Por
Victor Araya
La única vez que había estado en la selva, fue cuando
visite el zoológico de Lima, específicamente la zona
de los animales de la selva. Así que cuando me invitaron
a ir a la Selva Central, lo pens
é un poco y finalmente me decidí.
Tenia muchas ideas sobre esta región, desde las viejas
películas de Tarzan, los documentales del Manu y Tambopata,
hasta la visión del explorador abriéndose paso machete
en mano por la selva virgen, y que decir de los fabulosos animales
que la habitan claro aquí no habría elefantes ni
leones, pero si otorongos y serpientes.
Salimos
un jueves 27 de Julio, el bus empezó su periplo a las 10.30
de la noche, de una noche tranquila y atípica para ser
invierno, bueno este invierno es atípico con tan poco frio.
Terramoza a bordo, bocaditos, cine a bordo, todo bonito menos
mi contraproducente defecto de no dormir en viajes y pasármelo
viendo a través de la ventana sombras, luces, oscuridad
y tratando de adivinar el nombres de los pueblos que pasan fugaces.
Luego de algunos zarandeos que asustaron a muchos, arribamos a
Huanuco, Ciudad de los Caballeros de León, antigua ciudad
fundada por los españoles en la época de la Colonia,
y ubicada entre los límites de la sierra y la selva.
Nos
instalamos en un hotel por la Plaza Santo Domingo, aunque recomendamos
otros muchos mejores por la plaza de Armas. El primer lugar en
conocer y descubrir fue su Mercado Central, un mercado antiguo
con columnas de adobe y techo de tejas serranas, aquí descubrimos
la gran oferta que tiene Huanuco en panes, y cada uno más
agradable que el otro.
Frente
al hotel, visitamos un Seminario San Teodoro, donde conocimos
una hermosa gruta con la Virgen Maria, con trenzas y rasgos mestizos.
Entusiasmados por el bonito sol y clima, y animados por un joven
vecino, decidimos ir hasta las Ruinas de Kotosh caminando, total
nos dijeron esta a una hora. Ja ja ja no crean todo los que les
dicen, sobre todos los jóvenes. Bueno luego de sudar la
gota gorda, pues el sol estaba radiante, y ser auxiliados por
un taxi, llegamos a las mencionadas ruinas donde fuimos guiados
y conocimos el famoso Templo de las Manos Cruzadas, la escultura
religiosa más antigua de América. Bueno después
de tremendo esfuerzo decidimos unirnos a un Tours que iba a Tomayquichua,
visitamos la casa de la Perricholi, quien fue una joven oriunda
de la sierra quien viajo a Lima en la época del Virreynato
en busca de fama y cautivo al mismísimo Virrey por su belleza,
quien le solicito su amor, ella le puso como condición
que le bajara la luna y las estrellas a sus pies, y el Virrey
un viejo zorro y astuto mando construir una hermosa alameda con
caídas y espejos de agua, cuando estuvo terminada la alameda,
fueron a pasear de noche y ella pudo observar que tenia a la luna
y las estrellas a sus pies. Así ella acepto al Virrey Amat
y aunque vivieron felices nunca pudieron casarse ni fueron bien
vistos por los convencionalismos de la época. Al final
el se fue a España, se caso y nunca regreso y Micaela Villegas
"La Perricholi" se quedo sola, dono sus riquezas y se
interno en un convento. Al final la beneficiada fue la ciudad
de Lima, por que se construyeron muchas obras que la embellecieron.
Siguiendo con nuestro viaje arribamos a la Hacienda Cachigaga,
donde funciona un molino hidráulico, que mueve un viejo
trapiche. Además de poder observar plantaciones de café
orgánico, degustar el aguardiente y demás licores
derivados de la caña de azucar. Salud.
Ya
casi hambrientos un buen almuerzo campestre en el Restauran El
Bosque. Picante de Cuy, Pachamanca, Tacacho con Cecina..uhmmm,
después del banquete gastronomico y un paseo por las riveras
del Rió Huallaga, retornamos a Huanuco, donde estuvimos
recorriendo iglesias, el Puente Calicanto, El museo de Ciencias
y ya mas tarde las discotecas La Cueva y El Mandingo. Se podría
decir un día altamente provechoso.
El
Sábado 29 salimos alas 5.00 a.m. rumbo a Tingo Maria, dos
horas de viaje en auto, alquilamos dos, los cuales fueron a recogernos
en el hotel.(a despertarnos diría yo) el viaje en un curso
de geografía, se ve el contraste entre la sierra y la selva.
En
Tingo Maria contactamos un guía, quien contrato un minibús
y nos fuimos a conocer La Cueva de las lechuzas, la cual es una
caverna impresionante con un ecosistema donde hay aves, murciélagos,
insectos, y formaciones rocosas, de allí nos fuimos a las
Cascadas del Carmen, luego de caminar como una hora por un senderito
bordeando la montaña llegamos a esta Cascada bonita de
dos niveles y con pozas para poder refrescarse. La Cueva de Las
Pavas, fue nuestro última visita antes de almorzar. No
es una cueva sino un malecón a la sombra de grandes árboles
que dan la sensación de estar en una cueva, anteriormente
existian pavas silvestres. El rio forma pozas para bañarse.
Después
de almorzar fuimos al Serpenteario, un lugar extraordinario donde
conocimos variedades, tamaños, colores y formas de muchas
serpientes, desde venenosas hasta constrictoras. Un lugar recomendable.
Al caer la tarde nada mejor que subir al Cerro san Francisco para
ver la ciudad en 360° y con una excelente puesta de sol. Antes
de la cena una visita al mercado de Artesanías y a probar
los tragos exóticos. Uhmm los dejo a su imaginación.
Noche de Discoteca y a dormir.
Domingo
30, ultimo día en esta bella ciudad, habíamos decidido
hacer deporte de aventura, así que iríamos al Velo
de Las Ninfas, estas se ubican en la localidad de Tambillo chico,
y son una sucesión de 14 cascadas que corren por la quebrada,
uno va ascendiendo ya sea por un camino entre la vegetación
o subiendo a través de las mismas cascadas, con sogas o
escalando, una aventura alucinante. Finalmente se llega a la Cascada
el Velo de Las Ninfas donde nos damos un merecido chapuzon en
sus aguas. El descenso es por un sendero en este caso (por que
habia llovido) lleno de barro y espectacular.
Nada
como un reparador almuerzo típico, en este cao un Juane
(arroz con pollo cocinado en hojas de un arbol llamado Bijau)
y su refresco de Cocona (fruto de la zona).
Bueno la aventura continuaba de alli nos fuimos al Zoo Criadero
de la Universidad Agraria de la Selva, con ver al Otorongo y a
los pumas se podría decir que uno puede estar mas que satisfecho,
aparte hay monos, roedores, venados, etc, etc.
Así
paso el ultimo día, alistarse para el viaje de retorno,
la cena y a las 7.30 pm nuestro cómodo ómnibus salía
rumbo a Lima. 6.00 a.m. del lunes 31 de julio ya estábamos
en la Capital, cada uno raudo a sus casas para de alli al trabajo...asi
es la vida... rápida no se detiene al menos en la ciudad,
aunque en la selva estos tres días parecieron una semana
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