LAS DROGAS
El negocio de la droga
¿Qué daños ocasionan las drogas?
¿Por qué se droga la gente?
¿Cómo salir de la adicción?
¿Es menos grave fumar marihuana?
El
éxtasis: una droga
mortal
¿Cómo saber si alguien usa drogas?
Un drogadicto le
escribe a su padre
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cristiana uruguaya de profesionales de la salud
El negocio de la droga
Las drogas son sustancias químicas que alteran la
percepción de la realidad. Al principio las personas que se drogan parecen divertirse
más, pero con el paso del tiempo, todos sin excepción, se enganchan y no pueden estar
sin fumar marihuana o tomar cocaína. Toda su vida gira alrededor de esto.
El narcotráfico internacional es la empresa más grande
y más rentable del mundo. Gana de 500.000 a 700.000 millones de dólares al año. Como
toda empresa, tiene especialistas en marketing y publicidad a los cuales lo único que les
interesa es buscar la forma de vender más droga. Para vender más, necesita más gente
que se drogue, y eso se logra engañando a todos.
Dicen que la marihuana no hace nada, que el alcohol
tampoco y que quien se droga se divierte más o la tiene más clara. Realmente les importa
muy poco tu vida, la de tu familia o la de tus amigos. Hacen cualquier cosa con tal de
vender más.
Algunos jóvenes piensan que la pasan mejor drogándose,
y no se dan cuenta que fueron engañados por la moda que pretenden crear los
narcotraficantes. Se creen libres por drogarse y no saben que son prisioneros de una
sustancia que le llena los bolsillos a estos mercaderes de la muerte.
Que no te drogues no significa que seas un tonto, sino
por el contrario, que tienes la fuerza y personalidad suficiente para decir NO.
¿Qué daños ocasionan las drogas?
La marihuana.
La cocaína.
¿Por
qué se droga la gente?
1. La adicción como problema familiar
La drogadependencia puede ser contemplada como una
crisis familiar. La familiar representa un sistema o un órgano, en el cual todos sus
miembros se relacionan entre sí. Jóvenes que en su infancia no han recibido de sus
padres suficiente amor y protección son más vulnerables a la adicción. Por falta de
atención y afecto los niños se vuelven agresivos, hiperactivos e impulsivos. Muchas
veces los padres recurren a calmarlos con dulces, regalitos, etc. Más de la mitad de los
drogadictos provienen de familas destruidas, en las que falta la figura paterna, ya sea
por muerte, separación o falta de tiempo. En todos los casos es indispensable que en caso
de que se decida hacer una terapia de rehabilitación toda la familia acompañe al adicto.
2. La droga como entrada a una subcultura
La entrada a las drogas significa para muchos jóvenes
la entrada a un grupo que promete protección y comunión; a una subcultura en dónde la
droga es el lazo que los une. Rechazar la droga implica someterse al rechazo grupal, y
muchos jóvenes son demasiado débiles para hacerle frente a esta presión. No te dejes
engañar por estas falsas amistades, pues en momentos difíciles desaparecen, como en el
caso de una joven, que ingresó a los 14 años a un grupo de chicos mayores que ella, que
le ofrecieron marihuana. Pero cuando estuvo internada por una sobredosis ninguno de ellos
fue a verla.
3. Predisposición a la droga por comodidad
Un adicto suele ser un "ambicioso desanimado";
desanimado porque no ha aprendido a hacerle frente a las dificultades. En su infancia era
su madre o su hermano mayor el que le resolvía los problemas. Cada nueva situación
presenta la posibilidad de un fracaso y el "ambicioso" busca la manera de evadir
el fracaso, el dolor, la desilusión o la frustración. La capacidad de soportar un
fracaso es nula.
4. Búsqueda de libertad y respeto
Es frecuente que los jóvenes busquen en las drogas una
sensación de placer, algo distinto y excitante. Quieren encontrar su "verdadero
yo" y niegan que el consumo de drogas sea un grave problema. El adicto habla de un
estilo de vida alternativo. Piensa que se estaría perdiendo de algo si no prueba todo lo
que puede producir sensaciones placenteras. Pero pensando ésto sólo se está mintiendo a
sí mismo. Esta búsqueda de superioridad tiene sus raíces en fuertes complejos de
inferioridad. El adicto busca liberarse de su debilidad, pero no se da cuenta que la
droga, en vez de favorecerlo lo reduce a un individuo totalmente dependiente hasta
destruirlo.
