A la llegada de los españoles a Lima en 1532, Maranga era uno de los principales centros poblados del valle. Contaba con una población aproximada de 30000 habitantes, según afirmación de Bernabé Cobo. Su último curaca se llamó Chayavilca. Una vez fundada la Ciudad de los Reyes (en las tierras del curacazgo de Lima), esta población indígena pasó a conformar la encomienda, que se entregó a Nicolás de Rivera el Mozo en 1534. Sin embargo, debido a los trastornos ocasionados por la conquista española, los pobladores nativos fueron disminuyendo en cantidad apreciable y el censo de 1549 indicaba que muy pocos habitantes quedaban en Maranga. (Rostworowski 1978).

       En 1557 se fundó la reducción indígena de Santa María de La Magdalena, en donde se concentró a los antiguos habitantes de los curacazgos de Lima, Amancaes, Huatca y Maranga. Con esta reorganización, la ciudad de Maranga fue definitivamente abandonada. Sus extensas tierras pasaron a manos de los españoles, quienes formaron varias haciendas, como Maranga, Pando, Concha y Aramburú. Éstas permanecieron hasta la primera mitad del siglo XX, cuando la ciudad de Lima inició una veloz expansión.