DE GIACOMO
PUCCINIEscuche un fragmento del acto II de "La Bohème",
El famoso
"Vals de Musetta"
Basada en el libretto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, sobre el drama "Scènes de la vie de Bohème" de Henri Murger. La première tiene lugar en el Teatro Reggio de Turín, el 1º de Febrero de 1896, con los cantantes Cesari - Ferrani, Pasini, Gorga, Wilmant, Mazzara y Pini - Corsi, bajo la dirección de Arturo Toscanini. Ambientada en el Barrio Latino de París, hacia 1830.
MARCELLO, un pintor |
Barítono |
RODOLFO, un poeta |
Tenor |
SCHAUNARD, un músico |
Barítono |
COLLINE, un filósofo |
Bajo |
MIMI, una joven costurera y florista |
Soprano |
MUSETTA, una joven "grissette" |
Soprano |
BENOIT, el casero |
Bajo |
ALCINDORO, un Consejero de Estado |
Bajo |
PARPIGNOL, el vendedor de juguetes |
Tenor |
Un sargento de aduanas |
Bajo |
Hombres, mujeres y niños (Coro) |
SATB |
ACTO I. En su humilde y reducida buhardilla del Barrio Latino, Marcello y Rodolfo tratan de calentarse entre las humeantes chimeneas del París de 1830. En vez de madera, el poeta quema los tres actos de su drama. Colline y Schaunard llegan de la calle y se les unen; éste último trae provisiones, leña y dinero ganado tocando para el moribundo loro de un lord inglés. Benoit, el casero interrumpe el alegre convivio del día de Navidad con la cuenta atrasada del trimestre. Los cuatro le juegan bromas, le embriagan y finalmente lo echan fingiendo escandalizarse por las infidelidades amorosas de Benoit. Los jóvenes deciden ir al Café Momus a divertirse, pero Rodolfo se queda a escribir el editorial para un periodiquillo, "El Castor". No sintiéndose inspirado, es interrumpido por la visita de la joven vecina Mimí, quien llega a solicitarle lumbre. Debilitada por el esfuerzo de subir las escaleras, Mimí se desmaya. Recuperada, se dispone a retirarse cuando advierte haber perdido sus llaves. El viento apaga las candelas de ambos, mientras buscan las llaves. En la oscuridad Rodolfo encuentra la delicada y helada mano de Mimí y le ofrece calentársela mientras le cuenta acerca de él y sus sueños en el aría "Che gelida manina". Mimí reciproca con "Mi chiamano Mimi, ma il mio nome e Lucia", su propia historia, y de cómo ella vive sola, borda "en tela o seda, en casa y afuera" y para entretenerse hace "lirios y rosas", en su blanco cuartito, en el que vive sola aguardando el primer rayo de sol de la Primavera. Los impacientes compañeros de Rodolfo interrumpen el coloquio urgiéndolo a que baje, pero Rodolfo les envía por delante mientras contempla embelezado la suave figura de Mimí bañada por la luz de la luna. La llama del amor se enciende durante el precioso dueto "O soave fanciulla". La impetuosidad de Rodolfo es moderada por Mimí, quien le sugiere la lleve consigo a la reunión con sus amigos. La pareja de enamorados salen tomados del brazo protestándose amor.
ACTO II. Rodolfo y Mimí se reúnen con sus amigos en el animado Café Momus. Los vendedores pregonan sus artículos, el juguetero Parpignol con su carro enflorado es seguido por un tren de curiosos niños ("Ecco Parpignol, Parpignol, Parpignol"). Musetta, la inconstante amante de Marcello, trata de ganarse nuevamente su atención y afecto, a pesar de la compañía de su rico y viejo admirador Alcindoro, cantándo de cómo cuando camina por la calle la gente se para a mirarla, en el delicioso vals "Quando m'en vò soletta per la via ". La resistencia de Marcello se desmorona pronto. Musetta, fingiendo que una zapatilla le molesta, envía a Alcindoro a comprarle otro par. Aprovechando que un destacamento de soldados en camino al cuartel pasa frente al café Momus, Marcello y los otros bohemios se les unen llevando a Musetta en hombros y dejando la cuenta a Alcindoro "con su saludo".
