Nº 31
NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2004

ARTÍCULOS:

CRUZ NEGRA ANARQUISTA


TODO ES MISERIA VOLVER

La miseria no sólo se divisa al ver la villa o los barrios que inevitablemente terminarán siéndolo; la miseria nos empapa y nos devora a cada instante por y para mantener un privilegio que, a su vez, necesita quien mantenga estos: es decir necesita de una clase oprimida maniatada que, a fuerza de represión, genere nuestra sumisión. Por lo cual puedo afirmar que la miseria es el síntoma de esta situación de opresor-oprimido y por tanto también puedo afirmar que este síntoma se elimina de raíz y es terminando con la clase opresora, para luego terminar con las diferenciación de clases.
En esto términos parecería muy sencillo pero a través de la historia se ha atacado al capital constantemente, en mayor o en menor medida, y más allá de los logros me interesa decir y recalcar que los valores más humanos que conozco son fruto de esta lucha por la libertad.
Decir que uno no es miserable por no estar tan tirado como otros es mentirse a sí mismo, pues no creo que sea muy digno ver un reloj y acodarse de que nuestras horas también tienen dueño, y no somos nosotros precisamente; más allá de que sean 8, 6 o 2 horas. Diferentes luchas equivocadas han logrado que la gente no sólo sea inconsciente de nuestra situación como oprimidos sino que también a través del tiempo se naturalice con ésta, generando así una búsqueda de conciliación para
con los dueños de nuestra miseria y separando así a los que se levantan contra estos y no aceptan las condiciones.
Como dije antes, esta situación nos empapa y nos devora y cuando digo nos empapa estoy diciendo que todos y cada uno de los habitantes de esta tierra vivimos en nuestra cotidianeidad situaciones miserables, algunos (que por cierto son la minoría) lo aprovechan para beneficiarse y el resto, sometido por toda herramienta opresora, contribuye al beneficiario o lo ataca. Y es por eso que al decir que nos devora hago un fuerte hincapié a que esto no suceda, pues es nuestra herramienta para no caer en su esquema y no reproducir la mierda que nos hacen vivir día a día.
¿O acaso no es miserable mirar a una persona y sentir lástima de ella? ¿o acaso lo es un carnero, un botón o un trabajador que se siente orgulloso de serlo? Todo es miseria y a ante esto no cabe ninguna conciliación: están los que quieren sostener esto y los que no. Sabemos que la lucha fue, es y será dura pero es la única forma de liberarnos.
Destruir a quien nos ahoga y no nos deja respirar es nuestro único camino.

Pototo


SIN POLICÍA VOLVER

Allí estaban, existencias insultantes que atentan contra la libertad, los desposeídos de toda grandeza, de toda moral humana, reducidos a una minúscula racionalidad de lo maravilloso de la vida. Hambrientos monstruos, dignos del terror más oscurantista de la naturaleza, alimentados con los fétidos huesos del mismísimo asco, justificados con la avaricia y egoísmo de una cultura social, inventados en la aparente estabilidad de las entrañas de la tracción, del aniquilamiento del hombre por el hombre, cultivando la cobardía y la muerte, arrasando con lo que ellos no pudieron ser: “hombres”.
Ciervos y esclavos de una ley que los mantendrá eternamente postrados. No existen como posibilidad, se convirtieron en lo que son y lo que son es digno de profundo desprecio y odio. Para ellos no existen reivindicaciones posibles, para ellos no existen reformas ni luchas laborales, laborales, por que son el asesino engranaje de esta infernal máquina de terror y de muerte. Ellos eligieron el camino del estiércol y la miseria humana en su mayor estado.
Nos enseñaron a convivir, a necesitar estos instrumentos de perversión, nos enseñaron a justificarlos, a respetarlos, a admirarlos y copiarlos. Nosotros desde ese NO!!!, con la vida impuesta (esa vida que no nos pertenece), los despreciamos con nuestros sentidos bien agudizados, con nuestros sentimientos de tiernos hombres, les decimos: ¡que los odiamos! Pero no sólo odiamos la punta del fusil, sino quien la construye, quien la acciona, quien la justifica, quien la guarda y calla.
Para ellos, sólo vivimos con la insistencia y contundente ansia y deseo, ¡que se transformen en cenizas!

J.C.


DIGNIDAD DE UN OBRERO VOLVER

Cuando decimos socializar las riquezas, no sólo nos referimos a lo producido, sino también a los medios de producción. No pedimos salarios más justos (o menos injustos), sino abolición del salario y de la explotación del hombre por el hombre. Si los obreros obtuviesen como paga una parte más acorde a lo producido, vivirían económicamente mejor, pero si no echan a patadas a sus patrones, estos seguirán siendo los que decidan si comen o no.
Sé lo que es la plusvalía, pero la explotación no sólo se explica con números, porque no somos máquinas. La explotación se explica sintiendo la humillación de los oprimidos, lo que producen las relaciones de poder y el acaparamiento de las riquezas. No es el excedente de lo que produzco lo que más me preocupa, ya que es mi propia vida la que me quitan. Porque no me veo a mí mismo como un mero productor de objetos (y etcéteras) o como un simple obrero, sino como un humano (con todos los derechos que tengo como tal).
La plusvalía se la dejo a los economistas, para que justifiquen su injustificable existencia. Se la dejo a los que quieren ser nuestros nuevos patrones diciendo que repartirán las riquezas más equitativamente. Aunque hagan las cosas menos injustas económicamente, seguirán siendo los dueños de nuestras vidas; los que dirán si servimos para algo o no, los que nos matarán o dejarán vivir según les convenga.
¡Cuidado! Mucho cuidado con los que hablan de dignidad obrera, de aumento salarial, de reducción de jornada; cuando les convenga, todo el mundo a deslomarse por su causa, so pena de ser acusados de contrarrevolucionarios. El patrón seguirá siendo patrón así sea un individuo, varios o un Estado; seguirá siendo un parásito que vive a costa de nuestros esfuerzos y sufrimientos. Sobran ejemplos de lo que escribo aquí.
Además, si seguimos considerando que el trabajo sirve para comerciar y no para subsistir, nuestras vidas seguirán valiendo lo que diga el mercado.

Coco


LOS MANSOS VOLVER

Los medios de adoctrinamiento social, (tv, radio, prensa), nos escupen a la cara continuamente el mensaje patético y cada vez más cercano al fascismo, mensaje directo y al estomago, de una burguesía cada vez más unida en su reclamo de seguridad en el gran Bs.As.
Primero fue Blumberg, que como arcángel San Gabriel empuñó la espada de la justicia haciendo un santo reclamo a la ciudadanía, concepto carente de sentido por cierto, para esos 20 millones de pobres, pidiendo justicia “justa” y un Estado cívico y argentino.
Como buen santo varón auspiciado y protegido por tan digna causa, sus prédicas dirigidas no se sabe por qué dios, tuvieron eco en esas capas de la población que, hasta ahora preocupadas por sus dividendos, no se habían percatado que también empezaban a peligrar sus vidas.
Las manifestaciones, estúpidas, que siguieron a este Mesías, y que todavía siguen, nos retrocedieron en el tiempo y por nuestras pantallas aparecieron cristianos y romanos, con sus velitas en procesión, pidiendo mano dura contra los bárbaros que pillaban y saqueaban devolviéndole al imperio todo lo que éste había extendido.
Debido no se sabe a qué impulso divino, por un momento a nuestro santo varón le cortaron las alas, puede ser que impidiendo que en su mística celestial, se le ocurriese presentarse de candidato por algún partido. Lo pusieron en su sitio y una vez comprendido su función, puente e incitador de los proyectos fascistas entre gobierno, sus patricios y la plebe identificada con estos, volvió a sus andadas de perro ladrador, circunstancialmente habilitado como mordedor.
Oh!, pero nuestro cruzado no está sólo, con él, a su diestra se levantó, como no, una monjita salida de las entrañas de la bestia, del barrio de la Horqueta (San Isidro), que levanto su voz, en nombre de una clase atemorizada, la burguesa, lanzando todo un manifiesto con declaración de principios incluida, interpelando al presidente de esta nación caótica y destrozada por el capital, exigiéndole una actitud de defensa de los valores y de la integridad física de los burgueses.
En este manifiesto responsabilizaban directamente al presidente de los secuestros de sus hijos y del clima de inseguridad social, y amenazaban haciéndole saber, que ellos son mansos pero pueden dejar de serlo.
¿Puede ser que en esta amenaza velada esté implícita la advertencia de que esta burguesía, una vez amenazada individual y físicamente por la delincuencia, es capaz de abrazar, una vez más, el fascismo más puro ejemplarizando la mano dura contra el resultado de su sistema de privilegios?
Esta mujerzuela, en su manifiesto, clamaba contra todos aquellos que tapan su cara en la protesta tachándoles de cobardes. Ellos que se parapetan detrás de unas fuerzas armadas y represivas para la ostentación y acumulación de sus privilegios.
¿Mansos?, señora, ustedes y sólo ustedes son los responsables de la organización social más salvaje y cruenta de la historia. Ustedes crearon esta sociedad de exterminio. ¿Dónde estaba su voz cuando acá mismo desaparecían los hijos de otras?, ¿Dónde estaba y está su clase cuando miles de personas ven desaparecer sus vidas entre la mugre y el “gatillo fácil” de sus policías?. ¿Olvidar? ¡Nunca!: jamás olvidaremos que ustedes capitanean esta vida miserable que nos empuja a la barbarie.
Su única solución: la intensificación en sus barrios de los asesinos que nos matan.
¿Qué pasa señora, los muros altos y las armas no os protegen de la embestida salvaje de los oprimidos?, ¿qué pasa, tienen miedo, porque la furia y el odio organizado o no salta reglas y leyes dispuesto en su caída a volarles la cabeza?
¡Nunca jamás podrán parar este impulso implícito en su sistema desigual!
¡Jamás con represión acabarán con el descontento, sólo lo intensificarán!
¡La única solución es su desaparición!
Y no nos esperaremos a que lo hagan voluntariamente, de eso ya nos encargaremos nosotros.

