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-   PROYECTO 
SOTHIS
 
por  DARDO QUINTANA
 
 
 
Un 
día más
 
           
Como todos los días de su vida, esa mañana debía practicar su obligatoria 
primera ablución purificadora, debía eliminar todo vestigio de vello de su 
cuerpo con una afilada hoja de bronce y quizá – según la ocasión – ungirlo con 
ricos aceites aromáticos. Se pintaría  
- como  tenía acostumbrado – 
sus pronunciados labios con una pintura grasa a base de óxido de hierro y 
demarcaría sus párpados con una gruesa capa de Kohl negro y malaquita verde. 
Quizás 
se pusiera su peluca típica del Alto Egipto y vestiría su semitransparente 
vestido de basto lino o fino “Algodón Real”, dejando entrever las delicadas 
líneas de su bronceado cuerpo.
Y 
admiraría su imagen reflejada en el espejo de cobre, hermoso reflejo de joven 
sacerdotisa y dorado dios Sol.
Calzaría 
sus pequeñas sandalias hechas de junco de las ciénagas del Nilo e iría a 
acompañar al Supremo Sacerdote del Templo de la ciudad de Ipw – también conocida 
como Khent-Menu -, mientras éste ofrendaba comida y las primeras oraciones a 
favor del itifálico dios Min (1).
Pero 
ese día no. Esa mañana, “Ast-Wrt” (“Gran Isis”) la joven sacerdotisa tañedora 
del  mágico Sistro “Sesheshet”, 
comenzaría una nueva jornada. A partir de entonces, bogaría entre las estrellas 
junto al momiforme dios Osiris y llegaría hasta la presencia de la generosa 
Isis, quien al aparecer en el horizonte bajo la forma de la estrella Sothis 
señalaba la sacra y benefactora inundación del río Nilo. En “las tierras de los 
juncos” se despreocuparía de su anterior vida y danzaría junto a su adorado Min 
al compás del instrumento consagrado a la maternal diosa Hathor 
(2).
 No se levantaría ya. Nos ha dejado. Ha 
muerto.
 
 
            
Su cadáver es estacionado en natrón el tiempo necesario para 
deshidratarlo por completo y envuelto en vendas de lino untadas de grasa de 
pescado, goma arábiga y fuertemente perfumado con aceites esenciales. 
 “Nesy-Pa-Mai” el Sacerdote del dios Min, 
luego de supervisar cuidadosamente la momificación, oficiaría los ritos 
imprescindibles para que el viaje del “Ka” al más allá culmine con 
éxito.
Para 
esa ocasión no sólo no había comido pescado – como todo sacerdote acostumbraba – 
sino que tampoco había comido carne de res ni había tocado mujer alguna durante 
por lo menos diez días, sintiéndose puro y sin mancha.
Totalmente 
untado de aceites y ungüentos, con el incensario lleno en su mano, con un poco 
de natrón detrás de sus orejas y otro poco en su boca, vestido con dos piezas de 
vestido nuevas, después de haberse lavado con agua del viñedo, calzado con 
sandalias blancas y con una imagen de la diosa Maat (la verdad) pintada en su 
lengua.
Mientras 
recitaba la letanía que favorecería a la difunta a su llegada ante el dios 
Anubis y Thot para ser juzgada, mecía el incensario y recordaba la aromada 
peluca que usaba Ast-Wrt en los ritos al dios Min, en el festival del Sed 
(jubileo) y las ceremonias de la coronación del Faraón.
Los 
festivales dedicados a Min siempre eran asociados con el poder del Faraón y 
aseguraban la potencia de su reinado.
Oía 
a otra joven sacerdotisa sacudiendo el Sistro “Sesheshet”. Este importante 
instrumento que facilitaba la llegada al trance con su suave susurro evocando la 
brisa entre los juncos de papiro en las orillas del río 
Nilo.
Muchos 
otros antes, al escucharle creían llegar cerca del confín de los muertos, ser 
conducido más allá de los elementos. En medio de la tiniebla nocturna ver 
brillar el sol con un resplandor deslumbrante, subir hasta donde los dioses y 
descender hasta ellos, ver sus rostros y adorarles cara a cara 
(3).
Y 
no sólo era importante por esto, la forma del Sistro se parecía al Ankh, el 
símbolo de la vida. Se pensaba que su sonido daba paz y sosiego a divinidades 
como Amón, Isis y Hathor. Y todos sabían que para que la bondadosa diosa gata 
Bastet no se convirtiera en la colérica diosa leona Sekhmet se debía complacerla 
con la música  de este mágico 
instrumento (4).
Por 
fin, el ritual concluye. 
Ast-Wrt 
no te olvides de quien oficia tu funeral, habla ante los dioses de él y 
protégele de todo mal.
La 
cámara sepulcral es sellada.
 
