ETERNOS

- ¿Cómo está resultando el trabajo de mezclar el nuevo disco?

Osvaldo Civile: Está como más ágil, porque muchos de los músicos que grabamos este álbum no habían grabado juntos en un estudio de este nivel y calidad con la tranquilidad que lo hicimos en esta ocasión.

- ¿Qué diferencias tiene básicamente con "Vence"?

Topo Yañez: Está más elaborado y está mejor producido, a pesar de que trabajó con nosotros el mismo productor (Mario Altamirano). Pero por otra parte sigue siendo la misma cosa. La misma energía, la misma esencia y las mismas líneas de melodía.

- ¿Ya tienen título?

T.Y.: El disco se llama "Eternos" y tiene doce temas. Tiene un tema del primer álbum, "Cosas Enfermas", para darle a la gente una idea de la diferencia entre este Horcas y el del primer disco.

Guillermo De Luca: Un poco lo hicimos para esos chicos que no estaban metidos en la historia cuando salió el primer disco. Otro poco lo hicimos por nosotros, porque nos gusta el tema y porque quisimos darle un nuevo enfoque en la parte de producción. Además queríamos ver como sonaba la voz de Walter (Meza) cantando un tema viejo.

O.C.: Claro, pasa que Walter en este disco canta "sus" temas y "sus" composiciones. Él empezó a laburar en la parte compositiva para este disco y nos pareció muy bueno que interpretara algo del material viejo, algo que no hubiera sido compuesto para él.

T.Y.: Por mi parte, creo que es el disco más heavy de Horcas. Más heavy no significa que sea el mejor, sólo el más pesado. El disco abre con un tema que se llama "Golpe A Golpe", que tiene un trabajo muy especial en las voces, cosa que hasta ahora no había sucedido en la banda. También hay un lento, que se llama "Vencer"; está en cambio "Nada Que Perder" que es un tema como para subirse a la Harley... y salir a la ruta. "Mentiroso" es un tema bien pesado, tocado en medio tiempo y con mucha polenta. Básicamente se trata de temas que nos gusta tocar a nosotros.

O.C: Aunque esperamos que también le guste a la gente, si no, nos vamos al carajo... (risas).

- ¿Y en cuanto a las letras? ¿siguen tocando los mismos asuntos que en los álbumes anteriores?

O.C: Mirá, no cambió mucho esencialmente, pero tiene otro tipo de condimentos. A lo mejor lo que cambia no es el sentido de las letras pero sí la forma de expresarlas. Hay otro tipo de frases, otro tipo de palabras no tan usadas. Es como cuando decís "loco, eso es una muletilla" y tratamos de dejarlas de lado. Eso se debe tal vez al hecho de que Walter tiene una forma de expresarse distinta de la de quien componía antes. Creo que las letras dicen lo mismo de siempre pero de una forma más elevada.

-¿Tienen fecha estimativa de salida, tienen planeada alguna estrategia de promoción?

T.Y: En principio el disco va a estar en la calle, si Dios quiere, a fines de marzo o principios de abril y en cuanto a cómo se puede llegar a promocionar o cómo o en dónde podamos presentarlo en vivo está en manos de la productora. Desde ya, como casi todas la bandas, nos gusta tocar en vivo y creo que es el mejor termómetro para saber cómo las nuevas canciones van pegando en la gente. Pero, como te decía antes, nosotros no podemos hacer más que tirar ideas en todo lo tocante a difusión del nuevo material. Hay algunas fechas agendadas, que esperamos que se confirmen lo antes posible para poder ponernos a trabajar en firme en todo lo que tenga que ver con la presentación de "Eternos".

- Imagino que debe ser tedioso trabajar en la mezcla de un disco pero, ¿cuáles señalarían como aspectos positivos de esa fase en la grabación de un nuevo trabajo?

G.D.L: Aprendés mucho. Aprendés a controlarte y dado que los costos siempre son ajustados, todo te lleva a sacar lo mejor de vos en el menor tiempo posible. De todas formas, nunca nos sentimos mejor que arriba de un escenario, ahí la adrenalina te golpea por los cuatro costados, la sensación es inigualable.

- Se los vé muy relajados... ¿así de tranquilos grabaron el álbum?

