SEPARATA: 110 AÑOS DE LA PROTESTA
AMANECER FIORITO VOLVER
Sus palabras, su pasión, su actitud,
protestan en nosotros.
Su calidez no tiene ocaso,
los rebeldes siempre amanecerán.
Su “inmortalidad” era cierta...
Casi
nos había hecho creer que era “inmortal”, llevaba diez
años de ventaja (sin anestesias, a pura fuerza y rebelión),
despistando a médicos y a diagnósticos fatídicos que
le sentenciaban plazos cortos de vida, a causa de una severa afección
cardiaca que no le daba tregua. Por eso la noticia de su muerte el pasado
29 de mayo fue una estocada inesperada y fatal.
Decíamos con una compañera en el velorio, lo bueno de haberlo
conocido: un ser incomparable, valioso, esencial, por su inteligencia, su
sensibilidad, su dignidad, coherencia e integridad, de esos seres excepcionales
que llegan a la vida de uno para quedarse y marcan un antes y un después
inefable; bálsamo, refugio, raíz, savia, lumbre, camino...
Amanecer, era de estos pocos seres, de los que se nos hacen carne, gesto,
canto. Huérfanos de su abrazo, de sus palabras, de su presencia enorme
y temperamental, vacío insondable y álgido sin duda, pero
colmados de su esencia y, desbordados, lo haremos brotar, florecer, fulgurar...
El Negro no te enseñaba, pero vos aprendías. Siempre encontrabas
un mate y una charla que siempre se extendía, en su casa de Dock
sud, donde te recibía con su compañera Rita, cada vez que
llegabas, a veces vulnerable, con temores, con broncas, dudas o angustias,
de las que a todos nos aquejan y desvelan, y te ibas nutrido, esclarecido,
poblado y potenciado de su fuerza y vitalidad, impulsado por su vehemencia
a empuñar la vida con sus abatares y a dar batalla.
Inevitable es esta sensación desoladora y desencajada de desamparo
e impotencia, de vacío hondo y gris que a todos los compañeros
nos embarga en estos días, pero que no se confundan los miserables,
oportunistas e infames de siempre, porque el dolor genuino que nos atenaza
la garganta y quema los ojos, no nos doblega, no nos enmudece, no atornilla
nuestros pasos, todo lo contrario, nos saca lustre, nos afirma, nos abraza
y nos impulsa con más ímpetu y convicción, porque este
dolor ahora más que nunca nos “amanece”, nos anuda y
compromete a nuevas alboradas.
Karina
El sol de la
tarde, en esa esquina del Doke, ya no sentirá tu calor. En el día
más frió del año, el sol se apagó de tristeza
por ese amigo de la esquina…
Hasta tus enemigos te extrañarán… Como siempre decías:
“Mis años locos no quedaron en mi juventud”, tenías
razón, fueron hasta el final de tu vida. Los años no vienen
solos compañeros, pero nos van dejando huérfanos igual. Los
anarquistas nacen y mueren solo físicamente, dejan marcada su estela
de lucha por siempre en sus compañeros y enemigos. Y vos sí
que dejaste un tendal…
En cada nota, en cada charla explotaba una granada, esparciendo con furia
sus esquirlas e hincándose en cada cerebro que se acercara o asomara.
Esquirlas llenas de voluntad y fuerzas para tus compañeros o de protesta
y destrucción hacia tus enemigos… El Negro Amanecer para nosotros
o el negro de mierda para los que no te pudieron bajar. De una u otra manera
te recordarán todos: el revolucionario. Una daga muy filosa, con
un temple incorrosible que cortó la lengua en seco hasta de los más
bocones, y carneó a los falsos e hipócritas que la corrían
de amigos, dándole una palmadita en la espalda -por cobardes- y después
mostraban su hilacha cuando las papas quemaban. Porque así era el
Negro, sólo con su presencia más de uno se achicaba, así
era su presencia, imponente, colosal. Mano a mano la granada siempre se
imponía ente la charlatanería. Ni muerto se atreven a discutir
tu valentía y afirmación ideológica.
El sol de la tarde, en esa esquina del Doke, ya no sentirá tu calor…
En el día mas frió del año el sol se apagó de
tristeza en homenaje a ese anarquista de la esquina…
Hoy dejaste tu cuerpo, pero tu esencia permanece en nosotros, como voluntad
y fuerzas, para continuar luchando contra este sistema devastador.
Acá estamos Negro: los huerfanitos. Acá estamos porque a si
lo hubieras querido, compañero, y así te recordaremos Amanecer:
luchando. ¡Luchando siempre! Por la anarquía.
Vilchesz
Lo conocí
en 1985 en el local de la FORA de la Boca, cuando andaba rondando los cuarenta
y poco. Su imagen era impresionante: atlético, con fuego en los ojos
y una voz grave y ronca como el rugido de una pantera salvaje, negra como
él. Le ocurría a casi todos lo que lo veían por primera
vez: la primera impresión al conocerlo resultaba algo intimidante,
avasalladora. Era el anarquismo que se le salía por los poros.
Poco después comencé a concurrir a las reuniones de La Protesta,
es decir, a conformar un trío junto a Puchero por un breve lapso,
ya que eran tiempos áridos en que casi nadie se acercaba al periódico.
Los números se espaciaban demasiado, casi nadie aportaba un artículo
como colaboración, pero las reuniones continuaban, a veces con algún
visitante ocasional como el uruguayo José o el griego Couchópoulos,
que calzaba sus 80 años con gallardía. En el momento no lo
podía percibir -creía que perdíamos demasiado el tiempo
debido a mi ansiedad utilitaria de militante novato- pero esos fueron los
años más fértiles de mi formación ideológica.
Las charlas con Amanecer Fiorito se alargaban en el tiempo geográfico
y en el espacio histórico de la Anarquía: así conocí
a los clásicos sin siquiera molestarme en leerlos. Todo mi acontecer
dentro de la idea anarquista son notas a pie de página de esos breves
años de formación ideológica en el oscuro local de
la calle Cnel. Salvadores, escuchando al Negro en sus disquisiciones sobre
el hombre y la anarquía. Por aquel entonces tuve que alejarme de
Buenos Aires y dejé de concurrir a las reuniones del periódico.
Con el tiempo se incorporarían más compañeros, atraídos
por su inigualable imán anarquista, dando inicio a la etapa más
fructífera de La Protesta desde que había alcanzado su apogeo
hace casi un siglo.
El Negro Amanecer era un hombre completo, un anarquista de pura cepa: supo
ser compañero de acción y arriesgó el pellejo en muchas
ocasiones (lo que le costó cárcel, torturas y persecuciones
varias). Era en lo intelectual sencillamente brillante y se superaba en
su faceta solidaria, en su dimensión humana; éticamente era
intachable. Nunca le esquivó el bulto a los problemas y hasta se
solidarizó con aquellos de los que había tomado distancia
debido a sus dobleces: nunca esperó nada en retribución, situación
que muchos de esos rufianes no desaprovecharon para ejercitar su mezquindad.
Era extremadamente humilde a pesar de su elocuencia y su intransigencia,
siempre abierto a la comprensión y al diálogo, pero atento
a las agachadas y las usuras táctico-estratégicas de los oportunistas.
Cuando alguien disentía con él, demostraba su consideración
hacia los demás dejando clara su posición, pero sin imposiciones.
Dignificó a la palabra compañero convirtiéndola en
un elogio, un atributo. Anarquista de nacimiento, nunca utilizó sus
dotes de liderazgo para el beneficio personal, ni para hacer progresar a
la idea: lo hubiera considerado indigno. Sus ojos eran un espejo terrible
en el que uno podía verse reflejado sin hipocresías; quien
lo conocía, no podía quedar inerte frente a su humanidad manifiesta:
o se lo apreciaba o se lo maldecía.
Era previsible en lo que uno podía esperar de él como ser
humano, como compañero, como amigo, como anarquista, siempre dispuesto
y fraterno. Imprevisible en sus razonamientos, consideraciones del anarquismo
y la revolución. Era un compositor natural de frases ingeniosas:
“una verdad en boca de un mentiroso, es una falsedad”; o “los
anarquistas estamos en la misma situación que aquellos que tenían
que demostrar que la Tierra era redonda”.
La naturaleza le puso límites a su amor a la vida, a sus desvelos
revolucionarios, martirizándolo la última década de
su vida con una salud frágil, tal vez para compensar tanta solidez
humana. Creíamos que era inextinguible su vitalidad, que habiéndose
sobrepuesto tantas veces a la muerte, finalmente nos iba a sobrevivir a
todos. Murió de la única forma que podía morir, súbitamente,
imprevisiblemente; tal vez, porque vivía improvisadamente, como se
improvisa en el jazz, la música que más se parecía
a su ser, su música. Si la muerte le hubiese dado una oportunidad,
la habría burlado otra vez, sin dudas. Y si hubiera muerto dentro
de veinte años, igualmente su defunción habría sido
prematura.
Se fue, llevándose un poco de cada uno de los que lo conocimos consigo.
Nos dejó mucho más que lo que se puede explicar con palabras.
Aún puedo verlo entre las tinieblas de algún local anarquista,
discutiendo con compañeros viejos y con otros jóvenes, aún
por venir. Lo veo en el Obelisco o en la Plaza de Mayo, noqueando a un policía
o rescatando a alguno que se lo llevaban. Lo veo y lo veré todos
los 1º de mayo cerrando los actos anarquistas, elocuente y digno, expresivo
e íntegro, consecuente y desinteresado, generoso con los suyos, implacable
con el enemigo, donde estaremos por siempre aguardando un Negro Amanecer
Anarquista.
Patrick
Nos quedamos
sin Amanecer y el mundo se ha vuelto más pesado en nuestras espaldas,
pero con la certeza, pese al ocaso, de que todo lo que nos brindó
nos fortaleció. Porque de él amanecimos, también, nosotros;
de él nos nutrimos y de él crecimos. Y ahora que se posó
en el horizonte, a la noche del sufrimiento humano se nos suma la desolación
de su ausencia.
“La historia es mierda salpicada de grandeza” decía.
Ante la triste historia de inexistencias y miserias, la inconmensurable
mancha negra del Negro Amanecer para eclipsarla.
Con un inconmensurable dolor seguimos...
Hasta siempre, Negro.
Adrián
ACTO DEL 1° DE MAYO VOLVER
En el acto del 1° de Mayo, realizado como todos los años en plaza Alsina de Avellaneda, en el que concurrieron alrededor de 350 personas, hablaron compañeros de Libertad y La Protesta.
Comenzó Marcelo de La Protesta:
Buenas tardes
compañeros, soy del periódico La Protesta, les agradezco su
presencia y en primer lugar, quiero alertarlos sobre un hecho: hay días
en que uno se levanta particularmente lúcido y las ideas y las palabras
llegan amablemente y en riguroso orden al cerebro, bueno, hoy no es ese
día, me siento disperso y por lo tanto les pido disculpas anticipadas.
Bueno, para comprender al anarquismo una de las cuestiones fundamentales
es entender qué es el Estado, uno de los grandes enemigos de la libertad
del hombre.
El Estado es un conjunto de instituciones organizadas para gobernar a una
determinada población ¿Cuándo se conformó?,
fue creado por los hombres, referencias nos llevan a 6000 años antes
de Cristo, en primer lugar se organizaron como ciudades-Estado y luego debido
a su natural expansión como países-Estados, lo que está
claro es que tiene varias funciones determinadas, una de ellas es la de
organizar a la sociedad, dividiéndola en clases, la otra es la de
gobernar, es decir asumir la conducción y los modos de acción
de toda la sociedad, y por último algo que debe quedar muy claro:
perpetuarse, éste es un hecho fundamental en la comprensión
de algunas ideologías, hay que entender que un Estado no se suicida
y quienes maliciosamente o ingenuamente, sostienen que el Estado es una
etapa transitoria en el desenvolvimiento de una revolución social,
están proponiendo una contradicción, insisto que el Estado
no se suicida porque está en su razón de ser perpetuar su
existencia, no es posible que exista alguien que crea que modificar a los
actores que dirigen al Estado pueda generar una posibilidad para combatir
le explotación del hombre y su opresión, y si existen es porque
quieren engañarte y sumarte a otra trampa de las tantas que prepara
el Poder, ¿Cómo no creerle a quienes claman por la libertad
del hombre y parecen tan convencidos? La historia nos da la razón
y este hecho ya se había anunciado antes que los Estados “proletarios”
dominaran a parte del mundo por más de 70 años y hayan provocado
una de las peores de dictaduras en la historia de la humanidad.
Compañeros: quienes defiendan la creación de cualquier tipo
de organización destinada a gobernar a una sociedad, son enemigos
del hombre y por consiguiente son enemigos nuestros.
Bueno, lo concreto es que hace 2300 años fue Aristóteles quien
fijó las bases de lo que hoy es el Estado, la historia de la humanidad,
las conquistas, las guerras permanentes, los saqueos, las hambrunas, la
esclavitud, las violaciones masivas... nos pintan el panorama del accionar
de los Estados en todo el mundo.
Ahora bien quien es protagonista de todos estos hechos es el hombre y cabe
preguntarse entonces, ¿el hombre es bueno o es malo?
Algunos sostienen que el hombre es malo por naturaleza (suelen exceptuarse
ellos mismos salvo los muy cínicos) y entonces dan vía libre
a una vida de traiciones y bajezas ante lo irremediable de intentar modificar
una realidad opresiva.
Otros, como Sócrates, dicen que nace bueno y que la educación
y la instrucción lo mantendrán bueno y que la carencia de
esto lo tornarán ignorante y malvado, quien nace entre esclavos será
esclavo, entre soldados será soldado y entre reyes será rey.
Y así deberán mantenerse las distintas clases para mantener
el equilibrio ¿Los anarquistas sobreestimamos al hombre'?
Bakunin lo explicó claramente, el hombre es una posibilidad y según
el medio ambiente que lo rodee, la cultura imperante y las características
personales, desarrollará en mayor o menor medida sus mejores virtudes
o sus peores defectos, ambos latentes en cada uno.
Lo definitivo es que quien sostiene al Estado es porque no cree en las posibilidades
de organización libre entre los individuos, así como quien
cree en Dios es porque no cree en el hombre.
A esta altura ya poco importa si quienes dominan lo hacen con un liderazgo
blando o brutal, si los policías que controlan una marcha van desarmados
o en carros de asalto, los problemas son tan vitales que resulta insignificante
y estúpido discutir si quienes controlan el Poder lo hacen mediante
elecciones, dictaduras, monarquías o cualquier tipo de opresión.
Está en juego la continuidad misma de humanidad, debe quedar claro
que el Estado es nuestro enemigo, si no lo destruimos, nos destruirá
a nosotros.
De nada sirve aislar a un sector o favorecer a otro más benigno dentro
de la clase dominante.
El enemigo del hombre es el medio por el cual es gobernado, el Estado es
la preservación de la división de clases.
Basta compartir algunos datos:
Cada día 100.000 personas mueren de hambre o a causa de sus secuelas.
Cada 7 segundos un niño menor de 10 años muere de hambre.
En Argentina el 50% de los niños menores de 10 años está
anémico.
1.000 millones de personas no tienen acceso al agua potable.
Un estudio revela que en regiones de Argentina el 51 % de los menores de
dos años tiene un retraso en el desarrollo mental.
Con lo que se gasta en Europa en cosméticos y helados, se podrían
evitar los problemas de salud y alimentación de Asia.
Con lo que se gasta en comidas y productos para mascotas en Estados Unidos,
se podría terminar con el hambre en África y América
Latina.
El desarrollo tecnológico actual permitiría cubrir las necesidades
nutricionales de 12.000 millones de personas, sin embargo somos 6.000 millones
y el 75% de la población mundial tiene algún tipo de carencia,
876 millones de personas subsisten en la indigencia con raciones de alimentos
que llegan a las 300 calorías dianas (lo saludable rondaría
por las 2.800 caloría aproximadamente).
Quiero que se entienda que la única ideología que cree en
el hombre libre es el anarquismo, y que las potencialidades de cada ser
humano desarrolladas en un medio armónico, permitirá que exista
otro tipo de sociedad.
Bueno quiero tratar ahora tres temas que recurrentemente nos vemos obligados
a discutir.
En primer lugar, está la necesidad de los que nos piden, nos exigen
que les digamos como va a ser la nueva sociedad, y la realidad es que no
somos agente de turismo que prometemos paraísos, en definitiva de
lo que se trata es proponer la eliminación de las causas que generan
esta situación actual, creemos que hemos hecho un diagnóstico
certero acerca de los males que posibilitan las cotidianas catástrofes.
No sabemos como va a ser una sociedad futura, pero estamos convencidos que
va a ser infinitamente mejor y en continua metamorfosis, fortaleciendo los
impulsos mas positivos del ser humano.
Compañeros, entendamos que quien viene a pedirnos un modelo cerrado
de sociedad futura, en ese mismo instante está reconociendo todo
lo que hemos dicho sobre la inmensa influencia de lo establecido en los
hombres, el miedo a perder lo poco o mucho que se tiene, la falta de compromiso
personal para intentar un cambio.
Otro tema que quiero tratar es sobre una acusación reiterada que
nos hacen a quienes con mayor o menor esfuerzo, con mayor o menor inteligencia,
intentamos modificar esta relación de poder entre Dios, el Estado
y los individuos.
Nos endilgan creernos “los dueños de la verdad” y lo
que ocurre es que en una sociedad con principios tan mediocres y con tantos
miserables que cambian de opinión según sus conveniencias
personales, les resulta extraño que nos manifestemos con una convicción
y una fortaleza y con una ganas de ponerle el cuerpo a cada palabra que
a sus oídos les suena como “la verdad”. Nada hay más
lejos del anarquismo que el dogmatismo, que una cerrada expresión
de ideas que por no tener posibilidades de aperturas está muerta
en un laberinto. Pero también hay que decir que lo que sostenemos
surge de reflexiones e impulsos que son verdaderos, lo que decimos es verdad
y cuando nos acusan de ser los dueños de la verdad, les respondemos
que analíticamente considere si lo que decimos es verdadero o no,
invariablemente las respuestas son: que sí pero que “es muy
difícil, que con este pueblo no, que es improbable, imposible con
estos hombres”.
En definitiva lo que deja traslucir esa postura de los “agnósticos
de las ideas” es que están preparando el terreno para ir de
un lado al otro del pensamiento con una indulgencia hacia quienes provocan
esta realidad que es inaceptable. Se creen más buenos, más
tolerantes y son volátiles que alquilan su dignidad a cada paso.
La “verdad” que sostenemos, no es algo oculto, no es un secreto
escondido, es algo que gritamos a viva voz en todos tos lugares. La destrucción
del Estado, de sus instituciones, de las religiones, del sometimiento a
una abstracción que le llaman Dios. Solo un hombre libre y satisfecho
de su rebeldía y libertad va a aportar su participación libre
de resentimientos para un proyecto común. Les respondo a quienes
nos acusan de ser los dueños de la verdad, que ellos son los inquilinos
de la mentira, del mal menor, de creer que es necesario ponerle un policía
a cada uno para que se porte bien, la mentira es creer en Dios y no creer
en el hombre.
