1° de Mayo – Lucha Proletaria
Por un 1° de Mayo Clasista, Internacionalista y Revolucionario.
Documento conjunto de la ORA (Argentina) y la JCL (Mexico)
El Anarquismo Y SU CLASE
Desde sus orígenes, tal cuál lo reivindicamos los compañeros Anarquistas Revolucionarios de Argentina y México, el Anarquismo ha estado históricamente, estrechamente vinculado a la Clase a la que debe su existencia y de la que es su expresión Revolucionaria.
Hace ya 118 años que transcurrieron los sucesos de aquella Chicago de la Clase Obrera, hoy más poderosa del mundo, norteamericana. Los mártires de nuestra causa, como más tarde Sacco y Vanzetti e innumerables compañeros que han sido víctimas de la represión burguesa, se han extendido por toda la extensión de las filas Anarquistas, a la vanguardia de su Clase y no por nada justamente, el día internacional de los trabajadores, se fundamenta sobre la historia de estos cinco militantes obreros anarquistas de hace más de un siglo.
La lucha de los compañeros en ese entonces, como la de los de las gigantes CNT y FORA, la CGT francesa originaria y la seccional italiana de la AIT es análoga a la que hoy en día sostenemos, contra el mismo enemigo, los revolucionarios de siempre, contra la podredumbre dentro de las filas obreras y las propias del Movimiento Libertario Internacional.
Reafirmamos nuestro compromiso, en el señalado sentido, de hacer valer nuestras raíces obreras y revolucionarias y reconstruir una Internacional Anarquista, Obrera y Revolucionaria.
La situación actual
Acudimos a una situación en que, como producto de un ciclo de saturamiento e implosión capitalista, esta en jaque la hegemonía imperialista yanqui, en la arena de una redistribución de los mercados que tiene lugar como producto de la señalada crisis.
Las luchas inter-imperialistas, por la hegemonía en los mercados periféricos, tienen como principales víctimas a los explotados del mundo y muy particularmente a sus Clases Obreras que son la punta de lanza a través de la cuál se organiza y reorganiza su distribución napólenica/anti-popular del mundo.
Las pujas inter-imperialistas ya han impuesto la ocupación de Afganistán e Irak como punta pie de una reacción de “león herido” por parte del Imperialismo Yanqui, al que se le infiltran las potencias opuestas por todos los flancos.
Mientras que en Mexico se impone el TLC, que se amplía a Canada, Centro América y Chile (con muy fuertes posibilidades de hacerlo a Colombia y Ecuador) en Argentina, Brasil, Venezulea y Bolivia, muy por el contrario y con una fuerte intervención del imperialismo europeo (principalmente en los primero tres) se va en el sentido contrario, fortaleciéndose una alianza regional con el auspicio del viejo continente, Rusia y Japón.
Al imperialismo yanqui se le viene negra, como vemos en su propio patio trasero, pero la situación no está resuelta y la misma heterogeneidad que hace fuerte al bloque imperialista opositor, a su vez, le anticipa futuras contradicciones internas pro-hegemónicas.
La Salida viene desde Abajo
El Frente yanqui se debilita por sus cimientos. Berlusconi está sitiado por huelgas obreras y crece el malestar popular; en Inglaterra el escándalo de las mentiras descubiertas, en el proyecto de la guerra imperialista en que se embarcó junto a su socio yanqui Bush, debilita al gobierno de Blair. España, finalmente, enrumba por el sentido de su deserción de las candentes trincheras iraquíes.
Este 1° de Mayo ve a millones de trabajadores asediados por las maquinarias militares y opresoras del imperialismo y la crisis de sus burguesías nacionales, ve en su seno la desilusión eminente para con “progres” del estilo de Lula, Chavez o Kirchner; los mismos Chirac y Shroeder ante la no solución, por estos, de las problemáticas de fondo que nos plantea la crisis. Este 1° de Mayo deja pues, sobre la mesa, el debate de la dirección revolucionaria, puesto que han quedado al descubierto las contradicciones del sistema mismo y con esto la cuestión de una confrontación revolucionaria anti-capitalista que necesariamente debe tomar formas internacionales; es un 1” de Mayo en que el internacionalismo proletario es una tarea a la orden del día, mientras que el internacionalismo explotador del imperialismo, dividido, actúa en sus peleas propias directamente en contra de nuestros intereses.
