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13 días de Estado de Sitio en Bolivia

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 Pidiendo perdón "por los niños desamparados en la oscuridad de la noche, por los disidentes políticos perseguidos y encarcelados ..." el 20 de abril del presente año, el General Hugo Banzer Suarez anunció que después de 13 días de vigencia del estado de sitio, su gobierno había decidido levantarlo debido a "los actos de convulsión social que sufrió Bolivia en los últimos días y que originaron la medida de excepción han sido superados..." De esta manera se ha constituido en el estado de sitio más corto de nuestra historia, así como en el más sangriento, por lo menos en lo que toca a esta etapa democrática iniciada en 1981. Se registraron 5 muertos, 48 heridos, 50 detenidos y 22 confinados. Aparte de ser el corolario de actitudes torpes y sin rumbo de parte del gobierno, el estado de sitio ha sido la consecuencia de siete días de combativas movilizaciones de obreros y campesinos distintas regiones del país.

Durante la segunda semana de abril, tres movilizaciones pusieron en jaque al gobierno:

Amotinamiento de la Policía

Paro total y bloqueos en la ciudad de Cochabamba

Bloqueo de Caminos en todo el país

En cada uno de los casos, desde hacen varios meses el gobierno se había negado sistemáticamente siquiera a escuchar las peticiones tratando llevar adelante los planes de consolidación del neoliberalismo. La miopía del gobierno llevó a estos hechos explosivos que actuaron como válvula de escape a la desesperante pobreza en que han ido sumiendo a las masas 15 años de neoliberalismo.

Amotinamiento de la Policía

Hacen aproximadamente dos meses y ante la sorpresa del Comando Nacional de la Policía y el Gobierno, un cabo de Policía se declaró en huelga de hambre en la Plaza 24 de Septiembre de la ciudad de Santa Cruz pidiendo aumento salarial para la tropa. Un policía de tropa gana menos de Bs. 500 ($us 82) al mes. Obviamente, el cabo fue obligado por la fuerza a suspender la medida y fue trasladado a La Paz. Debido a la intervención de Derechos Humanos, el Comando se comprometió  a no sancionarlo.

La valentía del cabo fue imitada por una Sargento de Policía, quien el 2 de abril se declaró en huelga de hambre en la ciudad de La Paz, también reivindicando el aumento salarial además el respeto a los derechos humanos de los policías (por parte de sus superiores), aumento del seguro de vida y otras peticiones. Esta huelga se fue masificando poco a poco con apoyo de las esposas de policías, alcanzado el 7 de abril a más de veinte personas que se habían instalado en la sede de la Central Obrera Boliviana.

Paro total en Cochabamba

Como parte del plan neoliberal el gobierno había entregado a la transnacional "Aguas del Tunari" la administración de la distribución del agua para la Ciudad de Cochabamba por un período de 40 años y la ejecución del Proyecto Misicuni. Como siempre han hecho los gobiernos, el contrato firmado era desventajoso para la población, además que se fue demostrando que "Aguas del Tunari" era una empresa deficitaria y no tenía la menor intención de invertir un solo peso. Por lo que, lo primero que hizo fue aumentar las tarifas.

Por otro lado, el gobierno planeaba aprobar la Ley 2029 para normar la explotación, distribución y comercialización del agua. En acuerdo a esta ley, todos los pozos privados que existen pasaban a propiedad de "Aguas del Tunari".

Además, la ley también atentaba a la propiedad de toda vertiente natural o artificial de agua que tradicionalmente ha pertenecido a las comunidades campesinas.

La población de Cochabamba, principalmente a través de las Juntas Vecinales habían hecho conocer su protesta en forma constante contra la empresa "Aguas del Tunari" y contra la aprobación de la ley 2029. Lo mismo habían hecho los campesinos del Departamento de Cochabamba principalmente a través de las OTB y la Asociación de Regantes. En el desarrollo de estas protestas se había formado la Coordinadora del Agua, a la cabeza del dirigente fabril Oscar Olivares y del Diputado por el NFR Gonzalo Maldonado. Luego de algunas marchas, la Coordinadora convocó a la toma simbólica de Cochabamba el 3 de febrero del presente año.

