Rimas y leyendas

Los temas de las Rimas:

Los temas de las rimas ofrecen escasa variedad, porque el abrevadero del poeta es su propia interioridad. Y aunque algunas aluden a la poesía, a la mujer, a la belleza, al mundo y a la naturaleza, sus temas fundamentalmente se limitan a tres: el amor, la soledad y el misterio (de la creación y del destino humano). Pero el amor lo aborda el poeta según su estado de anímico, su interioridad. De ahí las variaciones del amor en diferentes rimas: como esperanza, huidizo, incompleto, desdichado, correspondido.

Hay además, otros temas que aunque no dominantes, son tratados en algunas de las Rimas: la angustia, el destino, la muerte, el dolor, la soledad, el olvido, la traición, la fatalidad, el escepticismo, la nostalgia.

En todas las Rimas, Bécquer se coloca en el centro de cada una de ellas, por eso están escritas en primera persona. El yo del poeta está siempre presente para describir su interioridad: su feliz realización o su total frustración.

Pero el poeta interroga a veces en sus Rimas. Es entonces cuando aparece otro personaje en escena: la mujer amada, causante muchas veces de su dolor o su felicidad. Es un concepto muy amplio de su concepción poética, de la poesía como arte de creación. Por eso dice que habrá poesía siempre que ahay en el mundo primavera, miseria, incertidumbre, esperanzas y recuerdos. Y otra vez, poesía mujer constituyendo una unidad.

Rimas

Los temas de las leyendas:

Las leyendas – dieciocho en total- son composiciones poéticas en prosa que revelan una magistral perfección narrativa y descriptiva. Representan una forma artística mas rica y cadenciosa que en el mismo verso, y nos muestran a un Bécquer evadido de la realidad, como gran romántica, y refugiado en la Edad Media.

Aunque sus grandes temas centrales son el amor y la muerte, el rico y fantasmagórico mundo de las leyendas está poblado de gnomos, brujos, aparecidos..también figuran ambientes remotos como la India, o Épocas lejanas como la Edad Media, o escenarios melancólicos o castillos en ruinas. Contrastan, así mismo, la figuración de ninfas evanescentes y bañadas por la luna. Hay igualmente en ella apariciones de muertos, como en Maese Pérez el Organista; mujeres fantásticas capaces de arrastrar a los hombres al sacrilegio, como en La Ajorca de oro, y hasta la locura, como en El rayo de la luna, o a la muerte como en los ojos verdes.

La descripción de ambientes y costumbres es sencilla y llena de color. Y en las narraciones legendarias, campea “una fantasía sin limites y una prosa correcta” como afirma Díaz-Plaja.

Esta es en síntesis la obra de Bécquer, cronológicamente el último de los poetas románticos, No es ardiente y combativo como Espronceda ni trovadoresco como zorrilla. Más bien es un poeta esencialmente lírico. Su poesía es profundamente sentida y sincera, un mensaje, una confesión, una entrega total, nacida espontáneamente del corazón. Es el poeta de la intimidad.

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