 
Peregrina 
hacia tierra extraña
 
El 
sol caía a plomo sobre su cabeza, pequeñas partículas de polvo levantadas por 
los primeros automóviles se dejaban ver en el aire en una suave neblina dorada 
formada por partículas móviles, dando a la escena un aspecto de irreal cámara 
Pathé. Y entre la neblina, el sol era un agujero de calor 
abrasador.
El 
rebuzno estridente de un asno, el sonido de la madera y el tintineo del metal 
que se confundía con el bullicio de la cáfila políglota. Oyó la carcajada de una 
mujer y supo – casi instintivamente – que indudablemente se trataba de una 
extranjera.
Pero, 
a pesar del agobiante calor y el griterío de la turba de El Cairo de 1889, se 
sentía orgulloso consigo mismo por sus nuevas adquisiciones. Él, el Ingeniero 
Luis Viglione, nacido en el distante Uruguay, volvía a su terruño con una 
excelente reproducción de la estatua en diorita del Faraón Khefrén y dos momias 
auténticas, una de ellas completa con su sarcófago y máscara mortuoria 
recubierta de oro.
Según 
una carta de Viglione, dichos objetos fueron adquiridos en un museo de El Cairo 
(5).
En 
aquella época, el único museo existente – fundado por  Auguste Mariette en 1858 y que se 
encontraba en el barrio de Boulaq – se vio obligado en 1880 a trasladar todo su 
precioso contenido a un anexo construido en el palacio de Guiza del entonces 
gobernador del país, Ismael Pasha, debido a una inundación del río Nilo en 
1878.
Seguramente 
nuestro ingeniero tuvo que, o bien tratar con personal estatal para poder 
comprar dichas momias, o comprarlas en el zoco de la ciudad de El Cairo, donde 
los mercaderes de entonces asediaban a los turistas con el botín de 
desconsiderados saqueos a las tumbas excavadas en la roca viva en el promontorio 
de El –Salamuni, en las cercanías de la árabe ciudad de Akhmim 
(6).
Aunque, 
la reproducción de la estatua de Khefrén comprada por nuestro compatriota y la 
presencia de la original en el actual museo de El Cairo, nos habla a favor de su 
compra en la improvisada residencia en el palacio del gobernador Ismael Pasha; 
puesto que toda la colección de Boulaq allí conservada, pasaría a formar parte 
del acervo del actual Museo Egipcio en El Cairo.
Nuestro 
comprador sabía que algunos inescrupulosos mercaderes - por ejemplo, en el 
famoso zoco del Khan Al Khalili  - 
tomaban cadáveres de fechas mucho más recientes que cualquier momia y las 
sumergían en betún, envolviéndolas en lino para luego venderlas a los 
extranjeros inexpertos a precios religiosamente 
regateables.
Pero 
estas disquisiciones no le preocupaban a nuestro generoso donador, lo único que 
le importaba era que sus momias no eran uno de tantos fraudes que vendían por 
aquella época.
Y 
lo que completaba más su orgullo, era el secreto proyecto de donar tales tesoros 
al Museo de Historia Natural en el Teatro Solís de Montevideo y al Museo de 
Ciencias Naturales de La Plata en Argentina. Uno en su país natal y el otro en 
la ciudad que ayudó a crear, pues él había sido honrado tiempo atrás con su 
designación como miembro de la Comisión Oficial que diseñó tal urbe. No es de 
extrañar su bifronte lealtad a dos pueblos vecinos.
Justo 
es señalar, además, que una momia de alrededor de 2.300 años de antigüedad, 
reconocida como “Tadimentet”, más otra sin identificar – ambas con sus 
respectivos sarcófagos -, un paquete funerario, dos cabezas y dos pares de 
extremidades momificadas fueron donadas al Museo Ciencias Naturales de La Plata 
en 1888 (apenas un año antes que Viglione) por Dardo Rocha, convencido que una 
colección de este tipo “serviría para estudios comparativos con las antigüedades 
americanas”. Teoría compartida por muchos adeptos en aquella época, incluso – 
posiblemente – el Ing. L. Viglione.
El 
transporte con su preciada e insospechada carga llegaba traqueteando a la ciudad 
de Alejandría y una brisa fresca desde el Mediterráneo soplaba 
benefactora.
 
 
Proyecto 
Sothis.
 