Con el objetivo de evitar las marchas, centenares de "dálmatas" (grupos policiales especializados en represión callejera) habían viajado expresamente desde La Paz. El 3 de febrero, multitudinarias marchas partieron de diferentes puntos de la ciudad con el objetivo de tomar la plaza. A esta actitud el gobierno respondió con una brutal represión de los manifestantes, quienes sin embargo no se replegaron y por dos días Cochabamba fue escenario de violentos enfrentamientos con varios heridos de ambos bandos. Ante la gravedad de la situación, la Iglesia medió para poner fin al conflicto y el gobierno se comprometió a revisar el contrato con Aguas del Tunari. La Coordinadora luego de mostrar su fuerza, había dado un plazo de 60 días para ello. Sin embargo, durante las negociaciones, la Coordinadora fue echada a un lado y el gobierno utilizó al Comité Cívico ensalzándolo como único representante válido de la población y con el cual se llegaron a acuerdos "satisfactorios para Cochabamba".

Así llegó el 4 de abril, fecha para la cual –ignorando las conversaciones entre Gobierno y Comité Cívico- la Coordinadora convocó al bloqueo de calles y carreteras en la Ciudad de Cochabamba y las provincias aledañas. Existían dos objetivos claros e innegociables: Ruptura del contrato Gobierno - Aguas del Tunari y aprobación de la ley 2029 con las enmiendas solicitadas por la Coordinadora. Esta vez el gobierno no cometió la torpeza de reprimir la movilización y esperó a que el cansancio derrote la acción de la Coordinadora. Sin embargo, luego de tres días de acción; los campesinos, obreros, campesinos y clase media habían levantado barricadas infranqueables en todas las calles y principalmente en las carreteras de acceso a la ciudad. Cochabamba estaba totalmente paralizada y con ella gran parte del país, debido a su estratégica situación geográfica que la convierte en paso obligado para unir el trópico con el altiplano y al norte con el Sur de Bolivia.

La situación estaba explosiva, acatando las decisiones de un Cabildo Abierto la Coordinadora intervino las Oficinas del Comité Cívico e intento lo propio con las de Aguas del Tunari. El 7 de abril las masas sitiaron la Prefectura. El gobierno se vio obligado a negociar y tras arduas y duras conversaciones en las que la Coordinadora no cedía en nada, el Prefecto Hugo Galindo a las 16 horas informó que el gobierno había decidido romper el contrato con Aguas del Tunari. Las masas festejaron, bailaron en las calles. El obispo de Cochabamba, uno de los principales mediadores ofició una "misa de reconciliación"   Sin embargo, a las pocas horas, se supo que todo había sido un engaño: Banzer anunciaba que Aguas del Tunari no se iba y que el gobierno iba a hacer respetar los convenios con inversionistas extranjeros y exigía el inmediato levantamiento de los bloqueos en Cochabamba.

Bloqueo de Caminos en el Altiplano

Ante el llamado de la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia dirigida por Felipe Quispe, apodado "El Mallku", el 1 de abril había empezado un bloqueo de carreteras todo el país. La Paz, Oruro, Cochabamba, Chuquisaca, Beni, Potosí y Tarija iban implementado la medida. Los campesinos demandaban la derogación del ley INRA y la anulación del Proyecto de Ley del Recurso Agua. Pese a que el ejército salió a resguardar las carreteras, los bloqueos iban creciendo, principalmente en el Departamento de la ciudad de La Paz. Al pasar de los días los bloqueos fueron creciendo en intensidad logrando aislar a La Paz para el viernes 7. El ejército levantaba constantemente las barricadas. Sin embargo, en cuanto los soldados se retiraban, los campesinos volvían a bloquear las carreteras.

Estado de sitio

La intensidad de los tres conflictos descritos más arriba, coincidieron peligrosamente el jueves 6 y viernes 7 de abril. Aún sin anunciar oficialmente el estado de sitio, el gobierno empezó a reprimir a partir de las primeras horas del sábado 8. Allanó los domicilios de dirigentes de la Coordinadora en Cochabamba, logrando detener a dos dirigentes; detuvo al Mallku en La Paz así como a una treintena de dirigentes. Inmediatamente 28 detenidos fueron confinados al oriente de Bolivia.

En La Paz, el gobierno había decidido intervenir el piquete de huelga de hambre de la sargento de policía y de esposas de policías. Pero cometió la torpeza de instruir esta acción al Grupo Especial de Seguridad, el cual se negó pues eran sus propias esposas las huelguistas. Así, este batallón se amotinó, se armó y decidió no salir de su cuartel y pidió el 30% de aumento salarial. El gobierno tuvo que recurrir a oficiales para cumplir el trabajo sucio de "sacar a patadas" a las huelguistas. Finalmente, alrededor de las 10 de la mañana el gobierno anunció el estado de sitio.

El estado de sitio no sitia

Lejos de amedrentar, el estado de sitio avivó más los conflictos.

