TEXTOS PARA MEDITAR

"A Dios le ha salido muchos hijos pobres.
Los pobres son el fracaso de Dios y han de acabar siendo triunfo de Dios".

"La pobreza y el hambre representan uno de los mayores desafíos".

"La creciente brecha entre ricos y pobres es un escándalo y una contradicción con el ser cristiano" (Cf Puebla, 28).

"Una sensata perspectiva de futuro aconseja una civilización de austera solidaridad".

"Un rico jamás podrá decir: Bienaventurados los pobres".

"Si han hallado justificación para seguir el Evangelio conservando un nivel confortable de vida, allá ustedes; yo no puedo" (A. Paoli).

"La pobreza elegida es el sacramento de la condición cristiana".

UN PANORAMA PUNZANTE

La pobreza y el hambre en el mundo son problemas que conmocionan a la opinión pública, no tanto a los políticos ni a los dirigentes de las multinacionales. Basta abrir los ojos para observar que no crece la solidaridad ni se respeta la dignidad de los pobres. Los extremos se alejan: De un lado de los sectores y países de la técnica, el desarrollo, la comodidad, el consumo y hasta el despilfarro; de otro, los sectores y países del hambre, la injusticia, la miseria, la enfermedad, la muerte prematura... Contemplando este panorama, se llega a comprender aquella acertada frase del Papa Juan XXII: "Después de casi veinte siglos de cristianismo, el Evangelio de Jesús todavía no ha sido estrenado".

La incoherencia, en efecto, salta a la vista. La sociedad del bienestar, históricamente cristiana, es la que está desencantando una guerra de intereses, codicias y rivalidades que en nada favorece a los empobrecidos del planeta. Desde el punto de vista sociológico, el panorama es punzante. Existen argumentos, cifras y situaciones verdaderamente dolorosas. El hambre en el mundo constituye un holocausto diario, desborda cada día más el perímetro d4e la muerte. Puede que nuestras conciencias sólo se sientan momentáneamente sacudidas, especialmente cuando los medios de comunicación nos presentan imágenes o testimonios elocuentes y provocadores. Pero el problema está ahí como una vergüenza que martillea el alma.

¿Por qué tanto contraste? ¿Por qué tanta miseria y muerte? ¿Por qué tanta frustración en millones y millones de seres humanos? La existencia de cierta realidad dolorosa y vergonzosa va contra el Reino de Dios, lo dificulta y pone en entredicho la misión misma de Jesús. Va contra Dios Padre misericordioso; va contra Jesús, enviado para reinar el amor y la solidaridad fraterna; va contra el Espíritu, a quien quiere expulsar de la historia a causa del pecado personal y estructural. Toda esta carga y crítica teologal llevan consigo el hambre y la injusticia que matan...

GEOGRAFÍA DE LA POBREZA

Dentro de la pobreza generalizada que afecta a un tercio de la humanidad hay algunas zonas del planeta en que ésta se presenta aún con mayor severidad. Sobre lo Países Menos avanzados, según Naciones Unidas, o los de renta baja, según las estadísticas del Banco Mundial, la pobreza se concentra en algunas zonas del planeta:
En África subsahariana hay casi 400 millones de personas en pobreza absoluta; lo que representa un 62% del total de la pobreza del continente.
Asia Meridional y Oriental s la zona con mayor número de personas pobres (800 millones), que representan un 25% del total.
América Latina tiene más de 150 millones de personas que viven en pobreza absoluta; representan 35% del total del continente.

CIFRAS Y ARGUMENTOS, UNA VEZ MAS

La FAO denunció a finales de 1996, con la ocasión de la Cumbre de Alimentación, celebrada en Roma , que 840 millones de personas sufren hambre severa. En África subsahariana dos de cada cinco personas no tienen la alimentación adecuada.

Dentro de los países y pueblos que padecen esta pobreza endémica hay grupos de personas que son víctimas de ella en mayor medida: las poblaciones rurales, los niños y las mujeres. Así, por ejemplo, según un informe de Naciones Unidas para el Desarrollo (1995) el 63% de la población urbana de los países pobres tiene acceso al agua potable, mientras que en la zonas rurales sólo el 46%. La mortalidad de niños menores de cinco años es de 175 mil en los países pobres, mientras que en los países industrializados no llega a 10 mil. Por otra parte, se ha estudiado que la proporción entre mujeres y hombres pobres es de 5 a 3, lo que ha acuñado la expresión: feminización de la pobreza.