El 19 de 
agosto de 2000 la momia de la sacerdotisa Esoeris – como fue conocida Ast-Wrt en 
el Egipto grecorromano - comienza un nuevo peregrinaje, desde su ubicación en el 
Museo de Historia Natural en el Teatro Solís, es trasladada a pie por un grupo 
de simpatizantes hasta su nueva locación en una “cripta” dispuesta en el Museo 
de Historia del Arte de la Intendencia de Montevideo (7).
Dardo se 
lamentó sobremanera el haber perdido la ocasión de acompañar la procesión casi 
religiosa de la momia. Sobretodo – además de su amor por la historia –  por el hecho que pareciera que estas 
cosas sólo se dan en un pueblo con una carga tan tradicionalista y respetuoso 
como el uruguayo.
Y se 
contentó, como todo el mundo, con visitarla y verle a través de la gruesa cúpula 
de vidrio; admirando el inusual trabajo del Dr. Carlos Berg – Director del Museo 
Nacional de Historia Natural en 1890 -, quien mediante una incisión longitudinal 
desde el cuello a los pies retiró las vendas que cubrían el lado izquierdo del 
cuerpo. 
Viendo 
las excelentemente conservadas facciones de ella, se dejó llevar, se le antojó 
imaginarla cómo sería su rostro en vida y acto seguido se le ocurrió la idea de 
invocar un equipo de especialistas que con los medios y requisitos necesarios 
pudieran reconstruir su faz.
Podríamos 
ver frente a frente a esta muchacha que vivió en el Egipto de hace 2.600 años y 
encarar la historia de una manera más igualitaria, verificando que a las grandes 
epopeyas también la hacen los pequeños.
Será 
como asomarnos por una ventana a través del tiempo y robarle un pequeño 
secreto.
 
Un poco 
de historia:
 