Las huelguistas de hambre de la policía, se volvieron a reagrupar en la Sede de Trabajadores de la Prensa y a medida que pasaban las horas, se iba masificando más. Cada hora se sumaban más policías al motín y recibían apoyo en otras ciudades. Algunos estudiantes y familiares de los policías apoyaron militantemente a los amotinados: haciendo guardia en las puertas para evitar que el ejército asaltara y llevándoles comida. Inclusive llegaron a sacar e empujones a generales que venían "a negociar". Los amotinados elevaron sus pretensiones, del 30% al 50% de aumento salarial. Paralelamente, en otras ciudades los policías iban haciendo conocer su apoyo decidido al motín.

En Cochabamba no se había retirado una sola barricada y la población empezó a enfrentarse con la Policía y logró rebasarla. Así la Policía tuvo que replegarse a sus cuarteles. Salió el ejército y también se enfrentó con los manifestantes hiriendo a 8 personas y matando a una.

La detención del Mallku, enardeció más a los campesinos aimaras del Departamento de La Paz. Los bloqueos y enfrentamientos entre ejército y campesinos se endurecieron principalmente en Achacachi, Batallas y Lahuachaca. Como resultado de ello, murieron tres campesinos y un Capitán de Ejército fue linchado por los campesinos de Achacachi. Más de dos mil quinientos soldados tomaron Achacachi, pero los bloqueos no cesaban.

Triunfo de la Coordinadora

El gobierno comprendió un poco tarde que la movilización de Cochabamba era imparable y no la pudo debilitar ni con el estado de sitio ni acusándola de estar financiada por el narcotráfico ni advirtiendo que estaban atentando contra su propio desarrollo. La movilización de Cochabamba a la cabeza de la Coordinadora era impresionante. Los cabildos se realizaban cada día en la Plaza 14 de septiembre. Los bloqueos y marchas organizadas y espontáneas en la ciudad crecían por doquier, la solidaridad de los pobladores del centro de la ciudad era grande. Preparaban comida y bebidas para los que habían venido de las provincias y de los extremos de la ciudad. Pese a las cuantiosas pérdidas económicas que se venía sufriendo, ningún hombre, ninguna institución se quejó.

Finalmente, el lunes 10 el gobierno se arrodilló ante la Coordinadora y concedió todas sus peticiones: Rompimiento del contrato con Aguas del Tunari, aprobación de la ley 2029 con las enmiendas hechas por la Coordinadora, liberación de los dirigentes detenidos y confinados en San Joaquín (oriente de Bolivia solo accesible por avión). El gobierno se vio obligado a convocar a una sesión del parlamento con tres horas de anticipación, para que pudiese aprobar la mencionad ley.

Policías obtienen aumento salarial

El domingo 9, en pleno estado de sitio también, el gobierno cedió ante la Policía. Concedió el aumento del 50 %. Con lo que terminó este conflicto que quemaba a Bánzer. A los dos días, el grupo de amotinado de La Paz reprimió duramente las manifestaciones universitarias, olvidando el apoyo que habían recibido.

Campesinos y gobierno firman cuarto intermedio

El viernes 14 de abril, los campesinos aunque "no confían en el gobierno", decidieron levantar los bloqueos por un lapso de 90 días. Con mediación de la iglesia, se firmó un convenio de 18 puntos. Entre los que están: la liberación del Mallku, la liberación de detenidos y confinados, la indemnización a familiares de muertos y heridos, revisión de la ley INRA y del Proyecto de ley del Recurso Agua.

El estado de sitio nació muerto

A través de toda su gestión, el gobierno de Banzer ha demostrado una incapacidad y torpeza en su administración, además de un cinismo sin precedentes ante la imparable corrupción. Estos traspiés, que al margen de ahondar la miseria de las masas, va provocando el beneplácito de la oposición burguesa han llegado a intranquilizar a su amo del Norte quien estaría apadrinando al vicepresidente Tuto Quiroga para lograr una sucesión constitucional. Debido a esto, Banzer se atrevió a "investigar" al vicepresidente. El MBL solicitó su renuncia.

Como una torpeza más está el manejo de los conflictos anteriores. El gobierno no supo medir la magnitud de los conflictos, principalmente el de Cochabamba. Pese a que tuvo siete años de experiencia reprimiendo a las masas, en este estado se sitio no logro contenerlas, pese que los movilizados eran una pequeña porción dela población boliviana. No obtuvo nada con el estado de sitio. Fue derrotado en cada uno de los conflictos y daño severamente su imagen en el interior así como el exterior del país.