Finalmente quiero agradecerles su presencia y su atención y también
quiero reforzarles una idea: no alcanza solo con un análisis minucioso,
racional de una sociedad y su realidad, hace falta también el coraje
y el desprendimiento de saltar hacia una región que nos es bien conocida.
Los anarquistas no tenemos un “plan B” que se adapte a un acuerdo
coyuntural, la Revolución es como un sueño eterno, muchos
problemas nos esperan y una satisfacción, una muy grande satisfacción:
comprender cabalmente, definitivamente que existimos.
Muchas gracias compañeros
Continuó Adrián del Grupo Libertad:
Tenemos la sana
costumbre de criticar, y no constructivamente. O, quizás, constructivamente
como consecuencia del devenir.
Y esto no porque nos anime una condición de molestar, ni porque basemos
nuestra existencia en la negación del otro, sino porque buscamos
acentuar la intransigencia ante lo establecido. Si marcamos diferencias
es porque buscamos la coincidencia. Y ésta no podríamos buscarla
en lo mínimo, porque eso nos reduciría a la nada. Precisamente
porque nada es lo que rescatamos de esta sociedad, sociedad que se nutre
de los desnutridos, que vive de los muertos, que asevera las mentiras, sociedad
que se afirma por lo que niega. Nada pueden enseñarnos los beneficiarios
e interesados en que esto se perpetúe, a no ser los colmillos de
la perpetua cadena. Nada podemos aprender del Poder, porque los aprehendidos
seríamos nosotros. Seríamos presos de sus códigos,
caeríamos en la gravedad centrípeta de su discurso, patíbulo
al que sube todo aquel que se acerca, y no como víctima, precisamente...
Nada bueno emana de algo erigido desde la injusticia, todo lo que puedan
ofrecernos como aspecto rescatable está contaminado, porque sus bazos
alimenticios se bombean desde esa médula: la injusticia. Y es asa
capilaridad la que pretenden infiltrarnos para filtrarnos a través
de su enrejado, enrejado de compuertas amplias y plurales, y de pasillos
convergentes.
Nada cae de lo que está cuidadosamente apilado. Hueso para roer,
hueco donde acuñar o bandera para levantar son arrojados, para que
en la desesperación, escale de entre el arrebato mutuo quien pueda
sostenerlo y hacer de ello su principio, su punto de partida, o, el que
menos, su momento. No hablamos de la necesidad de subsistir, de la imposibilidad
de prescindir de las sobras, sueldo o cartón, autogestión
o dádiva, son formas del acorralamiento, ni hablamos tampoco de los
condicionamientos y conformaciones que eso entraña, hablamos de lo
que implicaría justificar la mano que el Poder nos tiende, es decir,
de la trampera con su trocito de bonanza.
Que del sistema nada haya rescatable no nos hace nihilistas, que significa
apuntar hacia la nada y enterrar en el abismo cualquier devenir, el propio
primero. Entendemos la desesperanza, entendemos que el futuro se presente
como un fatal basural sin salida ni horizonte, o, a lo sumo, como un camino
minado de residuos burgueses infranqueables. Pero insistimos en que esa
visión es el resultado de proyectar las deformaciones actuales de
las cosas. Es no imaginar que la posibilidad se abre en una tendencia radicalmente
nueva si le damos paso. Y por nueva, jamás vista, difícil
de vislumbrar. Es no imaginar al ser humano hecho tabla raza, no de su humanidad,
sino de su esclavitud actual, su deformación. Es no tener imaginación
y creer que la única verdad es la realidad.
Y en esto está lo que el sistema niega. Resonando desde las campanas
de la iglesia hasta coagularse en himno del coro de la cultura; el pecado
original, el delito de ser ser humano, el castigo a la rebelión,
primero, y al pensar después. Porque si no se piensa desde la rebelón
no se piensa, se repite, se hace coro. Es lo que afirmamos, lo que desde
el Poder se niega, y es lo que negamos, lo que desde el Poder se afirma.
Dialéctica sin síntesis sin residuos burgueses.
Y de allí que la destrucción es al mismo tiempo una construcción,
en el sentido en que deja a los elementos libres, el campo abierto, las
hojas en blanco y el ánimo dispuesto para regenerarlo todo. Y por
esto fue que Bakunin, o Wágner referenciando a Bakunin, estando en
el centro de la borrachera de las barricadas, apuntando los fusiles hacia
lo imposible, cuando alguien le preguntó por la cuestión constructiva,
insinuando un programa para el mañana, predisponiéndose a
un plan de acción que, en lugar de abrir horizontes, promulga los
edictos del devenir, le contestó que la tarea de la nueva construcción
social va corresponderle a la generación desencadenada, a los que
vendrán mejores que nosotros.
Y no es que no creamos en nosotros, todo lo contrario, porque creemos en
nosotros es que creemos en la especie y en la revolución. Son ellos,
los promulgadores de edictos y programas, los planificadores de tácticas
y estrategias, los que no creen en el Hombre. No buscan su continua rebelión
si no marcarle el paso. Y eso lo aprenden del Poder, desde el ulular de
sus campanadas. Residuos burgueses.
Tenemos la sana costumbre de criticar, no para hostilizar al sistema, sino
para abolirlo.
Y tenemos una dificultad, una dificultad práctica.
Somos poco prácticos y nada pragmáticos. Y esto, al contrario
de lo que podría parecer, es una posición que tiene su razón
de ser. No pretendemos hacer de la práctica una ideología,
algo que nos llevaría al posibilismo, es decir, a posicionarnos según
lo que nos dejan hacer. La adaptación al medio será en la
naturaleza la condición de sobrevivir, pero en el mundo humano significa
reptar según el designio de los carroñeros y los parásitos.
Significa no ver la esencia explotadora y ubicar su mutación externa
como el condicionante a partir del cual tendríamos que ser o dejar
de ser. Es el camaleón tomado como ejemplo de militancia, es la traición
predispuesta.
Y esto no es purismo, es pura, o mejor dicho, básica coherencia,
pero, principalmente, es respeto de sí.
Ante esto, los ecos que rezumban dicen de aunarse según acuerdos
mínimos, dejando de lado supuestos detalles, puntos quisquillosos
que, por exagerados, sobredimensionaríamos. Y decimos que no es cosa
de mala voluntad, que tenemos fundamentos y razones, y no caprichos. Que
la ideología anarquista no se subdivide en cuestiones principales
y secundarias, porque no nos subdividimos quienes la sostenemos. Aquello
es pretender que en la pluralidad el criterio no se disuelve, que las relaciones
creadas mantienen independencia con respecto al ser, que la concesión
no es el comienzo de un arrastre que busca anularnos como posición
revolucionaria. Es sabido que es lo contrario y está la historia
y el presente para echar una mirada si hace falta.
Y en la historia estos ecos asumen el decreto del fin de las ideologías,
para justificar sus impotencias y acomodamientos. Camaleones que son.
Porque el anarquismo es una ideología nutrida desde valores y actitudes,
no es una teoría elaborada en laboratorios o cátedras. Es
una tendencia que subyace en el ser humano. Es una conformación que
se fue definiendo desde que el primer hombre esclavizó al otro. Desde
allí, ese deseo de sacudir el yugo, ese impulso primario, animal,
fue alimentándose, adquiriendo expresión conciente, las más
de las veces arrastrando consigo preceptos del entorno que lo frenaban,
sufriendo la experiencia y alumbrando definiciones, fue desprendiéndose
de prejuicios, asentando ideas, hasta conformar los principios que le dan
vida y razón de ser y un nombre propio que lo dotó al mismo
tiempo del carácter inherente. Fue de entre la lucha de generaciones
anónimas que sufrieron los embistes de los poderosos de donde germinó
la idea que contiene y proyecta el desarrollo de lo mejor del ser humano.
Que esto sea continuable, que no esté cerrado, no implica abrir el
camino para su anulación. Que es, precisamente, lo se que persigue
desde el Poder con sus servicios doctorados en el fin de las ideologías.
Por esto mismo no vemos al anarquismo como un herramienta. No lo vemos como
algo susceptible de ser usado, algo que pueda ser obsoleto o complementable
con nuevas tecnologías más eficientes, según el momento
y las conveniencias, según, dirían, el desarrollo de las fuerzas
productivas, es decir, según el escenarios de los burgueses. El anarquismo
son los compañeros que lo vitalizan, los que están y los que
ya no, verlos como herramientas utilizables, aprovechables y desechables
es propio de una visión mercenaria de la vida.
No es cuestión de metáforas, creemos que hay una concepción
individualista de las cosas, en ver al otro como un medio para los fines
propios, habilitando al uso como forma de relación. Como por ejemplo,
cuando algunos compañeros dicen que la solidaridad es un arma, valorándola
según una funcionalidad y no como una condición, que por tal,
tiene sus condiciones, como todo.
Somos poco prácticos, lo que no quiere decir teóricos, ¿cómo
podríamos serlo si la vida es más rica que cualquier enunciado?
Con lo que sí no estamos es con el dictado que sentencia “mejor
que decir es hacer, mejor que prometer es realizar”... principio
éste de la argentinidad y el palo, principio fascista.
Y propuestas también tenemos. Proponemos problemas, problemas a solucionar,
soluciones que saldrán a partir de que se conforme un movimiento
anarquista, desprovisto de cualquier influencia liberal o autoritaria, que
proyecte y de forma al único anarquismo posible, radicalizado, intransigente
y beligerante.
Patricio de La Protesta:
Recordamos hoy
a los encerrados, a los muertos de Chicago. Recordamos en ellos la acción
que diariamente el Estado ejerce sobre los explotados del capital. Recordamos
también las palabras, las prácticas de los que fueron encerrados,
de los que fueron muertos, de los que vivieron y viven a lo largo del desenvolvimiento
anarquista. Recordamos el grado de cosificación al que estaba sometido
el cuerpo trabajador, los campesinos, los mineros y los obreros de las fábricas,
de los astilleros. Y las realidades y las necesidades de las que se hizo
cargo el movimiento obrero anarquista, realidades graves, profundas, con
un cuerpo tan denso que cada reivindicación se transformaba en una
batalla, penetradas, la batalla y la reivindicación, por la construcción
de la revolución y la solidaridad de todos los explotados. Recordamos
los sufrimientos que lograron aliviar en tantos países, cada uno
de los explotados lo conseguía negándose a servir y a dominar
a otro, y afirmándose en el enfrentamiento con toda la sociedad capitalista
y los poderes del Estado, unidos por un concepto de humanidad que superaba
a la conciencia de la clase obrera en cuanto a los fundamentos del enfrentamiento
contra el Estado
También recordamos al movimiento obrero que, parado sobre los hombros
de los derechos recuperados, asumió su rol histórico dentro
del proceso de los industriales y el Estado, ya sin posibilidad de salir
de la lógica de explotación, legitimándolo con cada
una de las negociaciones salariales, conformándose ya como factor
de peso dentro del modelo.
La memoria de la sociedad depende en gran medida de los ciclos económicos,
tanto que la cultura y la política son en general producto de los
flujos de capital que buscan por todo el planeta la rentabilidad que les
da la explotación. Son muchas las respuestas ideológicas que
surgen a partir de estas crisis, en apariencia enfrentadas a la represión
y al ordenamiento de la sociedad, y muchas son las que acompañan,
también, a las esperanzas de progreso.
La memoria nunca tuvo tanta relevancia en la sociedad de consumo argentina
como en los últimos tiempos. Una memoria que hacia atrás comienza
con el golpe del ´55, sigue con el peronismo perseguido, Cámpora
y la izquierda, el último Perón y la militancia, la violencia
y la represión de la AAA, el gobierno militar, los desaparecidos,
la democracia y los juicios. Una memoria construida, sobre todo, por la
democracia.
30 años de gobiernos militares y democráticos, período
en el cual implosionan las tensiones de los años precedentes, decantan
en una memoria basada en los desaparecidos reconstruidos por sus compañeros,
y no tanto, a través de la entrada definitiva en el ámbito
institucional, en su pináculo más alto, el poder ejecutivo
del Estado. Una operación destinada a adelgazar el cuerpo social
y hacerlo pasible del dominio de la voz oficial.
Para que tal ingreso ocurriera fueron y son indispensables varios filtros
blanqueadores.
Los objetivos reales de estos filtros son los de blanquear a las instituciones
del Estado. Las Fuerzas Armadas, puestas en el sitio del profesionalismo
por Menem y en el lugar del servicio a la sociedad por Kirchner, son avaladas
por los organismos de derechos humanos puesto que cumplen con el deber para
el que fueron creadas que es defender la Patria y sus recursos. Desde esta
perspectiva civil, la Policía, cuidando al trabajador, llevando al
delincuente al brazo de la Justicia para que sea juzgado, cumple con el
trabajo que la sociedad ordenada le encomendó en sus estatutos ideales.
El Estado juzgándose a sí mismo, declarando imprescriptibles
los crímenes cometidos por las instituciones, es sostenida como una
gran victoria por los derechos humanos. El clímax de la lucha, como
llaman a 30 años de resistencia, es lograr que el poder ejecutivo
ejerza algo de ese autoritarismo proletario que alguna vez soñaron,
y en el mejor de los casos sostienen, al llamar la atención de algunos
jueces que duermen la siesta de la burocracia.
Los filtros blanqueadores sirven también para revelar a la sociedad
los objetivos, las victorias y las derrotas de los desaparecidos en tanto
continuadores de la vida social a través del orden institucional.
Los que hablan por esos canales no dudan, siendo compañeros o familiares,
en traicionar el accionar asumido ideológicamente por esos que resultaron
muertos, exiliados detenidos, atemorizados y aun vivos, cuando soslayan
la violencia ejercida contra la Policía, las Fuerzas Armadas y el
empresariado industrial y político durante esos años por diversas
organizaciones.
Por otro lado, la memoria blanqueadora tiene un objetivo que es, según
lo presentan ellos, el más importante. El Nunca Más. Que nunca
más suceda el Terrorismo de Estado. El peso fundamental de la campaña
por los derechos humanos se dedica a dejar sentado en la conciencia colectiva
que las instituciones democráticas tienen que ser tan fuertes como
para no permitir jamás una nueva dictadura como la de Videla, Massera
y compañía. En realidad, nunca van a permitirse cuestionar
la jerarquía, el capitalismo, el trabajo y la propiedad privada,
razón de las instituciones, como generadores del autoritarismo. Para
ellos, el Juicio absoluto de la humanidad es suficiente para impedir los
males monstruosos del progreso, como la bomba atómica que acabaría
con todas las guerras, como Nuremberg con los campos y genocidios, como
si los juicios, los actos y las marchas pudieran acabar con los Cutral-Co,
Saltas y el más reciente Fuentealba.
Para fomentar la eternidad de las instituciones están las elecciones
y la participación, para eso las marchas con palco oficial y oposición,
para eso el poder judicial bien aceitado, para eso la escuela, para eso
los cuadros descolgados, para eso las desapariciones apariciones de López
y Geréz, para eso los atentados camioneros, todo eso para recordar,
para crear conciencia, como el infierno, de un Nunca Más penetrado
por las instituciones que mantienen a 62.000 seres humanos en cientos de
cárceles, a 20.000 chicos encerrados en diversos institutos, que
matan miles de personas a través de sus “pocos” elementos
no depurados, a miles de personas mutiladas y asesinadas con sus industrias
y puestos de trabajo.
Indefectiblemente, este objetivo mayor en el campo de la política,
el de consolidar las instituciones, guarda en sí el objetivo de consolidar
el poder político sobre las fuerzas productivas, guarda, cuida la
relación con el mundo de la economía. Consolidar el monopolio
del uso de la fuerza para usarlo en representación de los ciudadanos
de bien. Si se tiene en cuenta que los consumidores son los principales
inversores del sistema capitalista periférico de la Argentina, no
es menor contar con una policía y un ejército leales que les
garanticen la comodidad del consumo. Luego, la segundad jurídica
que la coalición internacional exige para desplegar sus saqueos.
Luego la representación, la delegación con mayor confianza
y fervor de los derechos, para que el Estado y las empresas administren
esos derechos con toda la legitimidad que exige el sistema político
moderno, a fin de profundizar el uso y abuso de los cuerpos sometidos a
su nación. Tal es el deber del Estado, el de expandir las fronteras
de la riqueza.
Es de imaginar que los negocios generados por los organismos más
emblemáticos de derechos humanos con el Estado, son motivo de algarabía
suficiente como para sumarlos a los festejos por el mantenimiento de la
democracia; es de imaginar que los compromisos asumidos son un aliciente
más para subirse a los palcos oficiales y a las elecciones que vienen
Es de imaginar que cuando una madre, una madre de la línea fundadora,
responde a la pregunta del periodista que le pregunta si tomaron las banderas
de sus hijos y ella responde diciendo que sí, que es su preocupación,
reivindicar la lucha y sus valores, es de imaginar que nosotros sabremos
cuan lejos debemos estar de la sombra de esos trapos.
En este sentido, y por lo dicho, escapamos a la reducción de la vida
a un cuadro de valores relativos a los movimientos políticos de conveniencia
y establecemos nuestras coordenadas en el recuerdo de hombres y mujeres
y en palabras como las Louis Lingg que dicen: No es por un crimen por lo
que nos condenan a muerte, es por lo que aquí se ha dicho en todos
los tonos, es por la Anarquía, y puesto que es por nuestros principios
por los que nos condenan, yo grito bien fuerte: ¡Soy anarquista! Los
desprecio, desprecio su orden, sus leyes, su fuerza, su autoridad. ¡Ahórquenme!
“Por último hablé yo, que quise decir muchas cosas y no sé cuanto dije. Caótico. Por eso hago un pequeño resumen de cosas que están incluidas en otros artículos. Pese a todo sigue existiendo el caos, que no está del todo mal. Caos y anarquía.”
Amanecer Fiorito
Bueno, lo de
siempre, decir que uno se siente muy bien acá, mirando como transcurre
el mundo es alentador ver gente que está preocupada por las mismas
cosas. Yo tengo la desventaja de que (lo dicho) no va a tener el nivel,
tal vez, de los compañeros que hablaron antes. Lo que pasa es que
no es solamente nivel, es una trampa de ellos que vinieron con algo escrito.
Pero bueno, también tengo la desgracia de no saber leer bien. Pienso
que se acostumbra a venir a estos lugares con el espíritu de sentir
flores, de sentir perfumes, y creo que tenemos que tener también
una actitud critica no solo para la sociedad, sino para uno mismo.
Acá hay un compañero, un periodista que no hace mucho me hizo
una nota en Sudestada, una excelente nota, no por lo que dije yo, que dije
poca cosa, sino por el prólogo fundamentalmente. El compañero
decía también en el prólogo una cosa que es de consenso
general en cuanto a que los anarquistas se pelean entre sí, es decir
que no logran la unidad porque... Bueno los compañeros que hablaron
antes lo han explicado en cierta medida, el tema no es juntar.