ACTO III. Al alba de una nevada mañana Mimí llega a los alrededores de una taverna en las afueras de París, donde aún pueden oírse las risas y sonidos de parroquianos trasnochadores. Mimí manda a llamar a Marcello, quien con Musetta ha estado viviendo en la posada trabajando a cambio de albergue y comida, para pedirle ayuda en su relación con Rodolfo. Mientras tanto los somnolientos guardas tratan de calentarse y barrenderos y vendedoras entran a la ciudad. Cuando Marcello sale al encuentro de Mimí, ésta se queja de la conducta de Rodolfo, quien la recrimina y cela constantemente, diciendo estar dispuesta a dejar al poeta. Rodolfo, quien había llegado "una hora antes del alba", se despierta, sale de la taverna buscando a Marcello para también confiarle sus sentimientos para con Mimí. Ésta se esconde, mientras Rodolfo la describe como una "coquetuela que flirtea con todos" (Mimi è una civetta che frascheggia con tutti), confiesa amarla "sobre todas las cosas del mundo", pero le invade el remordimiento y el temor por el constante deterioro de la salud de Mimí (Una terribil tosse...). Mimí, quien ha escuchado la conversación, asegurada del amor de Rodolfo pero realizando que le queda muy poco tiempo de vida, sale a despedirse de él, sin rencores (Donde lieta usci al tuo grido d'amore.......Addio senza rancor). Mientras Mimí y Rodolfo reviven las dulzuras y amarguras que pronto ya no compartirán, Musetta y Marcello salen de la taverna peleándose (Che facevi, che dicevi). Esto da pié a uno de los más famosos cuartetos de la literatura operística que contrasta a dos parejas de amantes en situaciones opuestas, una de afecto y reconciliación y otra de celos y separación. El contraste es demasiado para Rodolfo y Mimí, quienes deciden mantenerse juntos al menos hasta el inicio de la Primavera (Ci lascieremo alla stagion dei fior).
ACTO IV. Los solitarios Rodolfo y Marcello han regresado a su buhardilla para lamentar la ausencia de la inconstante Musetta y la aparentemente infiel Mimí, quien ha sido vista en carruaje "vestida como una Reina" (O Mimí tu più non torni). Schaunard y Colline se les unen, trayendo con ellos algunas provisiones, y los jóvenes olvidando sus penas se entregan al juego y el buen humor. Una pelea fingida es abruptamente interrumpida por la entrada de Musetta que, presa de la agitación, anuncia que Mimí está abajo sin las suficientes fuerzas para subir las escaleras. Los cuatro bohemios ayudan a la frágil y semi- congelada Mimí, colocándola en un lecho. Musetta se desprende de sus aretes para ir a comprar un mitón y alguna medicina para Mimí, mientras Colline decide empeñar el abrigo que le ha acompañado por tanto tiempo (Vecchia zimarra, senti). Dejados solos Mimí le recuerda a Rodolfo los días en que eran felices (Sono andati? Fingevo di dormire). Al retorno de los demás Mimí es asaltada por un violento acceso de tos. Recibiendo el mitón Mimí exclama que finalmente sus manos podrán calentarse y parece dormirse apaciblemente. La emotiva escena reunifica a Musetta con Marcello. De pronto Schaunard se da cuenta que Mimí ha expirado. Rodolfo, dándose cuenta de la tragedia por las expresiones de sus amigos, se lanza desesperadamente sobre el cuerpo exánime de Mimí.
Para comprender "La Bohème" más claramente, es deseable acercarse a la obra a través de sus personajes. En el drama de Murger aparecen como retratos ligeramente velados de habitantes reales del Quartier Latin. Puccini, en una acción quirúrgica teatral maestra, ha eliminado lo específico dejándonos el residuo universal de estos personajes, su pathos y su tragedia inmortalizada en su música. Estas cualidades más sombrías, revestidas de un exterior alegre, dieron a Puccini la justa combinacion agridulce que tanto le atraían. Es la marca de su genio que ha completamente explotado estas características, haciéndolas sutilmente suyas.