T.Y: Sí, totalmente. Es la segunda vez que grabamos en este estudio (Panda) y con el mismo productor, y todo te da una paz total porque sabés perfectamente con qué te vas a encontrar. Utilizamos 120 horas entre grabación y mezcla y puedo decir que todo resultó perfecto. Quiero recalcar sobre la ventaja de tener un buen técnico. Nosotros somos un grupo muy salvaje a todo nivel. Somos salvajes para tocar, para comer, para vivir...

- Comen con las manos, supongo...

T.Y: Seguro, mirá los dedos llenos de grasa de éste (refiriéndose a Sebastián) (carcajadas)... no, en serio, nuestra propia energía nos hace a veces ir más rápido de lo que un tema requiere porque nos empezamos a copar y ahí está Mario (Altamirano) que nos ayuda a bajar la revoluciones. Además ves que acá hay uno que mientras se mezcla está durmiendo, otro está jugando con la computadora, otro está leyendo y Mario sigue mezclando... cuando termina nos llama para ver qué nos parece y si no nos llegara a gustar, lo haría de nuevo empezando de cero.

O.C: Claro, antes cuando las cosas dentro de la banda no estaban tan bien, estaba todo el mundo encima del técnico hinchándole las pelotas con cosas del tipo: "subí esa guitarra que está muy baja", "no se escucha mi puto bajo" o "mi voz suena para la mierda" (risas). Ahora estamos en un estado de paz absoluto porque sabemos que Mario hace siempre lo que la banda necesita.

-¿Cómo está creciendo el nuevo material dentro de ustedes, teniendo en cuenta la mezcla final, que ya está casi terminada?

T.Y: Nos estamos adaptando a los nuevos temas. En la sala no suenan igual que en el estudio, y a su vez, en el estudio no suenan igual que en vivo. Nosotros tocamos en la sala de ensayo al mismo volumen que tocamos en vivo y nos empezamos a sobrealimentar y a volvernos locos con la energía que salen de las canciones.

G.D.L: Además, nosotros solemos grabar la base en una toma para luego agregarle los arreglos, los solos y las voces, de manera que no hay sobregrabaciones que nos hagan perder de vista la esencia de las canciones. Respecto a eso, también tiene mucho que ver el momento del día en el que estás grabando. El disco anterior lo grabamos principalmente de noche y a esa hora ya estábamos hechos mierda (risas). Nosotros preferimos grabar a la mañana o al mediodía. Es cuando mejor nos sentimos y cuando mejor nos salen las cosas.

Horcas

- ¿Horcas es por excelencia la banda para el paladar argentino?

T.Y.: No nos toca a nosotros decirlo, lo que sí puedo decir es que la banda pegó un giro enorme desde que tenemos esta formación, que resulta estable.

O.C.: Es obvio que a nosotros, como creo que a cualquiera, el hecho de contar con un equipo tan copado nos es reconfortante. En todo grupo siempre hay roces entre los integrantes y yo mismo los tuve en su momento, pero ahora siento que estamos todos tirando del mismo carro y eso me produce la tranquilidad de la que te hablaba al principio. Respecto a la estabilidad interna te digo que durante los dos primeros discos cambié, qué se yo... como treinta músicos, en cambio ahora tengo una tranquilidad similar a la del tipo que se siente contenido por una familia.

- ¿Qué peso tiene para vos ser un ex-V8?

O.C.: Para mí es algo... cómo decirlo... es una alegría que la llevo puesta como llevo mis tatuajes.

- Encima sos uno de los ex-V8 más emblemáticos, más representativos...

O.C: Será porque no hablo tantas boludeces (risas). Qué se yo, será porque la gente ve que desde la época de V8 hasta hoy al escenario se sube la misma persona. Es muy raro mantener una mentira mucho tiempo.

- ¿Horcas toca para un público lo que ese público le demanda o toca para Horcas lo que Horcas quiere?