En este caso voy a explicar, porque vienen momentos difíciles, nosotros
en La Protesta, yo hace muchos años que estoy... y en la dictadura
estuvimos, no hablamos nunca de esto. Bueno ahora aparecen organizaciones
fantasmas, y bastantes sospechosas. Y otros que uno tuvo relación
y que se tienen que sentir agradecidos con uno, omiten. Muchas veces la
omisión es peor que la mentira, mucho más grave. Esto me toca
a mí personalmente, seguramente lo tengo presente por esto, pero
lo tendría presente por cualquier compañero. Hoy este aparato
(computadora) de chamuyadores de trastienda, de biombo, permite cualquier
cosa, entonces... hay cualquier posibilidad de cosas... muy canallas, muchos
canallas. Y dan hasta una difusión internacional y uno los va viendo.
Acá el problema de los que se fueron, los que quedaron, los que desaparecieron,
no garantiza absolutamente nada. Es decir, simplemente uno tiene un reconocimiento
a la gente que lucha, por supuesto; y en esa historia, en esa redondez hay
de todo. Y bueno, esto me lleva a decir que no hablamos nunca ni siquiera
de nosotros, porque en cierta medida, una cosa que tal vez hubiéramos
tenido que hacer, hubiéramos dicho lo que pensábamos de cada
situación. Entonces por ejemplo parece que el lanzamiento de esta
organización (Resistencia Libertaria) -ustedes posiblemente tengan
noción, porque anden con la computadora, tengan información,
yo no la tenía- termino siendo yo, un negro musculoso -o unos negros-
que agarró del cuello a uno. Una cosa lamentable. Diría que
algún compañero que estuvo del otro lado lo diga, lo digo
porque hay compañeros presentes que estuvieron. Se armó una
discusión, no voy a entrar en los pormenores, por supuesto que yo
estuve de un lado porque entendía y estaba fundamentado... Digo esto
solo, había un hermano mío, un compañero que murió
el otro día, un par de compañeros más, éramos
cinco “contra” “sesenta”, esto lo digo para que
se entienda, y no pasó nada. Primero nos acusaron que fuimos con
fierros, después que los golpeamos y no pasó absolutamente
nada, sino que mi hermano y algún otro, atrás de una burla
a unos compañeros expropiadores porque eran viejitos, los agarramos
del cuello. Estos mentirosos... porque ahora viene la división, pero
hace rato que... ¡y con la policía!. Ojo, hay que leer algunas
declaraciones(1) de, ¿cómo es que se llama?, Mintz(2), ¡es
una cosa de locos!. Las hicieron en España y dice que ahora a sus
marchas las custodia la policía, que la policía le da un número
de teléfono. Estos son los elementos, ya de AUCA, todos estos.
Le digo a Gabriel si lee esta nota que hizo un compañero piquetero(3).
Inmediatamente los del AUCA, los que ahora son kirchneristas y que tienen
que ver con esta red -porque en esta red hay muchos pescados y pocos peces-.
Entonces fueron... no tuvieron más que agarrar el periódico
La Protesta, a denunciarla como si fueran a la comisaría, fueron
ahí (a la dirigencia piquetera) y lo acusaron a éste compañero.
Terminaron de kirchneristas por supuesto(4). Es un componente esa red, bastante
extraña y... digo esto porque me están sacando en unos publicados
internacionales, porque se mueven, son turistas internacionales: cazan de
acá, de allá, de allá, en nombre de... bueno. Entonces
por ahí sacan que yo los golpeé, digo, ¿qué
pobreza no?, no decir, no salir, por lo menos si me tienen idea, a decir
“¡pero ese negro de mierda qué me va a golpear!”
¡Alguna dignidad mínima compañero! Yo ponía en
una nota por ahí: son paraestatales, seguramente que lo son... Bayer,
¡Osvaldo Bayer! que en la película dice que Lenin tuvo que
matar a cincuenta mil anarquistas, que en un libro escribe que ningún
general en la Historia mató tantos anarquistas como Trotsky y después
hace una galería de los grandes hombres y los pone a los dos. Habiéndose
lanzado su conocimiento, dándose a conocer y demás, por una
supuesta ética anarquista. Trajeron ayer un prólogo de un
libro que le editaron ya hace rato, ¿quién lo prologa? El
hijo de Gorini, Gorini, Floreal Gorini, que fue el candidato del Partido
Comunista -en elecciones anteriores- ¿quién se lo publica?.
Banco Credicoop.
Ahora, que los trotskos digan que a los anarquistas hay que matarlos es
comprensible, vamos a tratar de defendernos, lo otro es de traidores y...
los que lo llaman, esto es una cosa jodida, mucho peor. Entonces la cosa
viene por ahí con nosotros, no es incomprensión, es el elemento.
Nosotros somos un puñadito de gente acá, que parecemos inofensivos,
es decir el Poder es tan avasallante, ha desarrollado tanto, que parece
imposible doblegarlo. Pero el Poder despliega tanta fuerza, justamente por
su debilidad, a su vez su fuerza, su demostración de fuerza, es una
demostración de debilidad. Tienen estudiosos del futuro, entonces,
¿qué amenaza todo esto? Lo demás es neutralizable,
todo lo autoritario entra en el diálogo. Nosotros no vamos a renunciar
nunca al concepto de explotación del hombre por el hombre, nunca
vamos a aceptar ese tipo de cosa, es decir, no hay transa con nosotros,
aunque nos digan que algo es imposible, y aunque nos convenciésemos
que es imposible, vamos a morir peleando por eso. Entonces a todos esos,
que de última si uno los rastrea, bueno... no hay más teoría
que la práctica -no hay mas teoría con coma y sin coma-. Acá
el problema es esto, de gente que esté dispuesta a jugar y que no
se acomode a cualquier situación. Son lamentables, es decir, ojo
que soy respetuoso con gente progresista, no comparto su criterio pero la
respeto muchísimo por convicción, sino, no respeto a estos
estafadores, estos canallas, esta estafa que significa un montón
de gente hablando determinada cosa. La ideología no es una abstracción,
la ideología está hecha con letra de sangre, de cada uno de
nosotros, de la gente que fue al frente, no es una abstracción aparte
de nada: “Soy esto acá y eso allá”. Muy pobre
todo esto y entonces nosotros no somos irascibles, al contrario, tenemos
la necesidad inmediata de una mano fraterna, pero intentamos ser dignos,
tener dignidad. La cosa pasa por ahí, estamos dispuestos a discutir
con cualquiera, tenemos nuestra verdad como decía el compañero,
nuestra verdad fundamentada, ¿por qué no? Tal vez los demás
puedan demostrar que estamos equivocados ¿por qué no?, pero
desde su posición, no menoscabando, distorsionando la idea con cincuenta
componendas personales, bajar la idea a nivel de rengueras personales y
de necesidades personales, de pobreza y de impotencia. Nosotros somos finitos,
nos empujan y nos caemos, pero somos inmensos también, el problema
no es dar la vida por cualquier cosa... dan la vida los pibes, la dan porque
están ahogados por todo y se suicidan. Imagínense una generación
de muchachos, extraordinarios, de otras ideologías, subordinados
a un hijo de puta como ese que rajó siempre, un traidor como ese
Perón. ¿Cómo puede ser esa mentalidad?, entra el concepto
de Dios, como baja hasta nosotros, somos adoradores de algo y ahí
somos capaces de dar la vida. En definitiva lo que termina siendo que es
mucho mas difícil -digo en ciertas condiciones por supuesto, porque
hay camaleones que se adecúan a cualquier cosa- es mucho más
difícil cargar con el esqueleto que dar la vida en un segundo. Porque
invariablemente, como en los barcos, las ratas empiezan a rajar para cualquier
lado, siempre son minorías que van quedando. Quiero decir esto porque
a veces uno no se acerca a determinadas cosas, aparece como belicoso, lo
difaman. Pero a uno no lo pueden difamar, uno los molesta con la presencia.
Yo con ellos no quiero ni hablar, ¿qué voy a debatir?... madre
de desaparecidos, pero no comulgo con la universalidad de “mi madrecita
santa”, una tipa -después de los ataques puedo decir esto,
fui cuidadoso- subvencionada por el Estado francés, acá cobraron
guita (indemnizaciones del Estado), andan dando vueltas, le piden a la policía
francesa que no dejen escapar a los torturadores, le piden a la policía
argentina, a la S.I.D.E.(5)... Entonces no hablemos de anarquismo, no hablemos
y pongamos claro. Digo esto porque tenía necesidad de decirlo, porque
sino... da hasta asco hablar, me revuelve el estómago, y bueno las
cosas transcurren como transcurren, disculpen todo esto. Yo vuelvo a decir
que estoy totalmente agradecido a la gente, realmente ayer... estoy muy
muy delicado de salud y bueno... por ahí voy a hablar el primero
de Mayo, y por ahí “muero como un mártir”, hablando,
que sé yo... pero parece que no, y no es así porque los veo
a todos ustedes y porque me da fuerza y porque sigo creyendo, y mi convicción
es para siempre. Nada más.
(1)
Dichos de Frank Mintz publicados en “El Solidario”
(España) n° 12, Primavera 2006:
«(El Solidario) -En España no es habitual formar servicios
de orden por las organizaciones libertarias, aunque sí por las marxistas.
Según acabas de decir, en Francia sí los formáis. ¿Qué
funciones tiene ese servicio de orden?
(Frank Mintz) -Sí, allí el grupo de servicio de
orden tiene funciones de control del tráfico, para impedir que los
coches atropellen a los manifestantes; o de protección contra agresiones,
etc.
La policía sabe que hacemos esto, y en cada manifestación
ponen un coche de policía al principio y otro al fin de la manifestación.
Al comenzar ésta, un comisario se pone en contacto con la persona
que ha solicitado la manifestación y le proporciona un teléfono
para que le llame si hay algún problema.»
(2) Pareja de María Esther Tello.
(3) “Piqueteros”, en La Protesta n° 8223,
marzo-abril 2004, reproducido nuevamente en el actual n° 8234, junio-julio
2007:
«PIQUETEROS»
«El gobierno
ha implementado una estrategia que es la de jugar con el error del contrario,
es decir, espera que se produzca el error y luego ataca. Apela al desgaste
y al decantamiento que hoy van produciendo los métodos de protesta
de los movimientos piqueteros -de este desgaste mucho tienen que ver los
sectores del propio movimiento-.
Por otro lado conoce a fondo las estructuras de todos estos movimientos,
sabe quién es quién, sabe muy bien vida y obra, y las diferencias
que causan la división, que dicho sea de paso, son diferencias casi
imposibles de limar.
El gobierno también maneja los medios de comunicación y dirige
la información inventando o tergiversando, genera “opinión
publica”, la hace eco de su pensamiento.
Por otro lado, sabe que el clientelismo político, está fuertemente
arraigado en el Gran Buenos Aires y que el manejo de los planes se presta
para eso y apuesta a eso, a que sean punteros piqueteros los que distribuyan
los planes, obligando a los propios movimientos a ser dialoguistas, porque
para poder manejar los planes, la mercadería, o algún dinero
para algún proyecto, hay que dialogar y acordar en buenos términos
con el gobierno.
Con estas diferentes tácticas, va desviando las luchas, tirando un
poco de agua en los incendios, esperando que “pisen el palito”,
que aquellos que rompan el diálogo caigan en el aislamiento, porque
a eso también apuesta, y fuerte, al aislamiento, tanto de los movimientos
que producto de esos “acuerdos” quedan conformes como del aislamiento
de los inconformes. Y hoy no reprime no porque no quiere reprimir, sino
porque hoy tiene la certeza de que lo puede solucionar de esta manera, sin
tener que tirar balas.
Últimamente ha agregado una táctica más que es la de
generar hechos que infundan o desparramen el miedo o que generen mala imagen,
estos hechos son bien armados, como el atentado del 20 de diciembre, los
afiches de la Cámara de Comercio, la paliza de los “piqueteros”
al taxista, que, dicho sea de paso, bajaron de un patrullero.
Empezar a comprender esa estrategia e ir en el camino de desarticularla,
es una cuenta pendiente, ya que de no ser así, terminaremos aceptando
el rol que el gobierno quiere que tengamos, administradores de la pobreza
y sostenedores de esta sociedad de mierda.»
«Z.
F.
Delegado piquetero del M. T. R.»
(4)
Ver ¡Libertad! n° 42, mayo-junio 2007, “Arriba,
uno de los que lucha”
(5) Publicado en “En la calle”, periódico de
O.S.L., n° 54, marzo de 2005:
“En Francia, Esther Tello le pidió a Kirchner que no impidiera
la extradición de los genocidas inculpados en la causa de los franceses
y que facilitara el trabajo del Equipo de Antropología Forense (EAF).”
ACERCA DEL ARTÍCULO “REINVENTANDO LA HISTORIA: EL PASADO FICTICIO DE RESISTENCIA LIBERTARIA” VOLVER
Debido a la gran cantidad de opiniones a favor y en contra del artículo que incluimos en el anterior número (42) de ¡Libertad! que fueron publicadas en diversos foros de Internet, decidimos responder a la única intervención -rescatada entre decenas- que intentó objetar seriamente y respetuosamente los argumentos de dicho artículo. A continuación la contestación del autor. Ambas fueron publicadas en el portal de contra información “Kaos en la red”*
El poder de nominación
El debate se
dificulta cuando el eje pasa a ser la defensa, contraataque, y descalificación
del interlocutor. Ciertamente, el artículo de los compañeros
de Libertad despertó reacciones en más de un foro, y con razón.
En las intervenciones de estos foros, se contesta que “nadie argumenta
o refuta las ideas planteadas por el artículo”. Lo que quizás
en un sentido sea cierto. Pero esto es porque un artículo cuyo ejes
centrales son:
1- La acusación abierta de una “operación política”
de grupos “que se dicen” anarquistas para “apropiarse”
de los muertos de una organización que actuó en los 70´;
2- un desarrollo argumental para mostrar “cuan poco anarquistas”
son unos u otros, una suerte de “poder de nominación”
para dividir aguas entre “verdaderos y falsos” anarquistas;
lo primero que despierta es indignación, lo cual desdibuja el centro
del debate.
No se puede dejar pasar que compañeros de ideas se dediquen tan sistemáticamente
a decir quién es anarquista y quién no, como una policía
ideológica. Si el desacuerdo pasa por la “herejía”
de tomar los aportes teóricos, conceptuales, y analíticos
de otras corrientes del socialismo, entonces el mismo Bakunin fue un hereje,
al traducir al ruso obras de Marx, y al compartir el espacio de la I Internacional.
¿Resistencia Libertaria deja de ser anarquista por tomar el concepto
“Guerra popular y prolongada”? Por favor compañeros,
seamos serios... Polemicemos con elementos más sólidos que
la pureza doctrinaria de la bibliografía utilizada. Los anarquistas
tenemos que acudir SIN DUDAS a los desarrollos de teoría económica,
análisis sociológicos, y propuestas conceptuales de autores
que se reivindican marxistas. ¿Esto es una herejía imperdonable...?
Antes que discutir en estos términos, demos el debate sobre los elementos
teóricos, organizativos, y políticos que necesitamos para
ser una fuerza viva en la lucha de clases. ¿Vamos a buscar los textos
de José Ingenieros? ¿Ese destacado positivista argentino,
que esbozó conceptos racistas y desarrollos sobre criminología
explicando que hay razas inferiores proclives al delito? ¿Por qué
escandaliza tomar un concepto de teoría político militar como
guerra popular prolongada (que puede ser acertado o no en determinada coyuntura
histórica, y eso sí es un debate más serio a dar) y
no que una “biblioteca anarquista” lleve el nombre de un intelectual
positivista?
Dirán que el problema es más amplio que un concepto o aporte
teórico. Entonces vayamos a lo importante: la práctica política.
Resistencia Libertaria tomó una opción organizativa: la “organización
de cuadros”, cierta mecánica decisional, criterios de ingreso,
mecanismos de seguridad, y relación con otras fuerzas políticas.
Creo, compañeros de Libertad, que aquí habría que discutir
la eficacia política de esta propuesta, pero ineludiblemente aludiendo
al contexto en que se desarrolló (escalada represiva, desarrollo
de organizaciones armadas revolucionarias, así como paramilitares)
y no desde el puro principismo. Más todavía: si esa forma
de organización es válida para los anarquistas de HOY. Entiendo
que no acuerden con este tipo de organización, y se debe debatir.
Lo que me parece nefasto es descalificarla a priori y endilgarle un carácter
“no anarquista” por los inevitables mecanismos de delegación
y clandestinidad que marcaron su accionar. ¿Acaso al grupo “Los
Solidarios” podía entrar cualquiera? ¿Sus atracos y
acciones armadas las sometían a una asamblea? ¿La columna
Durruti no tenía “líderes” o autoridad, algo que
tanto rechazamos? Si me dicen que Durruti no era anarquista, aquí
ya pierde sentido seguir debatiendo...
Pero lo verdaderamente nefasto es la acusación de operación
política, y eso de querer apropiarse de los muertos... Aquí
los compañeros de Libertad muestran un nivel de prejuicio y agresión
sobre el que cuesta asentar un diálogo franco y abierto, si es que
los compañeros esperan eso de un debate.
Reivindicar a los caídos en la lucha por el socialismo, apropiarse
colectivamente de una historia, un pasado, y la construcción de símbolos,
son para ellos malintencionadas operaciones de tergiversación y oportunismo.
Desde la secundaria, me manifiesto todos los 31 de marzo y siento a los
30.000 compañeros/as desaparecidos como propios, como parte de la
historia que hay que seguir. Nunca supe si entre ellos había o no
anarquistas, lo cual me parecía secundario para el sentido de reivindicación
de la lucha. Y no cualquier lucha, como decía un compañero
antes, sino una lucha decidida y consecuente hacia el socialismo. Encontrar
un antecedente anarquista entre esa generación de luchadores/as,
reivindicarla y reconstruir su historia como parte de la memoria colectiva
les parece una operación. No me queda más que tristeza por
su mala fe... Hasta sacan cuentas de los muertos y desaparecidos, como si
tuviera trascendencia si fuera uno o cien, acercándose (seguro sin
querer) al mismo esquema argumental de los fascistas que dicen que no fueron
30.000 sino mil y tantos nada más...
Un compañero aleja al anarquismo de la “izquierda”. Si
bien su origen alude a la asamblea de la revolución francesa, su
significado se construyó como la expresión de las fuerzas
“motorizadoras de la historia”, en pos de cambios revolucionarios
progresivos, emancipadores de la humanidad... Agotado el carácter
progresivo de la burguesía en la lucha por sepultar el antiguo régimen,
en la “izquierda” no queda más que las fuerzas socialistas
y que expresan a las clases trabajadoras. Si los anarquistas no estamos
a la “izquierda”, entonces me empiezo a preocupar...
¡Salud!
Cualquiera, (1 de junio de 2007)
RESPUESTA
Frente
a tantas reacciones indignadas originadas por el artículo “Reinventando
La Historia: el pasado ficticio de Resistencia Libertaria” es
necesario hacer algunas aclaraciones:
1- Si bien es cierto que uno de los ejes centrales es evidenciar
una operación política de parte de ciertos grupos, lo que
se subraya no es la apropiación de los muertos -apropiación
que de nuestro grupo no nos interesa- sino la pretensión de competir
entre ellos por tomar un referente acríticamente, convertirse en
herederos de ese referente (lo cual no es algo criticable en sí mismo)
y dividir las aguas entre un anarquismo combativo, popular y clasista (ellos)
y un anarquismo intrascendente, inocuo y antipopular (el resto). Esta dicotomía
está expresamente planteada en el artículo al que se hace
referencia, por lo tanto, los comentarios sobran.