Poe


COACCIÓN VOLVER

La coacción, la violencia ejercida para forzar a alguien a hacer determinada cosa, es parte de la lucha por la imposición, por hacerse valer o conquistar derechos. Lo grave es cuando se institucionaliza, cuando deviene en sistema y se convierte en monopolio de unos sobre otros. En el capitalismo es la miseria impuesta, la amenaza o la realidad del hambre, que obliga a los oprimidos a subsistir de la basura de los poderosos; a mendigar trabajo; a alquilarse por un salario: salario, un eufemismo de basura. Incontables y anónimos, pasados y presentes, consumidos y exprimidos individuos al servicio de las riquezas y sus detentadores. Incontables y anónimos también se rebelaron.
Traigo una historia referida de familia, el abuelo materno de mi abuelo materno, un tatarabuelo. Vino de Calahorra, España, para trabajar en el campo, primero en Paraguay y en Formosa hasta asentarse después en Gerli, Avellaneda. Trabajó limpiando, a balde y cepillo, la suciedad hedionda de los vagones del tren de carga animal de los estancieros. Era anarquista, de la F.O.R.A.; la que no pedía trabajo. En pleno auge del fascismo peronista, durante los funerales de “la abanderada de los humildes”, su hijo estaba en la calle y una patrulla de policías o sindicalistas lo obligó a ponerse el luto, al regresar a casa su padre le dio una paliza por haberlo permitido. Seguramente, o proyectando uno el propio sentir, un chirlo altruista que dolió más en la mano. No sabía leer ni escribir, conocía mucho... Su yerno, quién se juntó con su hija, mi bisabuelo, al que conocí hasta 1990, también era de Gerli; de Campichuelo y Lacarra. Frente a su casa se extendía un terreno baldío, deprimido, que tras las lluvias se hacía laguna, desagote natural del arroyo que pasaba por debajo de la calle Lacarra, hoy entubado. Era carpintero, empujado a trabajar, como tantos otros, en la estancia y luego en la carpintería de los Pereyra Iraola. Trabajó en la construcción de las puertas de la Legislatura de Capital, puertas que, a golpes y a fuego, los manifestantes le devolvieron en la rebelión que trascendió el instante. La destrucción como construcción; al decir de Bakunin.
¿Es que a qué llevó la coacción ejercida a la antaño mayoritaria clase obrera por parte de los poderosos, los mismos funcionarios, escribientes y vigilantes que temblaban atrincherados en su Palacio? Llevó a esta clase de changarines, cartoneros, desocupados, laburantes, prostitutas, chorros... Parias y desheredados; lúmpenes, al decir de los marxistas.
Y hoy la justicia acusa a un grupo de manifestantes del delito de coacción agravada por el ataque a la legislatura, a quienes amenazan con largas condenas. Hay que decir que a la dirigencia de izquierda deben mucho, también, su encarcelamiento actual.
Una muestra del cinismo burgués. Los victimarios constantes, los que tienen el poder de disponer de nuestras vidas según su capricho o necesidad, se quejan y escandalizan cuando juegan el papel de víctimas, cuando “nuestro amo juega al esclavo” y, por supuesto, arremeten: saturan de leyes y policías las calles, muestra de su cobardía e inseguridad; porque saben, en el fondo, que las riquezas que posen no les corresponde, riquezas a las que apuntamos arrebaten la totalidad de los oprimidos. Esta es la finalidad a conquistar con medios: ayer con huelga, hoy con “coacción agravada”.

A.G.


TENSIÓN-DISTENCIÓN VOLVER

Observar la sociedad argentina actual es darse cuenta de la inestabilidad social en la que vivimos, esos tiras y aflojas, que más allá de la dimensión que le quieran dar los medios de comunicación, (por menos o por más) existen y se visualizan en formas esporádicas y en modos espontáneos.
La politización de la protesta organizada y cómo consecuencia de esta politización, su militarización y su encuadramiento bajo consignas y luchas partidistas, evidencia la carencia de aptitudes revolucionarias y de ruptura con el marco y las reglas del juego. Léase, Estado y capitalismo.
La politización de la protesta, no era ni es algo inevitable como desde los grupos de izquierda nos quieren hacer creer, ni mucho menos responde a una maduración del “proletariado” o de la “clase trabajadora”, éstas apenas existentes en la actual configuración de los explotados.
La politización de la protesta responde a varios intereses, pero fundamental y profundamente responde a los intereses del Estado. Reproduciendo en las organizaciones supuestamente contestatarias la organización social a combatir, es decir, creando una relación dirigentes-dirigidos se está fortaleciendo la causa principal de la desigualdad: el Poder.
El sometimiento de las bases a burocracias elitistas y a ideologías autoritarias, imposibilita la acción revolucionaria, o simplemente la propia acción autónoma ante algo concreto, y es así cómo estas organizaciones de izquierdas, o dependiente de éstas, pasan a formar un apéndice imprescindible del Estado, canalizando el descontento hacia negociaciones políticas, callejones sin salida, que como único premio obtienen la consolidación de un burócrata en la mesa de los verdugos.
A esta situación o proceso creado por la izquierda y aplaudido por el gobierno, lo llamaremos distensión y, cómo decíamos antes, tiene una importancia casi suprema en la supervivencia del Estado y en la aniquilación de las potencionalidades revolucionarias, tanto individuales cómo colectivas.
Observando al acomodador de este proceso en la sociedad podríamos afirmar, sin ninguna duda, que la izquierda en toda su amplitud (partidos, sindicatos, agrupaciones piqueteras) tiene un lugar en el capitalismo como elemento de protección de las instituciones gubernamentales, domesticando la protesta e introduciendo, una vez más, el poder y por lo tanto la sumisión en la vida de los explotados.
Con esto no se quiere decir que ninguno de estos grupos sea capaz de poner en dificultades al gobierno, o incluso al modelo de Estado. Unas veces, las burocracias, necesitan apretar al gobierno
para legitimarse como negociadores, otras veces simplemente son superadas o empujadas por sus bases hacia una leve radicalización en sus formas o en sus demandas. Pero antes o después la dinámica de la distensión volverá a tomar fuerza, pues está implícita tanto en su forma organizativa cómo en sus valores ideológicos.
A pesar de los esfuerzos, tanto del gobierno cómo de los grupos de izquierda de paliar los síntomas de la sociedad argentina, los efectos y las causas siguen existiendo, así cómo sus consecuencias.
¿Qué son las comisarías atacadas sino muestra de tensión tanto con el Estado policial, cómo con los grupos de izquierda, ambos incapaces de controlar a los revoltosos?
¿A caso la delincuencia no es sino el barómetro donde queda reflejada la desigualdad existente, a la que se la intenta paliar desde el individuo o el pequeño grupo de explotados?
¿A caso no existe, diariamente, una tensión, un juego a muerte, en su pilar más sólido, la propiedad privada, ejercido por miles de argentinos y argentinas?
Esta tensión totalmente despolitizada, pero también por desgracia desideologizada es alzada cómo bandera por la burguesía y el Estado, cómo una amenaza para la sociedad “responsable”, excluyendo así de un plumazo, o mejor de un porrazo, a millones de personas, propiciando y favoreciendo desde ese momento, una sociedad paralela, inferior, y peligrosa.
La distensión inevitablemente acaba en tensión, inevitablemente, pues es ciertamente esa presión que busca escape, a pesar de los correspondientes calmantes existentes para reprimir este impulso, el motor de la humanidad.
¿A caso insertos en las problemáticas cotidianas, día tras día, no surge dentro de cada persona una bronca hacia los constructores de este gran tacho de mierda donde vivimos?
Estaría bueno, que a pesar de todo el montaje político-mediático-judicial y policial, lo sucedido un viernes en la Legislatura se repita y se generalice. No tan sólo por el echo en sí, sino más bien por lo que representó y representa, salirse del juego diseñado por izquierdistas y gobierno, para que la bronca no genere tensión, si esta no “sirve” a la negociación entre vendedores y vendidos.
No olvidemos algo fundamental, para sentarse en la mesa de reparto del pastel tenés que ser garante o poseedor de algún bien. Las pretensiones de cualquier burócrata de izquierdas sólo serán
satisfechas mientras pueda negociar, con el Estado y sus familias capitalistas, con la responsabilidad y garantía de contener la lucha social despojándola de toda pretensión revolucionaria. ¡Este es su bien!, ¡el control!.
La recesión en las luchas populares de las jornadas del 19 y 20 y las asfixias de las asambleas llevadas a cabo por los partidos, nos debe de servir de ejemplo y reflexión ante las maneras de la izquierda. Aparateando las estructuras y mecanismos populares surgidos del conflicto tan sólo se ha conseguido afianzar las burocracias y al Estado, es decir, la negociación entre ambos y cómo resultado a los negociadores. Aprender, pues, es lo único que nos queda después de lo sucedido.
Hoy por hoy, tan sólo genera tensión todo aquello que se alimenta un poco, por bastante, más lejos de los partidos y sus burocracias, o al menos cuando éstas son sobrepasadas por la práctica concreta de alguna minoría insertada o no en la dinámica de los partidos.
Nosotros cómo anarquistas no podemos hacer otra cosa que alentar este tipo de actitudes y de formas, pues en ellas vemos reflejado nuestro propio impulso hacia la autonomía y la libertad. Alentamos lógicamente estas actitudes, pero también instamos a romper con dos cosas.
Por un lado, cómo primer cosa, instamos a romper contundentemente y de una manera absoluta con las estructuras y formas de partido, con la organización jerárquica, pues en ella vemos curiosamente el sistema que queremos combatir. Sus separaciones entre dirigentes y dirigidos e intelectuales y números, es algo que tanto explícitamente en los partidos clásicos, cómo implícitamente en algunas organizaciones “libertarias”, legitima y perpetúa el poder y por lo tanto a su institución: el Estado.
No deseamos ningún Estado, ni de los de abajo, así cómo tampoco vamos a permitir que policías rojos usurpen nuestra autonomía de acción y nuestra libertad individual.
Por el otro lado, instamos también a ir dejando atrás, poco a poco, y sin menospreciar su valor, al espontaneismo. Si bien la rabia desatada espontáneamente la aplaudimos, tan bien es verdad que si esta rabia es efímera poco o nada hemos conseguido. La insistencia es lo único que nos queda, si queremos desde una minoría que somos remarcar las actitudes anarquistas en la sociedad o al menos el combate revolucionario frente al Estado y el capital, y la única manera de que estas actitudes pervivan en el tiempo es la autonomía total y absoluta de cada individuo integrado en una lucha, así cómo la del grupo al que pertenece de jerarquías y poderes supremos, para de este modo organizar un combate cotidiano y directo.
La formación de grupos anarquistas que surge de esta premisa es nuestro camino, pero no nos olvidemos que nuestro camino también pasa porque aquellos que hoy no se llaman anarquistas, al menos rompan con su sometimiento a la cultura imperante al Estado y a la izquierda y empiecen su camino hacia la autonomía de pensamiento y acción.
La construcción de una verdadera organización revolucionaría es lo que buscamos. ¡Pero ojo! Organización no cómo institución centralizada, más bien lo que buscamos es un estar organizados, siempre el individuo cómo principio y cómo fin en sí mismo, que se junte con quién quiera, participe en los mecanismos de coordinación con quien quiera, y tensione el estado actual de cosas hasta generar una ruptura mediante un combate constructivo y destructivo al capitalismo y al Estado.
¡Tensionemos esta sociedad hasta que explote y desaparezca, la miseria, la explotación y la desigualdad!
Tensionar esta sociedad significa apartase de lideres y burócratas, avanzando y experimentando arreglo nuestras necesidades.
Tensionar también quiere decir que todos aquellos marginados y delincuentes más allá de su recuperación individual, deben de pelear por la construcción social que dé cabida a sus inquietudes y necesidades.
¡Tensionar es nuestro único camino!
¡Viva la anarquía!

