La base de la creación del Dogo Argentino fue el Viejo Perro de Pelea Cordobés. En Córdoba, provincia de la República Argentina, en el siglo pasado y hasta los comienzos del presente, estaban muy en boga los combates de perros. Una tradición heredada de la época de la colonia, que había arraigado fuertemente en dicha provincia. Para dichos combates se usaba una mezcla de Mastín Español con Bullterrier, cuando no de Bullterrier puro o mezclado con el Bulldog Ingles. Hubo también a comienzos de siglo una cierta infusión de sangre Boxer.

De esa mezcla de sangre se fue formando, por selección natural, el tipo de "perro de pelea" que llamaremos Perro de Pelea Cordobés, animal extraordinario para el combate, de valor y resistencia tremendas para la lucha; morían peleando, no rehuían el encuentro jamas, pero carecían de olfato y velocidad y su ferocidad para sus congéneres los tornaba inútiles para la caza, ya que se peleaban entre ellos y era imposible cazar con dos o más y menos en jauría.

Pero esta raza primitiva tenia en sí dos cualidades primitivas y esenciales. Una excelente herencia ancestral: Mastín, Bullterrier, Bulldog Ingles, Boxer; y una gran gimnasia funcional, ya que los rudos combates a los que eran sometidos de generación en generación, fueron acrecentando cada vez más su valentía original.

A este perro , que era casi siempre blanco y algunos con manchas barcinas, se le fueron dando en distintas corrientes de sangre, para evitar la consanguinidad, el aporte de las distintas razas que darían como resultado nuestro Dogo Argentino.

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