2- La pretensión de dividir entre verdaderos y falsos
anarquistas que se atribuye a Libertad es también aplicable entonces
a estos grupos, en especial a Red Libertaria, ya que la dicotomía
entre el anarquismo popular que planteaba Resistencia Libertaria y el anarquismo
que renunciaba a la lucha de clases del resto, implica una división
de aguas entre verdaderos y falsos, no sólo para proclamarse herederos
de una línea sino para “imponer su predicamento entre el resto
del movimiento”. El problema entonces consiste en que el
referente que ellos toman acríticamente incide en como vamos a proponer
HOY una alternativa anarquista de lucha contra el Capital
y el Estado.
3- No se pretende afirmar en el artículo cuán
poco anarquistas fueron los miembros de Resistencia Libertaria, sino que
se hace una crítica a la versión de López Trujillo
y M. E. Tello acerca de lo que fue esta organización. Si las ideas
de Resistencia Libertaria abrevaban en el maoísmo no es un dato menor
ni un pecado de juventud típico de todas las organizaciones de los
‘70. El concepto de Guerra Popular Prolongada de Mao Tsé-Tung
implica validar lo que desde el terreno militar se denominaría como
ciertas tácticas y estrategias (aunque como anarquistas es preferible
hablar en términos de medios y de fines). Las tácticas
y las estrategias no están divorciadas de lo ideológico y
más aún cuando hablamos de ideologías diametralmente
opuestas como el anarquismo y el maoísmo (quien crea que no lo son,
debería argumentar por qué). Una G.P.P. requiere
en algún momento la formación de un Ejército Popular,
concepción que es contradictoria del anarquismo, lo cual se demostró
en la dicotomía entre ejército y milicias en la Revolución
Española (cuando se impuso el ejército, se eliminó
a los componentes anarquistas y finalmente venció el enemigo). También,
los conceptos de poder popular y poder obrero, implican
una visión del poder que desde el anarquismo es muy difícil
de sostener o justificar, especialmente cuando desde el anarquismo siempre
se combatió la idea de poder. Más bien lo que siempre propugnamos
fue la destrucción de todo poder y nunca el surgimiento de nuevas
formas de poder. Sumado a una concepción organizativa propia de los
partidos marxistas (llegando a plantear la posibilidad de fusión
con elementos leninistas), el anarquismo de Resistencia Libertaria se nos
figura cuando menos, dudoso. Esto no quiere decir que ellos no lucharan
sinceramente por el anarquismo, sino que muchos de sus planteos no tenían
nada que ver con el anarquismo y sí tenían mucho que ver con
otras ideologías. No somos policías ideológicos del
anarquismo; por el contrario, nos resistimos a incorporar elementos provenientes
de ideologías policíacas al anarquismo.
4- Los anarquistas no necesitamos acudir SIN DUDAS a los
análisis económicos de los marxistas, es más, deberíamos
descartarlos por completo, y por varias razones: a) el
materialismo dialéctico y el materialismo histórico no son
teorías científicas, como pretenden los marxistas; b)
los análisis marxistas han demostrado su ineficacia para analizar
la realidad y han demostrado una ineptitud aún mayor cuando aplicaron
sus soluciones; c) los marxistas han demostrado una estrechez
y un determinismo incapaz de abarcar las complejidades de la vida social,
relegando elementos tan importantes como la política, la ideología,
la religión, los medios de comunicación, los significados
y los símbolos a una superestructura determinada por la economía.
Algunas de las limitaciones del marxismo ya había sido advertidas
por Fabbri, Malatesta, Rocker y Kropotkin, estos dos últimos opositores
declarados del método socialista “científico”
dialéctico; d) José Ingenieros nunca fue
anarquista, sino que fue dirigente socialista y su positivismo no lo justificamos
ni siquiera como un producto de su época. Paradójicamente,
los grupos como O.S.L. (se reunía en ese predio) y Red Libertaria
(que se tomó la Biblioteca casi como su local partidario) se vincularon
siempre al local que se hace referencia, mientras que nosotros nunca tuvimos
relación con ellos. De todos modos es importante aclarar que el nombre
se lo pusieron los socialistas y no los anarquistas, aunque si quieren o
no cambiar el nombre es su problema y es llevar la discusión por
otro camino; e) Bakunin tradujo obras de Marx, eso no lo
convierte en marxista, nadie lo duda. Es justamente porque alguna vez
se sentaron juntos en la Primera Internacional, que se produjo una división
cada vez más profunda entre ambos movimientos socialistas (estatistas
y anarquistas). En esa época no se sentaban juntos porque eran todos
de izquierda -término que no utilizaban para referirse
a sí mismos- sino porque eran socialistas y aún se discutía
la cuestión de la toma del poder del Estado o si era conveniente
la destrucción del mismo. Las diferencias no eran una cuestión
menor, ni el autoritarismo de los socialistas marxistas un invento bolchevique.
Veamos como se dirigía Engels a los bakuninistas: «si en
lugar de ser burgueses, periodistas, etc., fueran obreros, o si hubieran
estudiado solamente un poco las cuestiones económicas y las condiciones
de la industria moderna, sabrían que ninguna acción común
es posible sin la imposición a algunas personas de una voluntad extraña,
es decir, de una autoridad. Ya sea la voluntad de una mayoría de
votantes, de un comité director o de un solo hombre, será
siempre una voluntad impuesta a los disidentes; pero sin esta voluntad única
y dirigente, ninguna cooperación es posible» (“Carta
a Pablo Lafargue”, 30 de diciembre de 1871). No se puede argumentar
la inclusión en la izquierda fundamentándose en un supuesto
pasado idílico entre anarquistas y marxistas que jamás existió,
sino que fue una convivencia conflictiva e intolerante. El término
izquierda surgió nuevamente en España asociado a
la república democrática incluyendo también a los socialistas
burgueses. También había sido utilizado despectivamente por
Lenin como sinónimo de infantilismo revolucionario, para atacar precisamente
a los anarquistas y socialistas disidentes del PC. En el mayo francés
de 1968 los estudiantes retoman con ironía esta idea de Lenin -convertida
en dogma por el estalinismo- y se reivindican izquierdistas. Si bien luego
de las masacres en Rusia y la traición de los comunistas y socialistas
en la revolución española la separación entre socialistas
autoritarios y anarquistas se convirtió en un abismo, esta asociación
del anarquismo con una izquierda cada vez más integrada lo único
que ha logrado es involucrarnos con un tipo de política reformista
y colaboracionista que va en contradicción con las ideas anarquistas.
Creemos que el anarquismo tiene que dejar definitivamente de considerarse
como integrante de la izquierda, porque esos criterios son válidos
dentro de los parámetros del sistema y el Estado, y esta es una postura
que cada vez está creciendo más dentro del movimiento. Creer
que en la izquierda “no queda más que las fuerzas socialistas
y que expresan a las clases trabajadoras” demuestra un desconocimiento
total de la realidad, cuando en ningún momento de la historia las
izquierdas de todo tipo compartieron tanto posiciones de poder, de engaño
y de expoliación de las clases populares como en el presente, cuando
nunca estuvo más integrada al sistema de explotación y dominio.
Por otro lado, el estalinismo, el trotskismo, el castrismo, el leninismo,
el eurocomunismo, el socialismo democrático, el nacionalismo y el
populismo antiimperialista, así como centenas de partidos y movimientos
forman parte de la izquierda que lucha por alcanzar el gobierno del Estado,
¿tenemos que aliarnos a nuestros enemigos, con aquellos que fueron
tan eficaces como la derecha en el exterminio de los anarquistas?; f)
Lenin se refería a los anarquistas de la siguiente manera: «La
concepción del mundo de los anarquistas es la concepción burguesa
vuelta del revés. Sus teorías individualistas y su idea individualista
están en oposición directa con el socialismo» (en
“Socialismo y anarquismo”, 7 de diciembre de 1905).
Considerar al anarquismo como una ideología burguesa (algo que ya
habían hecho hasta el hartazgo Marx y Engels) es ubicarlo dentro
del campo enemigo. Si tomamos en serio el considerarnos parte de la izquierda
debemos tener en cuenta que para los marxistas nos ubicamos al lado de los
burgueses, es decir, a la derecha del socialismo marxista. Para estos nada
se encuentra a su izquierda; por eso, siempre han vinculado a todos aquellos
movimientos que se les oponían desde el campo revolucionario como
aliados concientes o inconscientes de la burguesía y desde el poder
los reprimieron consecuentemente. Esta situación se dio en la Rusia
bolchevique, en la Cuba del Che y en la Venezuela bolivariana actual. ¿Acaso
ellos no nos consideran dentro del campo del enemigo? ¿No es inevitable
que nos traicionen una y otra vez?
5- La eficacia de una propuesta política no puede
ser evaluada de forma desligada de los principios ideológicos sobre
los que se asienta. Si se nos traslucen eficaces la participación
en elecciones, la participación en frentes de izquierda, la conformación
de estructuras de poder, el etapismo revolucionario, la colaboración
con esferas de poder o la participación en dictaduras del proletariado
o gobiernos de los de abajo -por ejemplificar solo algunas de las propuestas
que se hicieron dentro del movimiento a lo largo de la historia- la eficacia
de la propuesta tal vez no se ponga en duda, aunque sí el contenido
anarquista de la misma. Si utilizamos el contexto histórico
como justificativo, podemos justificar cualquier cosa que se nos ocurra,
inclusive el caso de que una biblioteca anarquista lleve el nombre de un
positivista racista como José Ingenieros. Un contexto histórico
puede obrar como atenuante, en el mejor de los casos, pero no justifica.
Podemos comprender el apoyo de Kropotkin y otros compañeros de renombre
a los aliados en la Primera Guerra Mundial si atendemos al contexto, pero
justificarlo es harina de otro costal: de hecho Malatesta no lo hizo y fue
crítico a esas posturas (¿eso lo convierte en un purista principista
o en un anarquista consecuente?).
6- No recusamos la organización de Resistencia Libertaria
en función de su clandestinidad sino por los fundamentos ideológicos
sobre los que se sustenta su organización: el partido de cuadros.
Volvemos a la cuestión de los medios y los fines: toda organización
es un medio para alcanzar un fin. Si los medios no son congruentes con los
fines, estos nunca se alcanzarán. Un partido de cuadros no es un
tipo de organización cuyos principios estén de acuerdo con
la finalidad del anarquismo, aunque sí es congruente con el objetivo
de tomar el poder. Por eso es que rechazamos esa forma organizativa. Los
Solidarios, los anarquistas expropiadores argentinos y otros grupos que
actuaron clandestinamente, no lo hicieron desde organizaciones estructuradas
como partidos de cuadros sino desde grupos no políticos y de
acción clandestina que tenían un papel secundario, mientras
que las organizaciones de masas -la FORA, la CNT-FAI, etc.- llevaban el
protagonismo de la lucha. Estas grandes organizaciones nunca subordinaron
su accionar a los grupos de acción, y tampoco estos grupos nunca
tuvieron un proyecto de crecimiento como organización política
de “proyección nacional”. Eso torna insostenible una
comparación entre Resistencia Libertaria y los grupos expropiadores,
mucho menos con las columnas anarquistas de 1936, que eran milicias solamente
y creadas por la eventualidad de una guerra revolucionaria muy particular.
Tampoco tenemos por qué ser obedientes con los liderazgos y la autoridad
-que no negamos pudiese existir en estas columnas- desde el presente, como
tampoco reivindicamos la lamentable participación gubernamental de
los cuatro ministros anarquistas en el gobierno republicano. Los errores
graves no se convierten en aciertos por el simple hecho de que hayan sido
cometidos por anarquistas indiscutibles como García Oliver.
7- La operación política no pasa por la reivindicación
de los muertos, los desaparecidos o la lucha por el socialismo. Esta consiste
en inventar un pasado, tergiversar una historia para su aprovechamiento
político en el presente. Las apelaciones indignadas al uso de la
calculadora -uso que no hizo falta- demuestran el mismo desinterés
por conocer la verdad que se manifiesta en los artículos. Sólo
pedimos que se diga la verdad, que no queden en una nebulosa las cifras
ilusorias que proponen López Trujillo y Tello. De todos modos, sacar
cuentas de los desaparecidos anarquistas es lo que hicieron Tello y López
Trujillo primero que nadie, sólo que lo hicieron mal, y no precisamente
por no saber matemáticas elementales. Si existió un error
en lo expresado, hubo decenas de oportunidades para rectificarlo y nunca
lo hicieron, como tampoco ninguna de las organizaciones que pretenden aprovechar
la situación. Y exigir que se diga la verdad no puede ser comparado
con la intencionalidad de reducir la carga de los crímenes cometidos
que hace la derecha. No queremos reducir el número de muertos y desaparecidos
que tuvo R.L. sino que se diga lo que realmente pasó; ¿o tendremos
que creer que si el “esquema argumental de los fascistas” tiende
a minimizar el número de asesinados por el Estado, nuestro “esquema
argumental” debería exagerarlos? Eso sí que es nefasto.
Y además, si se pretende reconstruir la historia de una organización
clandestina deberían conocerse algunas de esas acciones, tal como
ocurre con el resto de las organizaciones clandestinas que operaron antes
y durante la dictadura. El insistir en la clandestinidad y en el carácter
armado de la lucha de R. L. sin mencionar una sola de sus acciones genera,
por lo menos, dudas acerca de la cantidad y la envergadura de sus acciones.
¿Qué evaluación crítica se puede hacer de una
organización sobre la cual se conoce poco y nada? ¿Y por qué
se nos exige esa evaluación a quienes nunca acordamos con esa clase
de organizaciones ni ideas, en vez de exigírselo, en cambio, a quienes
hacen la hagiografía acrítica del “anarquismo revolucionario
y clandestino”?
Nuestra intención no pasa por debatir con los oportunistas ni con los mentirosos. Más aún cuando no esgrimen ningún tipo de argumentación que no sea la descalificación. Pero lo que sí pueden hacer -quienes deban hacerlo- es rectificar los errores, hacer una evaluación crítica de lo ocurrido. Si creen que son los únicos referentes revolucionarios del anarquismo, no nos concierne y si quieren reivindicar a R. L. tal como fue, pero sin repetir su experiencia, deberían hacer su aporte crítico aclaratorio para discutir sin dobleces como deberían ser las formas organizativas HOY. Si quieren hacerlo seriamente, bienvenido sea. Y las bajas intenciones que nos atribuyen aquellos que se repiten en desolados lloriqueos, pertenecen al terreno de su subjetividad ofendida.
P. Rossineri
*http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=34748
ESTRATEGIA CONTRA EL ANARQUISMO VOLVER
“Si para vivir se debiera renunciar a la razón y a los fines de la vida, si para defender la revolución se debiera renunciar a las conquistas que constituyen el fin primordial de la revolución misma, sería preferible entonces ser vencidos honorablemente y salvar las razones del porvenir, que vencer traicionando la propia causa.”
Errico Malatesta
Nos
llega un folleto, editado en 2004, en Europa, bastión de la democracia
más refinada, de la explotación más pulcra y del individualismo
más promovido. Se titula “Más allá de nuestras
narices”, con subtítulo “Un acercamiento a la
estrategia”. Un folleto del que no se puede pasar de las primeras
páginas, no hace falta, se huele el resto. Es un tratado tendiente
a rescatar cierta concepción militar para que los revolucionarios
la hagan propia. Está dirigido al anarquismo y “afines”,
porque el resto, desde sus orígenes, ya ha hociqueado en aquello.
Táctica y estrategia son conceptos militares, de
ahí vienen y hacia ahí van, porque, como la costumbre hace
la ley, los conceptos hacen a la concepción y estos, particularmente,
hacen a la conscripción. Pretender que la adopción de ideas,
mecanismos o actitudes puede realizarse haciendo abstracción de las
implicancias, consecuencias y tendencias inherentes a ellos, es negar la
relación entre las cosas e introducir valoraciones y visiones propias
de las instituciones represivas.*
Reducir la vasta y profunda cuestión humana a una mera relación
de fuerzas es llamar a la efectividad y a la eficiencia como valores a partir
de los cuales deberíamos posicionarnos y, en tanto, es pisotear cualquier
actitud ética con las botas de «el fin justifica los medios».
Es la emulación a los poderosos, recomendación de quienes
ven a la Revolución como una forma de campaña marcial en la
que la optimización de los recursos y la disposición de estos
es lo que definiría el triunfo de la causa. Si los opresores tienen
las riendas de la sociedad, el planteo es aprender de ellos para contrarrestarlos.
Si la táctica y estrategia es la disciplina y doctrina
que los Estados desarrollaron para garantizar la conquista y el dominio,
la recomendación es valernos de la “ciencia de la guerra”
para, como ellos, economizar esfuerzos. Un reflejo, una imagen especular
del Poder, igual pero invertido, un “contra”poder, con su “contra”espionaje,
su “contra”política, sus “contra”operativos,
su “contra”ejército... Una competencia de astucias, por
no ser menos.
Como en España del ’36: hacer de la Revolución una Guerra
civil, estrategia contra estrategia, generales contra generales, militarizar
la rebelión y enterrarla. Como el plataformismo: uniformidad, comité
ejecutivo, partido, disciplina (peor aún: autodisciplina, con voluntad);
a imagen y semejanza del Partido bolchevique.
Dice el folleto en la segunda página: “Este texto pretende
ser una provocación para que, quienes se han reconocido en el bando
proletario de esta guerra social, tomen en cuenta la estrategia. Prepararse
para las amenazas que vienen o explotar las oportunidades que se presentarán
depende de que conozcamos y nos aprovechemos bien de los mecanismos de la
estrategia.” Una visión bien utilitaria, oportunista y
calculadora, donde la ética termina siendo un “error táctico”
y lo valorable es lo que sirve en “el campo de batalla”... bien
político, bien castrense.
“La estrategia consiste en planificar nuestras actividades de
manera inteligente. Planificar ayuda a tomar decisiones posteriores, reduce
riesgos y nos aporta ventajas sobre el enemigo”. Podría
decirse que es el segundo mandamiento de una empresa, de un partido político
o de la gendarmería; el primero es explotar y reprimir.
La táctica y estrategia fue llevada a un plano
sistematizado, estudiado y teorizado, con fines prácticos obvios,
por el militar alemán Carl von Clausewitz. Él acuñó
los conceptos de táctica y estrategia; a él
se lo deben, quienes los toman. Desde este militar prusiano se basaron los
Estados para mejorar los ejércitos y, entre otros, se basaron Marx,
Engels, Lenin, Mao... El político es el continuador del militar con
“otros” medios.
Podrían, quienes recomiendan el “acercamiento a la estrategia”,
recomendar la lectura de los tratados de los mejores generales, para aprender
de ellos; aconsejar acudir a los archivos militares, o mejor, hacer la carrera.
O podrían seguir las enseñanzas del máximo exponente
hoy de la táctica y la estrategia -en cualquier
campo; sea económico, político o militar-, la institución
que más ha aprendido y desarrollado ese “arte”, la mejor
en ese terreno, la madre de pros y “contras”, la más
perfeccionada y experta: la CIA.