Poe


EN POS DE LA SOCIEDAD COMUNISTA VOLVER

En nuestra sociedad moderna el fin de la utilidad impera. Todo debe servir para un fin útil, maximizar beneficios con la mínima inversión; uno de los principales preceptos de la sociedad capitalista, donde lo que importa es el beneficio. Esta idea se expande sobre cosas y relaciones y lo que no sea alcanzar ese fin utilitario no merece la pena hacerlo como actividad, ni siquiera tenerlo como pensamiento.
Lograr el fin capitalista, no es únicamente monetario. El sistema económico se tiene que mantener en un sistema social, ambos inseparables e relacionados, y ese fin lucrativo se convierte también en relaciones sociales.
Esta interacción, cómo cada persona se relaciona con otra, en nuestra sociedad moderna se transforma en una interacción basada en el beneficio personal.
El individualismo es el fruto de esta sociedad moderna y a medida que se han caído todos los modelos con referencia a una comunidad éste se ha exacerbado. Antiguamente existían centros de barrio, las agrupaciones, bibliotecas y demás centros de reunión, con relaciones particulares y comunes, que hoy día perdieron el lugar dentro de las relaciones personales. Exacerbado el individualismo, ya solo importa el “yo” y las relaciones comunitarias fueron dejadas paulatinamente de lado. Todo intento de ayuda común se ha languidecido y dado paso a la ayuda común explícitamente y consensuadamente con un fin personal.
Una vez alcanzado el objetivo personal, dentro de un espacio de relaciones en común, el proceso y todo lo que se haya desarrollado y adquirido en él no importa, ya que el provecho personal es lo único que importa y todo lo que no sirva para alcanzarlo es dejado de lado. Siguiendo los principios de la utilidad capitalista, el grupo, el colectivo no son más que un medio necesario para alcanzar objetivos individuales. Plantear objetivos comunes y alcanzar el bienestar común no es entendido y es excluido, principalmente por considerarlo improductivo, claro, para el provecho personal.
Así cuasi disueltos los valores en común que trascendían al “yo”, en los que podía vislumbrarse un comunitarismo, -desde lo más íntimo como las parejas, la familia a los grupos de afines, amistades, grupos de opinión- el individualismo tornó las relaciones en utilitarias. La mayoría de las personas interactúan con otras para sacar un provecho individual, o el provecho que esta persona crea necesaria. Las relaciones se vuelven útiles o no, y los fines en común no lo son en tanto no sirvan a deseos individuales (posiblemente caprichos). Así, y de a poco, las relaciones se convierten en medios para un fin, el propio, el que cada uno crea que lo fuera. Relacionarse deja de ser una necesidad cómo ser humano para expandir sus posibilidades y generar otra posible existencia en común y se convierte en un medio para satisfacer necesidades individuales. Los otros, aquellos que no son uno, son vistos como medios para el fin, modos de alcanzar algo o de estar de determinada manera, y en tanto eso empiezan a dejar de ser consideradas personas con las que interactuar. No importa que ese otro tenga las mismas necesidades y deseos que yo, lo que importa es alcanzar ese fin personal. El otro es convertido en un medio, una cosa.
Éste tipo de relaciones predomina en los grandes aglomerados urbanos, en donde la cantidad de personas es tal que no se tiene el suficiente espacio físico para desarrollarse, y donde la lógica de la
utilidad lleva a una competencia encarnizada entre todos los individuos. Aquí un principio común se desdibuja cada vez más y se trata de relaciones para sacar la mejor utilidad individual, aun agrupándose. Estos grandes aglomerados desde sus principios fueron útiles y configurados para el mejor desarrollo del sistema de producción capitalista. Debemos considerarlos como funcionales al sistema.
En contrapartida existieron y existen otras formas de relacionarse y de concebir las relaciones, en donde el individualismo no está exacerbado, donde es posible encontrar aspectos en común con el otro. No es necesario hacer permanente apología al pasado para buscar formas de estar mejor, podríamos crearlas e intentar ponerlas en práctica en nuestro presente para que provoque cambios en el futuro. La permanente rememoración y añoranza del pasado hay veces que no deja ver los problemas coyunturales del presente, a los que debemos afrontar con diferentes modos que antaño. No podemos quedarnos permanentemente en 1936, en 1945 o en 1970. Hay que tener en cuenta los procesos, las particularidades de cada momento de la historia y tener en cuenta posibles errores para no volverlos a cometer, pero no podemos volver el tiempo atrás, ni transpolar una situación a la otra.
Las relaciones comunes son posibles, no ver al otro como un medio para un fin personal es posible, se pueden encontrar puntos en común, deseos y necesidades, problemas e inquietudes que agobian al conjunto para resolverlas y encontrar la mejor forma de llevarlas a cabo en conjunto. Conjuntamente, es pensando en las necesidades particulares de todos y dejando de lado el egoísmo
haciendo causa común y encontrando una común unión. Entendiendo que sin el otro no está uno.
Estoy hablando de relaciones interpersonales, que al alejarnos conforman relaciones grupales y en su máxima expresión la sociedad. Sí lo que queremos es un cambio social debemos despojarnos de esta carga moderna individualista, principio del capitalismo. Debemos comprender interpretar cómo este perverso sistema de dominio y explotación ha influido en nuestra forma de ver y de comprender nuestra existencia. Debemos ver no solo lo que el capitalismo destruye físicamente sino como invade y envenena conciencias. Debemos despojarnos del pensamiento moderno y posmoderno, negando las jerarquías que rigen, despojándonos de los valores impuestos, negándolos e intentar otra forma de ver y hacer en el mundo.
Debemos comenzar a edificar otras relaciones, otras maneras de ver al otro, y hacer una nueva sociedad. Una sociedad comunista.

Ubérrimo


LA RELIGIÓN RELATIVISTA VOLVER

Puede sonar desubicado hablar de ciertas cosas ante la gravedad de la situación social, pero a esta gravedad contribuyen también las habladurías ligeras.
No es cuestión de sintetizar opuestos(1) teniendo en cuenta, además, que tal oposición es sólo en determinado sentido, por lo que, en otro sentido, no niegan la confluencia. Pero entre ver las cosas, sus relaciones, transformaciones y permanencias; entre ver el devenir permanente de lo que concebimos como totalidad y ver y hacer todo del “costado” estático o estético de la cosa hay un
abismo que condiciona.
Uno (el estético) es la pura apariencia de las formas, que reduce todo al límite sensorial, viendo todo sólo con los ojos, haciendo del puro cambio todo y de lo que cambia nada. El otro (lo estático) es la muerte metafísica que le quita la vida a lo efectivamente viviente y se la sirve a esencias divinas o divinizadas. Uno nos reduce a animales, el otro nos impone dioses: ambas posiciones niegan la humanidad, uno por haber salido, el otro por “querer llegar”. Niegan la vida que como tal se desarrolla entre el nacimiento y la muerte. De uno u otro lado, y de las transacciones o compromisos entre ambos, se ha escrito y hablado, han surgido corrientes, filósofos, detractores de detractores, se han desgarrado vestiduras, pero todas están contra el hombre. Grandes pensadores que ubicaron al hombre como un ser indefinido, a medio camino entre la bestia y Dios, animal deformado o la víctima de un ángel caído; todo reflejo de su propia indefinición y su caminar a medias. Grandes pensadores a quienes siguen sobreagrandando.
De la religión como desarrollo de la visión estática de las cosas y como negación de la humanidad, en planteos y en hechos, mucho se ha dicho, especialmente desde el anarquismo y principalmente Bakunin, por lo que creo oportuno decir algo al respecto de la otra concepción que, además de tener un gran eco en el pensamiento social actual, también lo tiene en el movimiento anarquista o en lo que se pretende como tal.
Como la religión y la metafísica, que basan todo en el absurdo, el relativismo posmoderno y sus seguidores basan todo en la contradicción, aunque en su decir la contradicción también es relativa, por lo que, dicen, no tendría lugar: pero usan la razón para negar la razón, los conceptos para negar los conceptos y al ser humano para negar al ser humano. Pero como también niegan la ética, sistema de valoración de las cosas y la coherencia entre medios y fines, pueden volverse maquiavélicos. Parece ser que como están en el baile, bailan, pero renegando de su condición. Escépticos, quebrados, derrotados, resentidos que proyectaron a toda la humanidad sus propias limitaciones y miserias dándole ese carácter y después la condenaron por ser tal. Referente de esta posición es el filósofo alemán Federico Nietzsche (1844-1900) que constituye un pilar determinante en el pensamiento posmoderno imperante hoy. Se lo toma como el principal detractor del cristianismo y del racionalismo, y de todo el pensamiento occidental desde Sócrates en adelante, algo que habría que ver...
La religión, la más coherente y desarrollada, la monoteísta, junto con la teología y la metafísica, parte de la abstracción absoluta del individuo, apartando y dejando de lado todo su ser real y concreto, viviente, encontrando sólo un alma, una esencia, inmortal, infinita, inmutable y, en un sentido, autosuficiente, a no ser por Dios, el creador y amo de ese alma. El liberalismo, junto con el individualismo y la escuela contractualista de Rousseau y toda corriente defensora del Estado, como hijos devenidos que son del judeocristianismo y la metafísica, tienen como fundamento y punto de partida de todo su desarrollo (teórico-práctico) el mismo individuo aislado, dividido dualmente, con, por un lado, su alma inmortal y autosuficiente que no sólo no necesita de los otros individuos sino que, al ser también ellos almas infinitas, constituyen un obstáculo y un límite a su ser; y por otro lado, el ser material limitado que necesita de los otros para el mantenimiento de su vida terrenal. Y es esta necesidad lo que lo lleva, dicen, a asociarse con otros individuos, a establecer un “contrato”, a sacrificar parte de su libertad, de su alma, en pos de la conservación del cuerpo, y para esto, como armonizador de las individualidades antagónicas y enemigas por naturaleza, se constituye el Estado: el Estado pasa a ser la única forma posible de sociedad. Esto se empecinan en creer y en hacer creer obviando que el individuo no sólo nace y se desarrolla sólo en sociedad sino que no podría ser tal si la sociedad no existiese, y obviando, deliberadamente, que el Estado no surgió como un contrato de nada sino como el resultado de la guerra y el dominio.
¿Y de dónde parte Nietzche y con él todos los posmodernos supuestamente críticos de la civilización burguesa? Parten del individuo aislado, al igual que la religión judeocristiana y toda corriente defensora del Estado. Niegan su carácter naturalmente social como punto de partida llegando a la sociabilidad como el límite del individuo y al Estado como su garante: al gendarme en el medio.
Parten del principio de que nada permanece y de que todo es transformación, que “uno no puede bañarse dos veces en el mismo río”(2) porque éste ya no es el mismo; el agua y el lecho se han transformado. Como no existen las esencias, dicen, lo que se entiende como permanente en el cambio es una ilusión, lo mismo que dice la metafísica al respecto de la transformación. Todas las cosas son singulares, sólo iguales a sí mismas por lo tanto la única forma de relacionarnos con el mundo es con las percepciones que nos llegan a través de los sentidos. Pero las sensaciones, dicen, sólo son individuales, únicas y, por tal, incomunicables: mi perspectiva es sólo mía. Ahora, en función de la debilidad humana, la carencia de fortaleza muscular o garras u otras armas que naturalmente poseen otras especies, en función de la necesidad de los otros, el individuo necesita de relaciones sociales. Esto implica, para este pensamiento, la disolución del individuo, la decadencia de su fortaleza y voluntad y, ya como carácter general de la especie, una enfermedad congénita del ser humano. Al igual que la religión cristiana con el mito de Adán y Eva o el buen salvaje del liberalismo, ven el mejor estadio del hombre antes de que se constituya como tal, antes de que se rebele y piense, lo quieren
como un animal en la estúpida inocencia de un “paraíso” en cuatro patas, pero como no se puede volver el tiempo atrás, por evolución o designios divinos, establecen el Estado como controlador de lo que pretenden es la perversión natural del hombre: su humanidad.
Continúa Nietzsche(3) diciendo que en esa necesidad utilitaria del otro aparece el intelecto, la capacidad de pensar del hombre, y lo entiende como sinónimo de bajeza y enfermedad humana porque su actividad, dice, es una simulación, un engaño de la realidad. La excitación nerviosa producida por la percepción a través de los sentidos de un objeto se transforma en una imagen mental, luego en un sonido y en una palabra, lo que se convierte en un concepto, en una idea de la cosa, resultado de la abstracción. Pero como la excitación nerviosa es única y, por tal, individual, intransferible e incomunicable(4), y como el concepto afirma como igual lo no igual, lo individual se pierde en lo general. Como no existen las esencias, lo común en la diferencia, dice, no existe la igualdad “no hay dos hojas iguales, el concepto hoja se forma por renuncia deliberada de las diferencias individuales”(5). Y en tanto es esta capacidad de abstracción, la que posibilita las ideas y el pensamiento, lo que nos constituye como humanos y nos diferencia, en un sentido cuantitativo(6), del resto de las especies animales es la condena a esta capacidad la condena a la humanidad misma lo que hace esta postura. El ser humano es en tanto su capacidad, piensa y habla mediante conceptos, es su naturaleza como lo es su vida en sociedad, Nietzsche incluido.
Por eso atribuye a todo conocimiento, como así, también a toda valoración ética o moral, el carácter de falso, por significar la aniquilación del individuo que es percepción única. Todo pasa a ser absolutamente subjetivo(7). Dice(8): “Es preciso guardarse del mal gusto de tener ideas comunes con muchas gentes. ‘Bien’ no es ya bien cuando el vecino lo tiene en la boca.”. Conclusión, con un poco de coherencia: si el vecino es antipolicía lo tengo que denunciar...
En el plano del conocimiento, dice, nada puede saberse con certeza, sólo se cree saber, el conocimiento es una creencia. ¿Y qué es la creencia?, es la incertidumbre, la duda, la inseguridad; lo que en el mundo de la naturaleza significa la muerte y en la sociedad la esclavitud. No se trata de que la duda no existe pero lo que hace este pensamiento es darle valor, es embanderarla.
En el plano de los valores, de la ética o la moral, como conceptos que son lo bueno y lo malo, aptitud humana, y como no se puede, según su decir, hacer algo común porque la percepción e intuición son individuales, la valoración se reduce entonces a la esfera particular, lo que en sentido social pasa a ser, ni más ni menos, que la cobardía: la falta de valor. Este es el planteo de quienes proponen la amoralidad(9) aunque, en realidad, es una tendencia porque no deja de ser una forma de valorizar, como no deja de ser una forma de conceptualizar el planteo relativista.
¿Esta visión del hombre como individuo aislado que sacrifica su percepción única y particular en aras de su miseria social a través de la razón y la ética, no es el mismo sacrificio que plantea el liberalismo del alma inmortal e infinita ante las despreciables necesidades del cuerpo que lo lleva a vivir en sociedad, es decir bajo el Estado? Es la visión individualista y utilitarista del otro: ya sea por el alma o por las percepciones el otro es mi obstáculo y mi límite, lo necesito sólo por mi debilidad física, lo uso, lo exploto; el otro no es un fin en sí sino un medio para el mío: es “el mulo”.
¿Qué diferencia existe entre los mojes anacoretas que describe Bakunin y el personaje de Nietzsche, Zaratustra? En el fondo ninguna. Los monjes anacoretas convencidos de su alma inmortal y autosuficiente, limitada por el resto de los hombres, siendo consecuentes y con gran coherencia se aislaban de la sociedad para estar en la mayor plenitud posible de meditación, de autocontemplación con Dios. Subsistían a base de raíces e insectos, como animales (como santos), pero desde el punto de vista religioso (divino) eran los fieles y devotos más consecuentes, los menos humanos. La vida en sociedad era un límite a sus almas, sólo volvían a ella a predicar, por caridad, se sacrificaban un instante para asegurarse más la entrada en la otra vida, la verdadera(10). Zaratustra, lo mismo. Auto aislado del mundo de los hombres porque éste es el mundo de lo social, de la razón y de la moral, límite a su intuición, límite a su yo. ¿Y para qué bajaba Zaratustra de su montaña a pregonarle a la sociedad? ¿Para “avivar giles” o para usarlos?
Esta es la postura pretendidamente contraria al cristianismo, así se la toma generalmente, como el anticristo. Tampoco constituye una negación del dualismo platónico sino una inversión. Nietzsche y el desarrollo de sus postulados es el principal fundamento del pensamiento posmoderno que en la actualidad impera. Es el fundamento del discurso de la democracia, de la tolerancia, del fin de las ideologías, del relativismo cultural, del individualismo. Constituye la aristocrática mentalidad de gran parte de la burguesía actual y de los aspirantes a serlo. En él se basan toda una serie de pensadores, filósofos, artistas, intelectuales con su constante y ridícula pretensión de inteligencia, muestra de la estupidez y la chatura mental de todos estos sabios de la civilización del capital.
Algunos anarquistas reivindicaron ciertos aspectos de su obra, el nazismo también. También trató Nietzsche, en un escrito, a los anarquistas como perros y a la socialdemocracia como el rechinar de sus dientes. Despreció a las mujeres y a los trabajadores(11).
En tanto detractor de la capacidad de abstracción, de valorización y de la sociedad constituye una negación de lo que de humano tiene el humano. “Su” individualismo es un eco del postulado “Mi libertad termina donde empieza la libertad del otro”: el fundamento por excelencia de la ideología policial.