MIMI es la excepción entre las heroínas puccinianas, y a ella el compositor ha dedicado mucho tiempo, atención y simpatía, como marcadamente lo atestigua su correspondencia. Ha pintado a MIMI siempre en colores pastel, de una manera notablemente variada y completa. Aún en sus momentos expansivos ella nos proyecta una atmósfera más patética que trágica. Sin embargo la tragedia está siempre allí, pero subyacente.....implicada. Al enfatizar las cualidades interiores de gentileza e indefensión ante un inexorable destino, Puccini explota al máximo el pathos inherente de su situación.
No existe una frase para MIMI que, de alguna manera, no explique o desarrolle su personaje. Puccini no ha malgastado rasgos. Por ejemplo, el episodio expansivo " Ma quando vien lo sgelo" del aria de MIMI del primer acto, nos da una clave importante de su personalidad.....su habilidad de aceptar un presente riguroso mientras se sueña con un futuro más placentero. Sus pequeñas frases en el encantador dueto con que concluye el primer acto expresa a perfección las características que la impulsan a buscar la única clase de seguridad que conoce, una relación sentimental.
La crisis para MIMI es, ciertamente, la escena en que se oculta en el tercer acto donde Rodolfo, no percatándose que ella le escucha, describe su fatal mal a Marcello (Mimi e tanto malata, ogni dí più declina). Las implicaciones trágicas de esta escena son casi insoportables, pero la ternura y simpatía del tratamiento de Puccini, nos permiten proceder irresistiblemente. Un poco más adelante, otra vez el leitmotiv del Mi chiamano Mimi surge al principio de su despedida "Donde lieta uscí...", uno de los muchos detalles exquisitos de esta escena. Nuevamente, en la misma aria, el extraordinario cambio de color logrado por la modulación directa de Re bemol a La Mayor en "Bada, sotto il guanciale" enfatiza el pathos del momento de una manera aparentemente imposible de obtener sin este recurso armónico. ¡ Y de qué forma se aumenta la tensión emocional, con el retorno a la tonalidad original, en una de esas frases altamente cargadas de emotividad de Puccini en " se vuoi serbatte a ricordo d'amor"!
En el acto final, con excepción de uno o dos pasajes, Puccini le da a MIMÍ poca nueva música para cantar. El efecto logrado por las citas melódicas del primer acto es el de una MIMÍ falleciente, privada de futuro, soñando con el pasado. La simplicidad de medios con los que Puccini asegura sus efectos en esta escena final raramente se han empleado. Nada más impresionante podría imaginarse que las últimas palabras de MIMÍ: "Qui amor.....sempre con te.......Le mani.......al caldo e .........dormire....." cantados sobre un reiterado la bemol, con el tema asociado a Rodolfo tomándole la mano en el primer acto suspirado por la orquesta.
MUSETTA, por el contrario, presenta un problema diferente y más difícil. En los actos segundo y tercero se le pinta como coqueta y caprichosa en extremo, mientras que en el último acto aparece tranquila, solicita y religiosa, características de su personalidad no evidenciadas anteriormente. De allí que no es tarea fácil encerrar estas cualidades distintas en una sola persona. Desde la entrada de MUSETTA se nos hace sentir su tunantería, la que surge más de un buen sentido del humor que de la petulancia. La música más conocida de MUSETTA es su contagioso vals del segundo acto, "Quando m'en vo soletta per la via...", particularmente interesante porque en el reprise del tema principal MIMI canta una contra melodía que expresa su naturaleza particular. Al principio del tercer acto, la voz de MUSETTA corta la gélida escena que nos representa al invierno del corazón, recordándonos el motivo del vals, pero ¡qué diferente es el efecto de estas frases sin el acompañamiento original y sin el bullicio circundante de la escena en el Café Momus! En el acto final, la relación entre el buen corazón y los aspectos más extrovertidos de MUSETTA podrían apreciarse mejor si las cuidadosas instrucciones escénicas de Puccini se observaran más literalmente que de costumbre. Por ejemplo, la pequeña oración de MUSETTA, "Madonna benedetta fate la grazia che questa poveretta non deba morire", debe "musitarse inconscientemente mientras calienta la medicina sobre el quinqué " ; también, mientras el telón cae lentamente, las indicaciones leen "aterrorizada, Musetta se precipita hacia el lecho, dejando escapar un grito de dolor". Si estas indicaciones fuesen seguidas más estrictamente, así como la excelente costumbre empleada por la Opéra Comique de utilizar una soprano dramática para el papel, los variados aspectos de la personalidad de MUSETTA emergerían mejor integrados.