“Un acercamiento a la estrategia”: una estrategia del Poder para formar filas.
A.G.
*Estratego era el nombre que recibía el jefe máximo de la tropa en la Grecia antigua, cuna de la civilización occidental, es decir, de la democracia -directa o indirecta- como la óptima aliada de la esclavitud.
LA “CAMARADERÍA LIBERTARIA” VOLVER
Ante la recurrente exigencia de “amplitud libertaria” que se le demanda a la ideología anarquista, a fin de diluir una potencialidad revolucionaria en el caldo de democracias y “contraculturas”, ejemplificamos dicha recurrencia comentando un artículo publicado en “El Libertario” N° 55, julio de 2004, “Publicación de la Federación Libertaria Argentina”, titulado “El «compañero comisario»”, escrito por Chacopampeano. Transcribimos casi todo el artículo:
«A
principios de abril pasado estuve en Santa Fe, y aprovechando mi visita
me recorrí media ciudad distribuyendo la publicación que los
compañeros de la FLA me hicieron llegar para tal fin. En mi periplo
llego a una dirección, en donde me informan que el hombre al que
le quería hacer llegar el periódico había muerto hace
unos años.(...)»
«Unas semanas después, y llego a Buenos Aires, visitando
la biblioteca José Ingenieros, otro compañero me cuenta que
dicho muerto fue, efectivamente, un policía y un compañero.(...)
Di Filippo resultó ser un comisario de la policía santafesina
en el gobierno provincial de Luciano Molina por el partido Demócrata
Progresista. Cambio de gobierno mediante, deja (o lo dejan) su puesto policial.
Tiempo después, no sé cuando, abrazó la causa libertaria
hasta su muerte, pero con tales antecedentes siempre fu apartado. (...)»
«Hasta acá la historia, pero me lleva a reflexionar sobre
la marginación entre compañeros y las posibilidades de cambio
en un ser humano.
¿Cuál hubiese sido mi actitud ante él? Me puse a pensar.
Y mi primera respuesta fue: desconfianza.
Basado en esto creo haber procesado que el brazo extendido debe estar siempre,
pues las posibilidades de cambio también lo están, aunque
siempre atentos. Y que al aplicar un juicio de valor sobre cualquier humano
hay que realizarlo sobre su accionar en el presente (aunque teniendo bien
en consideración el pasado).
Pues sino he aquí unos posibles candidatos a ser marginados:
Mijail Bakunin: oficial de artillería del ejército ruso.
Pedro Kropotkin: príncipe y oficial de cosacos.
Y valga Di Filippo como un ejemplo más de que el ser humano siempre
es capaz de transformarse y superarse.»
En
un número posterior se aclara que su cargo había sido, en
realidad, de secretario policial, pero el caso puntual no interesa, la eventual
deserción de uno de ellos -o de los “nuestros”- no modifica
nuestra posición. Lo que adquiere dimensión y se afirma con
el artículo es la predisposición al diálogo y al entendimiento
con los victimarios, “siempre capaces de transformarse y superarse”.
La consideración y relativización del pasado que se pretende
no es si no la pretensión de justificar el presente: el pasado de
mañana. Es buscar entre los oficiales y príncipes a posibles
camaradas, anular el enfrentamiento y llamar a la interpelación,
por no marginar a ningún candidato. Hablar con ellos, tratar de convencerlos,
invitarlos a la biblioteca...
“Mijail Bakunin: oficial de artillería....”
(Tenía 15 años y se la pasó tirado en la cama hasta
que se enteró que podía renunciar) También fue hegeliano,
paneslavista... ¿Qué tiene que ver? ¿Qué propio
pasado -o presente- se pretende justificar desde lo publicado? ¿Venias
de ayer, vigilias de hoy? ¿Qué “militancia” es
la del compañero del compañero comisario?
“El brazo extendido -la mano tendida- debe estar siempre...”.
Moral conciliadora, tendiente a hacer abstracción de uniformes y
privilegios, hurgando en pos de “la cara humana” de la criminalidad
instituida.
“...aunque siempre atentos.” Claro, “en La Fuerza
hay de todo”, hasta gente mala que puede no querer enrolársenos.
“...el ser humano siempre es capaz de transformarse y superarse.”
Axioma globalizador, miserable, mentirosamente humano y verdaderamente complaciente
y condescendiente con los verdugos de turno... resguardo de posibles malentendidos.
Blanqueo de las instituciones represivas a las que le relativiza el carácter
de productor, formador y rector mental de los individuos que las cuadran.
Este humanismo publicitado resulta una negación de la rebelión
y de la necesidad de “bajar a los de arriba”, condición
de humanidad.
El sistema, capaz de superar las actitudes de rebelión y dignidad
y transformarlas en genuflexión y obsecuencia. Los Falcón,
Varela, Villar, Videla, Firmenich, Santo Biasati, Patti, Filmus o Macri,
el Papa, Tinelli, Stalin, De Noble, Sobisch, Franchiotti, Seineldín,
Perón, Chávez, Isaac Rojas... y sus tropas: los marines, la
cana, los carceleros, los torturadores, los mercenarios... son capaces de
cualquier cosa por perpetuarse; cualquier cosa, inclusive “transformarse”.
¿Puede creerse que quienes cometen las más crueles y sanguinarias
atrocidades para garantizar la opresión y la explotación pueden
superarse humanamente, reeducarse socialmente, modificarse? Esta invitación
desde posturas pacifistas y demócratas a “una oración
para los enemigos” es el botón de muestra de lo reaccionario
que resulta hacer ideología de las impotencias y miserias personales.
Es el poder de la cultura de la sumisión, propagada desde una multiplicidad
de voceros e instituciones.
Tiempos de democracia,
tiempos de esclavitud consensuada y de adaptaciones a los nuevos tiempos.
Tiempos de globalización, de postmodernismo, de aperturas ideológicas,
de reciclados. Tiempos de guiños a los verdugos, de amplitudes y
tolerancias, de poca inocencia y mucha conveniencia. Tiempos de humanismos,
de respeto a la diversidad, de indiscriminación y de pluralismo.
Tiempos de enjuagues y traiciones, de transigencias y de “tantos anarquismos
como anarquistas”. Tiempos de esplendor de burgueses... y de no quedar
a destiempo.
Pese al tiempo -y por los tiempos- seguimos creyendo en la Revolución
y en el Hombre, y en la violencia del oprimido como condición de
dignidad y libertad, contra ciertas “razas” inmodificables.
A.G.
GUSANOS VOLVER
Me
levanto, llueve, todavía es de noche. Me visto en el aire, voy al
baño a despabilarme, beso a mi hijo mientras duerme, me despido de
mi compañera y a trotar… Cuatro cuadras hasta la parada, veinte
metros antes de llegar, el colectivo cruza sin detenerse desbordado de gente.
Suspirando con bronca y hartazgo pienso: “Hoy va hacer uno de esos
largos, pegajosos y agotadores días…”
La primera cola de espera es la del colectivo, después sigue la del
tren que es mucho más larga y desesperante. Se puede ver como pasan
los trenes en tu cara, mientras el guarda y la gendarmería controlan
que todos paguen boleto, y observan indiferentes la fila de 30 metros de
personas mojándose bajo la lluvia. Gusanos…
Hasta que alguno, indignado o por miedo a perder su trabajo, frente a guardas
y gendarmes, decide saltar el molinete, seguido por otros. Después
a empujar para no quedarse a fuera. No se trata de “reclamar”
mejoras en los medios de transporte si no de destruir el sistema establecido,
ese sistema que maneja y controla nuestro tiempo, sin dejar más alternativa
que viajar como ganado al matadero en extremas condiciones de hacinamiento.
Los trenes de Hitler se repiten una y otra vez en la historia, con la diferencia
que el horno fue cambiado por una muerte lenta, en las sociedades explotadoras
de todo el mundo…
Colgado en la puerta y con la lluvia impactando en mi rostro, termino de
despertarme. Paso por Haedo y veo a los gendarmes ubicados “estratégicamente”
por el gobierno, para exorcizar el fantasma del incendio de un año
atrás. “Un día de furia” lo llamaron los burgueses
en sus crónicas policiales. Hoy sigue preso y torturado quién
no pudo escapar de las cámaras y la represión policial.*
El tren me escupe en la siguiente estación y nuevamente una larga
cola consume mi tiempo de vida. El último colectivo me deja a dos
cuadras, ya llego tarde y como el marcador de tarjeta no te perdona, me
relajo.
En la puerta de la fábrica veo bajar de su “brillante”
camioneta, al gran gusano de anteojos, el explotador y consumidor de mi
cansancio: el patrón. Detrás estaciona su hijo, denominado
gerente por herencia, torpe con rasgos infantiles, claramente un “niño
de bien”, por lo tanto es soberbio, inútil y haragán.
“No sabe, ni limpiarse el culo solo” dicen los trabajadores
más viejos. Toda su vegetativa vida tuvo sirvientes, para que no
moviera ni un dedo, mientras engordaba junto a su padre. Pero si hay alguien
que no dudaría ni un segundo en limpiarles el culo a ambos; ese sería
el encargado. Sí, el gusano explotado de látigo en mano, siempre
está a su servicio. Queda a la vista una falsa amistad con los trabajadores
que ya no engaña a nadie, sumergido en la traición putrefacta
en la cual flotan la mayoría de los obreros actuales. Gusanos…
Diez horas más tarde, y con el tiempo y mi cuerpo exprimido un día
más, salgo de mi prisión laboral. El retorno es una nueva
odisea que desborda la paciencia y altera el sistema nervioso de cualquier
persona. El tren en particular es una olla a presión a punto de explotar
y despedir cuerpos por sus puertas y ventanas. Con un poco de suerte y agilidad
puede uno aplastarse aún más.
“Hasta las bolas” dicen los muchachos del furgón. Se
puede elegir entre congelarse colgado de la puerta que no cierra, asfixiarse
por la presión, dormir parado o ser violado por la rueda de una bicicleta.
“El juicio es lo ultimo que se pierde” decía mi abuelo:
un gran hombre, fuerte como un roble, una vida dura entre cárceles
y explotaciones. Siempre nos advirtió de estos gusanos. Terminó
atado en la cama de un hospital, los doctores -de los cuales a uno intentó
ahorcar, por un mal trato- le habían diagnosticado cáncer
en los huesos y demencia senil.
Llegando a la estación de Morón el tren clava los frenos generando
una avalancha humana, imaginando los motivos comenzamos a saltar del tren
y a caminar por las vías, “Justo ahora se viene a matar un
boludo” comenta enojado un pasajero. “Ahora voy a tardar tres
horas en llegar a mi casa” agrega otro. Me acerco al accidente y veo
parte de un hombre de entre 30 y 40 años. “No lo vio venir,
estaba en otro mundo” me explica una anciana. “Pobre. ¿Estaría
apurado no?” agrega. “Y seguro, es el mismo problema que tenemos
todos, doña” le contesto y encaro a la parada. Para muchos
la perdida de una vida es perder el tiempo. Eludiendo, por ignorancia o
concientemente, que el tiempo que el sistema nos arrastra a perder es perder
la vida…
Luego de 50 metros de cola, 20 litros de lluvia en mi ropa y ver pasar 10
colectivos repletos puedo volver a casa. Como burla de la naturaleza, antes
de llegar, comienza a despejarse dando lugar a un espectacular atardecer.
No puedo evitar llegar y levantar a mi hijo de 7 meses e invitar a mi compañera
para que disfrutemos del paisaje juntos, ya que el cielo, el sol y las nubes
negras alejándose, dibujan una pintura de colores vivos, un hermoso
retrato entre árboles y trenes. En los ojos de mi hijo se refleja
mi cansancio, él todavía no entiende porqué le sonrío
con mi cara avejentada, solo está feliz de verme.
No se trata solo de cuerpo y mente agotada, es algo más depresivo
y desesperante, es el porvenir de nuestros hijos, compañeros, y el
de los hijos de los gusanos. Su futuro depende de cuanto luchemos para abolir
una herencia de larvas y de cuerpos putrefactos formando largas filas; despojos
humanos haciendo colas para que tiren en algún rincón del
cementerio sus consumidas y deterioradas carnes. Sobras que deja este sistema,
para terminar de ser comidos por los gusanos sin ropa. De todos los que
amamos la libertad depende que de esos capullos -que existen y que vendrán-
broten gatas peludas que lastimen todo lo que pisan, con sus patas envenenadas
de autoridad, o mariposas volando libres, que donde se posen sea algo tan
naturalmente bello, como una flor…
Haedo, Constitución, “Hasta las bolas”… cáncer,
demencia senil, estamos en las últimas… Tiemblen empresarios
y burgueses: ¡Gusanos! Que el gran día de furia será
inevitable…
Vilchesz
*El último preso fue excarcelado en junio de este año.
IGLESIA Y COYUNTURA VOLVER
La Iglesia,
también, es oportunista y demagógica, como decía una
compañera en el número anterior, se acomoda a las circunstancias
para no perder poder terrenal. Y en estos tiempos de pluralidad y democracia
la condición de sobrevivir al medio es mutar hacia concepciones que
no marginen tanto como antaño y que contemplen la diversidad. Como
en la naturaleza, el realismo demanda un intríngulis fatal: mutar
o perecer. Lo que tiende a prevalecer son mecanismos de apertura a fin de
que el domino sea lo más totalitario posible. Lo ortodoxo es la heterodoxia
y el dogma la amplitud. Es la coyuntura y la política; oportunidad
y estrategia.
Pero como lo único perfecto y puro es Dios, es decir, la nada, la
muerte inmutable y eterna, la adaptación institucional peca de contradicciones
y conflictos entre las almas progresistas y las conservadoras. Los “opuestos”
conviven y se complementan perpetuando la continuidad. “Frente a la
agudización de los conflictos sociales y ante las evidencias ya establecidas,
la Iglesia católica ha debido, a condición de no perder influencia
y espacios de Poder, adaptarse a los reclamos de actualización. El
reconocimiento del genocidio indígena y la Inquisición, la
aceptación de las teorías científicas y la participación
activa en ellas, como así también la tolerancia y permisividad
en cuestiones civiles como son el divorcio o los casamientos entre individuos
del mismo sexo, etc.; son elementos de dicha adaptación ante las
trasformaciones y necesidades históricas. Estas adaptaciones nunca
fueron inmediatas ni sin contradicciones internas, ni significan un progreso
ni una mejora ya que son funcionales a la perpetuación institucional
y religiosa.” (¡Libertad! N° 38, “Aborto:
control y desesperación”)
En abril de este año la Iglesia abolió el limbo. La revelación
fue comunicada por la Congregación para la Doctrina de la Fe, institución
del Vaticano, heredera de la Santa Inquisición que, agotada ésta,
busca actualizarse ante el paradigma humanístico en boga.
El limbo era el lugar intermedio entre el paraíso y el infierno a
donde iban las almas de los niños muertos que no habían sido
bautizados, es decir, que no habían sido limpiados del pecado original
-el pecado de ser ser humano, el crimen contra Dios (la rebelión),
el cual merece el castigo del infierno-, pero que, al mismo tiempo, no habían
pecado en vida. Solo una vida sin pecado, cuya máxima es la santidad
-sometimiento pleno ante Dios-, es la que merece el paraíso en la
otra vida.
En la Edad Media era común la creencia de que cuando un niño
enfermaba gravemente era a razón de que el niño había
sido reemplazado por el diablo poniendo en su lugar, espiritualmente, a
un ser demoníaco. En caso de fallecer el que moría no era
el verdadero niño sino el demonio que ocupaba su cuerpo. Este mecanismo,
tendiente a atenuar el sufrimiento de la pérdida, es resignificado
con la especulación del limbo o lugar especial, como destino de las
almas infantiles, resignificación enmarcada en la lucha eclesiástica
por desplazar a las creencias paganas y supersticiosas del campesinado.
La Iglesia, a través de uno de sus máximos exponentes, San
Agustín, sentenciaba en el siglo V -muy lógicamente, por otro
lado- que el pecado original por sí sólo era merecedor del
castigo eterno y que los niños muertos no bautizados no podían
tener otro destino que el infierno, aunque en un nivel menos tortuoso. Esta
postura fue oficial durante siglos con la consecuente persecución
y silenciamiento, por heréticas, de las corrientes contrarias. Recién
en el siglo XIII es introducida la concepción del limbo como lugar
especial por, entre otros, Santo Tomás de Aquino y por descripciones
de Dante Alighieri. Aunque nunca llegó a ser parte del dogma oficial,
la idea se extendió entre corrientes internas a pesar de ser condenada
por herética a fines del siglo XVIII. Posteriormente, ante la miseria
extendida como resultado de la segunda oleada de industrialización,
los catecismos populares usufructuaron y difundieron ampliamente la idea
del limbo como elemento otorgante de un grado de consuelo y, sobre todo,
de legitimidad de la religión, entre los sectores oprimidos que sufrían
comúnmente la pérdida de sus hijos. El aborto -permitido en
los países del epicentro industrial de la época- y el infanticidio
forzado ante el acorralamiento económico necesitaban de un mecanismo
psicológico que atenuara las pérdidas y las posibilitara.
Desde la oficialidad de la Iglesia se consideró la existencia de
un lugar especial como destino de las almas de los niños muertos
no bautizados, pero sin ceder a la idea del limbo, hasta el reciente decreto
de abolición por la cúpula papal.
«Según el documento el concepto tradicional de limbo referido
a un lugar donde según la fe católica los niños sin
bautizar viven eternamente sin comunión con Dios, “refleja
una visión excesivamente restrictiva de la salvación”.
El texto consideró que su abolición no es un hecho teórico
sino un problema pastoral urgente, “ante el incremento de la cantidad
de niños sin bautismo, de aquellos nacidos de padres no católicos
y de otros que no nacieron al ser víctimas de abortos”.»
(La Prensa, 21/4/07)
Ante la fuerza de la realidad la Iglesia cede el estricto cumplimiento de
los sacramentos a la tolerancia y permisividad a condición de salvaguardar
la religión y lo que ella garantiza. Sus aristas son pulidas a fin
de purificarse de una imagen obsoleta y rezagada. Los abusos y excesos,
objetos estos de los reclamos de quienes le demandan actualización
y humanidad, son borrados como resultado de la transacción con los
sectores que apuntan a su mejoramiento y no a su supresión. La relativización
del bautismo afirma y extiende la jurisprudencia de la idea de Dios porque
el accionar de éste no se circunscribe así a la actividad
de sus representantes terrenales.
Por un lado la Iglesia, consciente de la magnitud y fuerza de las religiones
orientales, y ante el peligro de los sectores movilizados bajo esas religiones,
necesita contemplar e incorporar a su órbita a las víctimas
infantiles no católicas de los conflictos bélicos que la misma
Iglesia garantiza.
Por otro lado, ante el creciente consenso a favor del aborto y ante la legalización
de éste en varios países, necesita de un precepto teológico
que, si bien no lo autoriza, abre la posibilidad de tolerancia a los sectores
más progresistas que a la Iglesia responden y establece una base
argumental a la permisividad o a la eventual legalización para los
poderes laicos que aún no se manifestaron a favor de esa tendencia.