A.G.

(1) No es la intención, ni la disposición, ni el lugar de discernir sobre el absoluto o lo relativo, sólo decir que existen, en los planteos, como tendencia y que en su desarrollo se llega a afirmaciones
que niegan al ser humano, y que tienen, como todo, sus prácticas...
(2) “Cambia todo cambia” se puede escuchar como eco: una justificación filosófica de la traición.
(3) Conviene aclarar que no leí ningún libro de Nietzche pero que conozco su pensamiento y tendencia y que, en general, leí un poco de poco: más bien “toco de oído”.
(4) No es casualidad que quienes basan todo sólo en sus propias “sensaciones y sentimientos” sean los más insensibles para con el otro. Al hacer un principio de todos sus sentimientos, hasta de los más miserables, terminan cayendo en la ideología del yo: el egoísmo, lo miserable enarbolado. Por el contrario, como dice un compañero, mis sentimientos son ideológicos (anarquistas), o así tendría que ser...
(5) En realidad lo que no hay es identidad entre las cosas porque la identidad es sólo a sí mismo; la igualdad es una de las formas de la diferencia, como lo mayor o lo menor.
(6) La capacidad de inteligencia, de raciocinio, del ser humano se encuentra rudimentariamente en muchas especies animales, es en este sentido que la diferencia está planteada en términos cuantitativos y no cualitativos, a no ser entendiendo la diferencia cualitativa por llegar a determinado punto cuantitativo. Es decir no existe una chispa o aliento divino que nos hace esencialmente diferentes sino un proceso evolutivo desarrollado a partir de primates originarios. Lo mismo sucede en el plano de la capacidad sensorial y la de abstracción, no existe un alma, en todo caso lo que llamamos espíritu o conciencia o psiquis tiene una raíz (y un fruto) material desarrollado a partir de las percepciones. De otra forma podríamos llegar a plantear la existencia y la necesidad de “la delgada línea azul”...
(7) Como una mosca, con sus segunditos de memoria y unos cuantos metros de realidad espacial; el mundo y la existencia reducidos a una burbuja inmediata de eterno presente que se crea y recrea en tanto yo siga zumbando y agusanando. Lamentable.
(8) No tendrían que hablar si toda percepción y sensación es intransferible e incomunicable y si toda palabra es una mentira ¡¿por qué no se callan la boca?!, pero hablan, entonces vamos a seguir.
(9) La posición nihilista no es sólo un absurdo, es también grave. Como manifestación de escepticismo y de desentendimiento es una afirmación de lo establecido y como negación absoluta es una tendencia hacia la destrucción de todo. Es la creencia de que el ser tiende a la nada cuando la realidad es todo lo contrario. Otra cosa fue el llamado nihilismo ruso que actuó a fines del siglo XIX, salido del ambiente intelectual y artístico se transformó en un movimiento que, además de la propaganda, basaba su accionar en atentados y asesinatos de políticos y poderosos llegando a liquidar al mismo zar: Alejandro II. Sus reivindicaciones eran por el establecimiento de un orden democrático y constitucional.
(10) La religión niega la vida en tanto que el estado ideal del alma es cuando ésta se reencuentra plenamente en/con Dios: en la muerte.
(11) Terminó su vida en una innegable coherencia y consecuencia: sus últimos once años los pasó sumido en la locura, en su singular y pura percepción.


BLUMBERG: UN 20 DE DICIEMBRE PARA LA DERECHA VOLVER

Desde la aparición en la escena mediática de Juan Carlos Blumberg, tras el secuestro y posterior asesinato de su hijo Axel por unos depravados, la problemática de la inseguridad adquirió una perspectiva novedosa. Las víctimas de la inseguridad, o mejor dicho sus familiares, comenzaron a aparecer por todos los medios para exigir el esclarecimiento de los hechos delictivos o reclamar justicia. Todos los días escuchamos declaraciones acerca de que hay que poner coto a esta situación, aumentando el control policial, incrementando las penas, dando mayores poderes a la policía, recortando las libertades civiles, reclamando una participación activa del Estado con nuevas políticas de vigilancia, represión, legislación penal y eficiencia judicial.
Al reclamo de Blumberg se sumó ahora el de Susana Garnil, cuyo hijo secuestrado fue liberado tras el pago de un rescate. Sostiene que la culpa de la inseguridad es del gobierno que no hace nada. Desde el gobierno le responden que han incrementado la vigilancia y que han aumentado las penas y que la señora Garnil –que al igual que Blumberg vive en uno de los barrios más exclusivos de San Isidro– forma parte de aquellos que”descubren el dolor cuando les toca”, frase por demás elocuente, aunque provenga de quienes son responsables de la generación de dolor en Argentina.
Convocan a marchas multitudinarias, encienden miles de velas y dan discursos políticos teñidos de llantos y de un fervor cuasi religioso. El gobierno no permanece ajeno a la situación y actúa en consecuencia: se vota una ley que sube las condenas hasta 50 años de prisión (el máximo anterior era 25 años), se hacen penas acumulativas, se baja la imputabilidad de los menores, se reclutan miles de policías y se inundan las calles de milicos de toda especie. Blumberg, lejos de estar satisfecho, exige más debido a que los secuestros continúan. Entonces convoca a una nueva marcha (30.000 según el gobierno, 70.000 según lo medios y 180.000 para el imaginativo Blumberg) y pide de nuevo lo que el gobierno ya le concedió, pero esta vez con un pequeño agregado: fin de las listas sábanas, voto electrónico y control de financiamiento de los partidos políticos. Para finalizar, criticó a los piqueteros y a los organismos de derechos humanos que –sostiene– “defienden a los delincuentes”. Así quedó clara su vocación represora y derechista –también participaron del acto
Lopez Murphy y Mauricio Macri–, una intención de proyecto político y su antagonismo con aquellos que sufrieron el terrorismo de Estado. Evidentemente se desprende de su discurso que “si están desaparecidos por algo será”. Algo que ya se había manifestado en sus declaraciones en defensa de los policías asesinos del chico Bordón, a sus ojos no tan respetable como su hijo. Para rematar su intervención sostuvo que las purgas en la policía eran perjudiciales y que a la policía “tenemos que quererla”. Todas las intervenciones fueron debidamente aplaudidas y celebradas por la multitud. Es la derecha que intenta crear su propio 20 de diciembre, uno de ropa elegante y con aroma a perfume importado.
Blumberg se convirtió en el adalid de “la Argentina del dolor”, como gustan definir los medios a los familiares de los muertos en asaltos o secuestros. Dentro de esta percepción del dolor argentino no encuentran cabida los muertos de hambre, ni los niños con retardos mentales por causa de la desnutrición, los hacinados en las villas, los jóvenes cuyo futuro se encuentra en una lata de pegamento o en un cartón de vino, los viejos que no tienen donde caerse muertos, los trabajadores de sueldos miserables y millones de desocupados dispuestos a trabajar por menos aún. Los periodistas estrellas de la televisión, showmen, divas de cirugía y demás mercaderes de la información izan la bandera de “los miles de Blumberg que no tienen voz”: los nuevos desposeídos, los verdaderos proletarios del siglo XXI (global, burgués y posmoderno). Sofovich, Hadad, Longobardi, Grondona, Neustadt, Mirtha Legrand, Susana Giménez, más todo el artificio televisivo,
radial y de prensa establecen ante los ojos de su audiencia una realidad parcializada, mentirosa, mezquina, en busca de una justicia bastarda, que solo busca la eliminación del síntoma, sólo porque se sienten identificados con las víctimas de su misma clase social. Porque en el fondo lo saben bien, aunque se cuiden de decirlo: la inseguridad y la violencia tienen mucho que ver con un conflicto de clase. Alaban la vocación política de Blumberg y lo convierten en el modelo de hombre moral, honesto, austero, juicioso, decente, recto e íntegro; pero se encargaron siempre de tender un manto de sospecha sobre la honestidad e integridad de los luchadores por los derechos humanos, y criticaron duramente la “actitud política” de muchas declaraciones de Madres de Plaza de Mayo.
Los desplazados, marginados, y todos aquellos que el sistema se encargó de convertir en escoria social por medio del hambre, la carencia, la discriminación, la estupidización, la ignorancia, y la adopción de los valores y necesidades burguesas, hoy se han salido de control. Nos quieren vender la realidad violenta como una conspiración de los chorros, secuestradores y asesinos contra los ciudadanos honestos. Jamás se mencionan las causas de la violencia, seguramente para no tener algo que reprocharse. Se refugian en countries y barrios privados; los burgueses levantan muros para apartarse de la sociedad violenta que generaron y, de vez en cuando, también ellos tienen que
sufrir. Es el magro costo de servirse de la explotación social, de quedarse con la parte del león en el reparto de la riqueza. Deberían tener en cuenta que si la sociedad es una cloaca, ellos son los que generaron los excrementos.

