"Yo escribo encíclicas, hablo por radio, pero no puedo entrar en las fábricas, tiendas y oficinas, ni lo pueden hacer los sacerdotes. La iglesia necesita apóstoles seglares militantes que le encarnen en el mundo del trabajo". (Pío XII)

"Ustedes son laicos. Por experiencia conocen mejor las necesidades de la Iglesia terrena y acaso también están en condiciones de descubrir sus defectos. No hacen de eso un argumento de crítica corrosiva y egoísta. No lo toman como pretexto para separase de la Iglesia, ni para permanecer egoísta y despectivamente aislados. Sacan, al contrario, de sus defectos, estímulo para una ayuda más humilde y filial, para un amor más grande". (Pablo VI)

"Los seglares, por razón de su vocación particular, tienen el cometido de interpretar a la luz de Cristo la historia de este mundo, pues están llamados a iluminar y ordenar todas las realidades temporales según el designio de Dios Creador y Redentor" (Familiaris Consortio" 5).

"Tu específica vocación (oh seglar cristiano), tu misión, consiste en manifestar el Evangelio en tu vida y, por tanto, introducirlo como una levadura en las realidades del mundo en que vives y trabajas". "Los laicos están llamados hoy a realizar una misión decididamente cristiana, empapar la sociedad con la levadura de Cristo" (Juan Pablo II, 1.10.1979).

Los laicos "deben actuar como auténticos laicos responsables en sus tareas profesionales, familiares y sociales" (Juan Pablo 11,31.5.1980).

"Están llamados a hacer presente la Iglesia en las circunstancias ordinarias de la vida" (Juan Pablo II, 28.5.1980).

"La iglesia tiene necesidad de laicos que sean heraldos del Evangelio, para que éste impregne todo el tejido de la vida social y constituya su entramado, base de la civilización del amor" (Juan Pablo II 5.10.1981).

"No permitan que la Iglesia esté ausente de ningún sector de la vida de su nación. Todo debe ser fermentado por la levadura del Evangelio de Cristo e iluminado por su luz. Hacerlo es su tarea" (Juan Pablo II, 12.5.1982).

"Sólo por la aplicación conjunta de los principios de caridad, justicia y castidad, pueden los miembros de la Iglesia ofrecen al mundo un testimonio conveniente de la enseñanza de Jesús, que siempre será contestada" (Juan Pablo II, 11.11.1982).

Dios pone al seglar "en medio del mundo como fermento de la fuerza del Evangelio". Dios lo "llama a vivir el espíritu cristiano en medio de los afanes temporales" para que "contribuya y proclame su Reino" (Misa por los laicos, Colecta. Fortalecido por la Eucaristía, se transforma en "testigo valiente de la verdad evangélica", que hace "presente y viva a la Iglesia en el progreso temporal y espiritual de este mundo" (Ib., Poscomunión)-

EN CONCLUSIÓN
"El papel de los seglares, pues, es hacer presente el Evangelio en todos los sectores de la vida profana, "en los lugares y condiciones donde la Iglesia no puede ser sal de la tierra, si no es a través de ellos" (LG 33. Es ser evangelios abiertos, para hermanos.

La tarea sublime del laico es crear y multiplicar familias cristianas, evangelizar las profesiones, el trabajo, la amistad. ¡Bello panorama! Infundir savia cristiana en todas las estructuras de la sociedad terrestre: cultura, economía, política.
Es su "campo propio: la consagración del mundo desde dentro" (LG 31; GS 43).

M.C.M., CSSR