Medio Oriente, por lo particular, es una olla hirviente. La intifada Palestina no da tregua a la ocupación nazi-sionista del genocida Sharon y su respaldo yanqui, continúa la resistencia en Afganistán y se profundiza la resistencia iraquí que ya ha sumado centenas de bajas en el seno del invasor imperialista. Esto, por si fuera poco, se da todo dentro del contexto de la efervescencia popular antiimperialista que baña la región como respuesta a las ocupaciones efectuadas y las amenazas vigentes de ataque sobre Siria e Irán.
Se profundiza el conflicto yanqui en Taiwan con China, a la vez que en Corea del Sur, un golpe palaciego de derecha, detonante de la movilización popular ha retrasado (a principios de abril) el envío de tropas a Irak.
Empantanar al imperialismo yanqui en Irak, Afganistán y los Tres Orientes, hasta su derrota: Esa es la Tarea de las masas obreras y populares árabes y es el deber de todos los revolucionarios del mundo bregar por su triunfo apoyándolos desde nuestros países, porque un derrota del Imperialismo allí, lo es en todos y cada uno de nuestros países.
No permitirle explotar las riquezas de la región, organizar una defensa armada con milicias populares como única solución real ante el migajerismo impotente del Baath de Saddam y el fundamentalismo islámico talibán (ambos, emisarios momentaneos de los intereses yanquis) y por ese camino, para su defensa, la construcción de una Federación de Repúblicas Socialistas Libertarias de Medio Oriente sobre las bases de una Reforma Agraria y reorganización bajo control obrero, de la atrofiada, por la intervención imperialista, economía regional.
La cuestión de fondo, entonces es, no poner sobre falsas bases la construcción de la Salida. No confiar en el “neutralismo” de los Estados genocidas del imperialismo opositor que hoy se oponen a la invasión iraquí por su contraposición a los intereses yanquis; no hacerlo tampoco en las débiles e impotentes burguesías intermediarias y martilleras árabes, disfrazadas de teocracia o “moderna democracia”, sobre los hombros de sus socios imperialista de uno u otro color. Se presenta necesario el debate referente a la dirección Revolucionaria, que no es otra que el de la Revolución Social y su Programa.
Recuperemos Nuestras Banderas
Una de las tareas fundamentales del período gira en torno, por ende, a la cuestión del internacionalismo. Debemos construir el internacionalismo proletario, pero no lanzando sentencias y ultimatum´s al capitalismo, el imperialismo y todos los Bush del mundo, sino que organizándolo desde sus cimientos.
Tras la caída del muro de Berlín y dando lugar a la imposición del discurso altanero del “triunfo del capitalismo”, se ha producido en el mundo una crisis direccional dentro de nuestro Campo. El internacionalismo no es una respuesta natural del proletariado, en sí misma, sino que lo es en el contexto de la comprensión por éste, para sí, de sus tareas. Implica una comprensión consciente de sus fuerzas y rol histórico y esto sería a su vez incomprensible si no fuera por la existencia de una dirección revolucionaria que lo guíe por este camino, un camino que lleva a su extinción misma, por las vías de la destrucción del entramado clasista de la sociedad.
Defendemos, la necesidad de construir (aquí) una Federación de Republicas Socialistas Libertarias de América Latina. Esta es la única salida que se presenta ante el Imperialismo en la periferia oprimida, y es el único horizonte real de salida, para la heroica Medio Oriente de la Lucha de Expulsión del Invasor extranjero y la Intifada y para la superación de la crisis capitalista que recorre el mundo. En el contexto de tales tareas, se nos impone la necesidad de acudir a la contienda de las direcciones propias y ésto, comprendemos los compañeros de la JCL y ORA, debemos hacerlo actualmente por el camino de la construcción de una herramienta internacional de la vanguardia obrera revolucionaria.
Las Banderas del Internacionalismo Finalista Proletario están débiles y es menester levantarlas bien alto, para esto, los Anarquistas Revolucionarios nos predisponemos a construir una Gran Liga Internacional que de esta lucha, en el terreno teórico y de la construcción obrera revolucionaria. En ese sentido trabajamos...
JCL (México)
ORA (Argentina)