El 
primer paso en la reconstrucción antropológica ocurrió en mayo de 1983, ante la 
Sociedad Egipcia de Miami.  
Patrick 
Barry, un ortopeda que dedicaba sus ratos libres a la egiptología se le ocurrió 
intentar conocer el verdadero rostro del famoso faraón 
Tutankhamón.
Para tal 
fin, contrató los servicios de los dos mejores reconstructores faciales de 
Estados Unidos, Clyde Snow y Betty Pat Gatliff, utilizados frecuentemente por la 
policía para resolver casos en donde un cadáver inidentificable aparecía con el 
rostro deformado.
A lo 
largo del dificultoso trabajo se emplearon las mediciones del cráneo obtenidas 
por el Dr. Douglas E. Derry, quien examinó la momia en  1923 y copias de las radiografías 
realizadas en el mismo año.
El Dr. 
John Prag, conservador del Departamento de Arqueología de la Universidad de 
Manchester, en Inglaterra, y su colega Richard Neave, ilustrador en el 
Departamento de Medicina de la misma Universidad emprendieron – en 1983 – la 
reproducción del rostro de Filipo II de Macedonia, padre de Alejandro 
Magno.
Por ese 
entonces el norteamericano Jay Matternes reconstruía antiguos cráneos de 
Neanderthales ante su mesa de dibujo.
El 
artista norteamericano John Gurche realizaba - desde 1979 – esculturas y 
pinturas para el Museo Nacional Smithsoniano de Historia Natural, en 
Washington.
Aunque, 
desde 1990 – y siendo reconocida su capacidad para la anatomía facial – se 
encontró envuelto en un proyecto de seis años para modelar las cabezas de 
antiguos homínidos y un ejemplar humano actual: un Neanderthal, un 
Australopitecus Afarensis, un Australopitecus Africanus y un Homo 
erectus.
Se sabe, 
por ejemplo, que para el cráneo del afarensis invirtió más de 700 horas de 
trabajo, debiendo diseccionar para sus estudios preliminares cerca de 25 
cadáveres de chimpancés, gorilas y seres humanos.
Por otro 
lado, Ian Tatttersall, Director del Departamento de Antropología del Museo de 
Historia Natural de los Estados Unidos y un grupo de profesionales lograron – en 
1993 – recrear, de la manera más fidedigna, los rostros de un Hombre de 
Neanderthal, la del Homo Ergaster de Kenya y la del Australopitecus Afarensis de 
Tanzania.
Poco 
tiempo después, un grupo de investigadores del Museo Británico – bajo la 
dirección del egiptólogo Jeffrey Spencer – se asociaron con un equipo de 
científicos japoneses de la Universidad de Tokio – comandados por el Prof. 
Takeda Morimoto – para poner en marcha, por primera vez, un sistema multimedia 
para dibujar el rostro de una momia: Jenmutenebtiu, principal sacerdotisa del 
real templo de Luxor. 
 En 1997, el Museo del Neanderthal en 
Mettmann (Alemania) lograron la reconstrucción facial completa de ocho 
neanderthales, un Homo erectus, un Cromagnón y un hombre actual introduciendo la 
medidas clave en una computadora con un programa informático que utiliza la 
policía francesa  - y otros centros 
policiales importantes alrededor del mundo – en los casos 
criminales.
En base 
a esta información, la francesa Elisabeth Daynès, especialista en la 
reproducción de hombres y animales a partir de una espuma sintética especial, 
silicona y cera se encargó de la concreción de los 
modelos.
Pues 
bien, volvamos a nuestro tema, Dardo comenzó a contactarse con quienes entendió 
los conocidos mejores en sus respectivos temas.
Estableció 
reunión con el escultor Sr. Daniel Capretti, que ya había hecho reproducciones 
de los rostros de los “últimos Charrúas” que fueron llevados a París, un busto 
del nieto del cacique Sepé y ya había ganado en una oportunidad un premio de la 
Sociedad Uruguaya de Egiptología.
Llamó a 
la Sra. Sandra Peressotti, estudiante de Arqueología y Antropología de la 
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación,  especializada en Antropología Biológica 
y egresada de la Universidad ORT como Analista de 
Sistemas.
También 
con la Sra. Paula Pinto, estudiante de Medicina,  participante de varios congresos de 
Cirugía Plástica y – por supuesto - Anatomía fisiológica.
Y la 
Doctora Sylvia Baltar, caracterizada por sus estudios de Anatomía fisiológica y 
Medicina forense.
Todos 
ellos, más el Sr. Dardo Quintana - ya nombrado -, el creador del proyecto, 
coordinador y productor de éste y otras anteriores actividades culturales y 
sociales.
Una vez 
reunido el equipo, se decidieron y se pusieron en marcha los siguientes 
objetivos:
1- Se 
solicitará permiso al Director del Museo de Historia del Arte de la Intendencia 
Municipal de Montevideo, el Arquitecto Sr. Gustavo Ferrari, para realizar in 
situ, en un horario que no resulte incómodo para el personal de dicho museo ni 
para el público, diferentes registros. (ya pensados y establecidos de antemano 
ante el Sr. Director).
2-     Con 
dichos registros y ya en el taller, se modelará en cerámica el busto actual de 
la momia. Se fotografiará de frente y perfil.  
3-     Se 
determinarán los puntos de profundidad de los tejidos blandos faciales (en 
nuestro estudio se utilizarán los puntos según el “Protocolo de Manchester”, 
versión extensa: 26 de ellos faciales, completando los 66 con los que cubren la 
totalidad del cráneo),.
La 
profundidad de dichos puntos vendrá dada de medidas promediales de las tablas 
comparadas de los estudios de Rhine y Campbell, de Phillips y Smuts, de Suzuki y 
sin olvidar los estudios realizados a finales de los años treinta por el 
antropólogo ruso Michael Gerassimov. Además teniendo siempre presente los datos 
antropométricos del somatotipo predominante en la zona geográfica, época y 
medidas craneales del sujeto objeto de este estudio. Por supuesto, todo bajo la 
supervisión y control del personal especializado en fisiología muscular humana y 
antropología del proyecto.
4-     Una vez 
hecho esto, se podría reconstruir el rostro de dos maneras: 
Una, 
“rellenando” el espacio entre puntos de profundidad, logrando un resultado 
rápido pero poco didáctico.
Y la 
otra, recreando los músculos profundos y superficiales, tales como: temporal, 
frontal, occipital, macetero, buccinador, orbicular de la boca, mental, depresor 
del labio inferior, depresor del ángulo de la boca, elevador del labio superior, 
elevador del ángulo de la boca, cigomático mayor y menor y orbicular del ojo. Se 
deben recrear, asimismo, los tendones y tejido adiposo. 
Para 
esto, debemos basarnos en los ya nombrados puntos de profundidad y teniendo en 
cuenta  el origen e inserción de los 
músculos de acuerdo a las señales de los “puntos de anclaje” o “cicatrices 
musculares” (donde los músculos se adhieren al hueso) visibles en todo 
cráneo.
Este 
método es sin duda el más trabajoso, pero el desarrollo paso a paso – siempre 
que se registre de esta manera – brinda una mayor enseñanza tanto para los 
realizadores como para los posibles futuros espectadores.
Fotografiar: 
frente y perfil.
5-     Restaurar 
el tejido epidérmico del rostro de la momia de acuerdo a su raza, clima 
predominante y medidas de las facciones aún presentes en la misma, aprovechando 
su excelente estado de conservación (Los párpados se encuentran intactos – aún 
con diez pestañas uno de ellos -, se podría tomar la medida de la boca como las 
reales en vida, y otro tanto con la nariz y la oreja izquierda.), con aerógrafo 
y óleos diluidos.
Recrear 
los ojos con resina plástica. 
Fotografiar: 
frente y perfil.
Por fin, 
donar el busto definitivo (representación de la Sacerdotisa “Esoeris” cuando aún 
tenía vida) a dicho Museo para que sea expuesto en el 
mismo.
 