¿Cómo
salir de la adicción?
1. CONVERSACIÓN
El primer paso es el más difícil. No se puede salir
sólo. Quien haya reconocido su adicción y esté decidido a dejarla necesita hablar con
alguien de confianza. Esto no es nada fácil, pues es sumamente vergonzoso y humillante
tener que salir de esa fachada de ilusión y mentira constriuda para evadir la realidad.
¿Con quíen hablar? Con una persona en quien se confíe plenamente. Si esta presona no
tiene la preparación necesaria para tratar casos de drogadicción es imprescindible
acudir a ayuda especializada; por ejemplo aquí en Uruguay al Centro de Rehabilitación
Cristiano REMAR (Teléfono 903-29-38). Sobre todo para las primeras conversaciones es
importante que sea alguien con quien se puede hablar con total franqueza.
Para estas conversaciones hay que tomarse tiempo. El
camino para salir de la adicción es un camino largo y es bueno saber de antemano que
curar las heridas lleva su tiempo. No es fácil, pero tampoco imposible.
2. EL INVENTARIO
Este paso es fundamental, pues todos los pasos siguiente
se basan en él. Junto con la persona de confianza hay que ponerle fin a todas las
mentiras y enfrentarlas a la verdad, así como también rever todo lo relacionado a la
vida de adicto: las deudas, la rutina diaria, las relaciones familiares y las amistades,
el camino hacia la adicción, etc. Sólo así es posible ponerle fin a ese pasado de
mentira e ilusión, pues "la verdad os hará libres" (Evangelio de Juan 8:32).
3. PASOS PRÁCTICOS
Si bien la conversación y el diálogo son muy
importantes, no puede quedar sólo en eso. Hacen falta hechos, no sólo palabras, para
salir adelante.
Aquí en Montevideo puedes acudir al Centro de
Rehabilitación Cristiano REMAR. Es un centro fundado por cristianos, pero si no lo eres,
puedes ir igual. También es bueno acudir a pastores, quienes pueden brindarte la ayuda
que necesites.
Si tu organismo es adicto a la sustancia, es necesaria
la desintoxicación bajo control médico. Inmediatamente debe seguir un tratamiento
especializado. No es bueno que el siga un período de espera, pues en éste el riesgo de
caer de nuevo en el vicio es muy alto. Depende de cada caso qué tipo de tratamiento se
necesita. Es muy común el rechazo a la ayuda de especialistas y a los tratamientos a
largo plazo, pero éstos son necesarios para superar los problemas que llevaron hacia la
adicción. Lo ideal es que la familia acompañe al adicto en su terapia, pues el problema
de la adicción involucra a todos.
Si tú no eres adicto, debes estar muy atento: ¡tal vez
seas tú la persona de confianza que necesite alguien para salir adelante!
¿Es
menos grave fumar marihuana?
Es muy común que se le reste importancia a los peligros
que representa la marihuana por ser una droga "menos dañina" que otras. No son
pocos los jóvenes que hoy en día fuman un porro (cigarrillo de marihuana) como si fuera
algo no tan grave. Y como en la mayor parte de los casos es el primer paso a la
drogadicción, es necesario estar bien informados sobre los efectos de esta droga.
La marihuana contiene unas 60 sustancias llamadas
canabinoides, de las cuales la que más afecta al cerebro es la
delta-9-tetrahidrocanabinol (THC). El efecto estimulante de esta planta fluctúa mucho de
una variedad a otra, pero debido al cultivo selectivo, parte de la marihuana que se fuma
hoy en día contiene entre 10 y 20 veces más THC que la de los años 60. La marihuana
contiene más de 40 sustancias adicionales, y muchos de sus efectos aún se desconocen.
Al aspirar el humo de un cigarrillo de marihuana, las
moléculas de THC atraviesan las delgadas paredes de los alvéolos pulmonares y pasan a la
sangre. A los pocos minutos una gran cantidad de esta sustancia se dirige al cerebro. Este
órgano tiene una barrera natural que permite el paso del oxígeno, los nutrientes, las
hormonas y la glucosa que requiere para funcionar, impidiendo a su vez el de las
sustancias innecesarias o nocivas. Sin embargo, ciertas drogas psicotrópicas pueden
atravesar esa barrera. Como son liposolubles, el THC y otros canabinoides se disuelven en
las paredes de las neuronas, que están formadas por lípidos, y luego se deslizan a
través de la barrera.