O.C: Todo se empieza a cocinar en la sala de ensayo. Nosotros en el ensayo empezamos tocando los temas de "Vence" y eso sumado a las presentaciones en vivo hace que empecemos a movernos en un sentido en particular. Nosotros vamos practicando los temas que ya tenemos y vamos zapando nuevas composiciones y lo que sale de ahí se transforma en el nuevo material. Pero también nos sentimos como de la parte de afuera, porque no estamos ajenos a lo que la gente demanda de Horcas. Vos lo sabrás mejor que yo, en los conciertos hay cantidad de gente nueva pero siguen estando los mismos de hace 15 años atrás, son tipos con los que nosotros hablamos, tipos de los que sabemos sus necesidades. Nosotros somos parte de un mismo público, la única diferencia es que llegado el caso nos toca subirnos al escenario y a ellos les toca quedarse abajo y hacer el aguante desde ahí. No somos los típicos músicos estrella alejados de la gente. Nosotros estamos ahí con ellos y no podemos ignorar lo que la gente quiere.

- En "Vence" no aparecen los créditos de quienes componen... ¿cómo es el proceso compositivo en la banda?

Sebastián Coria: Compone toda la banda. No hay alguien que esté por encima de otro. Tal vez una canción nazca con un riff de Osvaldo o mío o con una base de bajo del Topo o con un ritmo de batería de Guilllermo. Ninguna de las canciones que hacemos está decidida de antemano. Nosotros no tenemos ningún problema en que los temas sean de uno o de otro, son de todos...

O.C: Además, desde que Horcas existe como banda, siempre fue una prioridad el tema de que en la composición intervienen todos los integrantes de la banda. Los temas aparecen firmados por todos porque todos tenemos algo que ver con ellos, en mayor o menor medida según las circunstancias...

T.Y: Además tenemos todos gustos muy parecidos. Es muy difícil que alguno de nosotros haga algo que al resto no le guste para nada. Todos estamos detrás de lo mismo. Si estamos construyendo un tema alguien puede opinar y decir: "me parece que de esta forma suena mejor que de aquella" o "este arreglo pega más que este otro", pero las diferencias nunca pasan de ahí. No solemos pelear ni discutir ya que, aún cuando pueda existir alguna diferencia, ésta nunca es abismal.

- Osvaldo... ¿tenés alguna prerrogativa especial por ser el integrante de Horcas con más nombre o con más pasado a la hora de decidir qué es lo que un tema debe tener?

T.Y: Eso te lo puedo contestar yo, si me lo permitís... Osvaldo nunca hizo abuso de ningún tipo a la hora de tomar una decisión, sea cual fuere. Cualquier cosa que tenga que ver con la banda está consensuada.

S.C: A nivel compositivo, Osvaldo jamás deja de prestar atención a lo que alguno de los músicos de la banda pueda mostrarle. La máxima objeción puede ser agregarle algo o quitarle algo o simplemente mostrar cómo quedaría la cosa con un retoque, pero nunca pasa de ahí... Osvaldo es un tipo muy respetuoso.

Escena

- ¿Cómo ves la escena a nivel público, en comparación de la época de V8 o de los principios de Horcas?

O.C: La escena metálica de este país es muy cambiante, en cuanto a la reacción que se puede esperar respecto a diversos acontecimientos. La gente ha cambiado tanto que en algún momento ha vuelto al principio. Creo que tiene mucho que ver con el momento que vive el país, con el momento que vive el tipo cuando camina por la calle...

- Pero... ¿no sienten que hay más profesionalismo por parte de las bandas y más seriedad por parte del público?

T.Y: Desde ya. Cuando un pibe fue a ver a Metallica, uno no puede entretenerle el paladar con cosas que no tengan la mínima calidad necesaria, y hablo de "mínima" porque son los costos de los shows los que hacen que no se pueda dar el ideal de lo que nosotros queremos darle al público.

O.C: Es que no podés faltarle el respeto a un tipo que paga diez mangos una entrada. Porque esos diez mangos le cuestan mucho al pibe que va a un concierto. Por eso le tenés que poner buenos equipos de sonido y buenas luces, para que el chabón se sienta satisfecho. Por eso yo me pongo verde cuando algo falla en el escenario (risas). Ya me pasó durante tantos años que las cosas se jodieran durante un show que no quiero saber más nada con eso.

