La NATO ataca a una columna de Refugiados Albaneses, matando a cerca de un centenar

por Lorenzo Peña

Un centenar de refugiados albaneses fueron asesinados y muchos otros gravemente heridos por la NATO, al atacar ésta a una columna de refugiados cerca de Korisa, al noreste de Prizren, en la comarca serbia de Kosovo (cuya población es mayoritariamente albanófona). Tratábase, al parecer, de refugiados que regresaban a sus hogares.

Ese bombardeo es similar al del miércoles 14 de Abril, en el cual la NATO atacó a una columna de refugiados albaneses en Djavonica (Kosovo), matando a más de 70 personas. Sin embargo este nuevo ataque ha sucedido de noche (los refugiados estaban durmiendo), con lo cual no pueden echar la culpa a un error del piloto.

Angustiados por tan sobrecogedora noticia, nos pusimos afanosamente a buscar noticias en la mañana de ayer, sábado 15 de Mayo de 1995 (festividad de San Isidro en Madrid y día de jolgorio para unos cuantos de los que en España son cómplices de la espeluznante carnicería contra Yugoslavia).

Lo primero que oímos fue RFI (Radio France Internationale): no había sido la NATO: era ya oficial, y tras la investigación concienzuda que se había llevado a cabo, se podía decir rotundamente y con absoluta seguridad: eran los serbios los que habían perpetrado la matanza de Korisa.

Poco después escuchamos la BBC de Londres. En ese tono compungido que usa la BBC para dar noticias así, como balbuceando, musitando pausadamente y bajando la voz, dijeron que la NATO acababa de reconocer que sí había sido ella la que había bombardeado, pero sin querer matar a civiles, apuntando sólo contra los objetivos militares (que hubiera, claro; se sobreentiende que, si no los había ni los hubo, eso es culpa de los serbios, que no colocan sus unidades militares donde está mandado).

La explicación, embrollada, era un amasijo de excusas disparatadas, sin pies ni cabeza.

Es inaudito hasta qué punto esos señores dueños del planeta son malos a la hora de simplemente urdir coartadas mínimamente creíbles. Ni se atreven a decir a las claras la verdad ni al parecer están dotados de habilidad o imaginación para idear disculpas verosímiles ni finalmente poseen el suficiente cuajo, la sangre fría, para atenerse a sus rocambolescos pretextos. La sangre fría les sobra para matar, torturar, tullir y lisiar, mas les falta para defender sus versiones falsas de lo que han hecho.

A estas alturas, ya está por los suelos la credibilidad de la NATO. Los saca de apuros la lacayuna y rastrera actitud de los voceros de su embustera propaganda (la otrora prestigiosa BBC, la Voz de América, RFI, la Deutsche Welle etc); mas ni el denodado y obsequioso celo de sus plumíferos y turiferarios logra ocultar del todo la verdad.

Es cada vez más plausible la versión serbia de todos esos hechos: trátase de bombardear sistemáticamente a aquellos refugiados albanófonos que quieran volver a sus hogares, porque ese retorno desenmascara la patraña de la limpieza étnica.

Nada de errores, efectos colaterales, inadvertencias, planos viejos, mala puntería. Nada de todo eso persuade ni al más tonto (a menos que esté poseído por la fe). Es curioso que acudan a tales subterfugios y que, con su inmenso poderío, no inventen nada menos malo; ¡hasta qué punto los ciega la soberbia y creen que se puede hacer comulgar a todo el mundo con ruedas de molino!

Entre tanto, hemos podido conocer más detalles de la masacre. Leemos en la edición dominical del The Independent de Londres de hoy (16-05-1999) lo que informa desde Korisa su corresponsal, Julian Manyon, quien es testigo de la devastación que siguió al bombardeo: «Habían desalojado los cadáveres, pero quedaban pedazos de carne calcinada esparcidos en toda una zona sembrada de tractores destrozados. Un horrible olor de decomposición inundaba toda la zona de la destrucción. Desparramados por doquier había colchones, mecheros de cocinar, haces de ropa.[...] Dos patios, del tamaño de una cancha de tenis cada uno, a sendos lados de la carretera entre Prizren y Djakovica. [...] Un letrero dañado por las bombas indicaba en uno de ellos que era un almacén de productos agrícolas.»

Ahí, en ese terreno, según los supervivientes, habían pernoctado unos 600 refugiados que habían acudido desde sus escondrijos en las colinas, esperando retornar a sus hogares. Hasta que los acribillaron las bombas de racimo de la NATO. (Puede Ud leer el relato del The Independent en http://www.independent.co.uk/).

La masacre de Korisa confirma que la NATO perpetra una guerra de exterminio contra los serbios para destruir a Yugoslavia y a Serbia, trocearla, despedazarla y estrangularla, y para convertir a los serbios en parias, semi-esclavos del capitalismo voraz. Los no étnicamente serbios (como los albaneses de Kosovo) serán manejados, si se dejan, para servir a los fines imperialistas de la NATO; mas la NATO se ensañará contra ellos --tanto como contra los propios serbios-- cuando no se dejen manejar (como no se dejan manejar los que, haciendo oídos sordos a los cantos de sirena atlantistas que les prometen el oro y el moro si abandonan su Patria, regresan a sus hogares para vivir allí en paz y concordia con los serbios).

En menos de dos meses de bombardeos ya ha habido, según se informa, 1.200 civiles asesinados por la NATO, así como más de 5.000 tullidos. La mayoría de ellos no importan, ya que sólo son serbios y nada más. Las almas bondadosas de la opinión pública, sin embargo, se conmueven cuando algunos de los muertos y heridos no son serbios. Y, a medida que más albaneses vuelvan a sus casas, más sufrirán estas represalias de la NATO. A menos que aprendan y se enteren de lo que, así como suena, no se puede decir por la radio: ¡que ni se les ocurra regresar!

16 de Mayo de 1999


jordi ros

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