Un día San Pedro estaba haciendo su trabajo rutinario a las Puertas
del
Cielo cuando notó que una de ellas se había malogrado, por lo que
necesitaba una rápida reparación. Salió y se dirigió a la fila de
personas que esperaban su turno para entrar:
¿Hay algún herrero aquí?
Tres hombres levantaron la mano: un chino, un italiano y un uruguayo. San
Pedro les pidió que revisaran la puerta y le hicieran un presupuesto.
El chino se acercó a la puerta, la reviso y dijo:
- Cleo que con 900 dólares quedalá bien. 300 pala mateliales, 300 pol
mano de obla y 300 pala mí.
*El siguiente fue el italiano, el cual revisó a conciencia cada parte de
la puerta y luego dijo:
- Estas son las puertas más hermosas que haya visto! Casi podría decirse
que fueron hechas en Italia, de hecho en Florencia, durante el
Renacimiento. Una verdadera obra maestra. El costo por arreglar la puerta
será de tres mil dólares: mil para los materiales, mil por la fina mano
de obra italiana y mil para mí.
- Gracias, ahora que venga el uruguayo... ordenó San Pedro.
*El uruguayo dio un rápido vistazo a la puerta y le dijo a San Pedro:
- Serían 2,900 dólares, mil para ti, mil para mí, y contratamos al chino!