Actividad 
realizada:
 
El 
permiso nos fue otorgado, exigiendo para ello, la presentación de los detalles 
curriculares de cada uno de los integrantes del grupo. 
Una vez 
cumplido este requisito, el Sr. Gustavo Ferrari ofreció apoyar dicho proyecto 
con todos los medios al alcance del Museo y se estableció fecha para el día 21 
de febrero a las 10 A.M. – cuando no hay visitantes – para la toma de medidas 
directamente de la momia.
 Cuando llegamos, se preparó el bagaje 
técnico y por precaución de la Dra. Sylvia Baltar e insistencia del Sr. Director 
del Museo, todos los integrantes del equipo se ven obligados a usar tapabocas y 
guantes quirúrgicos de látex que para la ocasión había llevado la Sra. Paula 
Pinto.
Todos 
estábamos listos para trabajar sobre un sujeto inanimado, pero nadie estaba 
preparado para lo que encontramos allí. Se había incrementado el sistema de aire 
acondicionado de la “cripta” y la campana de vidrio ya había sido retirada, 
dejando el cuerpo momificado de Esoeris a nuestro alcance para la toma de datos. 
El estar allí frente a frente con la momia de la sacerdotisa nos dejó mudos por 
unos segundos, no podíamos creerlo.
Mucha 
gente llega hasta ella, se maravilla del espectáculo ofrecido y se va. Muy poca 
gente toma conciencia que los restos mortales que allí ven, alguna vez comían, 
jugaban, corrían, vivían como todos nosotros hoy día.  
Paula 
trataba de imaginar la causa de su fallecimiento, el escultor loaba la forma del 
cráneo reconociéndolo como de una muy bella mujer, la antropóloga se soñaba a sí 
misma viviendo las mismas instancias que quizá hubiera experimentado Esoeris y 
todos compartíamos un irreal y tácito respeto.
Después 
del minuto de extasiada contemplación frente al sarcófago, volvimos a la 
realidad y comenzamos las distintas tareas a las cuales nos teníamos que 
abocar:
a – 
Daniel Capretti, asistido por el resto del equipo tomó las medidas 
antropométricas cráneo-faciales de la momia con una serie de compases de 
escultura curvos, rectos y multiplicadores basándose en una red conformada por 
28 a 35 diferentes puntos principales ya definidos de la cara y otros tantos 
combinaciones de los anteriores.
b – 
Dardo Quintana tomó fotos de cráneo y rostro (frente, perfil, escorzo superior e 
inferior) con fondo diagramado  (con 
grilla de 2x2 cm.). Además se hicieron bocetos para familiarizarse con los más 
mínimos detalles – grietas, orificios, huecos, etc. – de la realidad facial de 
Esoeris. 
c – 
Sandra Peressotti registró el rostro de la momia en videocinta, en posición 
azimutal elevada y en sentido giratorio para tener un modelo “tridimensional” en 
el cual apoyar observaciones.
            