P.R.


VOLUNTAD VOLVER

La vida, por mucho que nos quieran confundir con cientificismos, no es esto que apáticamente tenemos que saborear día tras día. La vida no es una consecución de sabores medidos y cuantificados, absurdos y sin sentido. La vida no es vacía, no es aséptica. La vida no tiene finalidades honrosas, sacrificios gloriosos.
LA VIDA ES VIDA. Esto que nos quieren hacer vivir, esta No-vida, es una carencia de todo estímulo vital, salvaje, es un oscuro camino automático, dirigido, aburrido.
Esta No-vida tan sólo enriquece nuestra existencia con dolor, con sufrimiento, con hastío. Este sorete apesta, y sin saberlo, o pero aún sabiéndolo, te puede conducir a la rentabilidad de ser una mercancía más y ser parte, desechable, de una máquina incomprensible y desde esa óptica incuestionable.
Esta No-vida no es el resultado “natural” del progreso de la especie como tratan de hacernos saber. Es toda una herramienta de sometimiento utilizada por los que ostentan los privilegios, para que nosotros aceptemos esta realidad y soportemos estoicamente sus dictados, destruyendo totalmente nuestra capacidad individual, creativa y constructiva. O por decirlo de otra manera nuestra voluntad. Voluntad intransigente, rebelde, de cambio y también como no revolucionaria.
Con esta No-vida nos quieren hacer creer que no vivimos en una sociedad de vencedores y vencidos, de acaparadores y despojados, y en la que el principio de la victoria es el que va configurando a su medida una sociedad y como resultado un individuo que responde a determinados estímulos, para generar determinadas situaciones.
La configuración social y del individuo no es casual, más bien todo lo contrario, es arbitraria, es dictada y estimulada para el mantenimiento de lo establecido.
Desandar el camino es difícil, pero no imposible, a toda su no vida, bien inculcada desde chicos a través de todos los mecanismos puestos a nuestro alcance, se la puede voltear, empezando quizás, por el fortalecimiento anárquico de la individualidad, por la búsqueda de la felicidad, identificando las barreras y sorteándolas o destruyéndolas, buscando la verdadera razón de esta No-vida y combatiéndola. No pasando a formar parte del problema, sino siendo parte importante de la solución. Construyendo proyectos revolucionarios, que si bien parten de uno en principio, se alimentan y se extienden hacia los demás, buscando una fuerza que derribe los pilares de esta No-vida y nos deje construir la vida.
Porque y esto es así, solo la voluntad y la insistencia nos acercará a la construcción de una sociedad, donde la VIDA, la verdadera, la que apunta al juego y a la felicidad, se levante suprimiendo de raíz los poderes y a los poderosos.
Pero nuestro enemigo es astuto y se ha enriquecido de su experiencia, vigila y controla constantemente los caminos de la subversión identificando y destruyendo a sus posibles enemigos antes de que realmente sean una amenaza contra él.
Nuestra dirección pues, nuestra voluntad, debe ir encaminada hacia el recorrido de todas las experiencias pasadas, enriqueciéndolas y apartando todo aquello que nos separe de la realidad de hoy, para plantarnos ante ellos con sorpresa y audacia.
La única manera que tenemos como anarquistas de combatir esta No-vida, es viviendo desde ya, salvajemente, sabiendo que vivir significa antes que nada, ni más ni menos, que combatir a todo aquello que nos quiere encerrar en una fosa común de silencios y mercancías.

Poe


CONSIDERACIONES VOLVER

Dentro del campo de la lucha social nos encontramos a diario con una amplia variedad de ideas políticas, desde el patriotismo más vulgar hasta la izquierda más ambiciosa; léase CCC, MST, AUCA, PO, QUEBRACHO, PATRIA LIBRE, MP-20 ETC.. En casos puntuales vemos como los mismos grupos utilizan el famoso método peronista del choripán y el vino, hasta los bolsones de comida y los planes trabajar para engordar sus filas piqueteras sin importarles que esta gente necesitada se pase todo el día bajo el sol o la lluvia por ello. Este mismo premio otorgado es la dádiva que el mismo verdugo del que tanto se quejan les da. Autoritarios como ellos solos, sedientos de poder someten a la gente mediante el hambre. Lamentable.
En fin, la “unidad de los que luchan”. Ante esto cabe preguntarse: ¿unidad de que?, ¿de fuerza o de reivindicación? Ante esta pregunta esencial, como anarquista, me quedo en Anarquía o policía. La reivindicación anárquica sólo se comparte con anarquistas, con quienes plantean el poder como medio para dominar la sociedad no se puede llevar a cabo reivindicaciones de esa índole; igualmente viceversa.
Actualmente estos grupo que mantienen fuerte presencia en los barrios, en la protesta social o en toda fuerza que se pronuncie por un cambio social, restringen su lucha a la continuidad del sistema, de lo contrario ¿qué significa Poder Popular?, ¿los dirigentes?, ¿la transa con los actuales verdugos?, ¿qué fin?. Creo afirmar sin lugar a dudas que estos mismos cambiarán el actual Estado y al Capital, por unos más justos. Es así como hoy tenemos al PC y su banco Credicoop, o el régimen de aislamiento feroz impulsado por los Socialistas en España contra los presos más activos en la lucha contra los abusos de los carceleros y el sistema penitenciario.
Por más reiterativo que suene pronuncio estas críticas y porque no me creo el cuento barato y repetido de la igualdad y la libertad con gente que alza la bandera de los privilegios y la autoridad. La aspiración al Poder es sólo una reforma de lo establecido y como anarquista busco la abolición del actual estado de las relaciones humanas y sus instituciones, ahondando hacia un cambio real de lo existente, no la reforma.
Ahora bien, es importante nuestra participación en la protesta social, sumando fuerza y no reivindicación; empujando así la conflictividad e intentando radicalizar las reivindicaciones. Acompañando con propaganda al respecto, diferenciando así nuestras posiciones de las consignas estatistas.
Ahora creo necesario plantear la situación desde otro punto de vista. Tomando la iniciativa nosotros, dado el lugar y la posibilidad de realizarla, como anarquistas nada tenemos que compartir con ideas autoritarias. Intentar construir con una finalidad revolucionaria anárquica en presencia de pensamientos estatistas es sólo poner piedras en nuestro camino. De ahí es que se nos cataloga de sectarios, por no querer participar con guevaristas, plataformistas y burócratas de diferentes grupos de Buenos Aires; pero si no querer participar con estos grupos es sectarismo, lo soy. Sólo se me ocurre decir una cosa ya varias veces expuesta; el campo de la revolución se divide en dos: los que quieren abolir el Estado como institución y como mentalidad, y los que desean su continuidad a su forma; y creo que la historia ya lo demuestra. Más claro imposible.
Si creemos que la participación en la lucha anárquica por revolución que planteamos se debe compartir con estatistas sólo expandiremos esas reivindicaciones, y es necesario ser claros sin promover el confucionismo y la demagogia a fin de dar claridad a nuestras ideas, sin tergiversaciones ni amiguismos o simpatías populares.