T.Y: Pasa también que el público y las bandas crecieron en cantidad y en calidad. Hoy en día hay más chicas en los conciertos, cosa que antes no pasaba (risas cómplices). No, en serio... ¿quién hubiera dicho cinco años atrás que en un recital de Horcas iba a haber tantas mujeres?...

- ¿Y quién provocó ese acercamiento?, ¿cambiaron las bandas, cambió el público?...

T.Y: Un poco de cada cosa. Muchos de los tipos que iban a ver a Horcas hace diez años ahora tienen otras preocupaciones, digamos, más mundanas y están atareados tratando de darle de comer a una familia y tienen la campera de cuero juntando polvo en un rincón del ropero. Y se produjo algo así como un recambio generacional, aunque no llegue a haber una generación en el sentido estricto de la palabra. Yo he tocado en Cemento en días en los que la gente armaba quilombo y terminaba abriendo de par en par el portón grande de acceso para entrar como un malón sin pagar. Hoy en día eso no pasa.

O.C: Lo que pasa en el caso puntual de Horcas es que ahora, cuando lo escuchás, tenés mayores posibilidades de decidir por vos mismo qué es lo que te está diciendo la letra y la música. Salvando las distancias musicales es más o menos lo mismo que sucedía con Zeppelin o con Creedence, banda de la que soy fanático como todos saben... es decir, Horcas te da la oportunidad de que le saques el jugo a lo que estás escuchando y te da la posibilidad de que decidas si lo que estás escuchando te convence o no.

- ¿Y se acabó la consigna heavy, ésa de la marginación para ser o sentirse auténtico?

O.C: En lo personal, nunca me sentí marginado aunque me hayan marginado. Todo pasa por una cuestión mental, no es lo mismo ser algo que sentirse algo. A medida que fue pasando el tiempo hubo gente que ha ido creciendo al compás de la música, con sus ideas y con su forma de ver la vida. Otros, en cambio, se quedaron en la época del garrote y de ahí no evolucionaron. Creo que todo pasa por la necesidad de cada uno.

- ¿Y como toma Horcas el hecho de ser, posiblemente, una de las bandas más emblemáticas o representativas de la escena heavy nacional?

O.C: Nosotros recién ahora empezamos a ver algo de eso que vos decís. Anteriormente, con las otras formaciones lo tomábamos como vos decís, como más "under" y nos metíamos en lo que vos describís como el costado marginal de la música. Bueno, pasa que nosotros también hemos crecido y cambiado el enfoque de las cosas. Nosotros siempre pusimos lo mejor de nosotros en la música, lo que pasa es que si antes llegábamos "hasta ahí" nos sentíamos satisfechos, en cambio ahora siempre queremos llegar un poquito más lejos.

- ¿Y cómo se siente con el camino recorrido hasta ahora?

T.Y: Nos sentimos bárbaro. Horcas empezó a sentir bien internamente cuando entró el gordo (Walter Meza) como cantante. Hasta entonces era como que nos faltaba un arquero. Ahora tenemos el equipo completo. Necesitábamos alguien que ataje todos los pelotazos. Lo sentimos especialmente cuando tocamos en vivo. Ahí somos realmente conscientes de lo que la banda se ha fortalecido en los últimos tiempos.

Música

- Así como se habla de un "heavy metal alemán", un "heavy metal escandinavo" o de un "heavy metal norteamericano", ¿se puede hablar de un "heavy metal argentino"?

T.Y: Hay un metal argentino, es indudable, de acá a la China te das cuenta. Horcas tiene un gran pedazo de Argentina, de Buenos Aires. El hecho de vivir acá te condiciona, te hace ir en ciertas direcciones.

O.C: Ya las letras fueron confeccionadas por gente que vive en este país y que no es ajena a todo lo que le pasa a los que lo habitamos. Eso hace que, desde ya, estemos hablando de un "metal argentino". Ahora si vos te referís a la cosa extranjerizante... y bueno, después de tanto machaque desde que éramos chicos en todos los medios de difusión posibles, algo se filtra, de última, no estamos tocando chacareras, estamos tocando heavy metal o thrash metal o como quieras llamar a nuestra música.

- Principalmente lo decía porque metidos dentro de un mismo género, que es el heavy metal, hay cantidad de diferentes estilos que son propios a distintos lugares del mundo...