Mientras se trabajaba y sin poder disimular el entusiasmo, se hacían 
observaciones respecto a la sujeto en estudio:
La piel 
presenta un color como “apetrolado” y a la vista parecía apergaminada, 
verificándose poros, grietas y huecos en su superficie. Sobre todo en las 
mejillas (quizá por ser la mayor concentración de tejido blando en la cara). No 
creemos que haya presentado tatuajes (al menos en la parte visible) de su 
piel.
La oreja 
derecha se encuentra un poco “desgastada”. La izquierda se encuentra casi 
intacta. No hay señales de haber usado caravanas pendientes o adorno de 
cualquier otro tipo.
Los 
dientes visibles en la abertura de la boca se encuentran en buen estado, salvo 
tres delanteros, lo cual nos ofrece la duda de tener la certeza si dicho daño 
fue en vida de Esoeris o posterior.
Los 
labios se encuentran duros, señalando hacia fuera, en un rictus posiblemente 
debido a la momificación. La doctora señala que seguramente la sujeto presentara 
labios bastantes pronunciados. Vagamente pensamos en la posibilidad de que ella 
sea de raza negra (una vez reconstruida la cara, tendremos más seguridad en 
cuanto a  este respecto). 
Se 
observa la lengua en excelente estado y forma, asomando apenas entre los 
dientes.
No 
notamos tapones de cáñamo u otro material en la nariz, que quizá esté un poco 
dilatada en sus alas debido al manejo de las cucharillas para retirar el 
cerebro. Conformación nasal seguramente aguileña.
Aquí, y 
para mejor resolución del proyecto de reconstrucción facial, el Sr. Ferrari nos 
ofrece plasticina de la misma calidad utilizada por escultores de la talla de 
Zorrilla o Pratti y fotocopias de los rayos-x tomados en los años sesenta 
por  los Dres. Juan Carlos Pecantet 
y Ernesto Silva García.
Ante la 
prueba radiológica podemos destacar la excelente conservación ósea por lo que 
presumimos se trata de un individuo joven, de sexo femenino (verificando la 
desaparición de las estructuras de crecimiento y la fusión de las crestas 
ilíacas. Asimismo la perfecta conservación de toda la dentadura y la ausencia de 
todo tipo de patologías en el esqueleto).
Se 
nota  la destrucción de los huesos 
de las fosas nasales, debido al vaciamiento de la cavidad craneana a través de 
esta brecha.
Señalamos 
que por pelvimetría, se trata de una nulípara (no presentó indicios de parto 
natural que modifiquen la estructura ósea de la pelvis).
Asimismo, 
destacamos que ni la cavidad torácica ni la cavidad abdominal presentan 
estructuras radiopacas que nos puedan hacer pensar en la presencia de órganos 
(como el corazón, hígado, etc.) ni de amuletos.
Tampoco 
se observa objeto alguno (como amuletos) en la mano que está cerrada 
(izquierda).
Como 
sabemos, no contamos con el material radiográfico original por lo que nuestras 
conclusiones – en este tema – pueden estar sujetas a cierto margen de error. 
Lamentando no poder realizar un estudio más profundo sobre el 
tema.
En este 
punto, debemos presentar como viable la siguiente opción:
            
El cuerpo momificado de Bes En Mut – sacerdote en el Gran Templo del dios 
Min en Akhmim, que se cree vivió hasta alrededor de los cincuenta años,  cerca del 700 A.C. – y otras cuatro 
momias fueron expuestas a una serie de ensayos no-destructivos  (que incluyen ADN, escaneo 
computarizado, rayos-x y endoscopías) por un grupo de profesionales de la 
Universidad de Manchester con el propósito de estudiar una antigua afección 
faraónica que dura hasta nuestros días: la esquistosomiasis o bilharzia. Una 
enfermedad causada por un parásito acuático y que afecta la vejiga, los riñones 
y el hígado.
            
El Museo de Manchester está estudiando el 
deceso de estas momias en todo el mundo como parte de un proyecto de 
investigación para ayudar a erradicar la enfermedad en la moderna África. En 
algunas partes rurales de Egipto, el 80 % de la población podría estar infectada 
de esquistosomiasis.
            
Brindar el acceso de estos investigadores a nuestra momia resultaría 
beneficioso para ambas partes, ellos podrán estudiar otro exponente de aquella 
época que quizá haya muerto víctima de la enfermedad y por nuestro lado 
obtendríamos estudios de Esoeris que resultarían muy onerosos de otro 
modo.
            
El proyecto Sothis de restauración antropológica facial a la momia de la 
sacerdotisa Esoeris ya está en marcha. En el taller del escultor se encuentran 
los datos del rostro y el modelo en arcilla de lo que en breve – y bajo la 
supervisión de la antropóloga Sandra Peressotti, más las doctoras Sylvia Baltar 
y Paula Pinto – será un modesto aporte para el acervo cultural nacional. Y 
nuestra retribución será incalculable.
La 
profesionalidad y entrega del equipo ejecutante de dicho proyecto garantiza la 
fidedigna concreción del rostro de Esoeris.
Por 
fin, “Gran Isis” será develada.
 