En los países del Tercer y Cuarto Mundo hay un contexto de pobreza generalizada, que es la causa de una imposibilidad casi absoluta de superar la situación precaria que padecen. La falta de infraestructuras les impide desarrollar sus posibilidades y, por lo tanto, los mantiene sumergidos en el pozo del subdesarrollo. No pocas personas mueren en los países pobres sin haber visto nunca a un médico. Así mismo, el nivel de escolarización es bajo. La falta de cultura impide el acceso a la técnica y la ciencia, con lo cual el crecimiento permanece frenado generación tras generación.

Los ricos son cada vez más ricos y los pobres no logran romper el círculo de pobreza. Además, las leyes del comercio impuestas por las multinacionales y por determinados órganos de control, influyen para que los países pobres sean incapaces de salir de su situación.

¿QUÉ PODEMOS HACER NOSOTROS?

La contemplación del hambre y de la pobreza en el mundo es un espejo adecuado para aprender de Jesús la dicha de ser pobre. Seguir a Jesús es aprender a ser pobre, elegir voluntariamente ser pobre. Quien entiende y acoge el don de la pobreza, contempla los bienes materiales como un medio de comunión; no se hace esclavo de las cosas, no las busca con ansiedad. Quien se siente pobre desde el espíritu, rehuye toda forma de privilegio: entiende que la verdadera dignidad reposa en la sencillez y adopta una postura de igualdad con los demás.

Para ser verdadero cristiano es fundamental vivir la condición de pobre; y aunque no hay un estilo generalizado para todos los tiempos y lugares, así se pueden presentar unos indicadores descriptivos de la condición cristiana de pobre:
-Aceptar el Evangelio comporta ser pobre.
-Para un auténtico seguidor de Jesús es intolerable la injusticia que nuestro mundo ha generado y pretende perturbar. Vivir la fe sin un compromiso claro por la justicia es un desacierto y una aberración.
-La condición de pobre no comporta un desprecio de los bienes materiales. La austeridad es cristiana si implica un don para los demás. La finalidad de ser evangélicamente pobre es crear fraternidad mediante la comunión de bienes, afectiva y efectivamente.
-La condición de pobre es una opción de base, un compromiso por los empobrecidos y los necesitados. La nueva humanidad no puede fundamentarse sobre los ricos que antes o después son dominadores, sino sobre los pobres que pretenden alumbrar un tipo diferente de personas. Estos pobres de opción voluntaria constituyen la gran reserva de esperanza y espiritualidad humanas.
-Ser pobre es colocarse en la onda del riesgo, de lo provisional, de la inseguridad; es "vivir como las aves del cielo y los lirios del campo", fiados de la Providencia de Dios, para quien importamos que cualquiera criatura (Cf Mt 6, 25-34).
-En definitiva la condición de pobre es cuestión de opción fundamental, supuesto del don, que Dios no regatea.

¿QUÉ MAS PODEMOS HACER?

No habituarnos a la imágenes que nos llegan con mil noticias de desamparo, dolor y muerte, ni buscar justificaciones para no implicarnos, pensando que la responsabilidad principal la tienen otros. "Manos Unidas", una Organización NO Gubernamental para el Desarrollo (ONGD), insiste: Podemos seguir haciendo algo entre todos para poder superar esta situación que casi nos desborda. El mapa de la pobreza y del hambre es amplio y parece que cada día se estira más. Pero, si colaboramos, muchos proyectos que dependen de "Manos Unidas", podrán llevarse a efecto. Por eso es importante la generosidad de muchos: "Un grano no hace granero, pero ayuda al compañero".
Y, por último, tú, lector, ¿qué puedes hacer?
-No valores demasiado la cultura del progreso, si no llega a todos.
-No sigas pareceres como: tanto tienes, tanto vales...¡Qué falso es su contenido!
-No idolatres el dinero; todavía sigue habiendo falsos dioses.
-Critica la corrupción y no caigas en ella.
-Se austero y pobre, según el Evangelio.
-Crea opinión y colabora en campañas como "Manos Unidas".
-Y ora. Sin la espiritualidad de Evangelio difícilmente logramos un mundo justo y solidario.

OCTAVIO HIDALO, CSSR (ICONO)