T.Y: Entiendo lo que decís y sí, hay un estilo argentino. El de acá siempre fue un estilo más vinculado a los extremos, más thrasheado. Desde V8, Riff, Hermética, Malón, Horcas, Logos, etc., todas esas bandas representan el gusto de la gente de acá y todas tienen en común la velocidad y la energía. Creo que ahí se pone de manifiesto el gusto típicamente argentino en lo que a heavy metal se refiere.

-¿Nunca sintieron la necesidad de buscar otros horizontes aun dentro del heavy como, por ejemplo, hizo Metállica saltando de un "...And Justice For All" a un "Metallica"? ¿nunca necesitaron bajar las revoluciones de su música?

O.C: No, porque nos gusta mucho lo que hacemos y porque nuestra realidad es bien distinta de la de Metallica...

T.Y: Claro, además los tipos... andá a saber... hicieron miles de giras tocando al palo, estuvieron miles de horas en el estudio tocando al palo, vendieron millones de discos y ganaron millones de dólares hasta que, tal vez, algo les pegó como para bajarse un poco de la moto...

-¿Y que opinan de lo que dijo Lars Ulrich respecto a que el heavy metal estaba muerto?

O.C: Quién lo sabe... a lo mejor lo dijo un día que estaba en pedo o con dos kilos de cocaína encima (risas). El tema está en que como lo dijo Lars Ulrich, salió publicado en todo el mundo.

S.C: Además Metallica toca heavy metal, ya sea que a ellos o a el resto de la gente le guste o no. Si no, ¿cómo llamaría Lars Ulrich a la música de Mercyful Fate que ellos versionan en el último disco? Si Mercyful Fate no es heavy, no sé qué cosa es heavy.

El adiós a OSVALDO CIVILE

Despidiendo a las huestes

En estos casos, huelgan las palabras. Un disco de Horcas próximo a editarse, una carrera en ascenso y el apoyo siempre fiel de los fans... Sin embargo, Osvaldo Civile decidió retirarse. Los motivos se van con él, pero su recuerdo vivirá en todos nosotros cada vez que suene una canción de Horcas, cada vez que una remera de V8 dé el presente en un recital. Ésta es nuestra humilde despedida para el hombre de la Les Paul y los tatuajes...

Hacerle un homenaje a alguien recientemente fallecido no es precisamente original, pero tampoco es fácil. Uno se pregunta porqué no homenajear a los vivos, antes de que mueran, pero inevitablemente surge luego la necesidad de recordar, o aunque más no sea darle un último adiós, a la persona en cuestión. Cuando en el número anterior de nuestra revista, Osvaldo aparecía en la tapa jugando a las cartas con la Parca (en una sesión de fotos excepcionalmente amena y risueña), nunca hubiéramos imaginado lo premonitorio del hecho. Tal vez sea que en el ambiente del metal nacional, no estamos muy acostumbrados a este tipo de situaciones. Tal vez sea que Osvaldito Civile sea el primer prócer del heavy argento en dejar este mundo en circunstancias trágicas.

El miércoles 28 de abril, en el departamento que compartía con su mujer Karina, el guitarrista de Horcas (de 41 años) decidió dejar de vivir disparándose en el pecho con un revólver. Algunos hechos indican que Civile venía planeando su muerte desde hacía un tiempo. ¿Es acaso casualidad que cinco días antes, momentos después de haber finalizado la actuación de Horcas en el local El Duende, Osvaldo haya anunciado a sus compañeros que planeaba "retirarse de la escena nacional"? ¿Es sólo coincidencia que en los días previos a su muerte se "despedía" de sus allegados, y que se las había arreglado para saldar todas sus deudas pendientes? ¿Les parece arbitrario que momentos antes de morir, el músico se haya vestido con sus mejores ropas? Todo indica que no. Los motivos que llevaron a Osvaldo a tomar semejante determinación nunca los sabremos. Lo único que nos resta es recordarlo por su trayectoria, por su legado al heavy metal argentino.