 
 
            
Hace 
unos días, navegando por internet, buscando información acerca del Sistro y 
pensando en realizar el presente estudio sobre la tañedora del mismo, 
sacerdotisa del dios Min, encontré un canto fúnebre egipcio llamado 
“Lamentaciones de Isis a Nephthys” de época tolemaica, que parecía hecho a 
medida:
 
“Oh, 
bella tañedora de Sistro, regresa a tu casa, para que pueda volverte a 
ver
Oh, 
bella joven, regresa a tu casa: hace tanto tiempo que no te 
veo
Mi 
corazón palpita por ti, mis ojos te buscan...”
 
Y 
quizá, al leer estos versos, más de uno creerá oír el sonido de la brisa entre 
los juncos de papiro a la orilla del río Nilo.
 
 
 
 
 
Agradecimientos:
 
Al 
Sr. Director del Museo de Historia del Arte de la Intendencia Municipal de 
Montevideo Arq. Gustavo Ferrari por la paciencia y su desinteresado apoyo, a la 
Sra. Prof. René Pietrafesa por su orientación con respecto al tema del Sistro, a 
Cecilia Barrios por el apoyo técnico. Y a todo el equipo y allegados del 
Proyecto Sothis por creer en una visión.
 
Notas:
 
1 
- En este relato optamos por nombrarle aasí puesto que en la tapa del sarcófago 
así está inscripto.
Ésta, 
la actual ciudad árabe de Akhmim (gobernorado de Sawhaj Muhafazah) 
se encuentra en la ribera oeste del río Nilo frente a la ciudad de Sohag. 
Antiguamente 
fue la capital del noveno nomo, o Khemita, al norte del alto Egipto. Fue 
conocida por los antiguos egipcios como Ipw o Khent-Menu por antiguos egipcios y 
como Panópolis por los griegos. Fue llamada así por el principal dios de la 
ciudad, Min, quien era Pan para los griegos, dios de la fertilidad y señor de 
los desiertos entre el Nilo y el Mar Rojo.
Plutarco 
nos cuenta: “Los Pan y los sátiros que viven cerca de Chemmis (Akhmim) fueron 
los primeros en saber de la muerte de Osiris y divulgaron la noticia. Así fue 
como el temor repentino que toma a la multitud sería conocido como 
pánico.”
2 
– Es un instrumento musical conformado por un arco de madera o metal atravesado 
por unos alambres de los cuales penden unos pequeños discos de metal. 
Antiguamente se le llamaba “Sesheshet”, nombre seguramente onomatopéyico del 
sonido que producía al agitarlo con la mano.
3 
- Narración de Lucio Apuleyo, sacerdote  africano de Isis, época grecorromana, en 
su libro Metamorfosis.
4 
-> Por todo esto, ser música y a la 
sazón sacerdotisa era uno de los cargos más altos a los que una mujer podía 
aspirar en el antiguo Egipto.
Meret-Amun 
– una de las hijas de Ramsés II y la esposa de Amenhotep – fue una de las 
sacerdotisas del dios Min.
5 - Fue 
publicada en el libro “Cartas de Nápoles, Alejandría y Cairo de Egipto”. Bs.As. 
1890.
6 
- Cerca de allí se encuentra también la  necrópolis de El-Hawawish, donde fueron 
enterrados varios gobernadores del área, pero aquí fueron enterradas 
personalidades de la cuarta a la onceava dinastía.
También 
se encuentra cerca la Gruta de Pan, un templo dedicado a Min y Amón-Ra, 
construido por Ay quien sucedió a Tutankhamón.
          
7 - Cabe destacar que desde 1977 a 1985, la momia fue instalada en  el Museo Arqueológico del Palacio 
Taranco.
 
 
 
 
 
 
Bibliografía:
 
Egiptología:
 
