UN LLAMADO A LA JUVENTUD

 

A principios de éste ya, siglo XXI, la inmensa mayoría de los seres humanos enfrentan una realidad monstruosa, que les oprime, que hace de su existencia algo degradante, sofocante, perturbador. Parece mentira que, con los alcances que ha obtenido  la ciencia y la tecnología, y que debieran ser usados para la mejor satisfacción de nuestras vidas, aún hoy, el mundo se encuentre lleno de miseria, de hambre y de conflictos bélicos que arrasan de dolor a los pueblos.

Sin duda, el panorama es  bestial ¿pero es que acaso la humanidad esta condenada a vivir de esta manera? Definitivamente, los revolucionarios, estamos convencidos de que no es así. Creemos mas bien, que por la misma sociabilidad natural que caracteriza al ser humano y que, precisamente por ser natural y no poder despojarse de ella, la civilización, tarde o temprano, tendrá que encaminarse hacía la armonía y la solidaridad humana, armonía y solidaridad que habrán de realizarse en el marco del mas profundo  bienestar material de todos.

Un religioso bien podría decirnos, como lo han declarado durante siglos los cristianos, y como lo continúan haciendo en nuestros días, que esta condición inhumana de miseria y explotación en el que sobreviven la gran mayoría de las personas, es algo meramente temporal, pasajero, y que ya vendrá el día en que esas mismas personas se eleven al paraíso de Dios que nos promete la Biblia, donde sus almas vivirán felices eternamente. Pero nosotros no creemos en Dios, por el contrario, consideramos que ésta fantasía que se arraigó en el cerebro de nuestros antepasados, ha sido una de las principales fuentes de la esclavitud humana, una fantasía que sirvió para justificar la explotación económica de la mayoría por una minoría, que hacia proceder su supuesta superioridad y su “derecho” a explotar y gobernar a los demás, de la voluntad de Dios.

¿Pero entonces, a que se debe este paisaje indigno y triste que observamos a nivel global? Descartamos totalmente que se deba, como dicen los cristianos, a que el hombre viene a este mundo a sufrir, pero de igual modo, desechamos la falsa teoría, que no esta tan alejada de la anterior, de que el ser humano esta condenado a la guerra perpetua entre sí, y que esta forzado a autodestruirse, estas falsas ideas, que por supuesto, no están basadas en ningún principio científico, ni histórico, han sido desarrolladas y difundidas por los tiranos y por los explotadores de todas las épocas, para adormecer a los oprimidos, para consolarlos y estimular en ellos la resignación. Para nosotros, para quienes estamos plenamente convencidos de que la sociedad puede ser transformada en beneficio de la mayoría, éste espectáculo desolador, se debe, exclusivamente, a la actual organización económica y política de la sociedad, entendemos, que destruyendo a las actuales formas económicas de producción, que se basan en la explotación del hombre por el hombre, es posible deshacernos de ese paisaje indigno y triste del que hablamos mas arriba. Si hoy vemos lo que vemos, es gracias a que el sistema económico mundial está constituido de cierta manera, que rinde frutos y beneficios únicamente a una minoría especifica de la sociedad. La realidad puede cambiar, de eso estamos seguros, la cuestión es que tenemos que actuar, porque mientras mas tiempo nos mantengamos con los brazos cruzados, el futuro seguirá oscureciéndose gradualmente mas y mas.  

Así es, dentro del mundo capitalista, no hay futuro para la juventud popular, los únicos jóvenes que tienen su futuro asegurado son los hijos de los empresarios, de los banqueros y de toda clase de explotadores, que en un tiempo no muy lejano, pasaran a heredar los negocios de sus padres y a convertirse en explotadores ellos mismos, y vivirán del sudor, del esfuerzo, del trabajo de alguien mas. Pero a la gran mayoría de los jóvenes, solo nos espera un futuro de empleos basura, mal pagados, en condiciones fatales, y ello si es que logramos encontrarnos con algún empleo, porque si no, la cosa va ser mucho peor. Esta es la condición por la que tienen que pasar miles, millones de jóvenes alrededor del mundo, que no ven la luz al final del túnel, porque el túnel ésta sellado con la gran roca de los intereses de todos los Estados y de todos los capitalistas del mundo, que prefieren vernos hambrientos y muertos, antes de ceder sus privilegios.