Osvaldo Daniel Civile, fanático de Hendrix y Led Zeppelin, se crió en el barrio de Caseros, igual que Ricardo Iorio. A comienzos de los ‘80s ya era famoso por tener una pared de amplificadores Mihura, y daba sus primeros pasos en la escena tocando en la banda Té De Brujas. En mayo de 1982 ingresó a V8 a través de Ricardo "Chofa" Moreno, el guitarrista fundador de V8 junto a Iorio, que se alejaba entonces del grupo por razones de salud. Junto a Zamarbide, Rowek y Iorio, es harto conocida la historia de V8, que los encumbró como pioneros totales del heavy metal en Sudamérica. Luego de dos discos ("Luchando Por El Metal" en 1983, y "Un Paso Más En La Batalla" en 1984), y memorables presentaciones como la de B.A.Rock ‘82, donde V8 estableció una clara división entre su propuesta y el resto del rock nacional, comienza el principio del fin para el grupo. En marzo de 1985 Civile (y también Rowek, aunque por diferentes motivos) se instala en la ciudad de Santos, Brasil, alejándose de V8 por motivos personales: su mujer por ese entonces se encontraba gravemente enferma.

El regreso del guitarrista a la escena se produce en agosto de 1988, con el debut de su nueva agrupación: Horcas. Con Civile en guitarra líder, Adrián Zucchi en segunda viola, Eddie Walker en bajo, Gabriel Ganzo en batería y Hugo Benítez en voz, el grupo comienza a hacerse de un nombre y, a mediados de 1990, dan a luz su primer obra, "Reinará La Tempestad" (ya como cuarteto, con Zucchi alejado de la banda). La segunda placa, "Oíd Mortales El Grito Sangrado" (1992), presentaba una nueva formación (con Oscar Castro, ex -Lethal, en segunda viola y Norberto "Topo" Yáñez en bajo), con la cual compartieron cartel con bandas de la talla de Metallica, Motörhead, Exodus, Kreator y Ratos De Porao. Problemas internos y de management provocaron un silencio discográfico (aunque no a nivel presentaciones) de casi cinco años. En 1996 el grupo integra la grilla del Metal Rock Festival (junto a Rata Blanca, Logos y Vibrión), recorriendo el país. Por ese entonces, Horcas había realizado su primer cambio de cantante: Christian Bertoncelli (hoy Imperio) empuñaba el micrófono. La edición en 1997 del tercer disco, "Vence", inauguraba otra vez nueva etapa y formación: Sebastián Coria en segunda guitarra, Guillermo De Luca en batería, y el ex-Jerikó Walter Meza en voz. La popularidad volvió a sonreírle a Horcas en estos últimos dos años, presentándose incontables veces junto a bandas nacionales y extranjeras, y encabezando la segunda edición del Metal Rock Festival, en 1998. La grabación de "Eternos" (aún no editado), en enero y febrero de este año, significó el último registro discográfico de Osvaldo Civile con Horcas. Ahora, el gran interrogante sobre el futuro del grupo está ya irremediablemente sobre la mesa. La respuesta sólo la tienen los músicos, y aún es muy pronto para saberla. Sin embargo, en su última despedida ("quiero retirarme de la escena nacional"), Civile le habría manifestado a sus compañeros el deseo de que continuasen manteniendo viva la llama de Horcas.

Una soleada mañana de viernes, en el cementerio del Partido de 3 de Febrero, seguramente no era el momento y el lugar donde hubiéramos soñado ver por última vez a Osvaldito Civile. La triste imagen de familiares, músicos, amigos y fans desolados hasta las lágrimas, no es una justa despedida para el guitarrista. Por mi parte y en nombre de todo el staff de Epopeya, acompañamos en el sentimiento al Topo, Sebastián, Guillermo y a Walter; a su mujer Karina; y a sus padres y familiares. Quien yace ahora bajo tierra no es el Osvaldo que comandó Horcas durante más de una década, o ese joven impertinente que destrozaba su guitarra frente a una multitud de hippies en el escenario de B.A. Rock, forjando la leyenda de V8. El Civile del que hablo sigue desgarrando su Les Paul en nuestras mentes, en todos los escenarios en los que tocó, en todos los discos que grabó. A Ese Osvaldo, lo tendremos vivo con nosotros para siempre. Chau, "Cetorca". Hasta siempre, Osvaldo.