El diseño en Internet, en publicidad audiovisual, en televisión, en cine y en general en cualquier medio de comunicación, se está convirtiendo en una imparable marea de creatividad, no solo por parte de los diseñadores y creativos de cualquier medio, sino tambien por parte de aquellos a quienes va dirigida toda esa oleada de nuevas imagenes y grafismos.
Los unos y los otros, por activa y por pasiva, van exigiendose cada vez más innovación, originalidad, estilo, técnica y sobre todo "un algo más" que "sorprenda", que fascine al consumidor final del producto. Ya que si esto se consigue, el producto habrá adquirido "alma" de magnetismo para miles o millones de admiradores de la creatividad hecha mensaje o imagen de identidad.
El arte, elevado a pedestales en tantas disciplinas a lo largo de los siglos, se destila ahora a través de corrientes digitales, de redes que no atrapan peces sino webs, a través de satélites y pantallas de tantos tamaños y tecnologias sincrónicas que aveces no sabemos si hemos de utilizar el ratón o el mando a distancia. Pero ahí está la creatividad de un ejercito de diseñadores intentando "sorprender" y otro ejercito de observadores ansiosos por verse "sorprendidos".
Ambos "ejercitos" magnetizados por el "alma" de la "próxima imagen"...la siguiente, la nueva, pues la que estamos viendo, al verla la estamos queriendo dejar atrás. Sí, la disfrutamos unos instantes más cortos o más largos, pero inconscientemente querremos más pronto que tarde, algo nuevo que vuelva a sorprendernos.
Ahí está el alma del diseño... en esa necesidad constante de "crear y recrear" creatividad comunicativa e interactiva. Es simple, forma parte de la psicología humana y ya sabemos eso de que " una imagen vale más que mil palabras "... hasta que "diseñemos tambien las palabras con el alma de la sorpresa"... aunque creo que esto sí viene ocurriendo desde tiempo atrás.
Pero, ¿ por qué vale tanto la imagen ? Tal vez porque el 80% de la información con la que trabaja nuestro cerebro, le llega a través del sentido de la vista. Tal vez tambien porque esa información que recibimos como imagenes, actúa ó incide de forma más acusada sobre el Tálamo, auténtica fuente generadora de las "emociones" que sentimos. Ahí está la clave, en la "emoción".
Hemos mencionado antes el "alma" del diseño a través de la " sorpresa visual " y ahora la sensación de "emocionarse". Aquí en todo ello se encuentra el impulso creativo y receptivo que necesitamos experimentar. Si lo tenemos en cuenta al "diseñar", alcanzaremos plasmar la intención de emocionar al que observe nuestra creación. |