¿Quién
es Ernesto Zumarán Alvitez?
Ernesto
Zumarán Alvitez (1969),
es un poeta nacido en Chiclayo-
Perú. Es ganador del Premio Poeta Joven de la Región NorOriental
(1995), Mención Honrosa en el Concurso Poeta Joven del Perú
(1995), Mención Honrosa en los Concursos Lundero, años
1992 y 1995, y ganador en los Juegos Florales de la Universidad Nacional
Pedro Ruiz Gallo (1995).
Ostenta el grado de Bachiller
en Derecho .
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Voy
a Hablarles
Del
Olvido
Voy a hablarles del
olvido, del blanco olvido,
del más blanco olvido.
Por ejemplo, de tu vaso de agua
que ciernes sobre
un cuerpo nocturno, tendido sobre
la yerba
como una gran higuera perfecta y
azulada,
que es la propia visión del
paraíso que tu piel
imagina o asedia;
o por ejemplo, de aquella música
que de niño oíste
como el rumor de un río recorriendo
la vastedad de tus años,
y que guardas celosamente en tu
corazón;
o de tus manos que nada palpan sino
un endeble arco iris
en cuyo lomo el olvido atiza sus
júbilos y danza,
frenéticamente, para que
la muerte funde sus graneros,
y tú te mires irte y volver
así tan ceremonioso y triste,
alejado de los tuyos, de tus libros,
de tus tardes inacabables,
y de esas horas donde ponías
lo tuyo,
piedra angular como eras.
Porque todo, absolutamente todo
ha de verterse por igual:
el sol, la luna, las aguas, las
cunas matinales.
Todo, absolutamente todo tiene que
abrirse para cerrarse:
las ventanas, el mar, las lóbregas
expiaciones del abismo;
tú mismo que hablas del olvido
atenaceado por la luz,
por el tiempo que pasa como una
flecha larga y tenaz,
y que no puedes detener sin herir
el curso del viento,
el caer de la arena sobre la baldosa
húmeda y limpia,
Pero, ¿es ésto acaso
el olvido?
¿Son esas palomas que cruzan
el cielo, el olvido?
¿tus manos que expian el
abismo, tan enternecidamente,
son el olvido?
Y el rumor del agua, las armas dejadas
a un lado
enmohecidas,
el mar que se abre, el mar que se
cierra,
la ternura de las muchachas, el
amigo cuya duda es
una flor rara y profusa, ¿son
el olvido?
Tal vez el olvido es sólo
un sutil aguijonazo
que nos imprime la reverberación
oculta de un rostro
que pugna por su singular transparencia.
Ernesto Zumarán
Alvitez
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