BARRA |
HISTORIA DE LA
JUVENTUD ROSADA LOS
PAVOS, NUESTROS PRIMEROS RIVALES (CÁP. I)
Como
éramos pocos, compartíamos tribuna con los pavos de ese entonces.
Claro que nosotros teníamos que pagar media entrada mínimo y además el
pasaje, mientras que a los pechos fríos les regalaban entradas, los
llevaban en micro alquilado y hasta les daban plata pa´l trago. La mayoría
de broncas era con ellos: un equipo popular contra un equipo prefabricado.
Ellos eran 200, por cada 17 de ellos había uno nuestro, pero siempre los
hacíamos correr, hasta que llegó El Desalojo.
Pero
el año siguiente los reventamos A LADRILLAZOS. Resulta que era otra
liguilla y éramos preliminar de nuevo. Nos habían mandado a norte y éramos
25 de nuevo. EN eso entraron 300 pavos como la vez anterior. En sus rostros
veíamos los estragos del alcohol y de la mala, y estaban decididos a
atacarnos cobardemente, como siempre.
Cuando
los 300 pavos se vinieron contra nosotros, el cielo se nubló de
proyectiles –objetos contundentes, como dirían los tombos- y los
pavazos salieron corriendo. Los correteamos hasta fuera del estadio, tras
romperles las mitras por lo menos a 30.
No hay nada qué hacer, la JUVENTUD ROSADA es la barra que tiene mejor puntería. SUFRE, PAVO, SUFRE |