La primera interrogación que se presenta siempre viene a ser: ¿Cuál es la
original literatura
filipina?
Es de comprender que esta confusión surja porque hay una
literatura filipina en inglés, a raís del neocolonialismo de los WASP
usenses. Existe otra literatura filipina que está en el actual idioma
nacional a base del tagalo. También existen literaturas filipinas en idioma
bisaya, en idioma ilocana y en, por lo menos, diez otras lenguas más.
Para aclarar esta confusión nos vemos obligados a explicar el origen del
concepto de lo filipino. Y hemos de señalar que dicho conceptó vino a ser al
establecerse el Estado Filipino bajo la Corona de España el 24 de junio de
1571 con la fundación de Manila como la cabecera de ese mismo Estado en la
Isla de Luzón.
En 1599 se celebró un sínodo en Manila a la que se pidieron asistiesen los
principales que representaban los ya existentes Estados Étnicos en este
archipiélago para responder a la pregunta de si aceptaban, o no aceptaban,
al Rey de España “como su natural soberano”. (Vide: “La Hispanización de
Filipinas” por John Leddy Phelan, 1952 reimpreso en Metro Manila por Cacho
Hermanos, Inc., páginas 25 y 26. Preferimos citar esta fuente usense porque
resume, aunque sea a regañadientes, lo que dicen varios documentos españoles
sobre este suceso histórico.)
Al decir ‘Estados Étnicos” nos referimos a los ya existentes estados
prehispánicos de los tagalos, los ilocanos, los pampangueños, los bicolanos,
los bisayas, los lumad de Mindanao y los moros de los sultanatos de Joló y
Cotabato. Cada uno de estos estados tenía, y tiene, su propia lengua
nacional. El de los tagalos es el tagalog, (que es la base inicial de la
propuesta lengua nacional filipina); el de los ilocanos es el iluku; el de
los bisayas son el bisaya, a base del sugbuhanon, del hiligaynon y del
winaray; el de los moros es el tausug y el de los lumad es un enjambre de
vernáculos que podría denominarse maguindanao.
Cuando los principales de estos prehispánicos estados aceptaron al Rey de
España como su natural soberano, integraron de hecho sus respectivos Estados
Étnicos al recién fundado Estado Filipino bajo la Corona de España. Bajo el
Consejo de Indias, el estado filipino era una colonia de España, pero luego,
bajo el Ministerio de Ultramar, Filipinas vino a ser otra provincia de
ultramar de España con Cuba y Puerto Rico.
Manila, “la muy noble y la muy leal ciudad”, vino a funcionar como el
asiento del gobierno central que tenía al castellano como su primera lengua
oficial. Decimos primera porque el tagalo, el bisaya y el ilocano
funcionaban como auxiliares idiomas ofciales.
De esta situación nace la literatura filipina que dividimos en cuatro
etapas principales. La primera es la formativa, la segunda es la de
crecimiento, la tercera es la de la plenitud y la cuarta es la de la
decadencia, causada como es natural por la supresión del idioma castellano
para dar paso a la imposición forzosa del idioma inglés.
* La primera etapa tuvo como autores a peninsulares emigrados al archipiélago
y a los chinos cristianos admitidos como subjetos españoles.
Los principales autores de esta etapa formativa empezada en 1593 con la
introducción de la imprenta son: Antonio de Morga (cronista penincular),
Antonio Pgafeta (cronista italiano) y los chinos cristianos: José María
Nicaisay (1616,poeta), Juan de vera Kenyong (1593,poeta e impresor), Tomás
Pinpin (1608, poeta, gramaturgo, autor de la primera gramatica catellana
para tagalogs, e impresor tipográfico),Tomás Chuidian (1613, poeta), Carlos
Calao ( 1614, poeta) y Fernando de Bagongbantâ (1608, poeta y traductor).
* La etapa de crecimiento siguió a la de la formación y sus autores fueron
Luis Rodriguez Varela (1814,poeta y ensayista, los présbiteros Mariano
Gómez, José Burgos y Jacinto Zamora y muchos otros más como los peninsulares
y criollos Juan Álvarez Guerra, Navarro Capuli, Pablo Feced, Francisco de
Cañamaque, etcétera.)
* La etapa de la plenitud tiene por autores principales a Pedro Paterno, José
Rizal, Marcelo H. del Pilar, Fraciano López Jaena, Antonio Luna, Gregorio
Sansiangco, Apolinario Mabini, en su primera onda y a Cecilio Apóstol, Jesús
Balmori, Teodoro M. Kálaw, Macario Adriático, Tirso de Irrureta Goyena,
hasta llegar a Pacífico Victoriano, Manuel Bernabé y a Claro M. Recto entre
tantos otros.
* La etapa de la decadencia tiene por autores y escritores a Manuel
Briones,
Antonio Serrano, Benigno del Río, Enrique Fernandez Lumba, los hermanos
Gómez Windham, Emeterio Barcelón y Barceló Soriano, Flavio Zaragoza Cano,
Antonio María Cavana, José Santos Socorro, Aurelio Locsin, Teodoro Valdes
Bacani, Francisco Zaragoza Carrillo y tantos otros.
El número total de autores filipinos en español rebasa los ocho mil. Y sus
obras pueden formar una enorme biblioteca de primera fuerza.
Entre los autores que todavía quedan en pie hasta estas fechas, tenemos a
Edmundo Farolán Romero, a Federico Licsi Espino, Mariano Loyola, Concepción Huerta y a Antonio Fernández Pasión. |