Cuanto más tiempo pasaba, más frustrado se le veía a Lucas. Había estado malviviendo en esa casa de un metro veinte de altura durante 2 semanas y lo único que había aprendido es a hacer arroz negro y a cuidar las acequias en días nublados. Tal era la afición de Yodo a la televisión y a los programas educativos, que apenas se cruzaban dos o tres palabras al día, siempre y cuando estuviesen poniendo anuncios, claro está.

Finalmente un día, mientras veían Crónicas Marcianas, Lucas se dirigió a Yodo.

-He perdido demasiado tiempo- le dijo. -Lamento decirte que no me interesan las teleseries americanas, ni los concursos, ni las tertulias. O me enseñas a ser Caballero o me largo por donde he venido-

-Antes sacar la nave del agua deberás.

Luke quedó horrorizado. Mientras él veía la tele la nave se había ido hundiendo poco a poco hasta desaparecer por completo. Recordó las pelas que se había gastado en la tapicería de cuero y no le hizo ni pizca de gracia.

-¿Dónde has dejado las páginas amarillas? Seguro que hay cerca alguna empresa de grúas.

-Un Caballero la mente usaría. Si con la mente la nave sacas, Caballero serás.

Salieron fuera. Se había hecho de noche otra vez y no se veía un pimiento. Lucas tropezó con la barbacoa de Yodo y las ascuas, aún al rojo vivo, cayeron al suelo prendiendo fuego a parte de la cabaña.

-Anda, se ha encendido una lucecilla-

Mientras Yodo enviaba con la mente cubos llenos de agua a su casa en llamas, Lucas miró al charco y se concentró. Levantó ligeramente el brazo derecho y comenzó a pensar que su nave salía poco a poco del charco. Para dar más credibilidad a la maniobra cerró los ojos y puso cara de estreñido. Media hora más tarde, y por acción del viento, un par de hojas se movieron ligeramente. Lucas abrió los ojos.

-Bueno, algo es algo-.
-Lucas- dijo Yodo, irte deberías "o casa de nuevo prenderás" pensó aunque no lo dijo. Preocuparte no deberás. Yo la nave sacaré-
-Tu manera de hablar rara es- dijo Lucas mofándose de Yodo.

Yodo le miró con mala cara, se concentró nuevamente y sacó poco a poco la nave del agua. Lentamente su brazo fue desplazándose a la derecha, al tiempo que la nave hacía lo propio. Cuando estuvo suficientemente lejos de la casa, Yodo la dejó caer.

-Eh, cuidado con los amortiguadores. ¿Qué clase de maestro Caballero estás hecho?-

-Mira chaval, llevo dos semanas hablando raro y haciéndome el interesante pero me tienes hasta los huevos con tus majaderías y tu inmadurez. Ahora mismo te metes en la nave y te vas a tomar por culo. Ah, y llévate a ese saco de cables contigo.

R4T5 hizo otro ruidito incomprensible. Quizá quería decirnos que la aventura no había hecho sino empezar.








Episodio II