El capitalismo, además,  no solo esta acabando con las vidas de millones de personas, sino que por su misma lógica de obtener ganancias, el sistema esta devastando al medio ambiente, esta contaminando los mares y talando los bosques, y si no le damos un giro radical a la historia, no dudamos en declarar, aunque parezca exagerado y radical, que la misma existencia de la humanidad y del planeta están corriendo un grave peligro.

El podrido sistema de producción capitalista no ofrece ninguna buena perspectiva, ni siquiera a la juventud que tiene la suerte de estudiar, pues por todos es sabido el alto porcentaje alarmante de jóvenes que se encuentran desempleados por no encontrar algún puesto de trabajo relacionado a lo que estudiaron, y es que la esencia del sistema es el lucro y la especulación,  por esto mismo no solo no se crean empleos, sino que se están perdiendo, ya que las patronales de todos los países del mundo buscan abaratar sus costos de producción, para que las ganancias sean aún mayores.

Y ya ni hablemos de los millones de jóvenes que están condenados a la mas cruel de las miserias, que viven, por ejemplo, en Centroamérica, una de las regiones mas pobres del planeta, ahí la mayoría de la juventud no tiene ni la menor esperanza de poder acceder a la educación, sus países son utilizados por la burguesía imperialista norteamericana para abastecerse de mano de obra semiesclava, donde el mas mínimo derecho laboral es desconocido. En ésta región abunda la violencia, desafortunadamente está no va dirigida contra el Estado y el capitalismo. Los jóvenes, sin empleo y sin estudio, se ven orillados a unirse al pandillerismo, donde terminan combatiendo contra un falso enemigo, su rival de pandilla, un joven mas sin esperanza del capitalismo.

 Ante esta cruda realidad ¿qué debemos hacer los jóvenes? Deben de unirse a la lucha por los principios de justicia, libertad, igualdad y fraternidad, ante lo que nos ofrece el capitalismo, no nos queda mas que luchar por su destrucción revolucionaria, para construir sobre sus ruinas una nueva sociedad, donde no haya espacio, ni para la explotación, ni para la dominación de ningún tipo, una sociedad que eche andar sus fuerzas productivas para cubrir las necesidades materiales e intelectuales del ser humano, una sociedad en que sean erradicadas por completo la pobreza y las clases sociales. Pero esa sociedad no será construida sin previamente haber pasado sobre un innumerable conjunto de obstáculos y oposición. ¿pero de donde habrá de surgir esa oposición a una sociedad por la que luchamos? De quienes están favorecidos con el actual orden de las cosas, provendrá de los privilegiados, de los parásitos que viven del duro trabajo de los proletarios, esa obstrucción al triunfo de los oprimidos será apoyada por los gobernantes de todas las especies, que desprecian la idea de que las masas proletarias tomen las riendas de sus vidas, porque esto significa su bancarrota total, son ellos, quienes con su poder político y económico, han construido, y seguirán construyendo, los obstáculos al progreso, las barreras que defienden la tiranía

Como se observa, solo han quedado configurados dos planteamientos separados por un gran abismo, la juventud no puede mas que escoger entre uno de estos dos bandos, el de la barbarie capitalista que aniquila a los pueblos y arrasa con la naturaleza, ó el bando que representa el progreso y el avance del sano desarrollo de la civilización humana, el bando de la revolución socialista libertaria mundial.

Como revolucionarios anarquistas, consideramos que la posición de la juventud debe de estar junto a las masas explotadas y oprimidas, que poco a poco vuelven a despertar, para darle una guerra sin tregua a este podrido sistema, una guerra destinada a acabar con la guerra de los explotadores en contra nuestra, una guerra social anticapitalista, para exterminar la raíz de todas las guerras imperialistas y de todas las violencias generadas por el sistema. Creemos que no puede haber lucha mas noble y mas digna, que la que se da por la libertad contra la opresión, por la igualdad contra la explotación, por el bienestar contra la miseria. En estos tiempos tan grises, es imposible que pueda existir mayor satisfacción para un joven que la de dedicar su vida en pos del triunfo de estos principios.