Ante la terrible realidad de que cada 7 segundos muere un niño de
hambre; ante el millón y medio de bebés que mueren en su primer
semana de vida; ante otra magnitud igual de los que nacen muertos anualmente;
ante los que perecen por falta de lo básico, ante los asesinados
por escuadrones parapoliciales y las criaturas que mueren de a poco en las
plantaciones, en las calles, en los basurales, en los orfanatos, víctimas
de las religiones y de la explotación que éstas garantizan,
la criminal institución ofrece un indulto post-mortem pretendiendo
limpiar la sangre de sus sotanas.
La crisis de fidelidad de los seguidores de la Iglesia -preocupación
central de la reciente visita del Papa a Brasil-, se refleja en la multiplicidad
creciente de cultos en la que se ha fragmentado la religión monopólica
de la parte occidental del rebaño humano. Acorde al tambaleo de las
macro cosmovisiones, que la postmodernidad y el fin de las ideologías
reestructuró, en Argentina se sumaron oficialmente casi mil cultos
nuevos en la última década y media, sumando un total de más
de 3.600 legalizados. «Una encuesta realizada en 2005 por la consultora
Gallup en 70 países reveló que sólo el 6% de las personas
se definen “ateas convencidas”, porcentaje que, en nuestro país,
fue todavía menor: sólo 2 de cada 100 argentinos dijeron no
creer en Dios.» (Clarín, 23/4/06). Esta fragmentación,
evidenciada por ejemplo con la revitalización de religiones indígenas
u orientales, lejos de significar una merma de la creencia religiosa, demanda
a la Iglesia católica a abandonar posturas sectarias, según
los designios de la diosa coyuntura, ante la competencia de otros pastores
que se disputan el ganado humano.
La abolición del limbo, al igual que otras concesiones terrenales,
son parte del proceso de democratización -el arraigamiento social
del Estado- en lo teológico y en lo práctico de la Iglesia
y, fundamentalmente, de la religión en general. Proceso dado no sin
pujas internas.
No ser más papistas que el Papa, es decir, autoexcomulgarnos de la demagogia y del acomodamiento coyuntural, es el camino de nuestra salvación terrenal y humana -rebelión original-, por los siglos de los siglos.
A.G.
RESEÑA HISTÓRICA DEL VOCERO ANARQUISTA VOLVER
Durante
la última década del siglo XIX la Argentina es un lugar donde
el anarquismo comienza a echar raíces, la tendencia anarco-comunista
es la más numerosa y está dividida por cuestiones importantes
en el enfoque práctico de cómo intervenir en la sociedad para
alcanzar la tan anhelada revolución social. Se dividen en “organizadores”
y “antiorganizadores”. Los últimos tienen en El Perseguido
su principal referente, fundado en 1890 por el grupo Los Desheredados irá
ampliando su tirada hasta alcanzar los 4000 ejemplares llegando a rondar
los 100 números y a cumplir el papel principal de expresión
y difusión de las ideas anarquistas en Argentina. Polemizará
con los anarco-socialistas y colectivistas, y negará la participación
en las organizaciones obreras por considerarlas ineficaces y adaptadoras
del obrero al régimen existente. El Perseguido deja de publicarse
en 1896. Los “organizadores” encuentran su expresión
en órganos como El Obrero Panadero fundado en 1894, bajo
la dirección de Ettore Mattei; El Oprimido de Luján
con Juan Creaghe al frente y La Questione Sociale con Fortunato
Serantoni. Todos partidarios de la organización y la intervención
en las sociedades gremiales existentes.
Ante el desarrollo alcanzado por la propaganda anarquista en Sudamérica
se considera necesario crear un medio de expresión para promover
la propaganda y extenderla entre las amplias capas del pueblo. De la circular
explicativa del grupo fundador en abril de 1897 se extrae:
«La Protesta Humana será un periódico
puramente doctrinal y revolucionario, que tratando todas aquellas cuestiones
de actualidad a medida que se vayan desarrollando, arremeterá de
firme y sin contemplaciones contra todas las crapulerías burguesas
y autoritarias, procurando vulgarizar…la bondad del Ideal anarquista.»
El 13 de junio de 1897 se publica en Buenos Aires La Protesta Humana
que aparece quincenalmente con cuatro páginas, a partir del Nº
10 se publica semanalmente con un tiraje que oscila los 3000 ejemplares
y se distribuye por localidades del interior, por Buenos Aires y por ciudades
como Montevideo, San Pablo, Río de Janeiro, Santiago de Chile, Asunción
y Lima.
El ebanista catalán Gregorio Inglan Lafarga asume la dirección
del periódico, el mismo ya había sido fundador de La Revolución
Social con M. Reguera hasta 1897 y participó en El Perseguido
como colaborador. Su actuación mantiene y afirma la línea
del periódico anarquista. Francisco Berri, de profesión panadero
y activo militante, se encarga de la administración. Berri será
más tarde el primer tesorero de la FOA. Principalmente son elementos
obreros los que dan vida a La Protesta Humana, pero también
se destacan los médicos E. Arana y Juan Creaghe que trajo El
Oprimido a Buenos Aires para luego dejar de publicarlo al encontrar
en La Protesta Humana el continuador de su línea ideológica.
La llegada del anarquista español José Prat a la Argentina
en 1897 y su colaboración fue fundamental para La Protesta Humana
a través de sus traducciones del francés y sus artículos
que llenaban la publicación. Al regresar a España sigue enviando
cartas y artículos y logró la colaboración de Ricardo
Mella y de Anselmo Lorenzo. También colaboran en la redacción:
G. Inglan, Romeo (Gijón), Ocracio (Lisboa), Alejandro Escobar y Carvallo
(Santiago de Chile), Gilimón, Mariano Cortéz (Altair), Félix
B. Basterra, Alfredo C. López (Córdoba) y Julio Camba.
La miseria de los trabajadores y la situación desesperada de los
nuevos inmigrantes encuentra en La Protesta Humana un órgano
que enfrenta al régimen existente. Los editores del periódico
consideran que estos sectores desposeídos son los más propicios
para absorber las ideas anarquistas. Se llega a la conclusión de
que cabe actuar entre los trabajadores, que se debe buscar el esclarecimiento
entre ellos, participar en sus luchas e infundirles las ideas anarquistas
para lograr la emancipación total. Por otra parte desde el periódico
anarco-comunista El Rebelde (1898-1903) se continúa la crítica
a los “organizadores” en la misma línea que defendiera
El Perseguido; también se dan polémicas con los individualistas
agrupados en Germinal. Las conferencias de Pedro Gori, difundidas
por La Protesta Humana, a las que más tarde se suma la serie
de artículos del tipógrafo español Antonio Pellicer
Paraire (Pellico) sobre organización, sientan las bases para la consolidación
de los anarquistas en los gremios, hecho que se produce entre 1899 y se
profundiza en 1900. Se publica en La Protesta Humana a fines de
1900: «Es seguro que se aproximan días de prueba para la
clase trabajadora de este país, y los libertarios no debemos permanecer
alejados de la organización obrera, como por lo general lo estamos,
sino como obreros que somos, en ella y muy adentro orientando a los trabajadores
en sus luchas.» (“Movimiento Social”).
A partir de la fundación de la Federación Obrera Argentina
(FOA), el 25 de mayo de 1901, se evidencia la hegemonía anarquista
en el movimiento obrero argentino. La Organización es el
periódico socialista que intenta fallidamente convertirse en el órgano
de la FOA, en agosto se funda La Organización Obrera que
será el vocero oficial de la Federación con una redacción
anarquista. La Protesta Humana por su parte logra una afinidad
con la naciente entidad obrera, en cuya fundación participó
G. Inglan Lafarga (redactor de La Protesta Humana). El 20 de octubre,
junto con Dante Garfagnini (secretario de la Federación), sale Lafarga
en gira de propaganda, ambos en calidad de delegados de la FOA. En ese momento
el tiraje de La Protesta Humana oscila entre 2500 y 4000 ejemplares.
Con el correr de los años se profundizará esa afinidad entre
la FORA y La Protesta, ya que en agosto de 1905 se resuelve: «El
5º Congreso acuerda que el órgano de la F.O.R.A., La
Organización Obrera siga apareciendo mensualmente y se recomienda
a las sociedades federadas apoyen a La Protesta moral y
materialmente». Acuerdo reafirmado en el 6º, 7º y 10º
Congresos.
Los anarquistas desde 1901 propagandizan la eficacia de la huelga general
como instrumento para la lucha obrera contra el régimen político
y económico, y a la vez como instrumento para promover la emancipación
de los obreros y realizar la revolución social. En noviembre de 1902
la FOA proclama la primer huelga general en Argentina, que es seguida por
gran parte de los trabajadores. El diario La Prensa dice que en los barrios
obreros como la Boca y Barracas grupos de huelguistas y sus mujeres se concentran
en las calles produciéndose choques con la policía y con los
rompehuelgas. En los suburbios obreros se oye gritar: “Viva la anarquía”
y “Viva la revolución social”. Los choques continúan
en otros lugares, y la promulgación de la Ley de Residencia contra
“extranjeros indeseables” sólo consigue hacer más
intensa la huelga, por lo que el día 24 el Poder Ejecutivo proclama
el estado de sitio, se censuran los diarios en lo que al conflicto respecta
y se concentran 5000 hombres de tropa, escuelas militares, compañías
de ingenieros, fuerzas de marina, policías y bomberos, además
de 2000 soldados de refuerzo en Rosario y Bahía Blanca. La actividad
anarquista y de los sindicatos obreros se paraliza inmediatamente a raíz
de los arrestos en masa. El 28 la huelga comienza a perderse, La Protesta
Humana es secuestrada y clausurada. Gregorio Inglan Lafarga tiene que
abandonar la redacción del periódico y esconderse por su condición
de extranjero, al igual que otros camaradas, para evitar el arresto y la
deportación inmediata. Algunos de los deportados son Félix
Basterra, Oreste Ristori, Arturo Montesano, entre otros. La policía
da listas de los propuestos para ser deportados, algunos de ellos son: Luis
Magrassi, Fortunato Serantoni, Pedro Gallo, Juan Casademont, Beltrán
Orsini, Gregorio Inglan, Rómulo Ovidi, Francisco Berri, de Capital;
de La Plata, Francisco Natta; de Chivilcoy, J. M. Acha; y de Luján
el doctor Juan Creaghe. El estado de sitio dura hasta el 31 de diciembre,
pero la represión policial continúa. La Protesta Humana
reaparece recién el 31 de enero de 1903. Sólo el periódico
El Sol pudo sortear la prohibición gubernamental y prosiguió
la lucha contra la represión agregando un suplemento diario. Tal
vez El Sol gozaba de cierta inmunidad ya que su director era un
argentino nativo, reconocido poeta y escritor, me refiero a Alberto Ghiraldo,
un anarquista discípulo de Almafuerte, que escribe el 1 de diciembre:
«La cobardía ambiente engendra las tiranías. Acatemos,
dicen todos. Y se someten, sin darse cuenta que, al hacerlo, se constituyen
en cómplices de la barbarie. No protestan. (…) Una imprenta
asaltada en nombre de la conservación del orden público, cuando
como en el caso del allanamiento de la que dio el suplemento diario El
Sol, importa la erección del machete rayonesco en árbitro
del pensamiento, la prohibición, a toda la prensa, de dar informaciones
que no partieran de fuente oficial… El crimen perpetrado en las prisiones
hábiles, contra el obrero huelguista y el que no lo era; el cierre
de locales sociales y el desvalijamiento, el robo, puestos en práctica
por los hombres de sable y pito… Todo este cuarto grado de infamia
fue admitido con la complicidad general de las altas clases sociales…»
El día 15 de diciembre escribe: «La complicidad del gobierno
alienta en otras formas el bajo instinto de ciertos expoliadores de la clase
trabajadora. Ya no es la rebaja de jornales impuesta a los que, terminada
la huelga, volvieron a sus talleres: es la represalia infame, el espionaje,
la delación canallesca ejercida contra los trabajadores más
conscientes… Del escritorio de la fábrica van a la policía
listas de nombres de agitadores, de rebeldes, de huelguistas señalados
por algunos patrones a la saña de las autoridades». Los
socialistas trataron de evitar la huelga general y manifiestan en una circular
“Al Pueblo”: «…Recurrir a la huelga general
en un momento en que hay tantos miles de trabajadores desocupados, por simple
espíritu de solidaridad y para impedir la sanción de la Ley
de Residencia, significaba traicionar a la clase trabajadora puesto que
se tenía la seguridad de que la huelga general en lugar de retardar
o impedir la sanción de la ley, no haría sino apresurarla.»
Los anarquistas de la FOA respondien que no fueron a la huelga general por
un capricho, «ni con la infantil ilusión… de transformar
de golpe y zumbido la sociedad», sino como único medio
de defensa a su alcance. Además acusan a los socialistas de aprovechar
las persecuciones para hacerse con la conducción de las sociedades
obreras, atacando a los anarquistas. Entre las enseñanzas adquiridas
se destaca: «Este primer encuentro ha servido para que la burguesía
pisoteara las instituciones que dice defender, contribuyendo así
a fortalecer las aspiraciones de los que luchamos por una sociedad de justicia;
sirvió para revelar deficiencias que serán corregidas, y para
apreciar la fuerza, el número y la calidad del elemento obrero.»
En enero de 1903 reaparece La Protesta Humana con Alcides Valenzuela
como director, quien permanece en esa función hasta septiembre para
luego alejarse del periódico y del movimiento. A partir de febrero
se incorpora en la administración el doctor Juan Creaghe, que se
integra a La Protesta Humana hasta convertirse en “el alma”
de la publicación. Creaghe había nacido en Irlanda en 1841.
Se recibió de médico en Dublin, vivió en Sheffield,
ciudad en que publicó un periódico llamado The Shefield
Anarchist, luego vino a la Argentina, residiendo en Luján, donde
dirigió El Oprimido entre 1894 y 1896. En 1907, funda y
es el principal sostenedor de la escuela moderna de Luján, identificada
con la de Barcelona inspirada por Francisco Ferrer. La “escuela
de Creaghe” como era conocida, junto a las otras escuelas inspiradas
en el racionalismo, introduce de hecho en este país la coeducación
irrestricta, practicada en todos los grados de la escuela y para todos los
niveles de enseñanza.
La policía presiona a las imprentas y dueños de locales para
que no les abran las puertas a los anarquistas. La Protesta Humana
se edita en distintas imprentas cambiando los tipos de letras entre número
y número, pero manteniendo su nivel de redacción. Colaboran
además de Altair, Alfredo C. López (Jean Valjean) y el dramaturgo
Florencio Sánchez que «durante mucho tiempo escribió
casi sólo y por entero el periódico». Algunos números
son secuestrados por la policía, como el 204, a causa de un artículo
poniendo a descubierto a un espía: Domingo Pupilli. También
es confiscado el número del 16 de mayo al referirse a una huelga
sangrienta del puerto de Valparaíso. Para enfrentar esta situación
los editores convocan en el número siguiente a los trabajadores a
que concurran el día de la próxima edición. Como resultado
se congrega mucha gente a retirar la nueva edición, junto con el
grupo editor, para transportarla a la dirección del periódico.
La policía no se decide a actuar. Es la decisión de los militantes
lo que hace retroceder a la reacción, como recuerda Eduardo Gilimón:
«Una vez el Dr. Juan Creaghe, anciano médico y hombre en
quien el ideal anárquico constituía una especie de segunda
naturaleza, tomó un carruaje, cargó en él gran cantidad
de ejemplares de La Protesta Humana y salió a venderlos
por las calles centrales de Buenos Aires voceando el título del periódico,
en tanto que con el revolver empuñado mantenía a raya a los
empleados de la sección orden social de la policía, que no
se determinaron a secuestrar la edición como lo habían hecho
otras veces».
El 26 de septiembre la redacción pone a consideración de los
compañeros el cambio de título, que es aprobado y ya el 7
de noviembre de 1903 sale con el nombre de La Protesta. En 1904
se incorporan elementos criollos a la redacción, en ella colaboran
E. Elam Ravel, Francisco Berri (R. Osita), P. P. Pretto, García Balsas,
Antonio Loredo, M. Forcat, J. Alberto Castro, F. Zamboni, Fag Libert (Federico
Gutierrez), etc. Creaghe compra una imprenta para evitar los continuos cambios
y para estabilizar los gastos, el nº 253 del 5 de marzo sale editado
en imprenta propia y ya el 1º de abril sale a la calle La Protesta
diaria: «La aparición de este diario tiene para el mundo
obrero una significación cuyos alcances son difíciles de medir.
Ella significa la afirmación de la personalidad anarquista en la
argentina…». Las dificultades de llevar adelante un diario
producen cambios en el grupo editor, en abril por la negativa de Alberto
Ghiraldo asume la dirección Elam Ravel, con Edmundo T. Calcaño,
Perfecto B. López, Edmundo Bianchi y José de Maturana. En
septiembre asume Ghiraldo como director, acompañado por Leonardo
Rodríguez, Julio R. Barcos, Angel S. Blanco y Manuel de Maturana.
El diario se edita ahora en formato grande y para fines del 1904 alcanza
un tiraje de 8000 ejemplares. El 1º de mayo una manifestación
de 50.000 personas pasa frente al local de La Protesta saludando
a las personas que allí estaban reunidas, siguiendo su recorrido
es reprimida por la policía, por lo que se respondió a tiros
y fueron numerosos los heridos y detenidos. En ese enfrentamiento fue muerto
el obrero Ocampo. El local de la Federación obrera permanece clausurado
hasta el día 13. Por ese entonces Ghiraldo publicaba la revista semanal
Martín Fierro que pasa a ser suplemento de La Protesta
a principios de octubre.
En febrero de 1905 se produce la insurrección del Partido Radical,
el gobierno decreta el estado de sitio y comienza la censura. Totalmente
ajenos al intento político del radicalismo era el movimiento obrero
y los anarquistas, no obstante La Protesta informa de los acontecimientos
por lo que es inmediatamente clausurada y sus responsables detenidos. Al
día siguiente aparece un boletín con una carta de Inglan Lafarga
que había sido arrestado y deportado a Montevideo. El ataque gubernamental
se extiende al movimiento obrero con el cierre de locales, arrestos y deportaciones
en masa. Entre los deportados está Ghiraldo, Manuel Vázquez
(administrador de La Protesta), Francisco Jaquet (secretario de
la FORA), Leopoldo Rodríguez (redactor de La Protesta) y
Antonio Loredo.
El estado de sitio es derogado el 5 de mayo, el 14 reaparece La Protesta
con un tiraje que llegó a triplicarse y hasta cuadruplicarse. Inmediatamente
Ghiraldo inicia desde el periódico una campaña tendiente a
lograr la unificación de los organismos obreros, llegando a publicar
artículos de los sindicalistas en La Protesta y criticando
a los sectores que se oponían a la unión. Eso genera desencuentros
que más tarde causarán el alejamiento de Ghiraldo. El 5º
Congreso de la FORA proclama la finalidad comunista anárquica de
la federación descartando la unidad con los sindicatos manejados
por los socialistas, hecho que es criticado por Ghiraldo desde La Protesta.