Alemán


PLURALIDADES Y AFINIDADES DEL ANARQUISMO VOLVER

¿Cuántas clases de anarquismo hay? ¿Existen muchos anarquismos esencialmente diferentes entre sí o son tendencias dentro de un mismo movimiento? Hay quien sostiene que existen tantos anarquismos como anarquistas, frase que no dice mucho si consideramos que todos los individuos son diferentes entre sí e irrepetibles; lo mismo se podría decir de cualquier otra ideología. Lo cierto es que el anarquismo no tiene una uniformidad ideológica, no existe homogeneidad.
Esto no implica que sea incoherente o sufra de una falta de equilibrio ideológico, sino más bien la ausencia de dogmatismos y la capacidad para responder de formas diversas a las problemáticas que se enfrenta. No obstante existe un fondo común, una base común a todas estas expresiones, que es lo que las define como anarquistas. En este sentido se puede sostener la existencia de un anarquismo único, pero heterogéneo, con variaciones o tendencias que comparten un fundamento. Lejos de carecer de solidez, esto conforma un movimiento que se expresa dinámicamente en la vida social, que es capaz de evolucionar sin perder su identidad y de adaptarse a realidades múltiples.
El anarquismo presentó a lo largo de su historia algunas tendencias diferenciadas, como los diferentes encares que tuvieron la FORA en Argentina y la CNT en España frente al sindicalismo y al movimiento obrero. Existieron diferencias mucho más profundas entre individualistas y organizacionistas, pero sin negar el carácter anarquista de la discusión. En este sentido, el anarquismo se nos presenta como un árbol con diversas ramas nutridas por una raíz común. Esta raíz estaría dada por los principios, esas ideas-elemento que conforman la esencia del anarquismo. Si algunos de estos principios se suprimen, se destruye la esencia, la identidad anarquista. Entonces convendría que puntualicemos algunos de los principios que dan identidad al anarquismo.
En primer lugar el anarquismo es antijerárquico. Es decir, que el anarquismo es incompatible con una organización de tipo jerárquico, en la que unos deciden y dan las órdenes, y otros las obedecen y ejecutan. La forma de organización jerárquica moderna más influyente influyente y poderosa es el Estado. El Estado es una estructura de carácter político social cuya función principal es la de gobernar, gestionar el poder político. Aunque no es su única función –también cumple funciones empresariales, educativas, represivas, etc.– su razón de ser se encuentra en el principio de gobierno. Existen otras formas de gobernar diferentes al Estado, como lo son las jefaturas, los patriarcados, señoríos feudales, cacicazgos y otras formas de poder político que son de menor envergadura pero mantienen una estructura jerárquica. Un reyezuelo o un caudillo de una sociedad preestatal son los dueños del poder político de sus aldeas o comunidades, y se diferencian de los presidentes, monarcas y senadores sólo por cuestiones de magnitud. En este sentido diferenciamos el término poder –siempre referido a relaciones entre dominadores y dominados– del término autoridad –que puede referirse al ejercicio del mando o gobierno, pero también a legitimidad, facultad, prestigio, calidad o competencia en determinada materia. Cuando el concepto de jerarquía coincide con el de autoridad, se transforman ambos en poder, ya sea éste político, religioso, policial o como se lo denomine. El anarquismo no se define solamente como antiestatal sino mejor como antijerárquico o contrario a toda forma de poder. Contra el principio de jerarquía se postula el principio de libertad.
En segundo lugar decimos que el anarquismo es autogestionario, es decir que en una sociedad anarquista sus integrantes no delegan en nadie sus decisiones sino que las toman ellos mismos. En la autogestión no pueden darse formas jerárquicas ni de poder, tanto en lo económico como en lo político. No existe un centro del cual emanan las decisiones sino muchos centros cuyos integrantes discuten y deciden sobre sus propias vidas. No existen jefes ni mandatarios sino que impera la igualdad total. De esta forma un colectivo humano, una comunidad o cualquier forma de asociación actuarán según la voluntad de sus integrantes, respetando a los sectores minoritarios que disientan. Un conjunto no es una entidad superior a cada uno de sus integrantes, así como los individuos no se
imponen al conjunto. Tanto la autonomía de las organizaciones como la de las personas son respetadas.
Pero la autogestión no se refiere únicamente a la toma de decisiones sino a la propiedad de los medios de producción. No hay autogestión posible si subsiste la propiedad privada de los medios de producción (la tierra, maquinarias y herramientas). Si así fuese no quedarían suprimidos los fundamentos de la explotación, es decir, el beneficio que el dueño de los medios de producción obtiene al extraer la plusvalía –o ganancia del patrón– para sí, en detrimento de quienes trabajan. El comunismo anarquista se basa en la máxima de que cada cual contribuye según su capacidad y a cada cual se lo retribuye según su necesidad. El salario como forma retributiva queda eliminado. Aunque sobre éste punto ha habido diversidad de opiniones –colectivismo, anarco-comunismo y formas mixtas– la posición fuerte de los anarquistas es con respecto a la colectivización de los medios de producción, la construcción de una economía racional, una producción social y una ética basada en el apoyo mutuo y la solidaridad.
En tercer lugar, el anarquismo es federalista. La forma de organización federal es el medio por el cual las diversas comunidades o colectivos que conforman el conjunto anarquista se conectan, articulan, relacionan y comunican. El federalismo evita la aparición del poder por separado del pueblo. Su máxima el la descentralización en unidades menores que conforman conjuntos articulados a través de canales de discusión, participación, decisión y ejecución. Las decisiones se toman en la base por asambleas y son transmitidas por delegados con mandato expreso a los organismos en los cuales se conjugan las diferentes opiniones. Los delegados no tienen poder de resolución: su función es la de portavoz. En ocasiones los delegados pueden llevar de vuelta a sus asambleas las diversas posiciones para rediscutir los temas en discordancia y volver a presentar en el cuerpo federal de delegados las posturas adoptadas. Además los delegados deben ser revocables y rotativos, para asegurar un funcionamiento autogestionario. El sistema federal funciona entonces como una red descentralizada para coordinar las diferentes asambleas.
Un cuarto punto que debemos mencionar está relacionado con los tres anteriormente expresados: la acción directa. El enfrentamiento con el orden social existente no se lleva a través de la mediación de los partidos políticos o de la participación en grupos o instituciones del poder. El enfrentamiento es sin mediación, con acción directa. Esta es lo contrario de la acción política, en lo que se refiere a participar del poder. Tradicionalmente los anarquistas despreciaron la política, entendida como partidos y parlamento, como una forma de progresar hacia la sociedad libertaria y comunista. El anarquismo sólo es tal si es revolucionario, es decir, si intenta sustituir el orden capitalista, estatal y
jerárquico generador de la opresión y la explotación por una sociedad igualitaria, libre, solidaria, dentro de los principios del socialismo libertario. La participación en grupos de poder –estén o no regenteados por el Estado– es una contradicción con los objetivos de acabar con el poder político: los fines deben ser coherentes con los medios para evitar “dictaduras revolucionarias”. La acción directa no significa –como a veces se supone– acción violenta, sino acción no mediada (sea violenta o no). De este modo, toda forma de “Poder Popular”, reformismo, electoralismo y participacionismo –en el fondo eufemismos de colaboracionismo– son una negación de la acción directa, la autogestión y, por ende, del anarquismo.
Estos principios que conforman al anarquismo –libertario (antijerárquico), autogestionario, federal y revolucionario (acción directa)– son parte de un conjunto mayor de principios entre los que podemos mencionar los más generales de libertad, igualdad, solidaridad y socialismo. Dentro de estos principios –el esqueleto del anarquismo– lo que existen son tendencias, ya se llamen anarcosindicalismo, insurrecionalismo, comunismo anárquico, anarco colectivismo, anarco individualismo, consejismo anarquista o como se pretenda. Los anarquistas, más allá de tendencias y heterogeneidades somos anarquistas a secas.

P. Rossineri


¿UTOPÍA? ¡PÓSIBILIDAD CONCRETA! VOLVER

Metáforas... sobrevuelan los conceptos y aterrizan en las imaginaciones.
Realidades que arden en esos corazones que descansan solo cuando alguna fresca brisa se apiada de ellos y los abanica.
Palabras dichas o escritas con la mayor elocuencia, incapaces de apasionar o apasionarse.
¡Castrados del mundo, unios! Revolvamos la basura, y saboreemos los hermosos paraísos que la TV nos ofrece.
¿Y si no queremos revolver la basura, y en cambio, exigimos el precio de la sangre?
Cuentan los que cuentan, que allá, hacía tiempos lejanos, en los confines del reino, el fulano tenía su capital, un imperio de los imperios que controlaba innumerables huestes de criaturas soberbias, egoístas, alcahuetas, ignorantes, mezquinas, mediocres, estúpidas, consumistas, y cobardes con berretines de cantor que fueron derrotadas por un puñado de guerreros, de los caballeros.
Una vez levantada la bandera de la libertad, los niños se saludan con la paz, y juegan mientras enarbolan la espada y la honda sobre las ruinas del imperio.
Anarquía, nostálgico retorno a la edad de oro, puño que golpea certeramente a su enemigo, fuego devorador de las frágiles puestas en escena, amor lascivo y desenfrenado. Cruel y hermoso destino de los optimistas de corazón.

Peluca


“EL DOLOR PARAGUAYO” VOLVER

Cuando decimos que, en su afán por conservar los privilegios, la burguesía es capaz de cualquier cosa no exageramos. Si son capaces hasta de autodestruirse con tal de no perder las riquezas, para
con el resto la consideración es mucho peor.
Su vivencia, cómoda y lujosa, se sobresalta cuando sus crímenes se evidencian; cuando los mecanismos que posibilitan su condición social pierden el carácter solapado y les escupe en la cara su propia crueldad; cuando la agonía diaria y sistematizada se acelera y recrudece convirtiéndose en masacre; cuando se horrorizan de lo que generan o de lo que son capaces de hacer. Entonces desautorizan al burgués irresponsable no por su crimen, que les es común, sino por su evidencia manifiesta que les recuerda y pone al descubierto el carácter de su condición: sanguinario y carnicero, que tiñe de rojo la tierra.
Para las manchas en la conciencia, no más que una molesta picazón, tienen curas y psicólogos. Pero para las manchas de sangre tienen a otros que se ensucian por ellos: los mercenarios, policías y vigilantes; los que obedecen las órdenes de cerrar las puertas y apalear a quien intente escapar.
El lucro, el encierro y la muerte: los tres pilares de esta sociedad mostrándose a carne viva, sociedad que se alimenta con las vidas consumidas en años o en instantes, condenadas al trabajo o a la hoguera.
Más de 460 muertos en un centro comercial en Asunción, muchos niños, calcinados, asfixiados, pisoteados. Otros cientos quedaron mutilados y lisiados. Ante el incendio los dueños del lugar habían ordenado cerrar las puertas para evitar robos.
Los dueños... de la vida y de la muerte.
Ya yo pa há ma la ñandé yara cuera: tenemos que terminar con nuestros dueños.

A.G.


¡QUEREMOS VIVIR! VOLVER

Nos quitaron hasta la primavera decía no se quién, pero me pregunto ¿de qué sirve la primavera si ni siquiera somos dueños de nuestras vidas, pues éstas son mercancía que se vende y se compra al mejor postor?
Es terrible sentirme por las mañanas junto a miles y miles de personas (privilegiadas) rumbo a nuestros trabajos, hacinándonos en colectivos y trenes en condiciones tales que podrían ser muy bien comparadas a las de las vacas que van derecho al matadero.
Con la diferencia de que el hombre cuenta con raciocinio que es lo que nos da la posibilidad de razonar, de diferenciar e “inclusive de desarrollar decisiones positivas aún en las situaciones más adversas”.
Por tales cualidades me niego a darles la razón a estos chupasangres. ¿Qué en la vida hay cosas que nos gusten e igual debemos hacerlas?; es la frase con la cual nos vienen educando las instituciones (la familia, la escuela, la iglesia) para sostener esta situación de poder que es la que queremos destruir.
Luego emergen los falsos críticos, los celosos del Poder, los que manipulan nuestros deseos, los que bajan línea de obrero desde su banca en el parlamento, los que obstruyen nuestro desarrollo individual en la lucha, porque saben que de otra manera su pedestal de mentiras se hundiría. ¿El hombre nuevo?; nos exigen que dejemos de ser nosotros que es necesario construir al hombre, un hombre distinto, pero nunca se les ocurriría decir que este hombre no puede existir en una sociedad de estructuras jerárquicas, en definitiva Poder de abajo o de arriba, Poder al fin y todo lo que eso implica. Desde este punto estoy convencido de que este hombre no nacerá de una sociedad más o menos patética, ya sea por la toma del poder o las urnas. Este hombre nacerá de nuestro desesperado anhelo de vivir, tomando parte en nuestros propios asuntos, sin delegar responsabilidades, porque somos capaces de desbordar estructuras, luchar y destruir este sistema pendenciero que nos golpea minuto a minuto. Porque quiero dejar de sobrevivir y ya no me alcanza ni la primavera. Recuperemos nuestras vidas.

