mundo. ¿Y cuál es esa intención original? Es la
de regresar a nuestra Fuente. No nos sentimos y nunca nos sentiremos
en casa aquí, siempre nos sentiremos como viajeros desposeídos del
tiempo. Eso ciertamente es lo que somos. Como Pellinore de las leyendas
Arturianas, hemos perdido nuestros reinados y vagamos sin ruta,
oxidándonos lentamente ya que nuestro hogar se nos ha hecho invisible.
Si, nuestro exilio nos lo hemos provocado nosotros mismos. Hemos
escogido estar aquí, podemos elegir regresar al lugar del que vinimos
en cualquier momento que deseemos. Nada se puede interponer entre
nosotros y nuestra reunión con el Origen ya que realmente nunca
hemos abandonado el Ascendente. Sólo pensamos que lo hemos abandonado;
hemos viajado extremadamente lejos en nuestra imaginación, pero
es solo fantasía. El Ascendente esperará pacientemente que recordemos,
a través de toda la Eternidad si es necesario. Porque nosotros somos
el Ascendente. No importa por cuánto tiempo nos olvidemos de este
simple hecho, no importa por cuánto tiempo neguemos fervientemente
que esto sea verdad, o que continuemos fabricando sueños falsos
y extrañas creencias, el Ascendente nos esperará pacientemente.
No hay pensamiento que podamos pensar, ni acción que podamos actuar,
que pueda cambiar este hecho tan sencillo. El Ascendente es la raíz
de quienes somos, es la plena expresión de todo lo que podremos
ser, es el Origen no sólo de nosotros sino también de todo, en todas
partes, todo el tiempo. La vida, por lo tanto, es extremadamente fácil de entender.
Si esto pareciese difícil de entender, es sólo porque hay una parte
de ello que no ha sido entendida adecuadamente. Sólo puede ser porque
todavía hay áreas de nuestras personalidades que aún no han sido
dirigidas.¿Cómo podemos cambiar esto? ¡En cualquier forma que funcione!
La Ascensión es un proceso sistemático de reeducación de la mente
para liberarnos de los prejuicios y la condena. Es un proceso completamente
automático; una vez que se empieza continúa por sí mismo. La mente
se asemeja a un disco de vinilo- existen surcos en nuestros cerebros,
circuitos de neuronas, formados por repetidas experiencias y pensamientos
repetidos. Es posible entrenar la mente de nuevo para que los surcos
más profundos sean los que lleven a la expansión de la conciencia
hacia la liberación. La mente sólo necesita aprender a tomar el
ángulo correcto, entonces todo el proceso es perfectamente natural.
Los surcos más profundos comienzan a esfumarse y son eventualmente eliminados.
El estado natural de la mente humana es la Iluminación!
MSI es el fundador del Sociedad para la Ascensión, la cual enseña
la Acensión de los Ishayas (el Arte de la Exploración Interior)
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