El THC y otros canabinoides permanecen varias semanas en
el organismo, puesto que las moléculas de esas sustancias no sólo se disuelven en el
cerebro, sino también en el hígado, los pulmones, los riñones, los testículos y los
ovarios.
A diferencia del alcohol y de otras sustancias
hidrosolubles que el cuerpo elimina con bastante rapidez, los canabinoides se separan
lentamente de la grasa y vuelven al torrente sanguíneo hasta que por fin se eliminan a
través de la orina.
La sensación eufórica que produce la marihuana se debe
a que ciertas neuronas &127; en particular las que intervienen en el sentido del
equilibrio, la necesidad orgánica de glucosa y la percepción del tiempo, los sonidos y
los colores &127; tienen receptores que se enlazan fácilmente con el THC. Las
moléculas de THC afectan parcialmente el procesamiento de información del cerebro y,
como consecuencia, alteran la percepción del tiempo e intensifican los sonidos y las
imágenes.
La interacción del THC con los receptores neuronales
genera unos estímulos intracelulares que hacen experimentar al fumado una sensación de
euforia. Entre los adictos a la marihuana, como esa interacción es muy frecuente, puede
producirse habituación. Al ocurrir esto, la persona necesita cada vez más droga para
conseguir el mismo efecto.
Es común que se fume marihuana y se beba alcohol
simultáneamente. Esto es extremadamente peligroso, pues combinados, el THC y el alcohol
producen efectos más intensos que tomados por separado. En tanto que la marihuana afecta
el procesamiento de la información, el alcohol intensifica los efectos de un
neurotransmisor llamado ácido gamma-aminobutírico (GABA), que se enlaza con las neuronas
y produce un efecto sedante al reducir la velocidad de transmisión de los impulsos.
El THC también puede suprimir el reflejo del vómito,
que es el medio natural que tiene el organismo para eliminar las toxinas. Sin él, puede
acumularse en el cuerpo una cantidad peligrosa de alcohol que, en casos extremos,
provocará intoxicación, daño a los órganos y aun la muerte.
El THC puede bloquear el funcionamiento de las neuronas
del hipocampo &127; la parte del cerebro que convierte en recuerdos los datos
sensoriales frescos y los envía a otras zonas del órgano para ser almacenados &127;
y, como consecuencia, minar la capacidad de aprender y de recordar hechos reciente; por
eso disminuye el rendimiento en los estudios de los adictos.
Cuando se fuma marihuana entra en el organismo tres
veces más alquitrán que cuando se fuma tabaco. Además de dilatar los vasos sanguíneos,
el humo de la marihuana irrita los ojos e inflama las delicadas membranas nasales. Fumar
marihuana con regularidad puede provocar bronquitis crónica.
Es posible que la marihuana afecte también la capacidad
de los glóbulos blancos de combatir infecciones; por eso es tan frecuente que los
drogadictos estén enfermos y débiles.
La droga altera asimismo el centro del apetito, situado
en el tallo cerebral, y ocasiona que la persona experimente ansias frecuentes de comer
alimentos dulces.
La marihuana también ataca la hipófisis, glándula que
regula la secreción de las hormonas sexuales. En los hombres puede disminuir la
producción de espermatozoides y en las mujeres cesar la ovulación.
La adicción a las drogas se produce en etapas, si bien
consumir una no forzosamente lleva a probar otras. Quienes fuman marihuana por lo general
empezaron con alcohol y tabaco. Los expertos señalan que pocas personas se atreven a
probar drogas fuertes sin haber fumado primero marihuana.
La marihuana aumenta la necesidad de oxígeno del
corazón y a la vez reduce el suministro. Diez fumadas de un cigarrillo de hierba bastan
para sobreexcitar el músculo cardíaco y acelerar el ritmo de 70 a 100 o más latidos por
minuto. El corazón requiere entonces más oxígeno, pero como la marihuana también eleva
la concentración de dióxido de carbono en la sangre, la provisión de oxígeno
disminuye. Si a esto se le suma una dosis de cocaína, ésta hace que el corazón funcione
ineficientemente y que los vasos sanguíneos se contraigan, lo que puede llevar a la
muerte si no se reciben primeros auxilios inmediatamente.
