| NUESTRO SECRETO MEJOR GUARDADO |
 i competimos en vanos galardones, si adquirimos glorias que habrían de incitar al rencor a otros no tan dotados, y luego nos sorprendíamos rutinariamente a la luz del alba, tambaleantes, aullando nuestro desconsuelo por los caminos menos transitados y más polvorientos.

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