Pototo


ESTALLIDO VOLVER

Antes o después, con lentitud imperceptible o con violencia incendiaria, todo estalla, todo revienta. Como estalla la semilla para brotar o la corteza del árbol empujada por el tronco; como estalla el hierro cansado de oxidarse o el volcán presionado por el fuego interno, regenerador de paisajes. Hasta el universo y todo lo que hay en él es el resultado de la explosión más grande y originaria de los tiempos.
Es la posibilidad disparada y desencadenada de las fuerzas contenidas que pugnan por fugar. Pulsión de libertad que revientan, también, a palazos y a culturas para apagarla los vigilantes y bomberos. Reventar de hambre y humillación, de dolor y sometimiento, o el ataque del Estado a quienes desobedecen la ley: el reviente.
Antes o después las explosiones suceden y devienen en cenizas muertas que abonarán futuros rebrotes o en una onda expansiva de continuo movimiento que se propaga y profundiza. Dependerá mucho del aliento y la leña que demos y, fundamentalmente, de la dirección hacia adonde apuntemos el fuego, más allá de los vientos contrarios que siempre van a soplar.
Pero que sea antes, con furia de pólvora o con chispita de piedras, pero que se encienda todo de una vez, antes de que nos consumamos, antes de que todo esto termine de implotar.

A.G.


CRONOLOGÍA REPRESIVA EN ITALIA VOLVER

Texto realizado a partir de las últimas olas represivas en el Estado italiano.

- Montaje de la Plaza Fontana: 12 de diciembre de 1969, unas bombas que después de 25 años han admitido que fueron puestas por los servicios secretos italianos, que causaron 17 muertos y 88 heridos, son atribuidas a los anarquistas. Giuseppe Pinelli, detenido por su supuesta implicación, muere al ser arrojado de una ventana en comisaría. Pietro Valpreda pasó más de 8 años en prisión.
- En 1980 se acusa a decenas de anarquistas de atracos, banda armada e insurrección. El caso no supera ni las fases preliminares por su inconsistencia.
- Entre 1984 y 1988, ante el auge de los sabotajes a los postes de alta tensión en Italia se intenta implicar varias veces a los anarquistas
- En 1989 se construye una “asociación subversiva” después de detener a varios anarquistas en un atraco, proceso que termina sin condenas.
- En 1991 se inventan un grupo “Anarchismo e provocazione”, burda asociación de nombres a partir de la revista “Anarchismo” y el periódico “Provocazione”, grupo acusado del secuestro a Mirella Silocchi. Tampoco consiguen llevar adelante este montaje.
El penúltimo montaje, que supera en crudeza y en fantasía a casi todo lo visto anteriormente, es el “Caso Marini”. En 1996 empieza una vasta operación represiva en toda Italia y en las islas. Los R.O.S. (Grupo Especial de Operaciones de los Carabineri) por orden del procurador sustituto de la República, Antonio Marini, registran las casas de algunas decenas de anarquistas notificándoles “avvisi de garanzia”, documento en que se les notifica las investigaciones contra ellos relativas a hechos de particular gravedad (asociación subversiva, banda armada, atentados a infraestructuras públicas, participación en atracos, atracos, tenencia de armas y explosivos y para algunos de ellos, también, participación en homicidio). El montaje a gran escala ha terminado en abril de 2004, después de 8 años de detenciones, creación de pruebas, falsos testimonios, recursos, represión... con las siguientes condenas:
- Orlando Campo: 10 años de cárcel
- Rose Ann Scrocco: 30 + 15 años de cárcel
- Angela Maria LoVecchio: 15 años de cárcel
- Francesco Porcu: Cadena perpetua más 18
meses de aislamiento diurno
- Gregorian Garagin: 30 + 9 años de cárcel
- Alfredo Maria Bonanno: 6 años de cárcel y
2000 euros
De los 54 imputados a lo largo del proceso, 44 fueron absueltos. La creación de una sección especializada en la lucha contra el anarquismo por parte de la Europol y otros órganos de policía europeos impone la necesidad de que el Estado se dote de los “medios necesarios” para combatir la inminente ofensiva que “se les viene encima”, respaldada de forma dialéctica (la guerra contra el terrorismo) y social por los medios de comunicación, allanando el camino, mediante la creación de un estado de emergencia, para justificar acciones represivas contra el enemigo. Una vez que en el caso Marini se ha desmontado su acusación de la existencia de una “banda armada con finalidades subversivas”, sin poder demostrar los cargos de banda armada y asociación subversiva, el Estado italiano necesita de la existencia de una organización terrorista para justificar nuevas medidas represivas.
En 2003 se producen 50 registros por toda Italia, afectando principalmente al área libertaria, y también a algún marxista y comunista. La operación “Black-Out” (apagón) es conducida por los fiscales genoveses Canepa y Canciani, resultando en 12 “avisos de garantía” por “asociación subversiva” (artículo 270 bis), por los actos de acción directa y de solidaridad con el preso ecologista Marco Camenish (explosivos en torres de alta tensión, repetidores de telefonía móvil, incineradoras de basura, teleféricos en estaciones de esquí...)
Sólo en 2004 se han sucedido diferentes ataques represivos:
3 Febrero: Arresto de Luca Farris, acusado de “subvertir el orden democrático” y “terrorismo” y pertenencia al grupo ASAI (Anónima Sarda Anarco Insurreccionalista). El arresto se produce simultáneamente a la visita del jefe del Estado italiano a Ciampi.
Más tarde, el 17 de junio de 2004, una acción policial en principio destinada a la represión del C.O.R. (Células de Ofensiva Revolucionaria, de matriz marxista-leninista) acaba con la detención de cinco personas del entorno del grupo anarco-ecologista “Il Silvestre”. Su delito: habérseles encontrado un documento del C.O.R., en forma de carta reivindicativa. La misma carta había sido enviada a las redacciones de otros periódicos sin que a estos se les acuse de nada. Una persona fue inmediatamente liberada, otros tres detenidos están actualmente bajo arresto domiciliario (una de las cuales actualmente se encuentra fugada), y dos (William y Alesio), recluidos en la prisión de Regina Coeli, el último en asilamiento.
El 21 de julio, seis registros más en Trento. A las personas registradas se les acusa de haber participado en unos altercados en diciembre de 2002 contra unos fascistas.
El 27 de julio de 2004, el ministro del interior Giuseppe Pisanu alertaba sobre la peligrosidad de los anarco-insurreccionalistas. Al mismo tiempo, por toda Italia se desata una ola represiva a gran escala: más de 100 registros en toda Italia, unos 40 “avisos de garantía” (documento en que se avisa a quien lo recibe de que se está llevando a cabo una investigación o proceso contra ella), y 4 detenciones: Marco Ferruzzi, acusado del envío de un paquete bomba contra un cuartel de los Carabineri; David Santini y Simone del Moro, acusados de la colocación de un explosivo en el tribunal de Viterbo. La policía política (DIGOS) esgrime como prueba unas grabaciones ambientales que demostrarían su participación. Por último, Sergio Maria Stefani, sobre el que ya pesaba un arresto domiciliario por posesión de pólvora y por la distribución de una publicación “A cada uno lo suyo, 1000 modos de sabotear este mundo”
Al 24 de agosto, uno de ellos, David Santini fue trasladado al hospital de Torino debido a la huelga de hambre que empezó con otros dos compañeros desde su ingreso a prisión. El único que continua con la huelga de hambre es Sergio. (A día 6-09-04: debido a su estado de salud abandono la huelga el pasado 3-09-04)
A este proceso se le ha dado el nombre de “Operación Cervantes”, en relación al artefacto colocado el 17 de junio de 2003 en el Instituto Cervantes de Roma en solidaridad con los presos en régimen de aislamiento. Esta acción fue reivindicada mediante un texto firmado por “Cellule contro il Carcere, il Capitale, i Carcerieri e le loro Celle” (Células contra la Cárcel, el Capital, sus Carceleros y sus Celdas).
A los cuatro detenidos, además de a 34 personas más, se les han aplicado los artículos 270 y 270 bis del código penal, cuya traducción es la de “asociación subversiva con finalidades terroristas”, artículos que procuradores, fiscales y demás carroña gustan de aplicar contra toda aquella persona que lucha la podredumbre cotidiana que implica el actual estado de las cosas.
El 7 de agosto, en una concentración de solidaridad en Roma donde se repartían panfletos, la policía detuvo a 5 personas a las que soltó al día siguiente, en un intento de frenar cualquier tipo de solidaridad con las detenidas. El juicio por esta causa se realizará el 19 de octubre.

Extraído de Palabras de guerra (06-09-04)


BOMBAS ANÁRQUICAS Y VIEJOS TEOREMAS VOLVER

Los viterbeses. Cuatro muchachos encarcelados por los paquetes-bomba. Las interceptaciones de la Digos: “No cuenta la finalidad, la acción la haces para tí mismo”

