El Anarquismo Revolucionario y los Partidos Políticos.*
Durante largo tiempo se ha tenido
una concepción equivocada sobre la visión de los anarquistas frente a los
partidos. Nosotros, los anarquistas revolucionarios, en este documento, queremos
esclarecer un poco la cuestión.
Empezaremos diciendo que ubicamos el nacimiento de nuestra ideología con las
concepciones filosóficas y políticas del revolucionario ruso Mijail Bakunin.
Partiendo de ahí, declaramos que Bakunin, como abnegado luchador por la causa de
los trabajadores, y como tal, enemigo de la explotación burguesa capitalista y
de la opresión estatista, comprendía a la perfección la necesidad histórica de
un partido revolucionario, formado únicamente por los elementos mas entregados y
abnegados a la causa revolucionaria.
Bakunin no solo comprendía la necesidad de una organización de tales
características, sino que además la construyó en el año de 1868 bajo el nombre
de “Alianza de la Democracia Socialista”. La Alianza fue fundada en el mismo
periodo en que existía la Asociación Internacional de los Trabajadores, (Primera
Internacional) de hecho los aliancistas fueron acusados injusta y erróneamente
por los marxistas de “querer debilitar a la Internacional formando una nueva en
el seno de la misma”. Sin embargo, la realidad era radicalmente distinta, ya que
lejos de pensar en debilitarla, Bakunin comprendía de manera correcta qué el
mejor complemento de la Internacional de los Trabajadores, sería una
organización de los elementos mas preparados y con un alto grado de conciencia
revolucionaria que pudiese conducir al amplio número de trabajadores organizados
en la Internacional por un rumbo auténticamente socialista y revolucionario. He
aquí como Miguel Bakunin explica la relación entre la Organización
revolucionaria de vanguardia (La Alianza) y aquel inmenso y formidable Frente
proletario de masas que era la Asociación Internacional de los Trabajadores:
“La Alianza es el complemento necesario de la Internacional. Pero la
Internacional y la Alianza, pese a dirigirse hacia el mismo objetivo final,
tienen al mismo tiempo objetos distintos. La una tiene por misión reunir las
masas obreras, los millones de trabajadores, a través de las fronteras de todos
los Estados en un único cuerpo inmenso y compacto; la otra, la Alianza, tiene
por misión el dar a estas masas una dirección realmente revolucionaria. Los
programas de la una y de la otra, sin ser opuestos en absoluto, son distintos
por el grado mismo de su desarrollo respectivo. El de la Internacional solamente
si se toma en serio contiene en germen, pero solamente en germen, todo el
programa de la Alianza. El programa de la Alianza es la explicación última del
de la Internacional.”
Miguel Bakunin.
Ahora bien, a pesar de que los anarquistas reconocemos la necesidad de construir
una organización revolucionaria con unidad táctica e ideológica, que tenga como
tarea el concientizar a la clase trabajadora de su papel histórico
revolucionario, de barrer con el capitalismo y con todas las instituciones de la
desigualdad, rechazamos, para referirnos a tal organización, el uso del concepto
“partido”. Rechazamos el emplear este termino por las dos concepciones que se
desprenden de la palabra en cuestión. La primera, es la confusión con los
partidos políticos burgueses y la segunda con la concepción del partido
marxista-leninista. Son precisamente estas dos ideas las que nos disponemos a
analizar en las siguientes líneas.
El concepto “partido”
Nuestro objetivo como Organización revolucionaria es hacer concientes a los
proletarios de su poder social y que este mismo poder puede derribar a la
sociedad capitalista, por tanto, nuestra labor es la de organizar las fuerzas
populares desde las bases, es decir, su organización independiente de la clase
dominante, y creemos inapropiado presentarnos ante los trabajadores como un
“partido obrero”, puesto que hoy en día se entiende por partido la noción
burguesa de: elecciones, parlamento, poder político, y toda una serie de
conceptos que van en contra de la emancipación popular. Estamos convencidos de
que los partidos o los individuos que se digan representantes de la clase
explotada y de los oprimidos y que creen en estos la esperanza de su
emancipación mediante las elecciones y los parlamentos no hace mas que reforzar
las instituciones políticas de la burguesía y por consecuencia lógica, refuerza
también, el despotismo, la explotación, la tiranía...
El Partido leninista y la Organización política anarquista.
Pero no solo nos arriesgaríamos a la confusión con los partidos burgueses, sino
que también con los partidos leninistas. Aquí surge algo interesante, el
leninismo promueve la creación de un partido que represente los intereses de la
clase obrera. Se podría llegar a pensar que aquí los anarquistas coincidimos con
el planteamiento leninista, mas sin embargo declaramos rotundamente que no es
así. Y no es así por dos razones, en principio, porque como se puede comprobar
al inicio de este documento, la concepción de una Organización de los elementos
de vanguardia, no es, como muchos piensan, expuesta por vez primera por Lenin.
