El Nuevo yo
Capítulo 4: Tuvo que suceder esto...

Generalmente la hora de salida de la escuela es tranquila, los jóvenes se despiden, algunos toman camino juntos, siempre con cierto orden, habiendo claro, sus excepciones...

Mas cuando hay pelea todo el panorama cambia, es bien sabido, y esa tarde, la  pelea entre Ángel, y el tipo que no es de la escuela, y que nadie conoce, provocó que el ritmo monótono de la salida de clases se acelerara, salvo pocas excepciones, el alumnado en pleno estaba ahí, presenciando la contienda...

- "Atácame, cobarde"- Gritaba Ángel, desesperado al no poder conectarle un solo golpe...

Ramón daba muestras de lo que su entrenamiento de años había hecho de él, su nuevo cuerpo, con sus dieciséis años, era una mejor ayuda, sin embargo su oponente se veía cada vez más mal a cada nueva falla, y esto lo enardecía, contaba, sin embargo, con el apoyo de sus condiscípulos, por el hecho de ser "el de casa"...

- "Ángel, detén esta estupidez"- Gritaba Laura inútilmente, sus súplicas se perdían entre las voces que clamaban por su poco afortunado campeón.

Nuestro héroe no deja de retroceder, y poco a poco va llevando la pelea a un jardín cercano, un hábil esquive hace qué Ángel por fin logre conectar un golpe, a un árbol, sus nudillos sangran, pero él no piensa ceder...

Ramón, o Raúl, como se está haciendo llamar ahora, está en el fondo impresionado por el coraje del muchacho, piensa en lo irónico que le resulta ser el primer suegro que dará su visto bueno en un combate callejero con el proyecto de yerno, esto lo hace sonreír, haciendo aumentar la furia de Ángel.

De pronto, e inesperadamente, una voz empieza a aclamar al extraño, y a esta se empiezan a sumar otras, Ángel siente que pierde terreno, Ramón sigue retrocediendo, hasta llegar a un juego infantil, compuesto de varios aros, ahí demuestra su agilidad, entrando y saliendo velozmente por estos al esquivar los golpes, haciendo ver peor a su rival, que empieza a verse más que agotado, pero sigue sin rendirse, Ramón sabe que está a punto de caer abatido por el cansancio, más no cejará, siente que es tiempo de terminar, y no hay otro modo mas que finalizando el combate, finalmente un golpe recto entra limpiamente en el abdomen de Ángel, quien se dobla por el dolor, sólo para recibir un contundente derechazo en el rostro, con tal fuerza que sale volando, y cae a cierta distancia.

- "¡Ángel!"- Grita horrorizada Laura - "Mira lo que te has sacado por necio, levántate"...

No hay respuesta, el muchacho está fuera de combate, las sacudidas no consiguen revivirlo, ella se preocupa, y comienza a llorar, arrepentida...

- "Estúpido, necio, tuvo que suceder esto para que me diera cuenta de que te quiero, gran idiota, mira cómo te fue"...
- "Valió la pena"- Murmura con trabajos el jovencito - "Mira lo que tuve que hacer para que lo aceptaras".

Es el propio Ramón quien ayuda al muchacho a incorporarse, no bien está en pie, cuando vuelve a caer al suelo, ahora se levanta sólo, y mira a su verdugo...

- "Parece que sabías que esto terminaría así, creo que mi necedad te orilló a pelear sin tener intenciones de ello, al vencerme me has hecho el favor más grande, está por ello aquí mi mano"...

Dos manos se estrechan, luego dos jóvenes se abrazan, ya no hubo necesidad de declaraciones, Laura y Ángel inician su noviazgo, ante el beneplácito de quien, ellos ignoran, es el mismísimo Papi Suegro.


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