Batlle y la yeta
Escribe: Horacio Buscaglia


Al contrario del Rey Midas, que a todo lo que tocaba transformaba en oro, nuestro presidente Batlle, a todo lo que toca, cita, anuncia, felicita, alaba y promueve se transforma en una gran desgracia. La yeta ahora tiene apellido histórico.

En Rivera, dicen los más viejos, el señor Batlle en los años 60 prometió levantar una fábrica de tractores, nunca más surgió por aquí fábrica alguna.
¿Yeta?

Por esos años, hizo público un encendido elogio a la Aceitera Riverense Manduví; poco tiempo después ésta se transformó en un cuartel del Ejército, brindando servicios que los uruguayos NO recordamos con nostalgia. ¿Yeta?

El señor Batlle dijo que habían muchos caciques y pocos indios en el Partido Colorado. El maleficio llegó hasta los caciques blancos. A los sobrevivientes se los distribuyó en consulados, embajadas y ministerios.
 ¿Yeta?

El país vivía una gran fiesta pero el Presidente Batlle decidió abrir carnicerías en Estados Unidos. Dijo "carne" y la aftosa floreció en todo el país. ¿Yeta?

Dijo que los argentinos eran todos chorros y ladrones. Y banqueros uruguayos nos chorrearon el país. ¿Yeta?

Cuando dijo que los uruguayos creían en el sistema financiero, se fue el 45% de los depósitos. ¿Yeta?

Cuando defendió la buena gestión del ministro de Economía, interpelaron al ministro. ¿Yeta?

Cuando salió en defensa de la valentía y honorabilidad de Bensión, cae el ministro. ¿Yeta?

Cuando anunció la fortaleza financiera uruguaya, se decreta feriado bancario y se gestiona el cierre de cuatro bancos. ¿Yeta?

Extraoficialmente se dice que en uno de sus viajes a EEUU miró con envidia las Torres Gemelas, saludó al director de Enron y se entrevistó con inversionistas de Worldcom. ¿Yeta?

También elogió a Fernando de la Rúa, le deseó suerte a Rodríguez Saá, evantó el teléfono para dar su apoyo al fugaz gobierno golpista venezolano... ¿Yeta?

Observemos en los próximos días el futuro de Paul O'Neill y Fernando Henrique, los últimos contagiados con el apretón de manos del yetattore.

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