Con décadas de antelación Bakunin entendió que las organizaciones de defensa y
resistencia del Frente de Masas (por ejemplo los sindicatos o las asociaciones
obreras internacionales) no eran suficientes para emprender una lucha
revolucionaria, sino que hacían falta, además, los núcleos de los
revolucionarios mas concientes que les disputaran la dirección de los
movimientos populares a las tendencias reformistas y a las abiertamente
burguesas. La otra gran diferencia con la concepción leninista es aún mucho mas
importante, pues es la que tiene que ver con los objetivos que cada una de las
tendencias nos trazamos. Una, la leninista, es partidaria de que el partido de
vanguardia tome el poder del Estado una vez ganada la revolución, puesto que los
miembros del partido son, supuestamente, los mas concientes, los mas
inteligentes, quienes pueden representar perfectamente los intereses del
proletariado. La función de la Organización política anarquista, por su parte,
no tiene como objetivo tomar el poder del Estado, al contrario de los
leninistas, nosotros queremos la destrucción del Estado, puesto que sabemos que
la conformación del poder político y militar por una minoría en nombre de la
revolución es el acto mas dañino que se le puede hacer a la propia revolución.
El tomar el poder político, es decir, el que una minoría se convierta en un
núcleo de políticos profesionales, que tengan el derecho de tomar decisiones por
ellos mismos e imponérselas a las masas, es crear el germen de la
burocratización, de la contrarrevolución, es sentar las bases para volver a
dividir a la sociedad en una minoría privilegiada y en una inmensa mayoría
oprimida y dominada. El objetivo de la Organización anarquista no es el poder
político, sino la construcción del poder popular proletario, constituido de
abajo a arriba, ósea, todo el poder fundido en la colectividad del pueblo
trabajador a través de sus órganos de decisión asamblearios y horizontales.
Anarquismo y Organización revolucionaria.
Pero el Anarquismo Revolucionario no solo vio expresado su programa en una
Organización homogénea durante la época de Bakunin, además de la Alianza de la
Democracia Socialista, han existido otras agrupaciones similares y que
intentaron cumplir el mismo rol que los aliancistas, como el Grupo Dielo Trouda
(La Causa de los Trabajadores) conformado, sobre todo, por anarquistas rusos y
ucranianos que habían luchado junto al proletariado ruso en la revolución rusa,
después convertida por los bolcheviques en dictadura estatista-partidista.
El Grupo Dielo Trouda publicó a finales de los años 20’ un documento muy
importante para el Movimiento Libertario internacional, que abrió la brecha
entre la línea del anarquismo organizado y las expresiones individualistas que
renegaban de conformar una Organización de vanguardia. Las línea de los
“anti-organización” representaba a los elementos que no querían adquirir un
compromiso y una responsabilidad militante, aquellos que renegaban de la
disciplina revolucionaria que como bien indica Nestor Makhno es necesaria para
la realización optima de nuestras tareas. Estas breves líneas nos ayudaran a
esclarecer el asunto en cuestión:
“Sin disciplina en la organización es imposible emprender cualquier acción
revolucionaria seria. Sin disciplina la vanguardia revolucionaria no puede
existir, porque entonces ella se encontraría en completa desunión practica,
sería incapaz de formular las tareas del momento e incapaz de cumplir el papel
iniciador que de ella esperan las masas.”
Nestor Makhno , “Sobre la Disciplina Revolucionaria”
La Plataforma Organizativa, es el documento que el Grupo Dielo Trouda publicó
con la perspectiva de levantar la Unión General de Anarquistas, una Organización
de la vanguardia anarquista revolucionaria, en ese documento, se plasman los
argumentos de la necesidad de una estructura organizativa de ese genero.
Otro ejemplo del anarquismo constituido en Organización revolucionaria es el de
“Los Amigos de Durruti” en España durante la década de los 30’ en medio de la
guerra civil española. “Los Amigos de Durruti” fueron un grupo de
anarcosindicalistas de la CNT que comprendieron la necesidad de constituirse en
dirección revolucionaria conciente, después de que la CNT comenzase a cometer
errores históricos como entrar al gobierno burgués de la Republica. “los Amigos
de Durruti”, que toman su nombre en memoria del revolucionario anarquista
Buenaventura Durruti (que murió en combate el 20 de noviembre de 1936),
apreciaron que era urgente en aquellas circunstancias formar un núcleo que
pudiese señalar las posiciones correctas para el proletariado español, y volver
a la vía estrictamente colectivista y anti-estatista defendida desde el primer
día de la Revolución española por Durruti y Ascaso.
Conclusión
Podemos resumir que los anarquistas de la línea Bakuninista somos partidarios de
una Organización revolucionaria especifica, que participe en los movimientos
populares, tratando de insertar nuestro programa Socialista Libertario en ellos
y conducir las luchas populares por un sendero anti-capitalista, para abolir la
propiedad privada de los medios de producción y fundar el poder popular
horizontal y asambleario, sobre las ruinas de todo lo que se llama poder
político y Estado.
Una Organización de ese tipo es la que buscamos construir los militantes de la
Alianza de los Comunistas Libertarios y por la que trabajamos en el día a día en
pos de la revolución social y de la emancipación mundial.
Alianza Comunista Libertaria
26/11/04
* Este articulo fue publicado como volante por la ACL, para una conferencia acerca de "la necesidad del partido obrero"