Luego de la solución de los tres conflictos descritos al principio, aún vivimos protestas diarias y enfrentamientos entre universitarios y policías; amenazas de paros cívicos, etc. Nadie se da por enterado que estas acciones están prohibidas en un estado de sitio. El gobierno lanzó el estado de sitio pero no supo para qué y en un ataque de lucidez, el jueves 20 decidió el levantamiento de esta medida.

Pero, Banzer no solo se aplazó en la represión sino que también en lo económico y en lo social. Banzer anda a ciegas, su plan contra la pobreza avanza sin cesar, pero empobreciendo a las masas. No tiene un plan de gobierno, ni siquiera un equipo medianamente capaz. Sus colaboradores renuncian día a día y saltan de un ministerio a otro. Falto de un plan de gobierno realizará el Diálogo Nacional II, en el que espera que le digan como gobernar el país. Tan grande es su miopía que este "diálogo" que lo desnuda en su incapacidad es un orgullo para el.

Angurriento de volver al poder, el MNR aplaude estos tumbos del gobierno que evidentemente le van allanando el camino para su regreso en el 2002.

Ausencia de dirección revolucionaria

Políticamente, ADN perdió mucho, lo que cosechó el MNR. Sin embargo, ningún partido de izquierda pudo capitalizar estos conflictos. La movilización de Cochabamba alcanzó niveles pre insurreccionales. La Coordinadora nacida de acuerdos entre las juntas vecinales, campesinos y algunos sindicatos obreros, condujo una de las protestas más fuertes desde 1985. Las marchas diarias, los bloqueos permanentes organizados en los barrios tenían características proto sovietistas. El control de las bases era permanente y los dirigentes de la Coordinadora respondían a los grandes cabildos que se realizaban en la plaza 14 de septiembre. Si bien está movilización por si sola hubiese sido posible, fue fortalecida por los bloqueos de carreteras que se iban dando en el resto del país. La Coordinadora logró lo que nadie logró desde 1985: hacer retroceder al gobierno en la aplicación de la política neoliberal y además lograr el 100% de sus peticiones. El rompimiento del contrato con Aguas del Tunari es un revés serio a la política neoliberal, El estado perderá casi 10 millones de dólares ademas que seguramente esto ha molestado grandemente al FMI.

Sin embargo no hay que perder de vista que la pre-insurrección de Cochabamba, fue alimentada principalmente por la crisis económica que está sumiendo  a las masas en una pobreza y marginalidad que crece cada día. El costo de vida se incrementa día a día y ya empieza a tocar las puertas hasta de la alta pequeña burguesía. La explosión en el número de profesionales está creando, como nunca, un pequeño ejército de desocupados de ingenieros, abogados, médicos, etc.

Si bien, entre los principales dirigentes de la Coordinadora estaban el dirigente fabril Oscar Olivares y Miguel Lora (Profesor, militante del POR) los grandes ausentes fueron los obreros organizados. La COB que está pasando una de sus peores crisis desde su creación, tímidamente convocó a un paro de 24 horas. Sin embargo, este paro pasó desapercibido.

La Coordinadora se formó ante la ausencia de un instrumento anti neoliberal. En el pasado, fueron los obreros que a través de la Central Obrera protagonizaban estas reivindicaciones cívico – económicas. llevaban adelante no pudo ir más allá por sus limitaciones propias pues nació como un ente cívico. Hoy la COB dividida en dos bandos, ha perdido convocatoria y credibilidad no solo ante la clase media, sino también ante los propios obreros de base. Los obreros estamos esperando con incertidumbre la "flexibilización laboral". Si no logramos la unidad y la alianza con los sectores empobrecidos del país, no podremos parar este golpes que ya se viene.

La pobreza parió a la Coordinadora y el ejemplo debe imitarse. Miles de desocupados, obreros y campesinos sumergidos en la miseria esperan el empujón para otras coordinadoras.

Si la Coordinadora llegaba a romper sus propias ataduras pudo llegar lejos. Los manifestantes estaban tocando las puertas de los cuarteles. La ausencia de una organización revolucionaria capaz de impulsar ese salto, fue patente una vez más.

ˇPor Coordinadoras contra la pobreza!

ˇMuera la burguesía!

ˇMuera la flexibilización laboral!

ˇMuera el neoliberalismo!

ˇPor una dirección obrera revolucionaria!

ˇProletarios del mundo, uníos!

 

Poder Obrero

Bolivia, 24 de abril de 2000

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