A partir de allí se da una polémica que durará varios
meses, finalmente Ghiraldo deja la publicación el 22 de agosto de
1906. Se reorganiza el grupo editor con Creaghe como director, en la redacción
están Gilimón, Ernesto J. Ortiz (Lorenzo Mario), Mariano Forcat
y Francisco Folgar. En este momento el diario se convierte en un órgano
de profundización en las ideas. Además se crea un Comité
Administrativo integrado por gente de las asociaciones gremiales, de la
FORA, de la FOLBonaerense y del personal del diario. En abril de 1907 se
agranda el tamaño de la publicación a seis columnas y se compra
una nueva rotativa. Se aumenta el tiraje, lo que posibilita superar dificultades
económicas, pero se dan nuevos cambios en la redacción. Colaboran
con La Protesta: Alejandro Sux, Mario Villa, Máximo Suárez,
Francisco Sarache, Mario Chilotegui, Pierre Quiroule, Antonio Zamboni, Rodolfo
González Pacheco, Ricardo Carrencá, Roberto D`Angió,
Arístides Cacarelli, Alberto Meschi y José Maceira (Máximo
Aracemi). Se agrega también una sección en italiano. Para
Abad de Santillán: «Gilimón fue sin duda el mejor
teorizador que haya pasado por la redacción del diario anarquista,
añadía a esa cualidad un estilo siempre sencillo, siempre
al alcance de los lectores y un temperamento reposado, que dio a la propaganda
un sentido de responsabilidad y de seriedad». Durante la huelga
de inquilinos que cuenta con una amplia cobertura del diario, son deportados
Forcat y D`Angió. A fines de 1907 Rodolfo González Pacheco
sale de gira de propaganda por todo el país como delegado de La
Protesta.
Durante 1908 se producen varios cambios en el grupo editor, algunos son
producto de las persecuciones, pero también se dan por diferencias
entre compañeros que provocan idas y vueltas en la redacción.
Desde el 1º de mayo se comienza a publicar el suplemento mensual, con
la colaboración de escritores del país y extranjeros, además
de la sección italiana se agrega una en yiddisch. Se suman en calidad
de colaboradores Horacio Rossotti y el destacado dibujante Speroni. Ese
año también se publica un almanaque del diario y se desarrolla
otra gira de propaganda por el país a cargo de Carlos Balsán
y A. Zamboni.
El año 1909 es de una intensa agitación. El 1º de mayo
la FORA organiza un acto al que concurren 30.000 personas que son atacadas
por una carga policial al mando del jefe de policía coronel Ramón
Falcón, produciendo 8 muertos y 105 heridos. Los siguientes días
se realizan un millar de detenciones, entre ellas las de Gilimón
y Balsán. Se clausuran locales obreros. Se realiza inmediatamente
una huelga general con represalias por parte de los obreros. Se dan más
muertes y detenciones, el día 6 en La Protesta se lee: «Figueroa
y Falcón están gestando un Angiolillo o un Morral. Después
vendrán los aspavientos, las imprecaciones al anarquismo…¿Se
olvidará alguien, sin embargo, de la masacre de la Avenida de Mayo,
la carga de Chacarita y el tiroteo diario de estos cinco días de
lucha en que el pueblo productor es tratado a balazo limpio, cual si fuera
una cuadrilla de bandoleros? Figueroa y Falcón se juegan la vida.
No es mucho, cuando tantas están inmolando…». Dice
Abad de Santillán: «En lo sucesivo la propaganda anarquista
adquirió un carácter agresivo, vibrante, ansioso de revancha.
Es el período heroico del anarquismo en la Argentina. Incluso temperamentos
tan reposados como el de Gilimón excitaban a la violencia proletaria,
a la resistencia activa». El 13 de octubre la FORA organiza un
mitín de protesta por el asesinato en Barcelona de Francisco Ferrer
y Guardia en donde se proclama una huelga general con episodios violentos
que dura hasta el 17 de octubre. El 14 de noviembre Simón Radowitzky
mata a Falcón y a su secretario Lartigau, la reacción provoca
el asalto y destrucción de las máquinas de La Protesta,
perpetrados por policías de civil. Se asaltaron varios locales gremiales,
quemándose las bibliotecas sociales de las mismas, se cerraron las
escuelas modernas de Villa Crespo, Luján, etc. Apolinario Barrera,
Máximo Aracemi y Juan Creaghe sufren prisión y maltratos,
el secretario de la FORA es deportado. Durante la represión salen
algunos boletines de protesta, el diario reaparece recién el 16 de
enero de 1910 con un tiraje de 16000 ejemplares. En ese momento se presenta
la necesidad de satisfacer la búsqueda de conocimiento de las ideas
anarquistas, por lo que se discute aumentar el número de páginas
de La Protesta o fundar un nuevo diario, Gilimón se inclina
por la segunda opción naciendo así La Batalla, diario
anarquista de la tarde, dirigido por Teodoro Antillí y Rodolfo González
Pacheco. El trabajo de edición se facilita por la compra de unas
máquinas de componer “tipograph”
En el marco de una campaña impulsada por La Protesta contra
las torturas en la cárcel de encauzados, se realiza un mitín
el 27 de marzo con una manifestación de un kilómetro de largo
encabezadas por las banderas de La Protesta y La Batalla.
Se levantan tribunas desde las que hablan Balsán, González
Pacheco, María Collazo, Zamboni, Hucha y Manresa Herrero. El gobierno
renuova el personal carcelario responsable de los malos tratos de los presos.
Otra manifestación imponente se lleva a cabo el 8 de mayo donde se
presenta un acta al gobierno exigiendo la derogación de la Ley de
Residencia, la libertad de los presos sociales y la amnistía para
los infractores y desertores militares. Si antes del 18 no eran satisfechas
las condiciones presentadas, se declararía la huelga general en todo
el país. El gobierno está preocupado por la cercanía
de los festejos del Centenario, así es que el 13 de mayo se producen
detenciones masivas de anarquistas, los primeros en caer son los redactores
de La Protesta, de La Batalla y del Consejo Federal de
la FORA. “Hordas patrioteras” incendian la imprenta de La
Protesta y asaltan los locales obreros, incluidos los socialistas cuyo
diario, La Vanguardia, fue asaltado por la misma gente que gritaba
“¡mueran los anarquistas! ¡abajo los trabajadores!”.
Los presos argentinos fueron enviados a Usuahia, los extranjeros deportados,
en total superan los 2000. En palabras de Santillán: «Las
fiestas del Centenario se celebraron en medio de zozobras y de sobresaltos.
Los oropeles de los festejos no pudieron ocultar que Buenos Aires se había
convertido en un verdadero cuartel y que la voz del proletariado era amordazada
por el reinado de un terror sin precedentes». Aquí se
cierra un capítulo inolvidable del anarquismo en Argentina.
Después
del Centenario
A partir de la represión del Centenario Apolinario Barrera hizo lo
que había hecho Creaghe en la época que siguió a la
ley de residencia. La Protesta se imprime clandestinamente con
tiradas de entre 7000 y 10000 ejemplares, burlando a la policía que
busca dar con la imprenta sin conseguirlo. Además hay que organizar
la distribución que no es una tarea sencilla. Por estos días
forma parte de la redacción Manuel Moscoso (Ivan), quien se alejará
por algunas “habladurías” contra su persona en febrero
de 1912, pocos días después se suicidó. Colaboran Renato
Ghia, Fernando del Intento, Julio R. Barcos, Florencio González,
Albino Dardo López, Joaquín Hucha, M. Marrero, Antillí,
Martinez Paiva, Biaggiotti, Gilimón, Aristide Cecarelli (desde Roma)
y Alejandro Sux (desde París). Para dar un panorama de lo que sucede
en ese momento se puede señalar: el Congreso pro-fusión de
1912 que finalmente no llega a ningún resultado, y es La Protesta,
destacándose Teodoro Antillí, quien deshace esa maniobra.
También con la represión se forma un “Comité
de Relaciones de los grupos anarquistas” que intenta hacer resurgir
a La Protesta. En marzo de 1912 aparece la idea de un partido obrero
para participar en las elecciones, encabezados por Santiago Locascio y Bautista
Fueyo entre otros. Locascio se había ofrecido como redactor de La
Protesta, pero fue rechazado por Barrera. Entre los anarquistas deportados
en Uruguay se da un fenómeno de adhesión a la política
del presidente Battle y Ordoñez, de tendencia liberal. Entre ellos
están A. Troitiño, A. Zamboni (ex redactor de La Protesta),
Virginia Bolten, E. Clerici, F. Berri… A este fenómeno se lo
conoce como “Anarco-Battlismo”, desde La Protesta
se los combate.
Barrera se deshace del Comité de Relaciones y reorganiza el grupo
editor de La Protesta, «con menos pretensiones, pero
más dispuestos al trabajo… El Comité se transformó
en Confederación Anarquista de la Región Argentina que quería
monopolizar el anarquismo y no llegó nunca más allá
de un infecundo charlatanismo.» (Santillán).
Desde junio de 1912 aparece públicamente La Protesta semanal
hasta junio de 1913 que vuelve diaria. En este momento y hasta el año
1917-18 el movimiento entra en un período de crisis, con grandes
disidencias internas. El 14 de noviembre aparece en La Protesta
el texto de Antillí “Radowitsky”. La policía
allana la imprenta, secuestra los números que puede y arresta a Antillí
(como director del periódico) y a Apolinario Barrera (administrador).
Los talleres son clausurados. Tres años de prisión para el
primero y uno y medio para el segundo. El juez Serú sentencia: «…Y
si ha previsto y castiga los “delitos comunes” (artículo
12 de la ley) cuando se cometen por medio de la prensa (artículo
23 de la ley), es porque su intervención o el papel de la prensa
se asemeja a un instrumento cualquiera, y como dice el señor Agustín
de Vedia, citando palabras de Arosemena y Sarmiento, es en este caso la
pluma para el escrito, el puñal para la herida, la llave para la
puerta, es cuando puede decirse, sin metáfora tal vez, que el escritor
ha cambiado el puñal por la pluma». El comité que
se forma para conseguir la libertad no logra su objetivo y deben cumplir
la condena íntegra. Antillí escribe “Mi memorial
a la corte suprema. Con permiso” y da uno a su abogado para presentarlo
a la Corte Suprema y otro para que lo publique Ghiraldo en Ideas y Figuras.
Así arranca: «Excelentísima Corte Suprema: así
se dice, según llevo leído, en papeles curialescos; Excelentísima
Corte Suprema o aún, si esto no basta, no es genuflexión o
acatamiento bastante, a la manera china o turquesca, Excelentísima
Cortísima Supremísima: y si os parece que subo demasiado,
digo que no subo más que Sancho Panza cuando presentó a su
amo Don Quijotísimo de la Manchísima a la dueña Dolorida;
“Excelentísima Cortísima Supremísima”:
Su Señora Cortísisma me esté atenta, que quiero presentar
a su supremísima, por nueva manera a maravilla, un memorial que no
tiene nada que ver con toda la caterva de todos los viejos memoriales, detallándome
por lo mínimo, y punto por punto, y hebra por hebra, como ese hideputa
dese gigante llamado Padafilando de la Fosca vista, por un modo de mirar
que tengo, metiendo el un ojo por el otro ojo (y lo hago de malvado para
meter miedo a las personas pacíficas, y a la política y al
juez Serú, y a la Camarita, y a Su Señora Cortísima
si se atreve conmigo); y por otro nombre T. Antillí, (con la inicial
sola), argentino, soltero, sin mujer y sin arrimos, (esto es sin gigantas,
de que me nazcan gigantitos); de treinta años más bien para
los treinta y uno, pequeño de firma, pero grande de pecho, anarquista
y escritor entreverado, a ratos alegre y a ratos irónico, hijo de
sus padres y de sus obras, que tiene por escudo sus dos manos cruzadas sobre
el pecho, desnudas y blancas como porcelana, o como dos terrones de repretada
nieve; por cobijamiento una celda de la cárcel, por cena una olla
que quizá hace guisar el Estado….»
El 19 de agosto de 1914 Rodolfo González Pacheco de regreso de su
gira por España, Cuba y México, asume la dirección
de diario que se edita en tamaño grande a seis columnas y con cuatro
páginas: «El cambio de redacción mejoró el
contenido de la hoja, dándole carácter más combativo
y rebelde». Cuando se llega al IX Congreso de la FORA con la
renovada cuestión de la “unidad obrera”, La Protesta
se encuentra inmersa en una serie de distanciamientos internos que la deja
sin preparación de cara a los acontecimientos. Gilimón sale
a cuestionar este nuevo intento fusionista, pero no se le oyó. La
“unión obrera” se logra y se suprime la finalidad comunista
anárquica de la FORA, con la oposición de 13 o 14 gremios.
Cuenta Santillán que «González Pacheco fue al día
siguiente a ver a T. Antillí a la prisión; éste, previamente
influenciado por Barrera, comprometió a su amigo a un cambio radical
de frente en defensa de la finalidad anarquista de la FORA. Y así
se hizo; desde el día siguiente La Protesta inició apasionadamente
la lucha contra los sindicalistas y por el anarquismo de la Federación.
A ella cooperaron, aparte de Gilimón, que continuaba escribiendo
desde Montevideo, y de Antillí, que ya había adoptado anteriormente
la misma actitud, Biaggiotti, Canosa, J. M. Suárez, García
Thomas, Allievi, etc. De los presos recordamos cartas de protesta contra
la resolución del IX Congreso firmadas por A. Barrera, López
Arango, Uboldi». Una buena parte de los gremios vuelven sobre
sus pasos. Para mediados de 1915 se comienza a publicar La Obra suplemento
quincenal de La Protesta, con dieciséis páginas,
del que salieron cuatro números.
A comienzos de 1916 Barrera acepa dinero de una empresa para intensificar
el boicot contra una marca de cerveza de otra empresa “rival”,
hecho que se hizo público. Barrera reconoce el hecho y la asamblea
entiende que el fin que lo había guiado era bueno, pero niegan el
procedimiento, finalmente la reunión lo defiende. Pacheco, Antillí,
Florencio González, A. Allievi y demás redactores abandonan
La Protesta en desacuerdo y editan por un breve lapso de tiempo
La Protesta Humana. Para Abad de Santillán este grupo se
escudó en el mencionado incidente para ocultar el motivo real de
su alejamiento que tenía su origen en la bancarrota económica
del diario. En la redacción de La Protesta ingresa F. Ganga,
que al mes es deportado, L. A. Rezzano y Emilio López Arango, que
venía de cumplir dos años de prisión por un hecho de
huelga de los panaderos en 1913. Como administrador está José
Cisano hasta junio de 1916 que regresa Barrera. La Protesta sale
bisemanal, pero luego de estabilizarse vuelve diariamente con Arango como
redactor principal.
En noviembre de 1918 se fuga Simón Radowitzky de Usuahia, pero es
arrestado en aguas chilenas por un barco de guerra de ese país y
entregado a las autoridades, lo acompañaba en la embarcación
Apolinario Barrera. El 29 se realiza un mitín de protesta rumbo a
la embajada chilena en que se dan sucesos sangrientos iniciando un período
de efervescencia social que se prolongará hasta 1921. Durante la
Semana de Enero de 1919, en palabras de Santillán: «Estalló
la huelga general en todo el país; La Protesta exhortaba a la lucha
armada, a la revolución, en dos ediciones; una por la mañana
y otra por la tarde, que eran devoradas literalmente por los trabajadores.
Faltó la capacidad para orientar ese movimiento que, con una preparación
más adecuada de los anarquistas, hubiera podido terminar en una caída
definitiva de la burguesía. Casi una semana entera estuvo Buenos
Aires en plena lucha armada. Después ocurrió lo que tenía
que ocurrir». El diario reapareció en 21 de enero, pero
las persecuciones continúan hasta el año 1922 en que comienza
a decrecer el espíritu subversivo que caracterizó la posguerra
mundial y los ecos de la revolución rusa. El 5 de septiembre se incorporan
Héctor Marino y Diego Abad de Santillán al diario continuando
con la línea crítica contra los partidarios del “frente
único” y los llamados “Anarco-bolcheviques” que
ocupaban puestos de responsabilidad en el Consejo Federal de la FORA. Estos
se expresaban principalmente a través de Bandera Roja, pero
también desde órganos como La Plebe, El Sol,
Frente Único, Frente Proletario, Bandera del
Pueblo, El Trabajo y La Rebelión (de Rosario:
fundan ALA –Alianza Libertaria Argentina– en1923, escindida
en 1925, muchos de sus componentes van a parar al Partido Comunista). A
comienzos de 1922 se publica el suplemento semanal de La Protesta,
ilustrado a ocho páginas. Se editan 255 números hasta 1926,
para luego transformarse en revista y salir quincenalmente con colaboradores
como Max Nettlau, Luigi Fabbri, Rudolf Rocker, entre muchos otros. Este
suplemento le traerá a la publicación un mayor reconocimiento
internacional. Se da en este período un aporte sobre las ideas propias
del anarquismo en Argentina, en relación al frente único del
proletariado, sobre la actitud de los anarquistas ante el movimiento obrero,
se difunde el movimiento en América Latina, etc. Sumando al esfuerzo
de la editorial de La Protesta y la librería.
En 1923 se suma a la redacción J. M. Acha y sale a fines de 1926.
En 1924 el día 4 de agosto un grupo de La Protesta, a instancias
de integrantes de la FORA, se presenta en el local de La Pampa Libre
donde tiene lugar un tiroteo resultando dos heridos por la agrupación
pampeana: Isidro Martinez y Jacobo Prince –este último quedó
con una parálisis por el resto de su vida–; por La Protesta:
Jorge Rey Villalba, delegado de la FORA, y Domingo De Mayo que resultó
muerto. Varias personas quedan detenidas. La FORA en una reunión
de delegados en septiembre decide aislar a La Antorcha, Ideas
y Pampa Libre «no consintiéndoles injerencia en
los organismos federados y retirándoles todo concurso material y
moral». Acusadas de “derrotistas” son marginadas
estas publicaciones indiscutiblemente anarquistas, más allá
de sus particularidades, que pueden ser discutibles. Aunque diga Santillán
que con el tiempo ese “error” fue dejado de lado por
la militancia, las heridas del enfrentamiento dejaron secuelas imborrables
en el movimiento obrero y anarquista. En 1929 fruto de otra oposición
en relación al accionar de Severino Di Giovanni y las acusaciones
de agente fascista que caen sobre él, se produce el asesinato de
Emilio López Arango. Durante la década del `20 La Protesta
junto con el resto del anarquismo participa en la difusión de hechos
como la masacre en la Forestal; los sucesos de la Patagonia y sus secuelas;
la fundación de la AIT y sus discusiones posteriores; las campañas
por la liberación de Sacco, Vanzetti y Radowitzky; la huelga en la
General Motors durante todo el año1929, en que la empresa es derrotada
y pide un arreglo, luego de que ochocientos autos fueran incendiados. La
serie de clausuras y allanamientos y los presos continúa.
