Nuestra
comprensión de la tarea de Consejo Astrológico se puede resumir en lo
siguiente:
1.Existen muchas aproximaciones al asesoramiento, diría que casi tantas como
las personas que lo realizan.
2. Ninguna de estas aproximaciones es correcta o incorrecta en sí misma. Lo
adecuado o inadecuado del asesoramiento viene dado por el uso de determinada
aproximación con determinado cliente. En definitiva, depende de la "perspicacia"
– permítaseme usar esta palabra para comenzar- del consejero.
3. Esto nos pone en línea con la responsabilidad del consejero y con lo que
para mi puede considerarse como un axioma: "nadie puede dar mas de lo que
tiene", y, su complemento "lo que uno tiene para dar está en proporción
directa con lo que uno es". Es decir, llegamos al punto que, para poder
desempeñarse como consejero es sumamente importante haber alcanzado una elevada
comprensión de la vida y del fenómeno humano en general. Evolución. Podría
decir que cómo mínimo un consejero debe hallarse en la etapa de, por un lado
ser y comprenderse a sí mismo como único responsable de su propio crecimiento,
y por el otro que el propio crecimiento se obtiene de la interacción con los
demás.
4. La tarea de consejo podría resumirla como de contención y de guía. La
proporción de cada una depende de la circunstancia y de la etapa del proceso en
que se encuentra el consultante en cada momento. Aquí aparece otra cualidad
importante del consejero: el "timing", es decir su capacidad de
percibir los procesos psicológicos y aportar la herramienta mas adecuada para
el presente de consultante.
5. El hablar de procesos hace aparecer en escena otro tema que considero vital:
existen diferentes senderos que permiten dejar los oscuros bosques de la
indiferenciación para aventurarse hacia la resplandeciente cima de la montaña
de la individuación. No hay una única forma de llevar a cabo el proceso.
6. Para esto es sumamente importante lograr ver al consultante con una visión
mas bien dinámica que estática. Los estados - sin importar el tiempo que
permanezca uno en el mismo (puede incluso incluir toda la vida) - están
supeditados a los procesos. Y los procesos siempre se desarrollan ... nos guste
o disguste a nosotros.
7. El consejero debe poder ver los estados dentro del proceso individual de
consultante. Aquí se me ocurre una analogía. Si encontramos a una persona con
su automóvil atascado en el barro y no reconocemos primero su "estado"
corremos el riesgo de insistirle al desafortunado conductor que acelere ya que
"se supone que, por tratarse un automóvil, éste debe moverse y, para eso
tiene 100 caballos de fuerza". Obviamente es muy probable que el auto no se
mueva ni un centímetro hacia delante, mas bien medio metro hacia abajo. Los
riesgos adicionales son fundir el motor o si intentamos tractorearlo con "nuestra
4x4" - ya lo hicimos otras veces con mayor o menor éxito -, romperle el
paragolpes. Para los fines prácticos, el auto queda muy dañado y las
reparaciones costarán mucho mas que al comienzo.
Conclusión: primero restaurar el estado - levantar lentamente el auto, poner
unas piedras o ramas debajo para luego intentar moverlo suavemente hasta que
pueda liberarse y retornar a su estado natural de movimiento -, si se intenta
tironearlo debe observarse si resistirá en empujón o se desmantela.
Segunda conclusión: nótese la importancia del consejo adecuado en el momento
apropiado. Podría seguir con la analogía y decir que, normalmente aquellos que
con sus consejos nos "ayudan" a que el automóvil se "entierre"
mas o nos destruyen el paragolpes, rápidamente desaparecen –siempre
encuentran que tienen "otra cosa importante para hacer" dejándonos
peor que antes. Si el consejero no alcanza percibir todo el problema o no se
siente capacitado para brindar la ayuda adecuada - puede demandar tiempo y mucho
esfuerzo el restaurar un estado antes de iniciar nuevamente el movimiento - lo
mejor que puede hacer es aceptar que no puede hacerlo –deberá discutir el
tema primero con su ego-.
8. De todo lo anterior vuelve a surgir el tema fundamental: la responsabilidad,
vinculada directamente con la evolución del consejero.
9. Existe otro tema que considero muy importante para la persona que se dedica a
la tarea de asesoramiento y es el hecho de la profunda vinculación que tiene el
problema del consultante con el propio proceso del consejero. Si la posición
del consejero es de apertura, podría decirse que recibirá un "bonus"
que puede incluir la comprensión de alguna faceta oculta o inadecuadamente
considerada de su propio proceso.
10. Por otro lado, si bien existe una gran responsabilidad por parte del
consejero, entiendo que esta se limita al contexto descripto, es decir además
de poseer "Buena Voluntad" y "Humildad", deberá mantener un
elevado estado de apertura, preparación, observación de los procesos,
paciencia, contención y capacidad de guía, empatía y capacidad de contacto.
11. La responsabilidad final sobre los resultados que se obtengan del uso de los
consejos (suponiendo que fueron dados por un consejero responsable) reside pura
y exclusivamente en el consultante. La decisión para iniciar la acción que
promueve los cambios de estado es una prerrogativa que posee como responsable último
al consultante. Es una responsabilidad que está ligada con la libertad de
decidir su presente y su futuro. Esa acción deberá surgir de la clara percepción
de una necesidad de modificar el estado presente. Las acciones llevadas a cabo
sin una clara percepción de aquella necesidad están signadas por el fracaso,
son sólo una ilusión que se diluye cuando desaparece el "ilusionista"
- el consejero - dado que eran acciones para satisfacer las necesidades del
consejero no del consultante.
Como alguien dijo alguna vez, además de dar el pescado (modificar y mejorar el
estado) hay que enseñar a pescar... (restaurar o restablecer el proceso). Las
personas aprenden a pescar cuando reconocen claramente su necesidad de seguir
viviendo.
Aquí aparece otra circunstancia del consejo, cual es el hecho de que resulta
mucho mas sencillo para el consultante acudir a una consulta donde "nos den
el pescado". Esta es la fase de inicio de una situación de dependencia de
la cual el consejero debe estar muy alerta.
12. Sobre el tema de la dependencia observo dos vertientes, una funciona a un
nivel más inconsciente que la otra.
Esto sucede cuando el consejero, ya sea por falta de voluntad o falta de
capacidad, no quiere o sabe "enseñarle a pescar" al consultante. Con
esto no quiero significar que haya que enseñarle a pescar desde el comienzo,
dado que eso varía con el estado presente de consultante (fijo, cardinal o
mutable), sino que una vez restaurado es estado inicial de conflicto (principalmente
ante una actitud fija del consultante) debería propiciarse el movimiento, que
puede incluso llevar a alejamiento del consultante para que este siga su propio
camino.
13. La primer vertiente se origina en el beneficio económico que reporta la
consulta. Es mas fácil "darle el pescado" o mejor dicho vendérselo.
14. La segunda se refiere al hecho de que si el consultante aprende a pescar ya
no será mas "consultante" y por lo tanto el consejero tampoco será
"consejero". Esta vertiente es un tanto más inconsciente pues se
relaciona con valores más profundos que el dinero que se recibe por la consulta,
se relaciona con una fuerte identificación de los roles y una profunda
necesidad de sentir el poder que se ejerce sobre otra persona. Algo similar creo
que es tratado por Guggenbuhl-Craig aunque no leí su trabajo..