Un argentino entra a un negocio de cosas viejas en una callecita de San
Telmo. Pasa el tiempo mirando a los objetos en venta y descubre la
escultura de una rata. La estatua es del tamaño de una rata de verdad
y tan bien detallada que el hombre
la agarra y le pregunta al dueño del negocio:
- ¿Cuánto cuesta esta escultura de la Rata?
- Cincuenta pesos por la rata y mil pesos por la historia que la
acompaña.
- Quédese con la historia, viejo, -responde el hombre- yo compro
solo la rata.
Habiendo completado la transacción, el argentino se va del
negocio con su escultura de la rata bajo el brazo.
Cuando cruza la calle frente al negocio, dos ratas vivas salen
del desague de la calle y comienzan a seguirlo. El hombre se pone
nervioso cuando las ve y comienza a caminar más rápido. Sin embargo, cada
vez que pasa por un desague más ratas salen y lo siguen. La gente
comienza a señalarlo y a comentar. El camina más rápido y pronto
comienza a correr.
Mientras tanto, toneladas de ratas salen desde los desagues, los
sótanos, los lotes vacíos y los autos abandonados. Miles y miles de
ratas casi le pisan los
talones. El mira la orilla del Río de la Plata y comienza a
correr lo más rápido que puede. No importa que tan rápido corre, las
ratas lo siguen chillando de una manera horrible. Cuando el
hombre llega a la orilla del río las ratas que lo siguen cubren 12
cuadras de la ciudad. El hombre da un salto olímpico hacia un
poste de electricidad, se agarra al poste con un brazo y con
el otro lanza la escultura al río con toda la fuerza que le da su
brazo. Sube las piernas, se abraza al
poste y observa admirado como las miles de ratas se lanzan al río
y se ahogan. Temblando y murmurando para si mismo, regresa al negocio
de antiguedades.
El dueño lo ve y le dice:
-¿Ah, regresaste a que te cuente la historia?
- No, responde el tipo. Quiero saber si tiene una escultura de
Menem.
[Henry Coubrough] Muchas gracias por los aportes!! - si tienen chistes para aportar, serán bienvenidos a henrycou@adinet.com.uy