Bajo golpes de Estado y democracias
El
movimiento obrero de inspiración anarquista todavía tiene
fuerza y beligerancia, pero ya no es aquel que podía paralizar el
país, por lo que cuando se produce el golpe de Estado en 1930 la
FORA no puede salir a enfrentar al ejército argentino. Sin embargo
se da un intento de resistir al golpe en una reunión en la ATE con
gente de diversos gremios: por La Protesta estaba Santillán;
González Pacheco y Horacio Badaracco por La Antorcha. Se
piensa hacer una huelga general, con ese objetivo Antonio Morán de
los marítimos de la FOM se compromete a hundir algunos barcos en
los canales de navegación para impedir la movilidad de la escuadra,
los ferroviarios pararían el tránsito. Badaracco redacta un
manifiesto y se queda para otra reunión, pero las fuerzas represivas
ya están al tanto de todo y comienzan a actuar. La dictadura llena
los presidios de anarquistas sobre los que cae la represión, centenares
son deportados. Joaquín Penina es fusilado por ser canillita de La
Protesta. Santillán escapa a Uruguay y vive en la casa da Radowitzky
hasta que decide volver. Así lo recordaba: «Entré
clandestinamente a territorio argentino y, al día siguiente del traspaso
del mando del general Uriburu al general Justo, reapareció La Protesta;
sin un centavo en la caja, tuvimos que apelar al esfuerzo de todos; obreros
de la imprenta, redactores y administradores; como no se podía pensar
en pagar salarios hicimos un fondo común que permitió la supervivencia
durante algunas semanas, hasta que comenzaron a llegar las primeras contribuciones».
Forma parte de la redacción Manuel Villar, además se convoca
a Jacobo Maguid (Jacinto Cimazo), Mario Anderson Pacheco, Jacobo Prince.
Como administrador está a cargo José Berenguer. Desde su apertura
reciben varios allanamientos hasta que es clausurada pocos meses después,
por lo que debe salir en forma clandestina. Se procesa judicialmente a los
redactores, y luego se prohíbe la circulación de la publicación
por correo, con la franquicia postal correspondiente. El decreto apunta
a eliminar el diario, privándole de los suscriptores. La Protesta
ya no volverá a aparecer como diario.
A consecuencia de la dictadura militar, se da el llamado Congreso de Devoto
en 1931. Se le llama así porque en la cárcel de Villa Devoto
están reunidos varios centenares de presos anarquistas de diversas
tendencias. Luego se da el segundo congreso anarquista el 13 de septiembre
de 1932 en Rosario, allí se crea el Comité Regional de Relaciones
Anarquistas (C.R.R.A.) que desemboca ya en el año 1935 en la fundación
de la FACA (Federación Anarco Comunista Argentina), toda una línea
que busca hegemonizar el anarquismo por la vía especifista, es decir:
política. La Protesta participa junto con la FORA y La
Antorcha en este Congreso de Rosario. Más tarde la FORA rechaza
los pasos tendientes a esa conformación partidaria. Hay que decir
que tras la represión de 1930, la FORA empieza a recomponerse y realiza
una huelga portuaria en 1931, ya a mediados de 1932 estaba bajo la figura
de “asociación ilícita”, sus locales
asaltados y clausurados. Tienen más de mil presos entre sus filas.
En una reunión del Consejo Federal se trata el tema del especifismo
y la orientación de La Protesta que había difundido
en algunos artículos posiciones favorables a esa tendencia, redactados
por los jóvenes Maguid, Prince y Quesada. El delegado de La Protesta
dice que en momentos de la represión general esos jóvenes
prestaron su apoyo a la publicación, que necesariamente debían
exponer sus puntos de vista, que hubo cierta desorientación general,
pero que nunca dejaron de defender la orientación anarquista en el
movimiento obrero. Esos jóvenes estarán entre los fundadores
de la FACA. En esa reunión de 1934 se declara que mientras La
Protesta no cambie de actitud no recobrará el apoyo decidido
de los militantes de esa organización. Recién en la Reunión
Regional de Delegados realizada en Rosario en 1941 se levantan las sanciones
que pesan sobre la publicación y se restablecen las relaciones con
el grupo editor de La Protesta, que es integrado con un delegado
al Consejo Federal. Para el año 1943 en otra reunión regional
realizada en Villa Constitución se resuelve: «Considerando
que el movimiento de la FORA como organismo con vida, estructura y finalidad
propias, tiene sus órganos publicitarios y que las resoluciones adoptadas
por los acuerdos de los años 1934 y 1941 relacionados con la prensa
ajena han planteado al movimiento de la FORA una serie de problemas que
dividen a su militancia, la Reunión Regional de julio de 1943, resuelve:
1º Levantar las sanciones morales que pesan sobre La Protesta. 2º
No considerar a esta publicación órgano oficioso de la FORA.»
La publicación tan estrechamente ligada a los acontecimientos por
los que atravesaba el anarquismo en Argentina sufre la reducción
de su influencia en la sociedad, al igual que el resto de los organismos
que lo conformaban. Entre alguna de sus actividades destacables está
la «ayuda al proletariado español» durante la
guerra civil con el envío de café, harina, ropa, etc.
Durante los últimos años de la década del ´40
la redacción de La Protesta funciona en el local clausurado
de la Biblioteca Popular José Ingenieros ubicado en Santander 408
y se encuentran estrechamente vinculados. La publicación aparece
sin editor responsable y sin pié de imprenta hasta la caída
de Perón en 1955. En diciembre, amplía su equipo y comienza
su aparición pública y quincenal, hasta junio de 1956 que
es clausurada y el local de la biblioteca allanado, con secuestro de material
y un detenido: Esteban Delmastro. Así recordaba Eduardo Colombo a
sus compañeros de la redacción en 1994: «Casi cuarenta
años después ¿Qué fue de aquel equipo entusiasta
que formó el nuevo Grupo Editor de La Protesta en los locales de
la Biblioteca un 20 de diciembre de 1955?
Los dispersó la vida y la muerte.
Lógicamente los que eran viejos en el 55 (a los que llamábamos
“los viejos”) se los tragó la tumba. Algunos hace mucho
como Bianchini, y también Delmastro, De la Fuente, Naso, Roque Francomano.
Humberto Correale, siempre activo en el movimiento hasta el fin, murió
a los 94 años de edad el 7 de julio de 1992.
De Aboy, de edad intermedia entre los viejos y mi generación no supe
nada; se apartó del movimiento, creo, en la década de los
60.
Los que teníamos entre 24 y 30 años en la época: Solomonoff
murió joven de un accidente cerebral. Savloff fue secuestrado y asesinado
por la Triple A en 1976. Tello murió en un accidente de auto a fines
de los años 60 (68?). Sus tres hijos (que comenzaron a militar más
tarde en el anarquismo) fueron secuestrados y asesinados por la dictadura
militar. Oscar Milstein, también activo hasta el final, murió
hace dos años, el mismo año que Noé Burzuck.
César Milstein, que era el encargado de la expedición del
periódico (pero que fue rápidamente suplantado por Antonio
López), se ocupa de su premio Nobel en Cambridge. Periès y
Colombo pasan “des yours tranquilles à Paris”, comiendo
el “amargo camember del exilio”
Iturralde (“el gordo Victor”) sobrevive en Buenos Aires y Spitz
es director del Instituto Malbrán.
Vicente Francomano, con más de 90 años, continúa ocupándose
de la Biblioteca José Ingenieros».
Al cumplirse los 60 años de La Protesta el Grupo Editor
publica un nuevo suplemento en septiembre de 1957 que incluye una carta
de Rudolf Rocker alentando a la lucha, su última carta. Un segundo
número aparece, pero ya no saldrá ninguno más.
Hacia el actual grupo editor
A principios
de la década del ´70, La Protesta se encuentra con
ciertas dificultades para salir por lo que convoca a nuevos compañeros
para integrarse al grupo editor. Al poco tiempo surgen discrepancias. En
el 2004 Amanecer Fiorito describió lo ocurrido en La Protesta
en el año 1971: «¿Hecho histórico? Reyerta
de esquina, casi.
Un local de Barraqueros en Avellaneda, la edición del periódico
en manos de viejos laburantes. En algún momento se sumó un
grupo de siete u ocho compañeros de La Plata (posteriormente integrantes
de R.L.). al poco tiempo diferencias y entredichos. Ni “elección
interna”, ni expulsión; retiro de la parte minoritaria (los
jóvenes de La Plata), la búsqueda de éstos, de una
convocatoria al movimiento por medio de la relación con la “Biblioteca
José Ingenieros”.
La convocatoria y el encuentro. Los viejos compañeros a cargo del
periódico, la Biblioteca José Ingenieros, el grupo de La Plata,
más algunos compañeros que concurrieron en forma individual.
Vale aclarar que el periódico estuvo durante años en manos
de “la Biblioteca” y que después de mucho tiempo sin
salir, los compañeros de Avellaneda y otros se encontraron con aquellos
para saber de las dificultades y dar una mano. Estos respondieron “no
tenemos nada que decir” y cedieron el periódico sin querer
participar. No es difícil imaginar los orígenes del problema
y la convocatoria.
Mi concurrencia, independiente y crítica, hacia el periódico:
cierto anquilosamiento y principalmente los desacuerdos con artículos
con los que colaboraba una hija de Rodolfo González Pacheco (también
lo hacía entre otros Osvaldo Bayer) sobre la guerrilla urbana que
me parecían poco fundamentados.
A la totalidad del grupo de La Plata los conocí ahí, en ese
momento. El comienzo del debate, la palabra de Jorge Solomonof de la biblioteca,
mucho conocimiento y varios libros editados, su exposición de más
de una hora y como cierre una moción, que el que hablase no lo hiciera
por más de diez minutos. La palabra de otros compañeros, interrupciones
de ambos lados, la actitud burlona de jóvenes de la Biblioteca. Miré
a los viejos laburantes –frontales, sin astucias, insuficientes para
conspirar– su indignación, y me di cuenta que al menos, no
tenían los músculos totalmente atrofiados –los músculos
y no el dedo, como después algunas vocecitas dejaron deslizar–
el clima tenso y el impasse postergando la reunión para otro día.
El nuevo encuentro, la continuidad de la reunión, el mismo clima
y el incidente: la llegada a la reunión de dos compañeros
muy mayores, Eliseo Rodríguez y Ponce de León, dos de los
expropiadores más notorios del anarquismo. La risa de los jóvenes
mencionados, la reacción de varios, entre ellos yo –de activa
participación después se dijo– y el final del debate.
Ni expulsión, ni “elecciones internas”.
De ahí data mi incorporación a La Protesta. Mi Recuerdo para
todos aquellos compañeros que ya no están: Aquilino López,
Alfredo Tomaschio, Nicola Comendatore, mi viejo Victorio Fiorito, el Cholo
Charrelli, Humberto Correale, Jorge Couchoupolos, Domingo Martinez y otros
que colaboraban».
Con el correr de los años el compañero Amanecer será
el principal referente de La Protesta que ahora cumple 110 años
de existencia y lucha por lograr la liberación integral del ser humano.
Sin duda tras su muerte se cierra una etapa en la vida de la publicación
anarquista, pero quedan los compañeros bocetando las páginas
de lo que aún está por venir…
M.S.C.
PALABRAS DE AMANECER FIORITO EN EL CIERRE DEL ACTO POR LOS 100 AÑOS DE LA PROTESTA REALIZADO EL 14 DE JUNIO DE 1997 EN LOCAL DE LA F.L.A. VOLVER
Situación
nueva para mí... arriba de una tarima, espero no marearme.
A diferencia de Osvaldo (Bayer) que decía recién que no tenía
memoria, yo además no tengo oratoria... entonces lo que resulte,
tal vez resulte, es que termine siendo un tipo difícil de entender.
En principio lo que queremos hacer es agradecer a la F.L.A. (Federación
Libertaria Argentina), a los compañeros de la F.L.A., y principalmente
a un compañero que murió hace un mes y pico, Enrique Palazzo,
y sobre esto voy a decir algo. No acostumbro a tirar flores de plástico.
Con el compañero Palazzo tuvimos diferencias ideológicas,
tal vez infranqueables. En el transcurso del tiempo había tenido
algunos encontronazos, solidaridad y afecto, y, estoy seguro que para el
ser humano, aspirábamos cosas comunes.
También, decir que en estos días hizo un año que la
policía mató a un compañero, Sergio.
Bueno... ahora me voy a referir a la razón del acto, los cien años
de La Protesta. Los compañeros que me precedieron se expresaron en
varias direcciones, tocaron parte de la historia, y yo, como actual componente
del grupo y designado por los compañeros, voy a hablar sobre la actual
posición ideológica.
Nos place, nos da alegría, el encuentro con compañeros, con
simpatizantes, con allegados, pero también tenemos preocupaciones,
tenemos una ideología social. Y a nosotros no nos cabe aquello de
“se te ha arrugado la cara de tanto sonreír”, sería
triste.
Seguimos sosteniendo una posición que para muchos es caduca, seguimos
en la búsqueda de una sociedad anarco-comunista y para esto se necesita
un compromiso revolucionario.
Yo me siento en guerra, una guerra que me han declarado, que la sufro y
que me humilla y si me porto más o menos bien, si hago más
o menos buena letra es por razones obvias. Y nosotros, o yo, a pesar de
esto o como consecuencia de esto, no me voy a refugiar en ninguna biblioteca...
no me voy a refugiar, en la posibilidad de la belleza de un buen día
al aire libre, viendo como las hormigas hacen el amor para después
aparecer como un culto observador de la vida. Creemos que el compromiso
es más serio.
La gente, los compañeros, estamos buscando, en la búsqueda
de un movimiento anarquista. En general se le atribuye a una cuestión
de buena o mala voluntad y nosotros creemos que es un problema ideológico.
Tal vez éste no sea el marco adecuado, pero nosotros creemos, que
sí, es una posibilidad para plantear las reales causas por las cuales
existen dificultades. Entonces me voy a referir a algunas de las diferencias
que tenemos, la visión que tenemos frente a algunos problemas.
Anda circulando por distintos lugares, un cuestionario o una consulta, para
nosotros más bien es una toma de posiciones, en la cual, entre otras
cosas se pregunta si tendría razón de ser, lo que nosotros
creemos son los elementos que generó el anarquismo para enfrentar
o para afrontar sus críticas: si tendría o tiene el mismo
peso de poder, se pregunta la consulta, el Estado, Dios, la Patria, el militarismo,
el parlamentarismo. Y nosotros creemos que el concepto de Dios sigue existiendo,
por lo tanto Dios existe, que el concepto de Patria sigue existiendo, que
el parlamentarismo, el Estado, el militarismo sigue existiendo, sigue pesando
y sigue siendo factor de peso en la explotación del hombre por el
hombre.
Concurrimos hace un buen tiempo a un encuentro, en el cual la máxima
era: “Acción directa no violenta”. Cuesta encontrarle
alguna coherencia a la frase. Uno ve como esta sociedad, como la gente empieza
a sublevarse. Escuché el otro día por radio, que por día
en el mundo mueren 34.500 criaturas que se salvarían con 55 centavos
de dólar, entonces... ante ciertas cosas, ciertas cosas dan vergüenza.
Nosotros creemos por otra parte, que al anarquismo se lo está reduciendo.
Tal vez no sea una cuestión intencional. Y una de las formas de reducirlo,
es en las definiciones de grupos, por ejemplo, ecologismo, feminismo. Y
en esto no hay nada personal, sabemos que en esos grupos hay gente valiosa.
Pero hay cosas tan absurdas, como sí yo acá, plantease la
formación de un grupo machista. Y en realidad creemos que el anarquismo
contempla esas particularidades y esas totalidades del ser humano y las
necesidades sociales.
Hoy está muy en boga el concepto de globalización, no lo negamos,
no nos negamos a debatirlo, pero creemos que el discurso de la oposición,
en muchos casos el nuestro, lo genera y le da forma el poder; y que muchas
de las respuestas que se tiene para esa globalización están
encuadradas en las estructuras sociales imperantes. Sabemos que el poder,
con el concepto de globalización, viene manejando otras pautas, por
ejemplo, la muerte de las ideologías. Creemos que la realidad del
concepto de globalización a partir de como lo miramos, también
empieza a ser un globo, un globo al que en lugar de intentar pinchar, estamos
oxigenando. Y creo que esto merece una réplica.
Nosotros seguimos creyendo en las pautas de movimiento de Bakunin, creemos
que las bases más sólidas están en el pensamiento de
Bakunin. Y creemos que el concepto de libertad que Bakunin sostenía
y quiso desarrollar, no tuvo continuadores. Esto sin dejar de reconocer
el aporte de otros pensadores y las grandes experiencias que se han dado.
Creemos que muchas de las posiciones de Bakunin han sido interpretadas de
determinadas maneras y nosotros no coincidimos con muchas de ellas. Por
ejemplo, alguna de las máximas que dejó establecidas que son
tan conocidas por nosotros, tan mencionadas, como: “destruir es construir”.
También en algún momento dijo que: “había que
destruir todo, menos la novena sinfonía de Beethoven”, entonces
uno, forzando el pensamiento propio, dice que lo que decía Bakunin
era que “había que destruir todo, o nada”. Y como consecuencia,
ese elemento tan fundamental en el pensamiento Bakuniniano, con la Revolución,
podía ser (era) además de imprescindible, imprevisible. Este
gran creador de la organización obrera, campo donde los anarquistas
han tenido su sentido de existencia, su peso, también en algún
momento dijo que los bandoleros eran los auténticos, los verdaderos
revolucionarios. Y yo creo que tendríamos que ir prestando atención
a algunas cosas, para ir encontrándole respuestas a esta sociedad,
esta sociedad cambiante, y en realidad llegar a ser lo que pretendemos ser
e ir actualizándonos.
Todo lo que traje... algo anotado... en realidad no dije absolutamente nada
de lo que tenía anotado. Me es imposible retener algo, pero digo
que esto, lo que he expresado, no va dirigido a los ortodoxos de la novedad,
ortodoxos porque adhieren a todas las novedades y de toda novedad, hasta
nuevo aviso, son ortodoxos. Y esto no tiene nada que ver con el devenir,
ni con la evolución del pensamiento, va dirigido a compañeros
anarquistas, y no anarquistas, con muchos de los cuales discrepamos, pero
a los cuales les reconocemos seriedad y compromiso en la militancia.
Por último diría que nosotros no somos solamente una minoría
encargada de hostilizar al sistema... una minoría ético-moral,
encargada de hostilizar al sistema, somos mucho más que eso, somos
una posibilidad concreta de estructura social. Además de ser buenos
tipos, somos revolucionarios. Y tal vez la cosa esté mucho más
cerca de lo que nosotros podamos ver y percibir.
Les pido disculpas, pido disculpas por algo indebido que haya podido decir
y haya tocado a alguien. Lo debido es otra cosa...
Pero además de última o mejor dicho, tendría que pedir
disculpas también, por lo poco claro que pueda haber sido. Pero de
última, me queda el consuelo de saber que el anarquismo es “una
militancia que a veces va acompañada de palabras”.
También, algo de lo que dije pudo haber parecido agresivo y también
inocente, y tal vez lo sea. En un mundo criminal, con una cultura miserable,
donde la gran mayoría hace coro o silencios, de qué otra manera
se puede expresar la ética o si se quiere la dignidad.
Quiero mucho a los anarquistas de hoy, incluidos los contrincantes, a los
anarquistas que ya no están y a los que van a venir...
Publicado en La Protesta Nº 8200, agosto-septiembre 1997