FELIZ DIA DEL NIÑO!!!
Mis padres siempre me dijeron que no debía decir cosas tontas, de modo que ahora siempre soy cuidadosa con lo que digo, para estar segura que no estoy diciendo nada estúpido
No puedes estar en tu corazón y pensar. Es imposible. Y la única manera que puedes ser libre es hablando desde tu corazón. Es siendo inocente, como un niño. Y los niños no piensan. Solo abren la boca y el asunto sale. Pero se nos ha enseñado a no hacer eso, de modo que perdemos toda la inocencia.
Perdemos todo el amor por nosotros mismos y nos comenzamos a juzgar. Y todo porque nuestros padres nos dijeron, “Si no tienes algo inteligente que decir, mejor no digas nada.” Así es que es fantástico que lo puedas ver. Y sólo lo sueltas. ¿Son las expectativas las que crean la ilusión del descontento? Las expectativas son un truco de la mente, y la mente las crea para no estar nunca satisfecha.
Constantemente nos estamos imaginando cómo nos gustaría que las cosas fueran, y cuando no es ese el cuadro que creamos, nace el descontento. Los niños no tienen esa experiencia porque son inocentes y no tienen ninguna expectativa. Ellos simplemente son, y abrazan la dicha en cada momento. Los adultos por otro lado, tienen una imagen de cómo debería ser todo para poder ser felices. Y si no es así, entonces no son felices, de modo que preparan su propia frustración. Pero la expectativa es una ilusión, una ilusión de la mente. Y todo está basado en eso.
Tenemos la idea de que para ser felices tenemos que tener esto, y esto, y esto….Pensamos que necesitamos encontrar el amor de nuestras vidas, que necesitamos tener un trabajo donde podamos ser creativos para así sentirnos bien, necesitamos dos niños, un perro, una cerca más grande, o tal vez un auto deportivo. Quizás un lindo viaje al extranjero… Tenemos estas ideas acerca de lo que necesitamos para ser felices, pero nunca nos hacen felices, porque siempre estamos buscando algo más. La única felicidad permanente está adentro.
La Voz de Dios Por Satya Isha
LA vos que ordena y de mandamientos habla, No es tu voz!
La voz que aquieta y al reposo lleva, Ni siquiera esa es Tu voz.
La voz que gime por las cosas ya perdidas, No es Tu voz!
La voz que consuela con dulzura Ni siquiera esa es Tu voz.
La voz que juzga y la culpa induce, No es tu voz!
La vos que perdona y que redime Ni siquiera esa es Tu voz.
Cuando todas esas voces: La que manda, la que calma, La que añora, la que suelta, La que juzga, la que expía, Se han callado, Solo entonces… Resuena Tu voz en el SILENCIO! Y me dice, simplemente, sin palabras: YO TE AMO!
EDUQUEMOS BIEN A NUESTROS NIÑOS
El niño de 0 a 6 años necesita estabilidad y confianza para forjar vínculos humanos sólidos que sean garantía de su seguridad y bienestar. A los tres años, un niño no está emocionalmente maduro para afrontar un nuevo cambio, un espacio distinto, compañeros nuevos, otros adultos. Cuanto más abajo en la edad, más especializada debería ser la exigencia de profesionalización en el nursery o escuela, puesto que mayor es la responsabilidad que cae en nuestras manos.
Es más difícil educar a un niño de un año que a uno de cuatro, puesto que el de uno es más moldeable, necesita más del adulto y tiene menos defensas y recursos para compensar influencias negativas de adultos no sensibles a sus necesidades de todo orden, no sólo las de cuidado e higiene.
PARALELAMENTE al desarrollo psicoafectivo del niño, en los primeros años tiene lugar la educación moral. Aunque esta conciencia se va desarrollando en el niño desde el nacimiento con las observaciones que hacen los progenitores sobre lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, lo permitido y no permitido; la verdad es que, de alguna manera, desde muy pronto existe en el niño una cierta noción del bien y del mal, una verdadera necesidad ética y una exigencia de normas fijas.
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