El País Digital
Viernes
25 julio
1997 - Nº 448

SOCIEDAD

Creada la primera oveja clónica con un gen humano para dar una proteína en la leche

El experimento servirá para tratamientos de distintas enfermedades

ISABEL FERRER , Leicester
Dolly, la primera oveja clónica del mundo engendrada a partir de la célula mamaria de otra oveja adulta, tiene ya sucesora. Se llama Polly, es transgénica y cuenta con un valor añadido: entre sus genes hay uno humano destinado a la producción de una proteína humana en su leche. Ésta ayudará a combatir enfermedades como la hemofilia o la osteoporosis en las personas. Como su predecesora, este animal ha sido obtenido por el Instituto Roslin de genética molecular de Edimburgo (Escocia) y el Centro de Investigación y Aplicaciones Terapéuticas PPL, que comercializa la tecnología.


La oveja clónica y transgénica Polly,
junto a su madre de alquiler (Reuter).
Polly , con dos semanas cumplidas, tiene otras cuatro hermanas de experimento , portadoras también de genes adicionales. Ella lleva el gen humano y otro marcador del experimento. Los expertos esperan que otros dos corderos presenten los mismos genes en los análisis que hay que realizar todavía. Las dos restantes sólo deberían acarrear uno, el marcador.

La técnica de clonación es igual a la utilizada para fabricar a la ya célebre Dolly , sólo que ahora se han empleado células embrionarias para la clonación en lugar de células adultas diferenciadas (mamarias). A Dolly no le añadieron genes, no era transgénica. Sin embargo en Polly, se ha dado una paso más en esta línea de investigación al incorporar a su genoma un gen humano. «Esto es lo que dijimos a todo el mundo que íbamos a hacer, pero es estupendo poder decir que lo hemos hecho», afirmó Ron James, director de la empresa que financia el experimento.

Madre de alquiler

Para obtener cada uno de los cinco animales los investigadores añadieron un gen humano al núcleo de una célula de oveja. Este último contiene los cromosomas, es decir, la información genética que se transmite a la descendencia. La célula se fusionó luego con la de un embrión de oveja al que previamente se le había extraído el núcleo. Cada embrión engendrado fue implantado en una oveja adulta diferente de cabeza negra, Scottish Blackface. Polly ha sido bautizada así porque procede de un rebaño de Poll Dorset.

Las ovejas transgénicas cuentan desde 1992 con una precursora emblemática, Tracy. Es un ganado lanar en cuyas células germinales (los óvulos fertilizados, por ejemplo), se introdujeron genes de otras especies para dotarles de ciertas características o bien para investigar. Tracy tenía una secuencia genética humana para que produjera con su leche la proteína humana Alfa 1 Antitripsina.

Crear transgénicos es un procedimiento lento y difícil y se obtienen pequeñas cantidades de la perseguida proteína. La clonación, mediante la técnica de transferencia nuclear efectuada ahora con Polly , permitirá que todos los animales obtenidos sean hembras que en su leche segreguen las proteínas humanas deseadas. Y es factible fabricar un rebaño entero de cabezas genéticamente idénticas.

«Polly supone la cristalización de nuestro deseo último, conseguir de golpe rebaños que produzcan altas concentraciones de proteínas terapéuticas en su leche», ha dicho Alan Colman, director de investigaciones del centro PPL.

Su próximo paso consistirá en afinar la adición de genes para que entren con mayor precisión en el núcleo celular y lograr mayor eficacia en la producción. Las vacas, que producen mucha más leche, serían las próximas candidatas obvias para estas técnicas. Su mejora puede servir además para sustituir genes en lugar de añadirlos. Otra aplicación son los cerdos transgénicos, en experimentación para utilizar sus órganos en trasplantes humanos.

'Dolly' + 'Tracy' = 'Polly'

ALICIA RIVERA , Madrid
Una oveja clónica (Dolly), más una oveja transgénica (Tracy), igual a una oveja modificada genéticamente y copiada por clonación (Polly). Esta es la fórmula biológica que los investigadores de Edimburgo persiguen desde hace tiempo y que las compañías farmacéuticas están dispuestas a pagar con generosidad por la alta rentabilidad que se espera de la combinación.

Tracy era una oveja, también creada en Edimburgo, en cuyo genoma los científicos habían introducido un gen humano de manera que producía en su leche una proteína humana. Ya en septiembre de 1991, los investigadores del instituto escocés comunicaban en la revista Biotechnology que tenían las primeras ovejas transgénicas en las que habían introducido secuencias del genoma humano, responsables de producir Alfa Antripsina 1, una proteína que sirve para tratar el edema pulmonar. Estas ovejas producían 60 gramos de la sustancia por litro de leche, cantidad que luego se estabilizaba en 35 gramos por litro.

Además, explicaban los investigadores, la proteína humana así producida en la leche de la oveja era biológicamente activa y no se distinguía de la extraída del plasma humano.

Hasta aquí perfecto. Una proteína humana es la mejor opción farmacológica destinada al hombre puesto que es la misma sustancia que el paciente, por alguna razón, no produce o lo hace en cantidades insuficientes. El problema es que hacer transgénicos no es fácil: en el proceso no se logra que todos los ejemplares del experimento adquieran los genes deseados, ni que todos los expresen eficazmente aunque los tengan introducidos en el genoma propio. Tracy era la mejor opción transgénica en ovejas que habían logrado en Edimburgo.

El siguiente paso, y aquí entra la idea de Dolly hecha realidad en el Instituto Roslin, es combinar las técnicas de clonación -para copiar animales y hacer muchos ejemplares iguales- con la de transferencia de genes, para lograr más cantidad de excelentes transgénicos con todas las propiedades óptimas perseguidas.

No sólo ovejas han recibido hasta ahora genes humanos al ser convertidos en transgénicos. Ratones, cerdos, conejos, etcétera, con secuencias del genoma humano pululan por los laboratorios del mundo, la mayoría de las veces para investigación de enfermedades. Los animales reciben genes para que adquieran patologías humanas que se desea estudiar o para hacerlos producir sustancias como vacunas o fármacos.

Varias empresas de biotecnología están preparadas para llevar al mercado sus productos fabricados en animales transgénicos. La holandesa Pharming, que hizo en 1988 el primer animal de granja transgénico del mundo -el toro Herman -, planea sacar al mercado enseguida la lactoferrina humana -estimulante del sistema inmunológico- fabricada en su rebaño de ganado vacuno transgénico, informa Reuter.

Genzyme Transgenics está trabajando en vacas transgénicas que producen seroalbúmina humana y la proteína GAD que puede utilizarse en el tratamiento de diabéticos.

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