Puccini ha bocetado a RODOLFO en menos detalle que a las dos muchachas. Que es un joven ardiente se corrobora por las frases del dueto "O soave fanciulla". Su encanto es más persuasivo en sus primeras palabras a MIMI. Comparte el sentido de humor despreocupado de sus compañeros bohemios. El compositor ha creado en él la perfecta antítesis de MIMI. Es un hecho curioso que las primeras frases de RODOLFO, "Nei cieli bigi", se encontraban originalmente entre los bocetos para una opera basada en la historia de Verga, "La Lupa", que Puccini descartó a favor de la de Murger. La famosa narrativa, "Che gelida manina", está repleta de todo el encanto y atractivo que explican tan bien la atracción del poeta hacia MIMI. En el tercer acto la inestabilidad emocional de RODOLFO se muestra en curiosamente sarcástico pasaje, "Mimí è una civetta", que contrasta con sus sentimientos genuinamente sinceros al describir la enfermedad de MIMI y la pobreza de ambos. En el último acto, el dueto con MARCELLO expresa la amorosa nostalgia que es tan especial en Puccini. Y a RODOLFO se le ha conferido el momento más doloroso y emotivo de la obra: el descubrir que MIMI ha muerto, mientras la orquesta martilla el tema de "Sono andati" en la sombría tonalidad de Do sostenido menor.
MARCELLO es un personaje especialmente simpático. Es su tragedia el ser el realista del grupo y, a la vez, de ser susceptible al afecto inestable de MUSETTA. Él es quien, sin embargo, está consciente de la inevitable conclusión de la relación entre MIMI y RODOLFO. Hay un paralelo inequívoco entre las posiciones de Sharpless (el cónsul norteamericano en Madama Butterfly) y MARCELLO, debido a la amplitud de su visión y su agudo sentido de incapacidad para evitar la tragedia. En la escena antes mencionada del tercer acto, es MARCELLO quien percatándose que MIMI escucha el cándido diagnostico de RODOLFO trata de alejarlo. Al final de la opera, MARCELLO sobrecogido de emoción pronuncia el "Coraggio", con el que en efecto informa a RODOLFO de la muerte de MIMI, esbozando en una sola palabra la relación de MARCELLO con la tragedia.
En los otros personajes, Puccini ha completado su cuadro con mesura. SCHAUNARD y COLLINE contribuyen a establecer la atmósfera bohemia con su "joie de vivre" designado para apañar una vida de carencias. La famosa aria de COLLINE, "Vechia zimarra", en la que resignado se decide a empeñar su abrigo, es introducida tan hábil y efectivamente, que sólo el más recalcitrante crítico podría condenar al compositor por rellenar la partitura.
En el cuarteto que concluye el tercer acto Puccini reconoce su deuda con Verdi, al adaptar el principio de contraste situacional del famoso cuarteto de "Rigoletto" a su particular necesidad dramática. Al fusionar en una sola unidad las emociones de dos que sufren con dos que aman, Puccini no obtiene la marcada individualidad de expresión verdiana pero, mas bien, utiliza su material libremente para exprimir el máximo del pathos de la situación. Es raro, sin embargo, que pasajes de "La Bohème" se presten a tales comparaciones. El enfoque operístico de Puccini es diferente que el de sus predecesores. Su música surge tanto de los personajes como de las situaciones. Sus sentimientos están en la caracterización en un nivel personal más que en un nivel heroico y remoto; y es esto uno de los motivos por los cuales Puccini retiene el afecto permanente del público.
Artículo de William Askbrook extraído del libro Introduction to Opera, editado por Mary Ellis Peltz, publicado por Barnes and Noble. Traducido y extendido por Joseph K. Doetsch.
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