Un ventrílocuo joven iba de
pueblo en pueblo durante fiestas patronales en Puerto Rico. Una
noche estaba en Aguada, con el muñeco en sus rodillas y comenzó a hacer
los chistes de dominicanos que acostumbraba.
De buenas a primera se paró un dominicano que estaba en la cuarta fila y
le dijo:
- "Ya he oído demasiado sus faltas de respeto hacia los dominicanos,
quién carajo usted se cree que es para hablar así de los dominicanos de
esa forma. El color de la piel, el pelo o la nacionalidad nada tiene que
ver con el valor de las personas o su inteligencia. Por estúpidos como
usted es que nosotros somos discriminados en el trabajo, en los
comercios y en la comunidad ya que ustedes continuan perpetuando esta
discriminación, no sólo a los dominicanos, sino a todos los
extranjeros."
El ventrílocuo muy avergonzado trata de disculparse con el Dominicano,
comienza a explicarle.......
En eso el dominicano le grita:-"Usted callése. A quien yo le estoy
hablando es al mariconcito ese chiquito que tiene en las rodillas."