El
éxtasis: una droga mortal
El ecstasy es una droga sintética, es decir, puramente
química, sin ingredientes naturales como cannabis o coca. Su nombre científico es
"3,4 Metildioxi-metilanfetamina" o MDMA, pero no es seguro que una pastilla de
éxtasis contenga sólo MDMA.
Esta droga aumenta la percepción después de 20 a 60
minutos y por 3 a 4 horas anula el cansancio y la inhibición, así como también la
percepción de fatiga y sed. La mayoría de los casos de muerte por éxtasis fueron a causa
de deshidratación excesiva. Otros efectos secundarios son: calambres, insomnio,
depresiones, dolores de cabeza, taquicardia, náuseas, etc. Una sobredosis puede afectar
al cerebro y no son pocos los casos de muerte por éxtasis. Así que ya sabes: si te
ofrecen una pequeña pastillita de aspecto inofensivo, no la aceptes.
¿Cómo saber si alguien usa drogas?
Advertir los síntomas del uso de drogas y alcohol
requiere estar muy alerta. A veces resulta difícil advertir la diferencia entre el
comportamiento normal de los jóvenes y el comportamiento causado por las drogas.
Considera las siguientes preguntas:
Varias respuestas afirmativas a cualquiera de estas
preguntas puede señalar el uso de alcohol u otras drogas. Sin embargo, los mismos
síntomas pueden aparecer en los jóvenes que no se drogan. No por usar un arito o dejarse
el cabello largo un joven necesariamente está utilizando drogas, pero son síntomas a
tener en cuenta si se le suman otros.
CARTA QUE UN JOVEN
DROGADICTO
LE
ESCRIBIÓ A SU PADRE
Adiós querido papá
Lo siento mucho, papá, pero creo
que ésta es la última vez que me podré dirigir a vos. En serio lo siento mucho.
Es tiempo que sepas la verdad, voy
a ser breve y claro: la droga me mató, papá. Conocí a mis asesinos a eso de los 15 o 16
años de edad. Es horrible, ¿no es cierto , PAPÁ? ¡Sabés cómo fue!
Un ciudadano elegantemente vestido,
muy elegante realmente y que se expresaba muy bien, nos presentó a nuestro futuro
asesino:
LA DROGA.
Yo intenté rechazarla. De veras yo
intenté, pero este señor se metió en mi dignidad diciéndome que yo no era hombre. No
es necesario que diga más, ¿no es cierto...?
Ingresé al mundo de las drogas. No
hacía nada sin que las drogas estuvieran presentes. Yo sentía más que las demás
personas y la droga, mi amiga, sonreía y sometía... ¿sabés papá? Cuando uno comienza,
encuentra todo ridículo y muy divertido. Incluso a Dios lo encontraba ridículo. Hoy en
este hospital, reconozco que Dios es lo más importante en el mundo, sé que sin su ayuda
no estaría escribiendo lo que escribo.
Papá, no vas a creerlo, la vida de
un drogadicto es terrible. Uno se siente desgarrado por dentro. Es terrible y todos los
jóvenes deben saberlo para no entrar en eso.
Yo no puedo dar tres pasos sin
cansarme. Los médicos dicen que me voy a curar, pero cuando salen de mi habitación
mueven la cabeza.
Papá, solo tengo 19 años y no
tengo chance de vivir. Es muy tarde para mí; pero tengo un último pedido para hacerte:
hablá a todos los jóvenes que conocés para mostrarles esta carta. Deciles que en cada
puerta de los colegios y en cada aula, en cada facultad, en cualquier lugar hay siempre un
hombre elegante que va a mostrarles a su futuro asesino, el que destruirá sus vidas. Por
favor hace eso papá, antes que sea demasiado tarde para ellos también.
Perdóname papá. Perdóname por
hacerte sufrir con mis locuras.
Adiós, querido papá.
(Nota: el autor de esta carta falleció a
pocos días de escribirla, por abuso de drogas.)
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Yamandú Sánchez