- 
Diccionario de mitología egipcia. Elisa Castel. Aldebarán. 
1995.
- 
“Egipto: Dioses, templos y faraones”. Joseph Baines y Jaromir Malek. Ed. Folio. 
1993. 
- 
Selecciones de misterios de la Arqueología I y II. José León Cano. Lincro S.A. 
1999.
- 
El saber mágico del antiguo Egipto. Christian 
Jacq. Edaf. 1998.
- 
El enigma de la piedra. Christian 
Jacq. B, S.A. 1999.
- 
El Egipto faraónico. Juan José Castillos. Ed. Maat. 1996.
-“Una 
momia egipcia de la baja época conservada en el Museo Arqueológico Palacio 
Taranco de Montevideo”. Sociedad Uruguaya de Egiptología – Publicaciones – Vol. 
II. Juan José Castillos. Ed. 
Maat. 1980.
- 
The priests of Ancient Egipt. Serge Sauneron. 
1960.
- 
El Egipto de los grandes faraones. Christian 
Jacq. Ed. Martínez 
Roca. 1988.
- 
Le Khan al-Khalili – Un centre commercial et artisanal au Caire du XIIIe au Xxe 
siècle. Sylvie 
Denoix, M. Jean-Charles Depaule, M.Michel Tuchscherer. 1999.
- 
Página Web de la Asociación de Egiptología Uruguaya: 
http://www.oocities.org/SoHo/Village/5607/index7.html 
- 
Página Web del British Museum: 
http://www.ancientegypt.co.uk/mummies/story/page2.html
- 
Página Web de la Encyclopaedia Britannica: 
http://www.britannica.com
- 
Página Web del Museo Egipcio en El Cairo:
http://www.powerup.com.au/~ 
ancient/museum.html
- 
Sitio del Museo de El Cairo en Egipto.com:
http://egipto.com/museo/es/esabout.html
- 
Página Web “Relación de la música egipcia en el trance”, Agustín Barahona Juan: 
http://www.lander.es/~egipto/extbar03.html
- 
Página Web “La musica nell’antico Egitto”:
http://web.tiscalinet.it/reggia/egitto 
- 
Página Web de Touregipt.net: 
http://touregipt.net/akhmim.htm
- 
Página Web “Dictionary of Ancient Egiptian Religion”:
http://pages.angientsites.com/~Tjeti_Sobkneferu/Amun/min.html
- 
Página Web del Museo de la Universidad de Manchester:
http://www.leicestermuseum.ac.uk/news/mummies.html
- 
Página Web del Museo Nacional de Historia Natural del Uruguay (Palacio Taranco): 
http://www.oocities.org/Paris/Jardin/6043/
- 
Página Web “Símbolos del antiguo Egipto”: http://members.tripod.com
 
Historia 
de la reconstrucción antropológica:
 
- 
Arqueología (Teorías, métodos y practicas). Colin Renfrew y Paul Bahn. Akal 
ediciones. 1993.
- 
El verdadero rostro del hombre de neanderthal. Boyce Rensberger. Muy 
interesante. Orbe S.A. 1983.
- 
El verdadero rostro del rey Midas. Álvaro de Arcos. Muy interesante. Ed. García 
Ferré. 1989. 
- 
Escultores de nuestros orígenes. Tom 
Waters. Conocer. Tiempo 
S.A. 1990.
- 
Retrato de familia. Ignacio Xurxo. Descubrir. Perfil. 
1993.
- 
Los neanderthales dan la cara. Enrique M. Coperías. Muy interesante. Ed. García 
Ferré. 1997.
- 
Tal como éramos. Enrico Ferorelli. Muy interesante. Ed. García 
Ferré.1997.
- 
Selecciones de misterios de la Arqueología II. José León Cano. Lincro S.A. 
1999.
- 
Página Web “Reconstrucción antropológica”: http://www.raka.co.za/anthropology/faces/
- 
Página Web “3D facial reconstruction and visualization of ancient Egyptian 
mummies using spiral CT data” – Universitá di Pisa: 
http://www.di.unipi.it/~attardi/Paper/SIGGRAPH99/
- 
Página Web “Facial reconstruction.” (An artist view by Gay Malin, New York State 
Museum Preparator. A project of the New York State Museum with funding from the 
New York State Department of Transportation): 
http://useres.wsg.net/sculpture/facial.html
 
Anatomía 
fisiológica:
 
- 
Escuela de dibujo de anatomía. Humana-animal-comparada. András Szunyoghy – 
György Feher. Könemann. 1996.
- 
Dibujo anatómico de la cabeza humana. Louise 
Gordon. Daimon. 1982.
- 
Estructura del cuerpo humano. Sobotta.
- 
Atlas y fotos de la anatomía humana. Rohen.
 
Escultura:
 
- 
Guía completa de escultura, modelado y cerámica. Coordinado por Barry Midgley. 
Tursen-Hermann-Blume ediciones. 1993.
- 
Curso de escultura. Madera-mármol-fundición. Marco Alberto De Poi. Editorial De 
Vecchi. 1996.
- 
Carlevaro Pérsico. La libertad creadora. José Laurino. Editorial Pozzetto. 
1988.
- 
Terracota – técnica de la escultura en arcilla. Escrito por Bruno Lucchesi,  texto y fotografías de Margit Malmstrom. 
Editorial Ceac. 1990.
-          
Tratado 
de la pintura. Leonardo da Vinci. Editorial Losada.1954.
 
 
 
 
 
 
 
      
      




 
 
     
 
 
     
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