Por primera vez desde que los “anarco-insurreccionalistas” encabezan la clasificación del “terrorismo interno” (informe sobre la actividad de los servicios, 2° semestre 2003), el 27 de julio la magistratura romana ha hecho detener cuatro presuntos responsables materiales de atentados y paquetes-bomba. Tres son viterbeses, el cuarto es romano pero vive en Arezzo. El más viejo es del ‘77.
Uno de los viterbeses está acusado de siniestro por el paquete enviado a los carabineros de Viale Libia en Roma, que estalló el 4 de noviembre de 2003 hiriendo las manos de un mariscal. Pero la verdadera novedad es la adhesión de los jueces a una construcción tan ambiciosa cuanto frágil, sugerido por los carabineros del ROS que describen una organización anárquica propiamente propiamente dicha, una asociación subversiva y terrorista (artículos 270 y 270 bis) formada por grupitos esparcidos en media Italia, con relaciones en España, otros países europeos e incluso en Argentina.
La asociación, según el juez de investigaciones preliminares Guglielmo Muntoni, “obra con nombre diversos bajo la denominación ‘FAI-Federación anárquica informal’ ”, que imita en el nombre de la vituperada Federación Anárquica Italiana y apareció en diciembre con los paquetes incendiarios enviados a Prodi y a los responsables de la UE. Debajo del texto figuraban cuatro grupos (¿simples nombres?) autores de muchos atentados: Brigata XX luglio [Brigada XX de julio] (dos bombas contra la policía en Genova), “Cooperativa Fuoco e affini” [Cooperativa Fuego y afines], “Cellule contro il capitale, il carcere, i carcerieri e le loro celle” [Células contra el capital, la cárcel, los carceleros y sus celdas] (las “cinco c”) y “Solidarietà internazionale” [Solidaridad internacional].
“La federación, incluso poniendo en práctica la lucha armada -se lee en el documento rechaza la concepción que se basa en organizaciones monolíticas, estructuradas de manera ‘clásica’: bases, regulares-irregulares, clandestinidad, columnas, cuadro directivos, enormes necesidad de dinero”. La propuesta es un “pacto de mutuo apoyo” y el nombre “FAI informale” reaparece solamente el 1° abril, junto a dos sobres explosivos dirigidos al DAP, que fueron desactivados.
La ordenanza del 27 de julio, solicitada por los fiscales Capaldo, De Falco y Vitello, y acompañada
por una cincuentena de allanamientos hacia un número similar de indagados y cuatro edificios ocupados (tres en la capital), va más allá de los episodios atribuidos a los detenidos, que nunca fueron reivindicados como “FAI informale”.
Enumera una lista de unos sesenta hechos graves y menos graves, a veces simples escritos sobre los
muros, que sucedieron del ´99 en adelante y firmados de miles de modos: la carga explosiva que se encontró en la catedral de Milán en el 2000, los atentados a cables y telecabinas en Toscana en nombre de Marco Camenisch (figura épica, que se encuentra encarcelado en Suiza por el homicidio de un guardia de frontera), el paquete que inauguró el G8 del 2001 estallando en la cara de un carabinero en Génova y aquellos enviados a Iberia contra el régimen duro (FIES) en vigor en las cárceles de Madrid.
Los orígenes de la “federación informal” están indicados por las teorías del editor y publicista de Catania Alfredo Maria Bonanno, responsable de revistas (Cane nero [Perro negro], Anarchismo) y autor de libros considerados como la -Summa theologica- anarco insurreccionalista, y ampliamente citados por el juez de investigaciones preliminares.
Bonanno tiene 47 años y ha vuelto a la cárcel en febrero, pero en el 2002 y 2003 participaba en reuniones y congresos (bajo los ojos de la policía) para el viejo sueño de una “internacional antiautoritaria”. La “FAI informale” sería el primer paso.
Hay aire de teorema y no es el primero desde que los anarquistas radicales rompieran, en los años´80, con la FAI “oficial”. La división se profundizó en el ´98 con el dramático suceso de los squatters piemonteses que se suicidaron en la cárcel. Viene a la mente lo que los anarquistas llaman “proceso Marini” y los instructores “proceso a la organización revolucionaria anárquica insurreccionalista (ORAI)”, llevado adelante por el actual procurador general Antonio Marini sobre la base -entre otras cosas- de declaraciones de una joven “arrepentida” italo-iraniana.
Todo comenzó en el ´96, acabando detrás de los barrotes incluso Bonanno y Camenisch, este último ya en cárcel. En febrero pasado la Casación ha confirmado la absolución de 39 de los 46 acusados, afirmando que la ORAI (si acaso alguna vez ha existido) no tenía las características supuestas por el fiscal, y condenando por banda armada y asociación subversiva tan sólo a siete personas, algunas implicados en atentados, robos y secuestro de persona, así como también relacionadas con un arsenal descubierto en Roma en el ´90. Para Bonanno se pedía cadena perpetua, y al final la condena es de seis años (cuatro por atraco).
En medio también estaba el “Manual del anárquico explosivista”, con instrucciones para fabricar artefactos, pero no bastó para condenar a cualquiera que lo haya tocado. Hoy hay otro folleto inquietante, titulado “A cada uno lo suyo, 1000 modos para sabotear este mundo”, que pone en problemas a viterbeses y romanos.
Según el Viminale [Palacio de Justicia] los “anárquicos-insurreccionalistas” son “doscientos o poco más”. Investigan las fiscalías de Roma, Viterbo, Turín, Bolonia, Milán, Florencia, Pisa, Cagliari, Trento, Arezzo y tal vez otras. Bajo la lupa hay centenares de militantes: desde el Fenix de Turín al grupito que gira en torno a la Crocenera Anarchica, entre Emilia Romagna y Abruzzo; desde los roveretani que sin duda son más refinados sobre el plano político (seis fueron recientemente detenidos y enseguida desencarcelados por una vieja riña con fascistas) hasta los viterbeses y los romanos, brutos y un poco distraídos, con antecedentes por daño a la lápida de Umberto I, intento de incendio nocturno de una carnicería, manifestación ilegal y resistencia.
Con algunos hay que hacer un esfuerzo para definirles como anárquicos y poquísimos aceptan (y todavía menos usan) el mote de “insurreccionalistas”, especialmente si se encuentran en buenos términos con autónomos y marxistas-leninistas fuera de tiempo máximo. Los ocho jóvenes detenidos en Pisa, que giran en torno al centro anárquico “Il Silvestre”, por ejemplo, están acusados por las acciones firmadas “Cellule d’offensiva rivoluzionaria” [Células de ofensiva revolucionaria] (COR): automóviles incendiados incendiados de exponentes de Alleanza Nazionale, portones ennegrecidos y octavillas que aclaman a Mario Galesi, a los presuntos neobrigadistas encarcelados y a la unidad entre “anárquicos, marxistas, antimperialistas”. Aquí, no obstante, la fiscalía excluye la hipótesis de “terrorismo y subversión”, prefiriendo acusar por asociación para delinquir, porque el “programa” no pone “en peligro” las instituciones.
Los presuntos “insurreccionalistas” forman grupos y colectivos incluso muy pequeños, que para los instructores son los “grupos de afinidad” de Bonanno, “operantes sobre la base local -escribe el juez de instrucción- y caracterizados por un máximo de intimidad, conocimiento y confianza recíproca, relacionados entre sí por mecanismos de comunicación informal y unidos por proyectos de ‘pequeñas acciones’ de ataques a las instituciones, a través de la práctica de la lucha armada practicada con criterios de simplicidad”. Viven en squats urbanos y en caseríos de campo, como en Soriano nel Cimino (Viterbo) donde la Digos, el día de los arrestos, ha tenido que llamar a la policía veterinaria para superar dos pastores maremanos.
Crecieron en el culto del “sabotaje” y de la “acción directa”, luchan contra, los “carceleros” y contra los fabricantes de abrigos de piel. Odian a los periodistas (Il manifiesto no es una excepción) tanto como a los policías y los carabineros. Y se arriesgan a ir a la cárcel, es más a veces van, por las campañas contra los centros que crían animales de laboratorio (como el “Morini” de Reggio Emilia) o por la publicación de diarios y boletines. Como -Terra selvaggia- [Tierra salvaje], que tiene sede en el “Silvestre” de Pisa, que publica una lista impresionante de reivindicaciones, o el -Crocenera-, que trata de cárcel y “represión”.
Las grandes manifestaciones a veces los ignoran y a veces no, en la calle atacan vidrieras/escaparates y otros “símbolos”, pero raramente afrontan el choque con las fuerzas del orden. Según la policía del Estado y carabineros, pertenecen a la galaxia “anarcoinsurreccionalista”
al menos dos de los 26 acusados del juicio por el G8 de Génova.
Normalmente, las manifestaciones las hacen solos, sin avisar anticipadamente: en Turín, en diciembre, han sido detenidos cinco personas por una acción demostrativa en Vallette. Ciertamente no son clandestinos, ni siquiera los presuntos “tirabombas”. En todo caso, son impulsivos: por ejemplo después de los arrestos un romano fue detenido, esta vez en Rimini, mientras desgarraba las gomas de los autos en un estacionamiento de la policía (ocho meses pactados en un juicio rápido, ¿pero desde cuándo los terroristas pactan?). Y frecuentemente conservan relaciones “en el movimiento”, tanto es así que los desobedientes (romanos) e Indymedia han ofrecido su solidaridad a los detenidos del 27 de julio.
Durante años las fiscalías han evitado abrir procedimientos por asociación subversiva, porque el “proceso Marini” había enseñado a no exagerar con los anarquistas. Que no tienen estructuras ni jefes. Pero luego hubo un paquete bomba al carabinero: el 6 de noviembre, dos días después, la línea dura fue anunciada en el Senado por Gianfranco Fini. Apenas había terminado la operación contra las nuevas Brigadas Rojas y los anarquistas, para el SISDE, se convirtieron en el peligro número uno de la “subversión interna”. Así la fiscalía de Roma ha implicado a los ROS, excluidos en las investigaciones sobre las B. R. Y en el informe de abril, el ROS ha construido la trama de la asociación “FAI informale”, que ahora puede servir también en otro lugar, quizás para un maxi-proceso “Marini bis”.
El trabajo del ROS es “particularmente notable -escribe el juez de instrucción romano para certificar la existencia del vínculo de afinidad como fundamento de la estructura organizativa, vínculo de afinidad fundado, en este caso en concreto, sobre la construcción de esferas relacionales centradas sobre las temáticas de lo carcelario y sobre los métodos de acción directa”. En resumen, se busca el “vinculo asociativo” en las relaciones privadas. Ninguna de las acciones atribuidas a los anarquistas requieren la participación de más de dos o tres personas, si no basta solamente uno. Uno de los detenidos, interceptado, explicaba que la acción se justifica por sí misma: “no existe la finalidad, la haces también para ti mismo... Es más, la haces sólo para ti mismo”.

Alessandro Mantovani (Il manifesto – 06 agosto 2004)
Extraído de Palabras de guerra


GOBIERNO CHILENO APUNTA VOLVER

Preparativos para protestas contra APEC: La Moneda envía señal a grupos anarquistas

Gobierno trata a detenidos por vandalismo del 11 de septiembre como delincuentes y lúmpenes

Si el Presidente Ricardo Lagos estaba molesto la mañana del domingo al escuchar el informe preliminar de lo ocurrido la noche del 11 y la madrugada de ese día, cuando vio las imágenes de una humilde escuela de Quilicura con sus computadores destruidos, su indignación creció.
Por eso es que en la noche, en la reunión del comité político realizada en su residencia, instruyó al ministro Insulza para endurecer al máximo las medidas judiciales que deben adoptarse en este caso.
“Sin contemplaciones”, le dijo el Mandatario, según trascendió.
Porque quedó claro que no hubo intención de protestar, sino que de saquear, robar, destruir y enfrentarse a Carabineros.
Y un análisis de inteligencia da cuenta de otra cosa. El “11” pudo ser usado por grupos anarquistas como una “preparatoria” para lo que harán durante el APEC.
Como informó este diario el domingo, elementos de ultraizquierda están planificando movilizaciones para esa fecha.
En respuesta, la “preparatoria” del Gobierno será similar: todo el rigor de la ley para los detenidos, que son considerados lumpen, delincuentes. Nada más.
Y el ministro Vidal lo dejó claramente establecido ayer al dar a conocer esta determinación.
“Vamos a perseguir la responsabilidad judicial de todos los que están detenidos”, anunció.
El segundo mensaje es que a futuro quienes intenten recordar al 11 de septiembre asaltando, saqueando o delinquiendo, tendrán el mismo tratamiento.
También separó aguas entre las agrupaciones de derechos humanos y los anarquistas.
A juicio del Gobierno, los primeros tuvieron un comportamiento ejemplar y sus dirigentes incluso se enfrentaron con el lumpen para evitar los desmanes.

El último balance oficial

El Subsecretario del Interior, Jorge Correa Sutil, entregó ayer el último balance de los hechos del fin de semana, aunque en nada difieren de lo que había el domingo.
Esto es, 205 detenidos y 37 carabineros heridos (dos a bala).
Pero agregó otro antecedente preocupante: 50 de estos aprehendidos son menores de edad que, seguramente, quedarán sin sanción penal.
Ello no será impedimento para que las querellas sean presentadas en contra de un número cercano a las 140 personas. Entre éstos, hay detenidos por daños graves y robo. También hay otros que se debe comprobar su participación al lanzar bombas molotov o disparar contra la fuerza policial. “Según los antecedentes que manejamos, se usaron armas de fuego en 3 o 4 poblaciones (distritos de Santiago). Esto provoca mucho temor en la gente que vive en ellas y que pasa una noche muy dura, causando traumas en los niños; y esto, como Gobierno, no lo vamos a permitir en el país. Por eso la necesidad de acelerar la tramitación del proyecto de control de armas y de agravamiento de penas”, dijo el subsecretario del Interior. Por su parte, Carabineros anunció la presentación de querellas contra quienes resulten responsables por las lesiones que sufrieron los 37 efectivos en esos incidentes del 11 de septiembre, según lo anunció el general director.

Mario Gálvez
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